twenty nine, Keith y Cameron esconden algo.
Por favor, lean la nota final, amiwos :)
Zoe
Dos meses después.
Mis labios recorren la extensión de su cuello, trazando con mi lengua su manzana de Adán. Sus caricias en mi espalda me hacen reír, termino mordiendo su mentón, ahogando mi risa.
-Silencio -alarga en un susurro-, te van a escuchar, pecas.
-Cada vez que tenemos sexo no te importa quien me escucha y quien no -hago un puchero-. No es justo.
-No me importa, tienes razón -siento que entrelaza sus manos por mi espalda-, pero debe importarme si estamos en la casa de tus padres, con tu padre durmiendo un piso arriba y tu hermano en la habitación de al lado. No creo tener que ganarme su odio a éstas alturas.
-Sabes que por Keith no hay ningún problema -muerdo su labio-, y tienes en claro que a John le agradas. Además, sería un buen regalo de navidad que nos encontrara a ambos en plena acción.
-Oh, Dios mío, ¿qué he hecho? -suelta en son dramático-. ¡He creado un monstruo morboso!
-¡Eh! -carcajeo-. ¡Siempre he sido así! Que tú hayas influenciado un poco es diferente. Haces que me vuelva una adolescente hormonal. Ahora comprendo la excitación de las perras en la secundaria por ti.
-Meh -encoge su hombro. Me tomo el tiempo de apoyar mi codo de la cama, creando un panorama perfecto de su rostro y torso descubierto, simplemente cubierto por unos diminutos boxers blancos que yo le he regalado hace unas semanas.
Quiero morder todo.
-¿Meh?
-De nada me servía si sólo quería a una chica, pecas -imita mi pose-, y quizá sí tardó un poco en hacer efecto, pero aquí estamos ahora y es lo que importa. No puedo dejarte ir ahora que te tengo.
-No tienes idea de lo mucho que me hace feliz el escuchar eso -susurro, entrelazando sus dedos con los míos -. Porque no quiero que te vayas nunca. Ni que me dejes de enamorar cada día más, por más cursi, idiota, y poco yo que suene.
Le genero una risa que calla tras llevar su mano con la mía a sus labios, y deja un casto beso en el dorso. Me he puesto su suéter, sin sostén abajo y cubierta por unas pantis blancas. Todo a petición suya.
-No es cursi. Si eso es cursi, entonces te gano. No puedes ser más cursi que yo.
-Tú no eres cursi, eres un empalagoso, eso eres -me río. Sus cejas se levantan con incredulidad atravesando su semblante, y me hace reír aun más.
Lucha conmigo hasta quedar encima de mí, con mis piernas rodeando su cintura y mis brazos sus cuellos. Apoya sus codos de los costados de mi cabeza y se acerca para besarme.
Y puedo jurar que amo este tipo de momentos, donde sólo somos él y yo junto a las lucecitas que he proporcionado a la habitación, dándole el toque de festividad navideña, ya que la navidad resultó ser la festividad favorita de ambos.
Decidimos venir a pasar unos días a casa de mis padres por el hecho de que noche buena se acerca y no quería dejar a papá solo. Keith ha considerado lo mismo y él junto a Daniel y hasta Layla se han sumado, sólo que esta noche sólo estamos nosotros dos, papá, y Keith en su habitación, la cual está a un lado de la mía.
Quisimos abstenernos un poco al tema del sexo, pero sólo lo hizo más tentativo. Habíamos sido lo más silenciosos posible ese par de veces, aun así, seguimos sin estar seguros de nada.
Sólo esperamos por una de dos cosas -entre lo más probable-: una advertencia por parte de Keith, o un descubrimiento por parte de papá.
Parecíamos estar preparados para cualquiera que viniese primero.
Ahogo mis risas en su boca, repitiéndole que lo amo para que detenga sus tortuosas cosquillas, hasta que repentinamente él se detiene y calla.
-¿Qué pasa? -pregunto. Me pide que haga silencio en una simple seña, y con su ceja levantada y ceño fruncido, se para de la cama y, tan sigiloso como un gato, se acerca hacia la pared.
Al parecer escucha algo de lo que yo no puedo ser consciente.
-¿Hag?
-Un segundo -me silencia de nuevo, esta vez camina hasta pegar su oreja de la pared.
Presiona sus labios cuando quiere sonreír. Con la misma diversión vuelve a la cama, se ve emocionado por algo que no puedo reconocer con exactitud.
-¿Me dirás, o es un juego de adivinanza?
Él niega con su cabeza tras comenzar a reír. Desearía saber exactamente qué está pasando por su mente, no despega su vista de la pared.
-Pecas, escucha, ¿Keith es el que está en el cuarto de al lado, cierto?
-Sí, pero no comprendo su emoción, señorito Francés.
-¡Joder! -masculla con más emoción todavía, casi saltando y pareciendo un niño con un dulce. Antes de que articule algo, se me adelanta-. Amor, he estado pensando en algo desde hace un tiempo de lo cual había quedado en comentarte pero sólo quería llegar un poco más a fondo.
-Uh... -frunzo el ceño-, ¿está bien? Sigue.
-Vale. Es más como una idea que pasó por mi mente de la nada, algo como una probabilidad lejos de la realidad y más cercana a la misma locura, pero se trata de Keith.
-Dal, ¿podrías ir al punto, por favor?
-¡Bien! -agita sus manos-. ¿Qué sabes sobre la preferencia sexual de Keith?
-¿Preferencia sexual? -repito con incredulidad. Pestañeo-. ¿Por qué?
-¿Ha tenido alguna relación antes con algún hombre?
-Pues..., sólo recuerdo una vez, hace muchos años. Hubo un tiempo en el que se le vio algo angustiado por algo que desconocía en ese instante, y tuvo una conversación con nuestros padres sobre eso puesto que mamá era bastante atenta con todos nosotros.
-¿Eso quiere decir...?
-Aun no acabo, Dal.
-¡Lo siento, lo siento! Sigue.
-Va. En ese tiempo él no nos comentó nada, ni a Daniel ni a mí. Ambos sabemos porque escuchamos estando escondidos, no sabíamos porqué habían sentado a Keith como si hubiese hecho algo malo.
»Lo poco que llegamos a escuchar nos hizo llegar a la conclusión de que Keith había estado teniendo dudas sobre si le gustaban las mujeres o los hombres. Ni papá ni mamá tuvieron problemas porque Keith se veía algo afectado, pero una vez pareció decidirse, no se volvió a discutir. Hasta el sol de hoy mi hermano sólo ha llevado o traído mujeres.
»Ahora, ¿el por qué de tu intrigante?
-¡¿O sea que sí hay posibilidades de que Keith sea gay?!
-Yo diría bisexual, ¡pero no comprendo, Haggart!
-¡Baja la voz, baja la voz! -posa su mano sobre mi boca-. ¿Lo has notado algo extraño últimamente?
-¿Un poco más feliz, quizá? Ni idea, Dallon.
-¡Exacto! ¡Feliz!
-¿Sí sabes de mi poca paciencia, no?
-¿Sí sabes de lo mucho que te amo, no? -toma mi cabeza desde mis mejilla, besa mi frente-. Cameron ha estado actuando raro también. Muy raro, ¡demasiado raro!
-Dallon -digo en tono de reproche-, ¿estás insinuando que mi hermano y Cameron tienen... Algo?
-Te digo que es loco, ¡pero son cosas que vengo observando desde hace tiempo, Zoe!
-Es en serio algo loco. ¿Cómo es que llegaste hasta ese punto de pensar en ellos teniendo una relación?
-No lo sé, sólo tuve un presentimiento, como en las películas o en los libros, ¿comprendes?
-Sería algo típico..., que pasa sólo entre personas heterosexuales. Si pasara entre homosexuales sería algo diferente. Mi hermano no es gay, Dallon, pudo haber tenido un arranque adolescente hace años, pero a éste punto de la vida donde realmente conozco a mi hermano prácticamente mellizo, sólo te digo una cosa: estás demente.
Él chasquea con sus dientes. Ahora camina de un lado a otro en el espacio frente a la cama, sin hacer ruido, puesto que aquí las paredes son bastante finas, y de hecho, si él escuchó algo, se me hace extraño el que yo no lo haya hecho.
-Pon tu oído en la pared -murmura bajito-. Hazlo y sabrás que no te estoy mintiendo. Fueron inconfundibles gemidos lo que escuché, Zoey.
-Puede que Keith esté teniendo sexo ahora mismo, Dallon, ¿y eso qué? Nosotros no podemos hablar mucho que digamos. Ha metido a cientos de chicas en su habitación antes. Es su bendita forma de ser.
-Yo..., algo sólo me dice que tengo la razón -sacude su cabeza. Al parecer esto sí le parece un tema bastante serio, porque se lo está tomando de tal forma-. Sé que entre Cameron y Keith ocurre algo. Sólo lo sé.
-Es producto de tu imaginación, Dal -digo con cansancio-. Fue sólo una idea alocada que llegó a tu mente por algún gesto entre ellos que tomaste de forma diferente y le buscaste el problema por donde no lo había.
-¡Claro! -chasquea sus dedos-. ¡¿Cómo no lo pensé antes?! Mira...
-¡Dallon! -mascullo. Claramente ha ignorado todo lo que he dicho-. ¿Siquiera escuchaste lo que acabo de decirte?
-No. Escucha -se acerca para hablar un poco más bajo, pero luego comienza a revolver su mochila hasta que saca un objeto que rápido conozco como su teléfono. Suspiro, teniendo paciencia-. Cameron siempre tiene su celular en sonido porque se molesta siempre que no lo encuentra o no atiende alguna llamada y así.
-¿Ajá?
-Bien, pondrás tu oreja contra la pared, y si suena, entonces ahí tendrás tu respuesta -dice con su vista en el aparato, resoplo rodando los ojos-. Oh, y una pregunta, ¿por casualidad conoces Thank You For The Venom de My Chemical Romance?
-Es una de mis canciones favoritas, Dal.
-Pues que bueno, porque es su tono de llamada -presiona opciones-. A la pared.
-No sé ni porqué demonios estoy haciéndote caso -gruño en susurros, como hemos venido hablando. Voy hacia la pared-. Esto es demasiado ridículo. Conozco a Keith. Además, ¿los has escuchado hablarse? ¡Ellos prácticamente se detestan!
-¡Silencio! Polos opuestos se atraen -me calla en otro susurro gritado. Posa su oreja contra la pared nuevamente, estando yo frente a él. Y por alguna razón, mi pulso se acelera. Quizá temiendo que todo lo que él ha dicho sea una vil verdad-. Está marcando.
Mierda.
Apego mi oreja a la pared y hacemos total silencio, ni un grillo se oye. Agudizo mi sentido de la audición tras cerrar mis ojos. Y me sobresalto.
Es Thank Your For The Venom de My Chemical Romance. Reconocería el comienzo de esa jodida canción a millas.
Doble mierda.
Mis ojos y mi boca se abren tanto que debo taparla con la palma de mi mano. Mientras que la sonrisa de Dallon se ensancha de aquí a Plutón, y con un ágil movimiento se las arregla para alejarse y ponerlo en altavoz.
Entonces la canción para del otro lado y la voz de Cameron se escucha, pero no sólo a través del parlante, sino que a través de la pared también.
Triple jodida mierda.
Dos meses y tres semanas; es la cantidad de tiempo que ha pasado desde que supimos que la bonita Chloe está en coma. La cantidad de tiempo que siento la que hemos perdido. La cantidad de tiempo que Devon se ha rehusado a dejarla ir.
Deteriorado es poco para lo que Devon ha estado los últimos dos meses. Ha pasado un gran tiempo, pero él sigue aquí, sosteniendo sus manos, sin perder la esperanza en absoluto.
Dallon toma mi mano, respirando con agitación en la sala de espera. Está molesto.
-Sabías que se negaría -replico-, sabías que él iba a reaccionar de esa manera, Dallon. No lo vas a convencer.
-Zoe, todos estamos conscientes de que Chloe no despertará -dice con desesperación-. ¡Estoy perdiendo a mí hermano! ¡Mi hermano, es el que está allá adentro, volviéndose loco y llenándose de falsas esperanzas que los malditos doctores sólo usan de alimentar! ¡Ese es mi hermano!
-¡Dallon, sólo hay que esperar un poco más! -insisto, a pesar de no poder subir mucho la voz-. Y haz silencio que estamos en un hospital. Dal, debes entenderlo. Está enamorado. Si tú estuvieses en el lugar de Chloe, ¡yo estuviese en el lugar de él! Ponte en sus zapatos un segundo.
-Yo comprendo, yo realmente lo comprendo -sus manos restriegan su rostro-. ¿Pero lo viste, Zoe? ¿Viste lo degollado que está? ¿Lo ido que siempre parece?
Su desesperación rebasa tanto que debe pararse de su puesto, caminando en un círculo. Apoya sus manos y cabeza de la pared.
Su angustia lo hace lagrimar, así que desde su espalda lo abrazo, dándole reconforte y palabras de aliento. Se gira rodeándome con fuerza, y puedo oírle un pequeño sollozo al esconder su cabeza entre mi hombro y cuello.
-Ni mamá ni papá pudieron hacerlo cambiar de parecer tampoco. Pero creí que yo sí podría, que Brendon podría. Creía que todo acabaría. Que él la dejaría ir. En paz. Hacia donde puede estar mejor.
-¿Tú me dejarías ir? -pregunto, haciendo que su mirada choque con la mía una vez nuestras frentes se juntan. Limpio las lágrimas rebeldes que resbalan por su rostro.
Cuando sacude su cabeza en negación, rodeo su cuello en un abrazo. Sus brazos se unen por mi espalda, y en susurro ahogado dice:
-Lo siento. Es cierto, tienes razón. Debo ponerme en sus zapatos, sólo no quiero que siga sufriendo, al menos no en silencio. Necesito a mi hermano de vuelta, Zoe.
-Ahora lo que necesita es tu apoyo, Dal. Ve ahora, disculpate con él, demuestra que estás ahí para él y que lo comprendes. Alienta, dale fuerzas. Las necesita.
-¿Qué hay de ti?
-Yo... -suspiro-, nada me duele más que ver a una gran amiga en tal estado, Dal. Ella no se merecía nada de lo que pasó. Ella merece levantarse, y tener a alguien como Devon a su lado, siendo parte de nuestra familia. Ella pertenece aquí, con nosotros.
Me abraza. Parece que quiere darme fuerzas a mí cuando considero que él las necesita más. No miente cuando dice que Devon está todo magullado, literalmente. Se está perdiendo a sí mismo a orillas de una cama de hospital.
Abigail llega un rato después de que él se va hacia la habitación donde está Devon para hacerle compañía. Se sienta a mí lado y no decimos nada por un minuto, hasta que ella risotea.
-Brendon es mi novio.
Como rayo giro mi cabeza hacia ella, hacemos contacto visual y entonces vuelve a reírse. Cuando se prolonga, me veo riendo junto a ella, en una lúgubre sala de espera con intento de adornos navideños, pero sigue siendo tan triste como toda sala de espera hospitalaria.
-Estoy muy feliz por ustedes -digo cuando creemos tener más de otros tres minutos abrazadas-. Ya era hora, se estaban tardando demasiado. Siento que romperé a llorar en cualquier momento.
-Yo igual -entrelaza su mano de la mía-. Nuestras vidas han cambiado tanto, Zoey. Voy a ser madre en dos meses y medio, y cada día la idea se vuelve más loca.
-Lo imagino -me río-. ¿Cómo fue?
-¿Cómo fue qué?
-La petición de Brendon.
-Bueno -suspira-, ponquecito ya venía influenciando bastante, prácticamente le arrebaté las palabras de la boca. Creo haberle quitado un peso de encima.
-¿No sabía cómo pedírtelo? -bufo una risa. Ella asiente-. ¿Cuándo fue?
-La semana pasada, pero habíamos estado pensando en todo lo necesario para cuando nazca el ponque, así que, lamento no habértelo comentado antes.
-Está bien -río besando su cabeza, que ahora se apoya de mi hombro-. Incluso hasta le agarraste el hilo al apodo.
-Tenía qué -se ríe. Apunta a la puerta-. Ahí viene Nath.
Al subir mi vista en efecto es Nathan quienes está cruzando la puerta principal, con una sonrisa tatuada en el rostro y una pequeña bolsa de panadería entre manos.
-¿Cómo están mis tres amores? -besa mi frente, luego la de Abigail y seguido se inclina para delicadamente besar la superficie del vientre de Abi y acaba por sentarse en el suelo de piernas cruzadas-. Compré cupcakes.
-Nath, no puedes sentarte en el suelo, es un hospital, sobran sillas -digo viéndolo abrir la bolsa. Él bufa encogiéndose precariamente de hombros.
-A la mierda la gente de este lugar. Ten -extiende un cupcake hacia ambas- chocolate para ti, y chocolate para ti, y chocolate para todos. ¿Sabías que en Venezuela a los cupcakes se les dice "ponques"?
Abigail frunce su ceño mientras yo dejo salir una risita.
-¿Mi hija tiene apodo de pastel miniatura? -alza su ceja-. Mierda, recuérdenme darle créditos extra a Brendon por eso. Vaya originalidad.
Nos reímos y comemos nuestro postre en silencio, hasta que Nath hace un ademán.
-¿De qué hablaban antes de que llegara?
-Pues... -Abi hace una mueca-, de Brendon siendo mi novio desde el miércoles de la semana pasada.
-¿Cuando averiguaban lo de la habitación para ponquecito? -sonríe-, joder, Abi, estoy feliz por ti. Al fin.
Ellos se dan un breve abrazo mientras que yo me paralizo. ¿Qué?
-¿Habitación para ponquecito? ¿En dónde vivirán?
Ellos me miran, intercambiando miradas cómplices brevemente.
-Verás, Zoey -comienza ella.
-Hemos estado planeando varias cosas últimamente -prosigue él. Sigo sin despojarme de mi expresión confusa.
-¿Cómo qué?
-Brad y yo viviremos juntos en una de las casas que él alquila a una de sus tías, lo cual dejará el apartamento de nosotros libre para Abigail y Brendon.
-Todavía debo planteárselo, pero es algo que ya habíamos pensado porque es perfecto para cuando ella nazca y...
No la dejo acabar, la atajo hacia mis brazos en un confortante abrazo que corresponde de inmediato.
-¡Es una idea estupenda, de verdad, Abi! -siento que sólo chillo, pero ellos se ríen por mi emoción, tanto que Nath se acerca para rodearnos a ambas con sus corpulentos brazos de hombre. Hombre gay.
-Ahora que estamos en tanta felicidad y que no hemos tenido este tipo de momentos en un tiempo, tengo que algo que decirles -vuelve a sentarse en el suelo, apaciguando su risa tras presionar sus labios.
Ignorando a la enfermera que pasa regañándolo por andar sentado en el suelo, porque él se levanta cuando ella se lo pide pero vuelve a sentarse cuando ésta se aleja.
Intercambio una mirada divertida con mi mejor amiga que toma mi mano.
-Le pedí matrimonio a Brad. Y él aceptó.
Con tal razón mandamos a los doctores y enfermeras a la mismísima mierda, puesto a que nuestro grito se escucha por toda la jodida sala. Raramente sólo recibimos miradas y no alguna reprimenda de las autoridades en este lugar, así que nos lanzamos a los brazos de nuestro amigo.
-¡¿Cuándo?! -soy la primera en preguntar.
-Febrero. Antes de del cumpleaños de Nick y el nacimiento de ponquecito. Serán las damas de honor más calientes que ningún matrimonio gay alguna vez tendrá, además de nosotros.
Reímos estando en un abrazo de tres, con sólo la enorme panza de Abi por el medio.
-Mierda, hablando sobre gays -me separo del abrazo. Nath se ríe-. Creo que Keith tiene algo con Cameron.
-¡Lo sabía! -salta él, los ojos de Abigail sobresalen-. ¡Dallon me lo dijo y comencé a observarlos! Dios, es tan obvio.
-¿Cómo es que nosotras no sabíamos? -los hombros de Abi caen-. ¿Keith nos lo ocultó todo este tiempo? ¡Ni siquiera sabía que era gay!
-¿Recuerdas la conversación que él tuvo con mis padres? ¿Que Daniel y yo nos escondimos?
-Mierda -creo que lo recuerda-. ¿Entonces es bisexual? Cameron no parece del tipo gay tampoco, ¿estás segura?
-Joder, no -niega Nathan-. Puedo asegurar que es gay. Puedo reconocer un gay cuando lo veo. No necesariamente debes ser afeminado para ser gay, ¿lo saben?
-¿Cómo tú lo supiste? -me pregunta ella, ignorándolo de gran manera-. ¿Viste algo?
Hago un breve resumen de lo ocurrido en la habitación de Keith estando con Dallon y Nathan sólo empieza a chillar, mientras que Abigail se muestra feliz.
Por mi parte, me encuentro igual. Si Keith es feliz, entonces por mí no hay problema. Además, amo a los gays, y eso él lo sabe.
Desde aquella conversación escuchada a incómodas escondidas, puedo claramente imaginarme a mi hermano junto a otro hombre. Y en este caso parece ser Cameron el ganador.
Lo hablaría con él, llegaría al fondo de todo esto. No tiene razón para ocultarlo si realmente sucede algo, todos lo sospechaban, y me doy cuenta de que la única inconsciente de aquello, era yo.
La noche cae, cenamos en un bonito restaurante y observamos los adornos navideños. Dallon ha logrado sacar a Devon, y se mostró feliz cuando dimos todas las noticias importantes. Hablé con Dal para que hablara con Cameron e invitarlo, por lo que llamé luego a Keith para otra invitación "casual".
Entonces todo se hizo aún más obvio y me vi realmente satisfecha. Aun así optamos por seguir en silencio. Kenny lo sabía de igual forma. Todos simplemente sospechaban.
Entonces me levanto para hacer un brindis, por una nueva vida. Comenzaría otro año y todo mejoraría. Nosotros lo sabemos. Tengo ese pequeño presentimiento en mi pecho, ese que me llena de total felicidad.
La boda de Nathan, el nacimiento de ponquecito, el cumpleaños de mi sobrino, mucho más tiempo con mi familia y amigos, mis estudios, y el aumento de esperanzas porque la bonita Chloe despierte de su siesta.
No quiero adelantarme a los hechos, pero el comienzo de este nuevo año se ve bastante próspero.
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#MiércolesDeSuMirada
¡ATENCIÓN, MIS QUERIDOS LECTORES!
Como han de saber, esto está por acabar, pero no es el final. A lo que me refiero es que estoy empezando a escribir una subhistoria de Su Mirada.
Se trata nada más y nada menos que la relación entre Keith y Cameron (razón por la cual quise hacer énfasis en su nueva "relación" a lo largo de este capítulo).
Se llama "Cocaína" y en mi perfil estará disponible la sipnosis, introducción y primer capítulo a partir de ahora :)
Siento que hemos llegado muy lejos con esta novela, por lo cual quise regalarles esta subhistoria que espero vayan a leer y me den su opinión. Lo apreciaría bastante.
Ya luego pensaré en otra cosa para darle un poco más larga a esto, mientras tanto disfruten lo que hay, mis amores.
Espero verlos el domingo :) <2+1.
Y de verdad, muchas gracias por leer xxx.
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