twenty three, ojos azulísimos.
Zoe
—¿Estarás bien?
—Dal —suspiro, él chasquea con su lengua—, que sí.
—De acuerdo, de acuerdo —suelta mi mano—. Pero estaré en el apartamento por si necesitas algo.
—Serán dos días nada más, Hag.
—Eso no es lo que me preocupa, lo que me preocupa es dejarte prácticamente sola con Wesley merodeando por quien sabe dónde. Sabemos que sabe que regresamos.
—Tengo que decírselo a mis hermanos y tratar de no preocupar tanto a mi papá. ¿Devon te dijo algo?
—Todavía no, aunque sabes que ya logró convencer a mi papá. Al parecer le debía un pequeñísimo favor y pues, no es mal momento para cobrárselo.
Carraspea con su garganta. Me inclino para besarlo con un puchero saliendo de mis labios. Comprendo su angustia.
—Vale, está bien. No eres el único tan preocupado. Nathan me ha llamado al menos tres veces al día para saber cómo estoy. A la cuarta vez estaré algo como "sí, estoy viva, y no, no me han secuestrado".
Él se ríe, prosigo a reírme igualmente. Desde que regresamos a Tampa, no he tenido la total libertad de verlo sonreír gracias a su preocupación, teniendo su mente ocupada en lo que sé que es este tema sobre Wesley que a todos nos ha estado volando la cabeza. Quiero tenerlo lo más tranquilo posible, pero no me ayuda el hecho de que estoy igual de preocupada que él.
Sin embargo, yo me molesto en disfrazarlo un poco mientras que él hace todo lo contrario.
—Te hará bien pasar este fin de semana con tu familia mientras vemos entre Devon, Brendon y yo qué hacemos con este asunto. ¿Hablaste con Abigail y Chloe?
—En la tarde. Abigail está con su papá y su hermana —él hace un mohín, pareciendo recordarlo—, y Chloe se quedó con Nathan en el apartamento mientras nosotras no estamos.
—Perfecto.
Quedamos en silencio por otro rato, pero ha vuelto a tomar mi mano y eso significa que no me va a dejar ir por otros cinco minutos. Lo miro a él y luego a su mano tomando la mía, queriéndole decir que debo irme.
—No quiero que te pase nada, pecas —rezonga murmurando después cosas por lo bajo que no logro descifrar.
—Dal, ¡estaré bien!
—¡Está bien! Ugh, maldición.
—Te llamaré. Lo prometo.
Hace otra mueca asintiéndome. Lo beso.
—Te quiero —junto su frente con la mía. Se ríe.
—Te quiero —me besa—. Estaré al tanto de avisarte sobre cualquier cosa. Debemos ir a la policía y quizás llevar a Chloe con nosotros por el tema de recordar. Probablemente lo busquen en otra parte con alguna imagen de él y lo encuentren.
—Cuídate, en serio —paso mi mano por su cabello, despeinándolo.
—¿Tendré recompensa si llego vivo al lunes?
—Depende de qué clase de recompensa estemos hablando —doy una sonrisa pícara que imita. Muerde su labio.
—Quizá tenga un par en mente.
—Ya veremos —me río depositando otro beso en sus labios—. Dile a Brendon que llame a Abigail, me dijo algo sobre tener que hablar con él y no querer contestar el teléfono.
—Se le jodió el teléfono de nuevo —suspira—. No es como si fuese algo que le interese, pero le diré.
Mi teléfono empieza a sonar en mi bolsillo cuando estoy fuera del auto. Lo veo fruncir su ceño por la ventana abierta. Mis ojos ruedan cuando el identificador señala el nombre de Nath y le muestro la pantalla, suelta una risa.
—Deberías echarle un susto —sugiere y asiento, dejo un último beso de despedida y corro hasta la entrada de la casa de mis padres hasta abrir la puerta, Dallon se va y yo contesto el teléfono, calmando la angustia de mi mejor amigo por cuarta vez en el día.
—Ya llegaste —alarga mi papá con alegría, justo para el momento que cuelgo la llamada y corro hasta sus brazos. Me engancho a su cuello tal cual años anteriores, me recibe con emoción.
Keith me estruja en sus brazos y luego Daniel, dejando al pequeño Nick de último. Me acuerdo de las palabras de aquella persona cuando lo nombró, y mientras lo presiono más contra mí, me hace temblar. Después ando con él enganchado en mi espalda. Intento no llorar, se suponía que debía ser una semana para escapar de todo el agobio a nuestro alrededor y terminamos encontrándonos algo el triple de agobiador.
Sólo necesito tiempo de calidad en familia para olvidar aunque sea un poco esto. Estoy confiando en mi novio y mi cuñado, que son familia mía ahora también. Eso no quiere decir que no sea peligroso. Si es cierto todo lo que Chloe nos dijo, entonces Wesley puede atacar por donde sea.
Todo está siendo demasiado fácil, atraparlo no puede ser tan fácil. Es un enfermo obsesivo que lleva suelto por algo más de cinco años, teniendo bajo amenaza a una persona. Pero al parecer sólo me queda tener fe, nada me está aterrando más ahora que esto.
Fue una simple llamada con mucho que dejar. Algo inesperado que arrasó con todo a su par, sin dejar alguna víctima por fuera. Fue mucho más en serio de lo que pareció, Wesley me lastimó. No quiero imaginar todo lo que ha pasado Chloe. Y sé que probablemente no debería confiar con tanta facilidad, porque si algo se sabe es que no puedes confiar en absolutamente nadie.
Pero es Chloe, y Chloe es mi amiga, ella no tiene razones para mentirme sobre algo de este calibre de importancia.
Chloe jamás me mentiría.
Yo siempre he intentado ser lo más realista posible. Sin creer en promesas, sabiendo que todo no siempre sería de colores, que no todo era en serio, pero que a la vez no todo era un juego. Nada lo es. No me veo como la clase de persona que confía en todo el mundo, pero sin embargo es lo que parezco ser.
Siempre supe que de tanta felicidad saldría algo malo. La felicidad nunca es constante. Como dice el dicho: "para ver el arcoiris primero debes dejar pasar la tormenta". Y esta es claramente la parte de la tormenta.
Jodidos dichos realistas.
Nada de esto me sorprende cuando ya presentía que algo sucedería. Pero nunca imaginé que sería algo como esto, con vidas en riesgo. ¿Chloe no había mencionado algo sobre haberla amenazado con un arma? ¡El muy jodido puede atentar contra nuestras vidas!
La puerta suena, me giro viendo a Keith apoyarse en el umbral con una sonrisa postrada en su rostro.
—Creí que no regresarías hasta el domingo. ¿Pasó algo?
Yo suspiro, la sonrisa que había empezado a formular decae, dejándole al parecer con una conclusión sobre qué pensar.
Pero es tarde, estoy cansada, recién llego de un viaje que resultó agotador y extrañaba a mi familia. Así que le vuelvo a sonreír mientras me acerco a él, pasando mis brazos por su cintura y él me rodea, besando mi frente.
—Sí, pero ya les digo mañana, acabo de llegar, Keith.
—Lo siento, te extrañaba, no sé ni porqué parece que me quejo —nos reímos meciéndonos—. ¿No tiene nada que ver con Dallon? Porque que si es así, lo voy a castrar, Zoe.
—¡No! —exclamo—. Con Dallon todo va bien, K. Es un buen novio, ¿sabes?
—Joder —jadea alejándose de mí. Me mira expectante con sus ojos abiertos, su boca abre y cierra, frunzo mi ceño—. ¿Lo hiciste?
—¿Qué?
—Estuviste con Dallon —masculla, bastante bajo, pero lo suficientemente alto para que sea una afirmación escuchada por mí. Lo arrastro con mi brazo hacia la habitación, cerrando la puerta a mis espaldas.
—Keith... —intento empezar a explicar, me interrumpe. No es bonito ver a alguien caminar de lado a lado con lo que se reduce a desesperación.
—Está bien, está bien —dice, algo más para sí mismo—. Utilizaron protección, ¿cierto?
—¡Sí!
—¿Te trató bien?
—¡Claro que sí!
—Muy bien, perfecto —jadea—. Desde lo que pasó con Abi, he estado intentando mejorar en este tipo de cosas, pero sabes que Daniel es un poco mejor sobrellevándolo.
—Dios mío, Keith, quédate tranquilo, me desesperas.
Asiente frenéticamente sentándose en el borde la cama, restriega su cabeza con sus manos varias veces. Está actuando exageradamente ante todo. Incluso recuerdo que llegamos a hablarlo, él sabía muy bien cómo ocurriría todo.
Prosigo a abrazarlo. En cierta parte me parece tierno, porque en realidad Keith siendo celoso es algo que considero adorable de vez en cuando. Aun así, debí saber que esto algún día empeoraría.
—¿Cómo lo supiste? —le pregunto, dejando salir una diminuta risa al final, para nivelar un poco la tensión. Él me mira por un momento y suspira, soltando una risa de igual manera.
—Yo sé sobre esto, Zoe, me pasó, ¿recuerdas? ¿Cuando mamá enloqueció y no sabía si estar feliz porque ya me había vuelto un hombre o triste porque su bebé estaba creciendo?
—Sí —río, me siento a su lado—, sólo quería saber si habías tenido cuidado, y luego me dio otra de esas charlas.
—Por eso no me preocupo tanto como debería —bufa—, ganas de castrar a Dallon ahora es que me quedan —golpeo su brazo—. Vale. Al menos recuérdame tener una conversación con él, ¿quieres? No va a cambiar nada, pero intentar no cuesta.
Asiento recostándome de su brazo.
»¿Entonces? ¿Me dirás por qué regresaron antes de tiempo? Puedes decirme hoy a mí y mañana a Dan y papá.
Mi miraba baja. Lo había olvidado por un segundo. Casi nada, pero estaba ahí.
—¿Prometes que no vas a enloquecer? Yo estoy un poco tranquila, necesito que estés tranquilo también porque sino yo entraré en pánico y eso no es bueno, no es necesario por los momentos, ¿entiendes?
—Sabes que somos escépticos a las promesas, Zoey, además, ya me asustaste. Dime.
Suspiro. Le pido que nos acomodemos en la cama de manera que quedamos frente a frente y logro que lo prometa. Su expresión se torna asustadiza de repente y eso quiere decir que está intentando realmente no enloquecer antes de tiempo.
Entonces con lentitud comienzo a contarle desde un principio; desde que Wesley me lastimó el brazo, pasando por mi repentino despido y acabando en lo que sería una extensa explicación de lo sucedido anteriormente con Chloe.
Su labio tiembla.
—¿Estás segura de que ellos pueden ayudar? —en su voz resalta el pavor. Con su manos resbaladizas por sudor retiene las mías con fuerza, temiendo que si las suelta algo puede ocurrir—. Maldición, Zoe.
—Confío en Devon, Keith.
—¿Por qué no nos dijiste antes todo esto sobre ese tal Wesley?
—¿Qué iban a hacer? ¿Llamar a la policía? ¡Ese tipo puede que sea un asesino! Escapó de otro estado, Keith, cambió su nombre para que no lo buscaran...
—Si es un asesino, es el asesino más idiota que he conocido en toda mi vida —bufa rodando sus ojos—. Vamos, Zoe, has visto esas series por televisión; si eres un asesino, sales del país, no del jodido estado, y nunca arrastras a tu puta víctima más audaz contigo cuando en cualquier momento puede abrir la boca, por amor a Cristo, ¡no sirve ni para criminal!
Ruedo mis ojos tratando de no reírme con sus palabras. No es momento, joder.
—Pensándolo bien, tienes algo de razón —muerdo mi labio, él hace un gesto obvio y mis hombros caen. Ahora lo vuelvo a abrazar—. Él puede ser capaz de todo, K. Chloe estalló, ella realmente está pasando por esto desde hace años, sólo quiere escapar de una vez.
—Eres muy buena, Zoey —suspira acariciando mi espalda, rezongo—. Menos cuando quisiste cambiar tu nombre de Zoella a Zoe, mamá no estaba contenta.
—Siempre seré Zoella, vamos —tiendo a reírme—. Tengo más cara de Zoe, es sólo eso.
—Tienes cara de Z, ya cállate —regresa la risa. Pero entonces creo que se acuerda de nuestro tema anterior y ya no sonríe ni se ríe, está serio—. Debes decirle a Daniel y a papá cuanto antes, sabes que no podemos dejar que llegue hasta a ustedes, mucho menos Abigail con el embarazo.
—No lo hará, ten fe.
—Mierda, Zoe, tengo fe —chasquea su lengua—, ¿pero sabes qué tan peligroso puede llegar a ser esto? Creo que deberíamos hablarlo ahora.
—¡No! —casi grito—. No, Keith, por favor, en serio, es tarde y no creo que papá lo tome bien ahora, simplemente por favor.
—¿Qué no voy a tomar bien ahora?
La voz de papá nos resalta a ambos, pero cuando nos percatamos de nuestra posición, Keith me da una expresión demandante que grita "ahora" a un sonido aturdidor. Y entonces está mi increíble inhabilidad para mentirle a mi familia y los nervios acumulados.
Mierda.
—Cody Christian —Nathan hace una expresión de placer tras rodar sus ojos, come de su helado. Brad lo mira mal—. ¡Vamos, por favor! Está buenísimo, amor.
—Tenemos permitido observar —asiente Abigail—, es eso o ver porno y criticar las escenas, podemos observar a los actores con libertad absoluta y está permitido ir al baño a masturbarse si lo es requerido.
—¡Lejos! —grito, intentando apaciguar mi risa—. ¡Eso, es ir jodidamente, lejos, Abigail!
—Podemos seguir buscando actores que estén buenos o sólo ver porno, sin todo lo que dijo Abigail —sugiere Brad.
—O podemos buscar a actores porno —sonríe Chloe resplandeciente. Dudamos ante su sugerencia.
—Depende —Nathan alza su ceja—, ¿hetero o gay?
—¿Por qué no ambos? —ahora sonrío yo. Ellos se ríen y Nath abre su boca.
—Joder, debo preguntarle a Dallon qué mierda fue lo que hizo contigo. Realmente amo a esta nueva Zoe.
—¿Qué? Pero si siempre fui así.
Ellos niegan, todos. Oh, joder.
—Como sea, quiero ver porno —Abigail se encoge de hombros.
—¿Es que Brendon no te da suficiente, mujer? —se ríe Chloe, inundando la habitación luego con nuestras risas. Abigail calla, perdiéndose en su bote de helado.
—¿Abi? —digo—. ¿Qué pasa?
Ella muerde la parte interior de su mejilla y luego suelta el bote tras lanzar un chasquido y bajar sus hombros.
—¿Si les digo algo me creen? —cuestiona, nosotros nos miramos entre todos, parece que es algo serio. Decidimos asentir, ella suspira—. Brendon y yo ni siquiera nos hemos besado todavía.
—¡¿Qué?!
Estallamos en un mar de exclamaciones en asombro. No lo esperábamos de esa manera.
—O sea —ella vuelve a rezongar—. Obvio sí hemos estado cerca, como ¡demasiado cerca! pero no tengo idea si es porque ninguno se anima a dar el primer paso o sólo porque el momento no se ha dado.
—No me jodas —bufa Brad—, se encarga de pagar la mitad de tus gastos médicos, siempre están juntos, te trata de manera cariñosa y viceversa, ¡¿y ni siquiera se han dado un maldito beso?!
—A éstas alturas todos creíamos que ya hasta cogían como conejos en celo —Chloe finge estremecerse. Mi teléfono suena cuando estoy por decir algo. Abi me da su sonrisa de ganadora.
—Salvada por la campana —agito mi teléfono. Por ahora.
Ella me saca su lengua y me dispongo a atender la llamada de mi novio. Lo pongo en altavoz.
—¿Como están? —risotea cuando le aviso que lo he puesto en altavoz y todos respondemos.
—¿Qué hay de ustedes? —pregunta Nathan.
—Pues, bien —suspira—. La policía todavía no encuentra nada, y nos está jodiendo. Pero sabemos que es algo que se lleva poco a poco y en lo que hay que tener bastante cuidado. Parecemos jodidos detectives, probablemente Wesley ya sepa que estamos involucrados en esto.
Hacemos muecas y Abi pasa su brazo por encima de los hombros de Chloe cuando sólo suspira en respuesta. Cierra sus ojos.
—¿No sirvieron los nombres que di?
—No encontraron ninguno. Parece que se encargó de en verdad no dejar ninguna clase de rastro antes de salir del estado. Fue casi un movimiento inteligente, pero nadie nunca queda absorto, siguen con la búsqueda y considero que cada vez estamos más cerca de encontrar algo.
—Dal, ¿y si la policía no encuentra nada? —temiendo de mi pregunta, me quedo sin aire—. ¿Y si esto resulta ser algo que debemos resolver nosotros mismos?
—¿En donde mierdas crees que estás, Zoe? —gruñe Nathan—. ¿En el jodido Criminal Minds? ¡Esto es serio! ¡Prácticamente quiere matarnos!
—Nosotros no vamos a resolver nada, Zoe, para algo está el FBI y toda esa gente —reprende Dallon al otro lado de la línea—. Hasta ahora lo único que hemos obtenido saber es que Wesley sabe que regresamos y que el FBI lo está buscando, también que ya no es sólo él sino que tiene a más gente consigo.
—Pero yo se los dije —dice Chloe—, él siempre ha tenido a más personas con él, nunca ha sido él solo.
—Sí, pero el FBI no lo sabía, y es un gran problema porque si era sólo él no sería tan difícil, sin embargo, estamos hablando de veinte a cincuenta personas de su parte.
—Alto, alto —dice Brad—, ¿cómo es que no encontraron nada sobre Wesley, pero aun así el FBI lo está buscando?
—Por ahora es sólo un sospechoso, por eso quieren seguir en el caso. Nada es totalmente seguro, chicos, no sé muy bien cómo trabaja el FBI y Brendon tampoco, es Devon quien ha estado dando el culo y ha intentado sacar algo, pero es lo que tienen hasta ahora.
—¿Entonces? —pregunto.
—Entonces nos queda esperar. Por cierto, Devon ha conseguido que algunos oficiales vigilen la zona mientras están en su búsqueda, empiezan mañana. Él quería que les avisara, así que, si de repente ven a algún policía cerca, saben de qué se trata.
—Al menos —me encojo de hombros.
—Claro —dice quedo—. ¿Se puede saber qué hacían? No habían mencionado nada sobre alguna pijamada sorpresa.
Nos miramos cómplices por un segundo, llevándonos de regreso a lo que hacíamos o estábamos por hacer antes de que él llamara.
—Estábamos por ver una película —tartamudeo, pero él no le toma importancia, gracias al cielo.
—Uhm... ¿Puedo ir? No creo querer soportar a Brendon roncando o a Devon ceñudo otro segundo más, por favor.
—No —enseguida niego—, es noche de chicas.
—Patrocinada por Nathan y Brad —Nathan imita esta voz de comercial barato que lo hace reír. Luego bufa.
—De todos modos ni quería. Pero ya. Zoey, amor, ¿podrías quitar el altavoz? Creo que tengo ganas de ser algo cursi.
Ellos se burlan, pero yo me aproximo a llevarme mi teléfono hasta mi habitación, dejando atrás nuestros planes por el momento y entre abucheos y risas consigo tener mi tiempo a solas con mi novio del otro lado de la línea.
—¿Algo cursi? Eres un menso, Haggart. Me viste esta tarde.
—¿Y eso qué? Quiero verte todos los jodidos días, todo el día. Y por favor, no vayas a matar el romanticismo esta vez, te lo pido.
—Idiota, ya es tarde como para vernos —me río—, estarás bien. Todavía queda la recompensa de mañana.
—Espero ansioso.
Me río y hablamos otro pequeño rato, hasta que escucho el timbre sonar y las respectivas risas y voces de mis amigos en la sala, quizá es la pizza que pedimos hace una media hora y que el helado solventó, pero no hay nada como una buena y típica pizza a las once la noche con algo de películas peculiares. Siempre siendo clichés.
Un grito me saca la sonrisa del rostro como una patada en el vientre, pero no fue un grito burlesco o parecido, fue un grito desgarrador, acallado a la mitad, algo que pude escuchar estando a mitad de pasillo.
Dallon, que sigue en la línea, me pregunta qué sucede, pero no soy capaz de responder, el teléfono cae de mis manos.
Abigail está retenida desde sus brazos por un tipo que sostiene un pañuelo contra su boca, mientras que Nathan pelea con otro tipo el doble de grande y robusto que él, llego justo para el momento donde lo noquea y este mismo golpea a Brad contra una pared y parece dejarlo inconsciente. Abigail cae en el suelo y mientras mi mirada recorre con horror el lugar, no veo a Chloe.
Y siento a alguien jalar de mi cabello, sin darme oportunidad de pegar un grito. Pataleo, pero es mucho más fuerte que yo, ni por enterrar mis uñas y desgarrar con ganas consigo que me suelte.
Entonces todo se vuelve negro, y exactamente lo último que logro ver son unos ojos azules. Azulísimos.
Pero no sé a quién pertenecen.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro