Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

thirteen, montaña de mentiras.

Zoe

—Abigail —digo con firmeza—. Abre la jodida puerta antes de que obligue a Nathan a derrumbarla, y créeme que tú no quieres eso.

—No puedes derrumbarme a mí, vas a derrumbar una puerta —bufa con sarcasmo—. Ridículo.

—Joder —gruño—. Sólo ven a almorzar para poder irme tranquila al trabajo. No quieras preocuparme de esta manera. Deja de actuar como niña caprichosa y sal ya de ahí.

—No tengo hambre, Zoe, gracias.

Gruño con suma molestia. Puedo asegurar que estoy roja de rabia por la actitud de esta mujer.

— ¿Sabes qué? Sal cuando se te dé la perra gana, la comida está en el microondas.

Sin más que decir me dirijo a la sala. Nathan se pasea por la cocina mientras que Brad se distrae con la televisión.

Me dejo caer a su lado. Él lanza una risa.

— ¿Cuánto tiempo crees que dure sin dirigirte la palabra apropiadamente? —me pregunta quitando su vista de la pantalla. Suspiro con pesadez.

—Si ya perdí la cuenta de cuanto iba, sólo imagínalo.

—Debes darle su espacio, Zoey —alarga Nathan—. Ven a comer.

— ¿Cuánto espacio quieres que le dé, Nathan? —frunzo el ceño llegando a la barra—. Creo que tiene más de una semana en el mismo jodido plan nada más que por haberla dejado sola con Brendon en la fiesta.

—Tampoco es como si hubiese sido una de tus ideas más brillantes —alza sus cejas—. No debes forzarla, Zoe, a ti no te hubiese gustado el que ella te forzara a ti para que te guste Dallon. ¿Estoy en lo correcto?

Vuelvo a suspirar, asintiéndole con lentitud. Me agradece en francés y sonríe.

—Igual no debe estarse comportando como cría. Me estresa hasta las tetas.

—Está embarazada —masculla—, puedo asegurarte que no lo hace exactamente porque quiere. Además, está sensible, pronto tendrá un arranque de sentimientos y vendrá corriendo hacia tus brazos. Sé paciente, por más que no sea tu fuerte —deja el plato de comida frente a mí, me abraza dejando un beso en el tope de mi cabeza—. A mal tiempo mejor ponerle buena cara. Provecho.

Después se retira con agilidad por la cocina y no hago más que verlo moverse por el lugar hasta que Brad llega a mi lado, dando un empujón con su dedo en mi cabeza.

—Deja de mirar a mi hombre, perra. Tú tienes el tuyo.

—Te recuerdo que yo lo vi primero, Bradley —le guiño un ojo en juego. Nathan reprime sus risas.

—Te recuerdo que es mi novio.

—Te recuerdo que es mi mejor amigo.

—Te recuerdo que me coge a mí.

—Bien, bien, basta —interrumpe Nathan posando sus manos frente a ambos—. Tú, come que vas a llegar tarde al trabajo. Y tú quédate tranquilo, no difundas por la vida el hecho de que cogemos, amor.

—No era necesario que lo dijeras tampoco —bufo a Brad, carcajea.

—Me estabas quitando mi macho, era todo o nada. Además, no actúes como si no fueses una morbosa —vuelve a dar con su dedo en mi cabeza, sonrío—. Serás virgen de cuerpo, más no de mente.

—Mejor no lo pude haber dicho —Nath me guiña un ojo, apoyando sus codos de la mesa. Él es bastante alto, puedo ver a Brad mirarlo embelesado, Nath le regresa la mirada y se sonríen.

Por primera vez no los miro con recelo, pensando en que daría todo porque alguien me mirase así. Porque Dallon ya cubre ese papel y es asombroso. ¿Quién diría que me terminaría gustando el imbécil que me hacía la vida imposible? Bah, ya ni sé. Vivo el momento.

Los dejo darse su demostración de amor mientras checo mi teléfono para hacerlo menos incómodo. El día en que estos dos dejen de demostrarse afecto, será el fin del mundo, por lo que prefiero no meterme y ser feliz.

— ¿Hablarás con Wesley por lo de la otra vez? —cuestiona Brad. Nathan vuelve a su lugar de antes.

—Probablemente —suspiro—. Me enojó hasta cierto punto su inmadurez en querer sacarme de ahí estando yo con Dallon.

—Creo que debes alejarte de Wesley en tal caso, Zoe —sugiere Nathan, se encoge de hombros—. Nunca sabes cuándo se puede volver un celopata de mierda. Alguna vez tuve uno, te aseguro que no es lo mejor.

—Alguna vez todos tuvimos uno —acota Brad—. Dices que lo quieres como amigo y se está ilusionando, ¿cuánto más podrás soportarlo así? Ya no será lo mismo de hace dos años.

—Es difícil —rezongo—, es cierto, pero quiero que todo esté en paz.

—Dejará de estar en paz si no le pones un alto ahora —dice Nathan—. Empeorará cuando menos cuenta te des y después no tendrás escapatoria. Te vas a acordar de mí.

Bufo. Ni siquiera recuerdo la última vez que estuve tranquila sobre algún tema en el amor.

—Terminará siendo como Ben —se ríe Brad, golpeo con fuerza su hombro. Nathan carcajea dándole la razón.

—Ahí está tu claro ejemplo —ladea su cabeza—. Si no lo detienes, será como Ben.

—No volveré a tener una relación como Ben, ¿está bien? —aseguro—. Es sólo que es diferente. Ben era mi novio siendo jodidamente celoso. Wesley supone ser mi amigo y me trata como si no fuese así. Es patético en cierta parte, aun así no sé de lo que es capaz.

—Uh, otra cosa —interrumpe Brad—. Sé que te fascina Dallon, Zoe, pero no te apresures tanto.

—Especifica —entrecierro mis ojos.

—Todo está yendo demasiado rápido —risotea Nathan—. Hoy lo besas, mañana puedes estar cogiendo en un baño público.

— ¡No soy puta, Nathan! —me hago la ofendida golpeando su brazo—. No tengo catorce como para que me anden dando charlas sobre este tipo de cosas.

—Es que lo repito —suspira Brad—, ¡eres muy ingenua! Dallon te está llevando por el medio y ni siquiera te estás dando cuenta.

—Estoy yendo lento, a su tiempo, con calma, en paz —muevo las manos—, no voy a coger con él sólo porque sí. Tengo una lista de cosas antes de dejar que alguien se meta entre mis piernas, por si no lo sabían.

—Simplemente decimos que lo disfrutes antes de sellar cualquier compromiso —Nath se encoge—. Incluso podrías jugar un poco con él, pero sin siquiera llegar al límite. Ya sabes, actuar como pareja sin ser pareja.

—Hay hombres que una vez te tienen, su mayor error es dejar de actuar como hacían cuando te conquistaban porque creen que ya no te perderán —dice Brad—, es mejor asegurarse principalmente de hacerle saber que contigo no será así. Pequeñas cosas esencialmente audaces, ¿comprendes?

Lo pienso por un momento. En realidad no creo que Dallon sea de esa manera, pero es mejor que pasar por desapercibido.

Siempre he sido una mierda con los hombres. Mi relación más larga ha sido Ben —la cual exactamente no terminó para nada bien—. Dos años de celos y peleas sin sentido que acababan conmigo tirada en los brazos de Nathan o Abigail llorando desconsoladamente por ese hijo de puta. Tal como algún otro, me dejó porque no me acostaría con él. ¿Qué tan cliché y ridículo pudo haber sido eso?

Difundió que sí lo había hecho por toda la secundaria. Obviamente fui más astuta, no me quedé callada. Con la ayuda de mis amigos creé los rumores de que "la tenía pequeña" o "ronca durante el acto" o "orinó la cama justo después", y ese tipo de cosas.

Jodido hijo de puta. Se mudó a Jersey después, vi la puta la gloria desde entonces.

No tendré otra relación tóxica como esa. Dallon no es Ben, jamás lo será. Y al parecer no lo recuerda, pero aun así yo tampoco lo recuerdo molestándome por las mentiras de Ben por todo el instituto. Como si Dallon supiese que lo que decía Ben nunca fue verdad.

Puede que todo cobre sentido ahora, porque antes no lo hubiese hecho.

Respirando hondo les doy la razón —como la mayor parte del tiempo— y los abrazo. Termino de almorzar y tomando mi bolso salgo del apartamento. Abigail no salió en ningún momento, me deja triste. Y desesperada.

No ha querido dirigirme la palabra desde el día de la fiesta, donde se me ocurrió dejarla sola junto a Brendon, que según me contó Dallon, también está enfadado con él, pero también silenciosamente devastado por el continuo rechazo de la castaña. Ese día, Dallon fue quien me llevó de regreso a casa ya que ella había buscado a Nathan para que la llevase.

Si bien pude entender algo de lo que le había contado ella a Brad y Nathan, era que había terminado en una discusión con Brendon. Y quise golpearlos a ambos por ser tan patéticos. Puedo asegurar que fue por todo el tema del colegio, Abigail no quiere ni mirarme.

No encuentro la manera de hacer que olvide todo eso, que haga el pase, que continúe, cambiar etapas. Pero no, está empeñada en comportarse como cría. Espero que lo que dijo Nathan sea cierto y le pegue un arranque sentimental. Yo ya he intentado acercarme múltiples veces, en todas he fallado. No pretendo seguir insistiendo cuando sé que será en vano.

Es como hablarle a una jodida piedra.

Ahora tengo el dilema de Wesley. Claramente ha sido descartado de mi lista amorosa semanas atrás después de lo que supuso ser mi primera cita con Dallon. Realmente quiero al Wesley que conocí de vuelta. Ni siquiera disimula su atracción a mi persona, y sé que quizá no debería de hacerlo, pero lo considero mejor que actuar como si en verdad fuésemos algo.

Estaciono mi auto en mi puesto del estacionamiento privado. No he hablado con Dallon en todo el día a pesar de ser miércoles, es mitad de semana por lo que creo que debe estar ocupado en el trabajo ya que no está en la universidad por los momentos. Algo no me cae en el hecho de congelar semestre por querer ayudar a Devon.

No es una mala decisión, he visto y escuchado a Dallon hablarme sobre su carretera de derecho, se expresa risueño y de la nada todo se paga por el hecho de estarse atrasando. Entiendo su punto, pero no considero justo el que tenga que detener su vida para atender otra donde claramente puede no estar involucrado. Sólo no quiere dejar a su hermano con toda esa carga.

Saludo a mis compañeros antes de llegar a mi puesto. Chloe no está en el suyo, no me preocupo, debe estar ocupada en otras cosas. Ha estado actuando extraño últimamente, y la verdad no me sorprende o me inquieta en cierto punto. Quizás está "saliendo" con alguno de aquí, pero es una mierda ocultándolo. Ya sabré.

Hacer mis prácticas aquí ha sido una oportunidad caída del cielo, probé con varias editoriales diferentes, ésta incluida. Fue un alivio cuando dieron permiso de hacer mis prácticas aquí, no podría graduarme si no hallaba alguna que pudiese ayudarme. Fue difícil, pero heme aquí.

Poco rato después veo a la chica pelirroja salir de donde creo es la sala de descanso, tiene una sonrisa divertida en su rostro, acomoda rápidamente su cabello junto a su ropa y puedo asegurar que estaba en lo correcto.

—Muy bien, perra, ¿quién es? —tiro de su brazo con la misma sonrisa divertida dibujada en mi rostro. Ella frunce su ceño.

— ¿Quién es qué?

—El idiota con el que te andabas revolcando —ahogo una risa—, puedes ahorrarte los detalles, por favor. No creo que me hagan falta.

—No es nadie, Zoe —rueda sus ojos. La miro con mis ojos entrecerrados. Ella suspira dudando por un momento—. Bien, es Chris.

— ¿El de la sala de impresión? —mascullo soltando una risa, ella presiona sus labios asintiéndome.

— ¡Pero cállate! —jalonea mi brazo—. Se llegan a enterar, estoy muerta.

—No está mal —me encojo de hombros, ella vuelve a rodar sus ojos y se gira hacia su puesto—. Pero hay mejores elecciones, Chloe.

—Sí, sí, ya. Oye, ¿no vas a ir a hablar con Wesley?

Su dedo apunta hacia donde el chico con lentes platica con otro de nuestros compañeros. Hago una mueca. No quiero arruinar el aura de paz ahora mismo. Wesley es una gran persona, y lo quiero como mi amigo, pero las palabras de Nathan y Brad siguen rondando mi cabeza. No quiero nada que tenga que ver con el recuerdo de Ben ahora mismo.

Ni ahora ni nunca.

—No lo sé, desde la fiesta no se ha acercado a mí o me ha saludado.

—Estoy empezando a ver que es un jodido imbécil —bufa—. Lo rechazas y te evita. Menudo gilipollas. Me alegra que hayas escogido a Dallon.

—Wesley es mi amigo, Chloe.

—Ajá —rueda los ojos—, como sea. Sólo reconoce el hecho de lo idiota que está siendo. Eso no es de hombres.

—Vale, vale —palmeo mis piernas—, iré a hablar con él.

—Aclárale las cosas —señala, le asiento. Está en todo lo cierto; eso no es de hombres, es de totales gilipollas—. Por cierto, ¿qué hay de Abigail?

—Sigue sin hablarme —suspiro—. Debes ir a ayudarme, o como sea. No creo poder soportarla otra semana más.

—Amiga, si Nathan y Brad no pudieron, no sé qué te hace pensar que yo sí, pero cuenta conmigo. Ahora ve, habla con él y haz que suelte todo de una vez por todas.

Asiento. Con un último respiro comienzo a caminar hasta el puesto de Wesley. Siento nerviosismo, no quiero ser la perra rompecorazones si es gran cosa que Wesley sienta algo por mí. Con esmero he logrado una buena amistad, ¿por qué coño siempre tienen que arruinarlo este tipo de cosas?

Paso mis palmas por jean antes de llamar su atención tras tocar su hombro, él se gira y creo que su expresión decae cuando me ve. Respira hondo haciendo un mohín.

— ¿Pasa algo?

—Eh, ¿podemos hablar? —muerdo la parte interna de mi mejilla, logro apuntar hacia el pasillo a la sala de descanso. Él suspira.

Creo quedarme parada casi un minuto frente a él mientras supone pensarlo, pero como es de saber, no soy persona de paciencia, soy jodidamente todo lo contrario y me está empezando a tocar los cojones.

—Bien —sisea sin mirarme, deja sus gafas en el escritorio y yendo por delante de él, llegamos a la sala de descansa de donde salen varios compañeros. Es una suerte que Mike no esté en la empresa, no creo ser su pasante favorita después de todo—. ¿Entonces?

Creo balbucear por un momento, se ha cruzado de brazos y me mira con atención. Parezco que aniquilo los dedos de mis manos, pero opto por ser valiente y enfrentarme. No volveré a caer en el mismo acantilado de secundaria.

—Pienso que sabes bien de lo que quiero hablar, Wes —él hace una mueca asintiendo—. No tuvimos la oportunidad de hablarlo en el transcurso de la semana, así que me gustaría saber sobre ello ahora. ¿Qué ocurrió el día de la fiesta?

— ¿No fue bastante claro? —ríe incrédulo—. Zoe, escucha, para mí no es un secreto el que estoy enamorado de ti, desde el primer jodido momento, ¿está bien?

—Wesley...

—No, espera —posa sus manos frente a mí, interrumpiendo mi habla—. Tengo año y medio intentando hacértelo saber, creí ser tan obvio en ocasiones que simplemente terminaba dolido porque eras la única que no se daba cuenta de mis sentimientos hacia ti.

» ¿Y ahora viene este jodido imbécil niño de papá a meterse en el camino y de repente lo prefieres a él, Zoe? Yo... Simplemente no lo comprendo, no comprendo el qué fue lo que hice mal, o qué es lo que tiene él que exactamente yo no, o si crees estar haciendo alguna clase de "experimento", no me interesa, Zoe, pero me gustaría una explicación para esto.

—Eh, eh, ¿por qué debo darte explicaciones? ¡Eres mi amigo, no mi pareja!

—Intenté todo para serlo, Zoe —me mira, no pestañea y su semblante me aterra por el simple hecho de que jamás había visto a Wesley ser tan serio sobre alguna situación. Es el típico chico que siempre le encontraría el lado bueno a las cosas. Y entonces aquí estoy yo, destruyendo algo que apenas sabía que estaba ahí—. No te puedo tener, y eso es devastador. Pero me duele más el que lo hayas elegido a él. ¿Por qué él?

—Yo...

¿Qué le puedo decir? Él siempre estuvo ahí, ¿pero Dallon? Dallon acaba de llegar. Entonces mi conversación con mis mejores amigos queda flotando en el aire nuevamente. Wesley siempre me ha querido, Wesley siempre se ha preocupado, Wesley siempre ha estado cuando lo necesito.

Cosas que Dallon nunca hizo.

—Yo te quiero, Zoey, ¿cómo es que no puedes verlo? —da un paso hacia a mí. Murmura, creo que llego a oír su voz quebrarse a media frase. Sus ojos se cristalizan y por ende los míos también.

No creo haber estado tan confundida alguna vez en mi vida.

Su mano se desliza con delicadeza por mi mejilla, su tacto es suave, enviándome cosquillas que hacen mi piel erizarse y mis ojos cerrarse.

Y miro sus ojos, jamás había estado tan cerca de Wesley. Siento su aliento contra mi mejilla, de la nada mi vista va de sus labios a sus ojos. Es cuando me doy cuenta de qué tan imbécil estoy siendo, y piso la muy jodida tierra, siendo cacheteada por la realidad.

Ese azul no pertenece a Dallon, por lo tanto, no me merecen.

—Wes, no... —aparto su mano de mi rostro, dando un paso hacia atrás. Su mandíbula se presiona mirando al suelo—. Si no he querido nada contigo es porque creo que eres una gran persona y considero que mereces alguien mejor, Wesley, ¿entiendes?

— ¡Pero te quiero a ti!

— ¡Pero quiero a otra persona! —carraspeo con exasperación—. Lamento tanto todo...

— ¿Por qué salías conmigo, Zoe? ¿Por qué aceptabas esos almuerzos y los detalles? Siempre me evitaste. Esperé porque le decías a Chloe que no querías una relación, pero de repente llega este maldito niño rico y caes a sus pies.

Paso mis manos por mi rostro con frustración, todavía con su mirada dolida sobre mí. ¿Qué mierda se supone que debes hacer en este tipo de situaciones? Estoy tomando la decisión correcta, Wesley no significa nada más allá de una amistad para mí.

—Wes, escucha, lamento hacerlo así, pero no podemos seguir de esta manera si no puedes aceptar una amistad, intenté hacértelo ver de la mejor forma posible pero veo que no podré. Es mi vida, son mis decisiones, admiraría que las respetes, pero nuevamente, no parece ser lo que buscas —camino hacia la puerta, todo sin despegar mi mirada de él. Su mandíbula tiembla.

—Claro —se ríe incrédulo. Jadeo sacudiendo mi cabeza levemente, mi mano toca el pomo cuando él tira repentinamente de mi brazo, con fuerza y brusquedad, aterrándome de inmediato—. No me importa que estés con ese imbécil, voy a tenerte, Zoe, voy a ganarte cueste lo que me cueste porque yo de verdad te quiero.

»Cuando sientas que ya él no es suficiente, yo voy a estar aquí esperándote con los brazos abiertos como el pobre jodido enamorado que soy.

—Deja el dramatismo, Wesley, por amor a Dios, me estás lastimando —mascullo mirando con horror a sus dedos casi incrustarse a mi piel, suponiendo que dejará marca en mi piel medianamente pálida. Duele.

No recuerdo haber visto a Wesley nunca de esta manera, jamás ha sido así conmigo. El miedo corre por mis venas cuando lo siento acercarse a mi rostro, con suma lentitud que puede asesinar. El lugar en silencio y el nudo en mi garganta no ayudan a la situación. Me estremezco por los escalofríos.

—No es drama, es la verdad —sonríe contra mi mejilla, comienzo a sentir mis ojos cristalizarse por el pavor, no me sorprendería si en algún momento empiezo a temblar. La puta verga.

No se da el tiempo de decir más, escuchamos la puerta abrirse y como rayo de luz, su mano suelta mi brazo. Arde, dejó marcas, maldición. Lo miro con total horror, pero he añadido un sentimiento más: desprecio. Me ha lastimado físicamente como si tuviese el maldito derecho de hacer algo como eso.

—Zoe, Wes, ¿todo bien? —pregunta Lucas, uno de nuestros compañeros.

No miro a Wesley, quiero salir de ahí lo antes posible. Intento actuar serena al momento de responderle, así que asiento acercándome rápidamente a él. Mi mano se posa sobre el área que al parecer sí fue afectada por el aprieto brusco de Wesley y sacudiendo mi cabeza para estabilizarme, comienzo otra conversación junto a él, incitándolo a salir de la sala.

Me dirijo a mi puesto, Chloe parece concentrada en lo que hace como para prestarme atención a mí. La puerta principal se abre y los murmullos empiezan, al alzar mi vista es Mike el que entra por ella, siendo seguido por dos mujeres más que no reconozco. No he visto a Devon hoy como lo he hecho las últimas semanas, ¿debe ser preocupante? Puede que ni Dallon ni él sepan que su padre regresó.

Lo sigo con mi mirada hasta que se pierde por el pasillo, es cuando veo a Devon salir del ascensor que da a los demás pisos. Se acerca a mí con una gran sonrisa en su rostro.

—Eh, Dallon dijo que te diera esto —deja un beso en mi mejilla, entregándome un papel doblado en cuatro—. ¿Estás bien?

—Eh, sí, sí —río volviendo a sacudir mi cabeza, extiendo mi brazo para tomar el papel—. Es sólo que he estado algo distraída últimamente, la universidad y todo, ya sabes.

—De nada —murmura, suena más a una pregunta, su ceño se frunce—. ¿Qué le pasó a tu brazo?

—Me lastimé con la puerta de mi habitación anoche —miento con agilidad—, todavía arde. Gracias por esto, hablaré con él cuando salga de aquí.

— ¿La puerta? —cuestiona con lentitud, asiento con media sonrisa—. Claro. Pues, sí, me habló sobre alguna otra cita, en realidad no sé qué es lo que tiene en mente, pero ha estado bastante emocionado así que es mejor no entrometerse.

—Está bien —me río abriendo el papel, enseguida veo las palabras escritas por Dallon. Sonrío cuando termino el mensaje.

"Dejé una sorpresa en tu apartamento hoy, nos vemos esta noche a las ocho, y esta vez yo pasaré por ti.

Te quiero.

D."

— ¿Sabes? —cuestiona de brazos cruzados contra el escritorio—. Quería agradecerte por no haberlo rechazado después de todo lo ocurrido en años anteriores. Sé que siempre fue un imbécil que no sabía lo que hacía, pero era un niño, ¿comprendes? Mi hermano ha aprendido bastante con el tiempo.

»Me alegra que puedas estar junto a él ahora, quizá intentando lograr algo que por fin lo va a sacar de algún agujero en que se encuentre. Te necesitaba en todo ese tiempo y es genial que ahora todo pueda funcionar mejor, como desde cero. Eres bienvenida cuando sea, Zoe.

—Gracias, Dev —me río. Al menos ha dicho algo que me ha alegrado un poco el día, obviando mi encuentro con Wesley y la continua actitud de Abigail—. Por cierto, ¿tú padre regresó?

—No hay de qué. Y no, aún no, supongo que debe avisarme cuando regrese porque será necesario que lo haga. Conociendo a mi padre probablemente regrese en cualquier momento, Dallon y yo explotaremos.

—Dev —digo reprimiendo mi risa.

—¿Uh? —apunto con mi dedo a sus espaldas, en donde se encuentra Mike, específicamente. Se sobresalta—. ¡Mierda! Nos vemos después, Zoe.

Y se apresura hasta que da con su padre. Mi atención se posa en el papel, ¿qué pasará por la mente de este hombre ahora, santo Dios? Peor aún, ¿cómo mierda haré para ocultar lo que hizo Wesley con mi brazo? Jodida mierda.

— ¿Qué hablabas con Devon? —salta Chloe de repente, sacudo la cabeza.

—Sólo me entregó esto de parte de Dallon —blandeo el papel, lo dejo sobre la mesa. Me aproximo a tomar una chaqueta que escondo debajo de mi escritorio, vistiéndola con rapidez.

—¿Tienes frío? No es para tanto —se ríe, sólo río también—. ¿Estás bien? ¿Cómo te fue con Wesley?

—Estoy bien —suspiro—, pero al parecer todo acabó.

—Uh —alarga, chasquea su lengua—, sabes que es mejor así, Zoey. Dallon vale más que todo eso.

—Ya lo creo.

— ¿No hizo nada más?

—Después hablamos sobre eso, necesito terminar aquí —evito su pregunta, y ella no insiste por lo que suspiro con alivio.

Mentir es una completa, total, y tres veces el tamaño del Empire State, mierda.

_____________________________________

Brendon en multimedia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro