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- Partir ⁵

La muerte es algo a lo que todos temen, o por lo menos es lo que casi todos piensan que eso es a lo que teme la gente.

Pero le muerte es natural, es algo que puede ser de repente y deja un vacío en los más cercanos... o hay casos en que no deja nada y es solo una muerte más.

Hay gente que no teme a la muerte en sí misma, hay gente que teme en las muertes de sus seres queridos, que teme perder a gente importante.

Hay otra gente que quiere morir, pero no a todos se les cumple ese deseo y queda así.

Hay muchos casos y el de Haru es este: teme no proteger de la muerte a sus futuras reinas, a sus majestades próximas, a las que se encargarán del reino en poco tiempo... Bueno, unos tres años más o tal vez dos. Eso es poco para ella debido a acontecimientos que faltan.

Y aunque tiene suficiente inquietud, Nayeon todavía no conoce a su prometida, ni Mina a Nayeon, ambas solo saben algunas cosas de la otra.

Con sus diecisiete recién cumplidos, Mina está emocionada por compartir con lo que será su esposa, alfa y amante, si así lo quiere la gran Diosa Luna.

Ha cambiado mucho, no salta o chilla por ello, solo sonríe y deja que su lobo rasguñe sus pecho de emoción por ver a su alfa.

No está ilusionada, su lobo sí.

Ya aprendió muchas veces que la princesa Im no está como ella, no estaba de acuerdo con el compromiso y lo hizo solo por el gran estima y admiración que le tenía a Myoui.

Pero tenía seguridad y esperanza, esta provenía de que tal vez podría enamorar a la joven de dieciocho años. Eso antes de los veinte donde se casarían para después de un año, o poquito después de la boda, coronarse como reinas.

Probablemente pasará cuando ella recién cumpla estos, o un poco antes. Cuando su prometida, Im Nayeon, cumpla sus veintiuno.

Mina resopla cuando un sombrero cae sobre su cabeza, una distinguible risa escandalosa y ronca se escucha detrás de ella con una más aguda pero igual de fuerte.

Quita el sombrero que le estaba tapando la vista pero no se molesta ver a sus amigas, solo prefirió fijar su vista en lo que fue su campo de entrenamiento.

Probablemente, será la última vez que este allí. Recuerda a su maestra dando instrucciones para hacer ejercicios, esa misma que estaba parada en el campo de entrenamiento hablando algo con Hinata, algo íntimo. Su maestra siempre fue cercana, como amiga de la familia.

Su profesor Park está empacando cosas en su habitación, el también tenía ya un descanso indefinido, probablemente ya no trabajé o vuelva después de una merecidas vacaciones.

Mina también estaba nerviosa, o sea, desde sus cinco años estaba allí y apenas recuerda estar fuera.

— ¡Mitang! — Momo fue la que la rodeó por al espalda apretandola cariñosamente en un abrazo.

Mina, ya acostumbrada, dejó una mano en los cabellos obscuros de la alfa para acariciarlo mientras Sana aprovechaba para robar unos panecillos que Mina tenía en una mesita de madera.

— ¿Ya empacaste las maletas, Mina? Nata dijo que podemos no hacerlo, ya que luego vendrá gente a recoger todo e instalarlo allá, pero no quería dejar a Mingo aquí — Sana hablaba teniendo las mejillas rellenadas del dulce pan que Hikaru felizmente les trajo.

— Solo me llevaré a Pingu, lo demás es irrelevante — solo era ropa, la cual es casi igual, y posiblemente allá haya más.

— ¿Entonces nos llevaremos los peluches nada más? — Momo preguntó recibiendo miradas obvias de la beta y omega.

— Obvio, son esenciales — fueron sus regalos cuando tuvieron su primer pelea con Hikaru, vista por Hinata. Ese primer día que conocieron a Hikaru y la llenaron de preguntas por todos esos meses. Estaban sorprendidas de la gran paciencia de la pequeña de trece años, en ese entonces.

Ahora con veintiuno, Hikaru hablaba tranquilamente con Hinata y Akane sobre las cosas que se harían esa noche. Mina también debería estar allí pero pidió tomar un poco de aire.

— Deberíamos comer eso e ir para ver qué pasa — Sana dijo viendo como Hinata alzaba la mirada y la veía sonriendo feliz, para después volver a su plática — ¿Estás emocionada? Por fin verás a tu prometida —sonrió ladina, picando un poco el estómago de la omega solo para verla bajar la mirada con un sonrojo.

— Sí, espero que no todo sea incómodo — comentó retorciéndose un poco por las cosquillas que le daba la beta.

— Por supuesto, será incómodo pero al principio. Ya verás cómo la princesa con solo nombrar tu presencia se verá hipnotizada por ti — Sana era la que más alentaba a su amiga a aquello, la alentaba a enamorar a la princesa Im.

— No debemos decir algo así, Sana — reprendió Momo frunciendo el ceño cuando Mina no dijo nada — Tenemos esperanzas de que Im corresponda pero hay posibilidades de todo, es mejor hacer el esfuerzo y disfrutar lo que pasa mientras esperamos que salga bien — apoyó su mano en el hombro de la omega que se decidió por tomar un pan y retacar su boca con el para tener una excusa para no hablar.

— ¿Qué apuestas a que Im caerá en cuanto vea a Mina? — Mina de inmediato la miró incrédula.

— Consigo dulces todos los días por un mes para ti, si eso pasa — ahora Mina miraba a la alfa, decidiéndose por pararse e irse a ver qué pasaba entre sus padres.

Momo y Sana no se molestaron en seguirla, estaban apostando por eso pero era inocente. ¡Estaban apostando dulces!

Mina no estaba enojada por ello, ni siquiera estaba enojada, solo que quería pensar un rato. Y con sus amigas haciendo apuestas de cómo reaccionará Nayeon, no la ayuda a pensar.

Siempre quiso esto, conocerla, verla, tomar su mano y poder sentir sus presencia a su lado, poder sentir si en realidad le gusta la princesa o solo es un capricho por complacer a sus padres.

Está ansiosa de comprobarlo... y más ansiosa por conocerla.

Caminó, bajando de la torre donde estaban, donde mayormente de ahí se veía cuando alguien peleaba en el entrenamiento. Había diferentes niveles de altura, en cada piso había una ventana donde se podía ver.

Mina bajó cada uno, y llegó colgándose de la espalda de su madre, que se tambaleó un poco pero pudo estabilizarse del repentino abrazo de su hija menor.

— Mina, en menos de una hora partiremos. Espero estés preparada — la omega asintió sin saber exactamente qué significaba aquello.

Mina se bajó para estar al lado de Hikaru que se veía igual o más de ansiosa que ella. La miró con curiosidad hasta que Hikaru notó su mirada y puso firmeza en su cuerpo.

— ¿A dónde llegaremos primero? ¿A la casa familiar? ¿O a la más pequeña? — tenía entendido que solo irían pero no sabía donde quedaría la primera noche.

— Al castillo Im — respondió Hikaru. Mina abrió los ojos en demasía y miró a su padre.

— P-Pero no se supon-...

— Llegaremos al castillo Im donde los reyes te conocerán, para verte y hablar contigo. Conocer a la princesa será en el baile, como te lo mencioné — aclaró Hinata observando la llegada de Momo cargando a una Sana aburrida — ¿Cómo están las niñas de aquí, eh? —aunque ya crecieron, seguía llamándola niñas. Se separó un poco del círculo que hacían Akane, la maestra, Hikaru y Mina, para abrazar a Hirai y Minatozaki con el cariño que lo caracterizaba.

— Más ansiosas que nunca — respondió Sana separándose del abrazo efusivo del alfa mayor.

— Emocionadas, dirás — Momo contradecía.

— Las dos están muy bien. Deberían ir ya al lugar, podrán descansar allí y pueden pedirle al hombre que está allí algunos dulces, los traje especialmente para ustedes y Mina

— Vienes en un rato, Mina — ¿y cómo no? Salieron corriendo, riendo mientras hacían una carrera entre ambas.

— ¿Puedo ir? — preguntó la omega, ella quería dulces. Desde la primera vez que Hikaru les dió un dulce fue algo que pedían mucho aunque pocas veces era otorgado, solo como una vez al mes o dos meses.

— ¡Vámonos! — Akane exclamó. Ya era hora de irse. No trajeron mucho, solo eran ellos y el hombre que estaba afuera, Kai, quien posiblemente ahora esté llenando las bocas de Sana y Momo con dulces.

— ¿No pudiste dormir, Mina? — Hikaru preguntó notando las leves bolsas oscuras debajo de los ojos de la omega.

— Estaba muy pensativa, estoy ansiosa. Solo dormí como una o dos horas — confesó siguiéndole el paso a su padre y madre junto a Hikaru quien caminaba a su lado.

— Es normal, es algo que has querido desde niña y la verás esta noche. Además, conocerás a toda la familia — Mina sonrió en grande — ¿Recuerdas el día que dijistes que te encantaría este baile? — Mina asintió inmediatamente — Pues te encantará, de verdad son muy buenos los bocadillos y la gente mayormente es muy educada y amable.

Hikaru quería que Mina se sintiera bien en el baile Myoui de esa noche, quería que lo viviera y terminara encantada con ello para que lo disfrute como el último.

Igual para ella será casi igual, solo ignorando a una pequeña omega que no creció mucho y de la cual siempre tiene un ojo puesto para que no le pase nada, como siempre lo ha hecho.

— Me encanta la idea, me encanta imaginarlo y me encantará más estar allí. Solo me siento como mareada y a la vez emocionada, es raro — rió mientras hacían sus pasos un poco más lentos, solo para que los adultos no escuchen aunque no les importe mucho.

— Solo trata de hacer amigos y de enamorar a cierta persona — insinuó mostrando una sonrisa confiada, no era por nada pero ella ya plantó varias cosas en la mente de la princesa Im.

Todas verdades, obviamente, no quería problemas con dar espectativas falsas.

— Yo... no siento que estoy enamorada de ella así completamente — confesó haciendo que Hikaru abriera los ojos como platos y la mirara con desconcierto.

Se escandalizó, eso no podía ser, y había mucha razones.

— ¿Qué? Pero si siempre nos dices lo emocionada que estabas con la princesa. Nos decías lo impaciente que estabas por conocerla, lo bonito que sentías cuando escuchabas algo de ella, lo-... — Mina la interrumpió.

— Quiero verla, ahí sabré si es que me gusta o solo es mi capricho por complacer a mis padres. Estoy más a favor de lo primero pero quiero comprobar.

— Ah... ¿Qué pasaría si es lo del capricho? — temía de la respuesta pero quería saberlo.

— No creo que muchas cosas, Hikaru. Pasará lo mismo pero sin sentimientos allí.

Hikaru asintió pensativa, más pensativa en lo que hará cuando se encuentre con la pequeña omega que sigue rondando por toda su mente.

No puede seguir escondiéndose o evitandola, solo toca esperar a qué pasará esta noche.

#♡>☆

Nayeon también esperaba mucho de esa noche. Incluso por el castillo Im corría a causa de una noticia que llegó a sus oídos.

Mientras estaba siendo rápida en su caminar hacia su padre, Nayeon chocó con su amiga, Yoo Jeongyeon, quien le siguió el paso sin decir nada. Kim ya la seguía detrás de Nayeon para servirle en lo que sea.

— ¡Papá! — entró de una al despacho de su padre con la única intención de comprobar que lo que escuchó era real, se estaba desesperando que nadie le diera una respuesta directa o real. Su estrada abrupta hizo que su padre se sobresaltara junto a un joven hombre que Nayeon reconoció como Daiki, hermano de su prometida... Ay, no se acostumbraba a decir 'prometida' todavía.

— Nayeon, que susto. ¿Por qué entras así? ¿Paso algo malo? — el rey Im tocaba su pecho un poco alterado, mientras Nayeon libremente entró dando el permiso para que tanto Kim como Yoo entraran y se pusieran de pie al lado de la puerta.

— Venía a preguntar algo... padre — se dirigió así y el rey omega supo que Nayeon estaba o enojada o frustrada. Nayeon caminó un poco, mirando de reojo a Daiki mientras este miraba un poco divertido suponiendo qué era lo que pasaba — Es cierto que... cierto que, eh... que, amm — no sabía cómo llamar a su prometida así que pidió ayuda con los ojos a sus amigas, pero éstas se escogieron de hombros — ... Cierto que...

— ¿Se refiere a si mi hermana menor, Myoui Mina, ya llegó al reino? — Daiki preguntó alzando una ceja intentando no parecer asustado si es que se equivocaba.

— Sí, eso — respondió la alfa bajando la cabeza avergonzada.

— Bueno. Yo respondo — dijo el rey sonriendo por el notorio interés que su hija empezaba a mostrar.

Y es que Nayeon primero se había opuesto a el trato, enojandose con sus padres por aceptar dicho trato y siguió así unos días hasta que tenía curiosidad por la gran bella omega -como al describían- que estaba lejos en una isla. Luego ya estaba interesada en cómo era y cuándo la conocería.

Nayeon no estaba encantada con la idea pero sí interesada en ello. Ese era el comienzo que podía haber en una relación más buena que de una forzada.

— Tu prometida debe estar en camino hacia acá para que nosotros la recibamos, así que no, todavía no ha llegado pero lo hará — aseguró. Nayeon miró nerviosa a su alrededor y echó un ojo en sus amigas para ayuda, la cual no recibió.

— ¿N-No tenía que conocerla en la noche? — preguntó mirando de mala forma a Jeongyeon que quería reírse por sus nervios.

— Oh, por eso — rió el rey Im — Yo y tu madre la recibiremos, tú hasta la noche en el baile, tal vez empiecen como buenas cercanas — quiso decir amigas pero se arrepintió, no quería que fuesen amigas porque en esa fase se quedarán.

— Oh — suspiró aliviada que Daiki rió por lo relajado que estaba su cuerpo ahora — No me malinterpretes, quiero conocerla pero no sabía sobre eso —explicó.

— Mina no la incomodará, princesa. Ella solo quiere conocerla y ver qué pasa. Deje que todo vaya con naturalidad esta noche — Daiki ya había tenido el placer de conocer a su hermana recientemente, una vez solamente, donde la abrazó por largo rato y hablaron.

— Uhum. Entonces, ¿qué haré yo? — el rey miró a Daiki y éste a él, con una mirada se dieron cuenta que solo había una cosa para mantener distraída a Nayeon

#♡>☆

— ¿En serio? ¿Limpiar mi habitación? Pero si eso lo hacen ustedes — exclamó Nayeon arrepintiendose al momento al ver la ceja alzada de Dahyun — Y no es que no agradezca pero es que tampoco tengo muchos ánimos de hacer nada.

— Nosotros nunca tenemos ánimos de limpiar tu habitación y todos los días lo hacemos. Limpia — Jeongyeon era la más feliz de las tres mientras miraba como Nayeon barría su habitación por segunda vez en el día.

— Me dijeron que no me duchara porque me 'enlodaría' y tienen razón, pero hay algo que tengo qué hacer. Estoy aburrida — se echó en su cama. Se le prendió el foco y se derrumbó totalmente en la cama — O tal vez duerma un poco.

— Pero si tú casi nunca duermes en el día. ¿Estás enferma? — preguntó una preocupada Jeongyeon. O sea, siempre se burlaba de ella pero las gripes de la alfa Im eran preocupantes al verla acostada todo el día sorviéndose mocos y quejarse.

— No, solo que es mejor. Vayan a ayudar allá o también a descansar. Las buscaré cuando me levante — y su teatro era tan bueno que Dahyun asintió sacando a Jeongyeon de la habitación para irse — Hora de escapar.

— ¿En serio le crees? — Jeongyeon preguntó a Kim mientras ésta la jalaba del brazo — ¿Qué querrá hacer? — murmuró para sí misma cuando de Kim no recibió respuesta.

— No creo que Nayeon salga de su habitación — la omega comentó mientras la jalaba a donde estaría su habitación, la cual sigue compartiendo con Jeongyeon — No sé. ¿Qué haces cuando estás sola? — miró la sonrisa de Jeongyeon crecer — No me contestes, gracias.

Yoo soltó una carcajada divertida, sabía que Dahyun no estaba interesada en ella, pues tampoco es como si Yoo lo estuviera por ella, pero era divertido insinuarse y hacer molestar a la omega.

— ¿No quieres ver lo que hago a solas? — una sonrisa ladina dió pero recibió que Kim la ignorara y siguiera su camino — ¿Alguna vez me vas a decir quién te interesa? — la omega la miró sin expresión para luego ignorarla — Vamos. Soy tu mejor amiga, es solo para saber si es buena para ti.

Yoo sabía que Dahyun tenía un interés.

— Deja de decir esas cosas y mejor ve duchandote — entraron ambas a la habitación que tenía desde la infancia — Nosotros sí tenemos que recibir a Myoui Mina o por lo menos distraer a Nayeon para que no la vea antes del baile — abrió el armario en par buscando algo para la ocasión y el gusto de su amiga — ¿Quieres vestido o pantalón?

Jeongyeon se la pensó.

— Vestido, el gris o el rosado de preferencia. ¿Tú crees que esos rumores sean reales? — se sentó en la cama esperando a que Dahyun termine de remover el armario.

— Será el rosado. ¿Cómo cuáles rumores? — dijo sin quietar su mirada pensativa del armario.

— Hay muchos que dicen que cualquiera que la vea tiene por lo menos una atracción por ella — esa la había escuchado entre sirvientes y caballeros ansiosos por la llegada de tan bella omega, aunque ésta sería su reina pero eso no era anunciado todavía.

De hecho, solo saben que será la líder de la familia Myoui, tomando el puesto de su padre, por eso era tan importante. Nadie aparte de Myoui, Im y muy cercanas personas sabían sobre el compromiso entre Im Nayeon y Myoui Mina.

Hasta ahora, para el reino, su princesa Im sigue estando soltera y en busca de pareja para gobernar para los próximos tres años.

— Mmmh — la omega murmuró un poco antes de voltear hacia Jeongyeon — Será muy bonita, pero no creo que todos sientan atracción hacia ella, sino como un tipo de admiración por su físico — dió su punto de vista mientras colocaba el vestido, que usaría Yoo, en la cama.

— ¿Solo por su físico? Hay otro rumor que es muy inteligente y educada en demasía, creo que enamorará a Nayeon — tomó de los hombros del vestido para recorrerlo con la mirada, pensando en lo divertido que sería ver a una Nayeon boba por una omega en el primer día — Los rumores son más esparcidos por los mismos Myoui que comentan entre ellos en presencia de algún sirviente... — puso su dedo pulgar en su boca, para pensar mejor — A veces pienso que lo hacen para que Nayeon esté interesada pero sirve porque ya no esta enojada.

Dahyun la miró, como siempre, sin ninguna expresión y asintió, tomando un pantalón de los que comúnmente usan sirvientes y una camisa floja pero totalmente sin arrugas.

— Tal vez ese matrimonio le dé bien — Dahyun dijo. Jeongyeon sonrió de lado — Me refiero a que su mente se expandirá por ideas y si la señorita Mina es inteligente como dicen, la ayudará... más en un futuro muy impredecible.

— Casi nunca usas pantalón y camisa, ¿por qué hoy? Y solo son rumores, aunque me da curiosidad escucharlos, prefiero no creerlos del todo... ¿Tenemos que guiar a alguien? — fue al tocador para mirar en el espejo su cabello.

— Usare pantalón hoy por gusto, mi celo es en dos días y aunque tome supresor es molesto, el pantalón me gusta más en estos días — respondió tranquilamente — La conoceremos y no tendremos que escuchar rumores más — bueno, los escucharán siempre pero conociéndola será mejor — Y sí, la reina me dijo que hay dos amigas de la señorita Mina, no recuerdo sus nombres o no me los dijo pero ellas se quedarán en el castillo por un tiempo indefinido, las guiaremos por el castillo cuando lo necesiten.

— ¡Todo nosotras! ¿Para cuándo unas vacaciones por una isla con mucha comida? — se quejó aunque realmente le gustaba pasar tiempo con Nayeon y a veces sobrepensaba que, a cuántas personas no les gustaría trabajar para la realeza, pero necesitaba un descanso donde no tenga una preocupación de despertar temprano al siguiente día.

— Es por eso que estamos libres por un rato, todo el castillo está moviéndose para que este baile Myoui sea perfecto, la llegada de la señorita Mina tiene que ser recibida bien ya que se espera que, o Nayeon invite a la señorita Mina o la señorita Mina invite a Nayeon a un baile, frente a todos — recalcó las últimas palabras con suma importancia haciendo que Jeongyeon la mirara sorprendida.

— Ooh. La llegada de una hermosa omega que enamora a la princesa, ambas contraen matrimonio para luego ser reinas — encajó las cosas mientras entrelaza sus dedos, encajandolos entre sí — ¡Que inteligente soy!

— Sí, mucho — no se notaba sarcasmo pero Jeongyeon sabía que estaba presente — También es para que se conozcan, para que hablen o por lo menos se vean — sacó ropa interior, tanto la de Yoo como de ella — Y afortunadamente, podremos estar presentes en todo eso que pase — le aventó un bóxer a la cara a su amiga con toda la intencion de que ésta se fuera a duchar.

#♡>☆

— Desafortunadamente tendremos que estar allí viendo como se miran como bobas — se quejaba Hikaru, junto a Sana y Momo, esperando que Mina trajera su peluche único y favorito de su dormitorio, Pingu era el nombre del viejo peluche.

— Bueno, tampoco para tanto. ¿El reino no sabe sobre el compromiso, verdad? — Sana preguntaba echando a su boca un delicioso dulce de uva el cual la hizo murmurar feliz por el sabor.

— Nop. Solo personas cercanas, Myoui y Im saben sobre eso... — pensó un poco — Y tal vez algunos sirvientes, muchos de la familia se han dedicado a esparcir rumores para que lleguen a oídos de la princesa y créeme, funcionaron muy bien — asintió con una sonrisa satisfecha, aceptando el dulce que iba a su boca por parte de Momo.

— Hablando muy en serio, ¿creen que ambas se enamoren? — la pregunta de Hirai las hizo girar la cabeza en silencio — Digo, sería mucha suerte que sean parejas predestinadas, y sabes que es muy difícil o raro que alguien se enamore de otra persona que no sea la pareja que la Diosa Luna escogió — reflexionó escuchando como Hinata las llamaba para abordar el barco donde se irían — Solo espero que tengan esa casualidad.

— ... La parejas predestinadas van a encontrarse de una o mil formas siempre — Hikaru comentó mientras las tres se disponían a caminar. La beta y alfa la escuchaban atentamente — Mina al inicio iba a ser mandada a otro reino para ser caballería de allí y expandir nuestro apellido y fidelidad a la justicia e igualdad — eso tomó desprevenidas completamente a las dos que la escuchaban — Pero tío Nata dijo que sintió que no era lo mejor y desistió a que Kai o Daiki llevaran el liderazgo de Myoui, para dárselo a Mina — Sana paró un momento.

— Lo que quieres decir es que... Mina tenía primero destinado ir a otro reino para formar una familia y... ¿avanzar en caballerías de reinos en todo el mundo con el tiempo? — Hikaru pensó un poco y asintió.

— Toda la familia estaba de acuerdo en que nosotros queríamos expandir nuestras costumbres de igualdad por géneros en diferentes partes del mundo — recordaba, haciendo sus pasos más lento para poder terminar la charla bien — Sería tener la confianza de los reyes de reinos variados para que estos debieran favores que serían gastados poniendo nuevas reglas buenas o deshaciendo otras malas — ambas chicas asintieron, era una gran idea pero al parecer no se puso en marcha — Pero desde conflictos en el reino Im, decidimos quedarnos solo en éste hasta que erradiquemos lo que pasa.

— ¿Qué conflictos?

— Ese no es el tema. El tema es que Mina tenía otra vida preparada en otro lugar, pero por un problema u otro le tocó esta por casualidad. Sería muy mala suerte que su pareja no sea la princesa ya que pasaron varias cosas para que lleguen hasta este matrimonio — se volteó hacia ambas y sonrió confiada — Tengo el presentimiento de que estarán bien juntas — y eso fue suficiente por ese día. Mina llegó alegre con una mochila donde solo estaba su peluche y pudieron irse.

Hikaru con mucha inquietud, Mina con nervios y emoción, Momo con felicidad de poder ver más que una isla, y Sana trataba de no vomitar por el mareo que casualmente solo a ella le dió.

Mina no supo cómo pero su madre se libró de su padre para ir a verla donde ella estaba. Había estado mirando por un largo rato las aguas profundas a las que mayormente todos les tienen miedo.

Muchos tienen ese gran temor al mar, pero comúnmente no es el mar el que te da temor, si no lo que puede contener en él. Animales irreales, gigantes criaturas en profundidades, muchísimas cosas que podríamos confundirlas con alucinaciones por lo irreales y desconocidas que se ven. Eso se imagina Mina, pero para ella es fantástico lo sorprendentemente que puede ser el mar.

Obviamente como a todos, le da miedo encontrarse con animales, tanto tiburones, peces grandes o ballenas, pero le encanta como el mar puede albergar todo eso y solo es un pequeño porcentaje.

Mira hacia más allá, se veía ya una punta de una torre, que se acercaba más y más con cada segundo. Poco a poco.

Akane se recargó en el barandal que sirve como protección para no caer directo al profundo mar, miró a su hija notando sus ojos brillosos al mirar la torre que los recibe del reino Im.

— Ya estarás en casa con todos nosotros, pequeña — dijo sonriendo. Extrañaba a su hija todos los días, ahora tenerla más cerca y casi a diario sería encantador para ella — Cada cosa que dudes, pregunta a quien confíes, ¿bien?

— Tengo muchas dudas pero las veré yo misma, quiero hacerlo yo misma primero — Akane asintió, orgullosa de lo que era su hija menor — Y necesito saber... ¿Dónde se quedarán Momo y Sana? Ya dijeron que yo en casa pero no quiero estar lejos de ellas — no creía que pudieran quedarse en casa Myoui.

La casa era grandísima, podían vivir todo Myoui directo allí, solo que algunos tenían casa pequeñas para sus propias familias (progenitores e hijos) en partes variadas del reino, otros preferían quedarse en la gran casa y otros se zafaban del apellido Myoui y tomaban el de su pareja, eso mayormente son los que no quieren tener algo que ver con caballería o solo toman caminos distintos.

Mina se quedaría en casa Myoui para conocer a la familia y poder dirigirla bien, aunque con eso de dirigir al reino y tambien a Myoui están considerando cambiar de líder.

No querían que la omega tuviera tanta presión en tan solo salir de la isla donde se concentró mucho y no tuvo muchas presiones. No querían hacerla sentir abrumada por todos los cargos.

Así que consideraban cambiar el liderazgo a Hikaru o a Haru, tomarían a Daiki como habían decidido hace muchísimo pero éste dijo que lo rechazaba, tendrá sus razones por allí.

— Oh. Deberan quedarse en el castillo. Los reyes lo ofrecieron y lo aceptamos al ver que allí podrían conocer a los cercanos de la princesa y estos las ayudarán — Mina asintió no muy de acuerdo, quería tenerlas con ella pero que sus amigas sepan moverse por el castillo la ayudará a ella cuando tenga que hacerlo — Podemos pedir que tú también lo estés — dijo notando como ya se veía como un cuarto de fracción de la torre.

Mina la miró confundida mientras se escondía en los brazos de su madre, queriendo más de su aroma.

— No se puede — negó Mina — Tengo que aprender sobre mi familia completa para dirigirla — Akane apretó los labios y miró a los ojos a Mina — A menos que ya no tenga qué — sugirió cuando vió los ojos dudosos de su madre.

— Estábamos considerando que no, te lo diríamos al tiempo pero es mejor que sepas cosas desde ya. Aconsejaron que Haru o Hikaru tomen el lugar cuando sea el retiro de tu padre, pero acordaron hablarlo en tu presencia — Mina no sabía cómo sentirse al respecto.

Siempre le dijeron que el liderazgo sería más de ella, que la tenía asegurada aunque no la deseaba como algunos de su familia.

Tampoco quería dirigir a una familia que no conoce y le tomará mucho tiempo y dedicación conocer. Para dirigirla necesitaba saber debilidades, habilidades, mejorías y muchas cosas más sobre casi todos o todos. Todo eso, Hinata lo sabe, Hinata conoce a toda la familia tan bien, hasta puede predecir las actitudes de todos al llevar años estudiandolos.

Ahora sin ese liderazgo, podría enfocarse en el reinado. Era impresionante como, sin hacer mucho, consiguió todo eso. Para ella fue poco lo que hizo, entrenar y entrenar, más educarse y tener la dedicación en hacer bien.

Aunque se siente abrumada por gobernar un reino tan grande y que hace el esfuerzo por sobresalir en los mejores, pero siempre respira y se dedica a pensar en que si su familia la escogió para algo tan importante, era porque la consideraban apta para ello.

Y no estaría sola, de todos modos.

— Haru no la conozco, pero podría conocerla así tomar una decisión de quien tomaría el puesto. Hikaru sería la indicada pero tal vez Haru pueda tambien serlo — y otra cosa más — Y tal vez alguna desee tenerlo.

— Haru dijo que no tenía problema aunque esta asimilandolo — claro, que te ofrezcan como líder de la familia era algo impresionante, más impresionó a Haru por su corta edad y la pone orgullosa de ser una opción para ello que creyó nunca estar cerca — Hikaru... Hikaru lo querrá si es para librarte de ello, te quiere sin abrumadoras presiones para tu concentración.

Mina no pudo sentirse mejor, ama mucho a Hikaru.

— Estoy nerviosa por conocer a los reyes —Mina cambió de tema, cuando miró que la torre era visible de la mitad, una persona en la punta debe estar avisando a los reyes que están por llegar, eso supone al verla.

— No te preocupes mucho, sé respetuosa y educada pero ellos se llevarán lo mejor de ti, no se dejan llevar por la primera impresión de alguien — claro que no, Akane recuerda que conoció a los reyes con una caída, ella de adulta joven había tropezado, sin darse cuenta que los reyes la habían visto. Ellos solo rieron, la ayudaron y sin mucho esfuerzo hubo un vínculo más amistoso.

— Quiero realmente que me consideren apta para algo tan importante, que no desconfíen de mí para mantener mi esfuerzo y dedicación en esto — miró el mar de nuevo, tambaleando sus manos por el barandal como distracción y que estas no tiemblen — No quiero que apoyen la idea del matrimonio solo por apoyarla como trato, quiero que la apoyen por ser buena para su hija y para el reino.

— Lo hicieron, lo hacen y lo harán. Eras muy buena, Mina — tomó de los hombros a su hija para verla directamente y hablarle con voz firme pero suave — Eso pasara en un futuro, el reinado puede ser algo impresionante y realmente importante, pero sé que tú quieres conseguirlo para hacer bien a las personas, ellos también verán eso en ti — miró a lo lejos y luego a dirección contraria — Vamos, a prepararnos que tenemos que ver que todo esté bien.

Mina dejó que todas esas palabras se tatuaran en su mente, ella dará su intención y ellos la notaran. Respiró y tranquilizó su cuerpo para luego seguir a su madre.

Todo irá de bien, porque su intención está allí.

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