Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

- Miradas² ¹¹

Perspectiva del comienzo del baile - Im Nayeon

Dahyun nunca había visto a Nayeon tan nerviosa de algo en su vida... Bueno, quitando la vez que corría de su madre por estropear alguna plantas por accidente, nunca la había visto tan alterada.

Nayeon era una chica divertida y dramática e incluso podía ser muy comprensible, pero en otros casos, podía ser realmente irritante cuando estaba nerviosa.

Jeongyeon ya llevaba intentando calmarla algunos minutos.

— Ella te admira de muchas formas, esta vez no pienses mucho y haz que las cosas pasen con naturalidad —aconsejaba la alfa menor tomando de los hombros a Nayeon, quien la miró nerviosa.

— ¿Y si me tropiezo? —abrió sus ojos en grande por la posibilidad y lo avergonzada que estaría si eso pasara.

— A ella se le haría lindo y te ayudaría —comentó la omega de las tres con suavidad para que Im lo crea y pueda calmarse.

— ¿Y si me desmayo? —preguntó más asustada por esa otra escena que no quiere que pase.

— Ella te llevaría en brazos preocupada a tu habitación y te cuidaría aún sin conocerte —Dahyun no sabía qué haría la señorita Mina en esas escenas pero decía lo más suave y lindo que le apareciera por la mente, y también lo que creía que la señorita Mina haría— Nayeon, en cualquier situación que te imagines, la señorita Mina se encargará de dar el bien para ti y preocuparse por ti, si te llegará a pasar algo —contestó suavemente palmeando el hombro de la alfa mayor con cariño.

Jeongyeon suspiró cuando vió a Nayeon tomar aire y suspirar para calmarse.

Pero en realidad no fue para calmarse.

— ¿Y si me muero? —fue para sacar más estupideces.

Unos momentos más, Nayeon todavía están enojada con sus progenitores por ordenar eso del ratón para sacarla de debajo de la cama, pero dejaba pasar un poco eso por los nervios que tenía de ver a la gran bella omega de la cual todos hablan.

Tenía hambre, tenía nervios, tenía su cuerpo tembloroso pero se controlaba respirando y parándose firme.

— Vamos, Nayeon. Estoy seguro que te enamorarás enseguida —la voz del rey la desconcentró de inmediato. Abrió los ojos en grande. ¿Ella enamorada? No lo creía, era solo curiosidad por la omega. Sí. Claramente era eso.

— Pft —bufó— Sí, cómo no —sarcásticamente contestó acomodando un poco su cabello donde se le había soltado mechones. Estaban casi a punto de salir allá y dar el discurso para empezar la noche que la marcaría por completo.

— Te lo aseguro. Esa muchacha es un encanto y estoy seguro que caerás de inmediato por ella —provocaba un poco pero tenía realidad, su próxima nuera era un encanto andante.

Pero tenía otra reacción de Nayeon a la que quería, parecía enojada y asustada de esa posibilidad.

— Claro que no. Yo no me enamoro —contestó cortante sintiendo su estómago caliente, y aseguraba que era hambre pero en realidad era otra cosa que ignoraba completamente.

— Ya veremos eso —rió su padre omega— Ahí viene tu madre —Nayeon prestó atención a cómo su madre llegaba acomodando su vestido.

Nayeon, al igual que su madre, se decidió por un vestido con corsé, color azul claro. Su cabello negro venía suelto pero acomodado por Dahyun.

Sus dos amigas debían esperarla allá detrás de esas grandes puertas, donde todos los años se paran y esperan para presentarse frente a los invitados.

Se imaginaba la cara de Jeongyeon al ver a la omega que ella tanto quiere ver, y la cara de burla que le hará por ella verla primero. Suspiró y las puertas iban a ser abiertas.

No puso atención ni escuchó a el caballero que las presentaba, su mente estaba en encontrar a alguien lo más pronto posible.

Su mirada fue desde una esquina hasta otra, primero pasando por mirar a varios invitados.

Pudo observar a sus amigas sonriendole levemente en apoyo y les asintió en agradecimiento.

Siguió por ver a las reinas Park, Park Jihyo alfa de veintitrés años y su pareja omega Tzuyu de veintidós años, recuerda cuando ella fue a la coronación de ambas hace más de un año en el reino Park vecino. Tienen una hija de siete años llamada Park Chaeyoung. Son amigas de sus progenitores y se lleva bien con ellas.

Se distrajo, así que volvió su recorrido. Miró a los Son, Son Wendy alfa de unos cuarenta años junto a su pareja beta Soyoung. Ambas tenían una hija de dieciséis años beta, Son Chaeyoung, una de baja estatura que un día tropezó con ella y terminaron jugando con un platillo, eso fue como cuando tenían como doce y diez años, más o menos. Eso ocurrió en un baile Myoui también. Reconoce a la reina Wendy como muy amiga cercana a sus padres y a su esposa como solo amiga.

Su mirada fue a más personas que no reconoció bien.

Llegó a los Kang. Los temidos pero despreciados Kang. Miró sin expresión a Kang Seulmin quien tenía la vista en ella como si juzgandola esté. Nunca le agradó y tenía un gran desprecio por un alfa como el. Alfista, altivo, egocéntrico y un estupido. Agradece no ver por allí al rey Kang, al parecer éste solo asistió al primer baile Myoui y a los otros no le apeteció ir.

Aunque el mayor es más estupido que el mini estupido.

Miró con ternura a Seulgi quien le sonrió tímida como siempre. La consideraba buena amiga y tenía un gran instinto de protegerla, aúnque sabe que no podrá. En el reino Kang, pueden incluso matarla y no podrá hacer nada. Cada vez que se ven le habla y le invita cosas con la intención que esté cómoda y disfrute del reino Im como no podrá hacerlo en el reino Kang.

— ¡Por ello!... ¡Denle la bienvenida a la caballería y parte de la familia Myoui! —esas palabras de su padre fueron las que la hicieron reaccionar. Miró a todos lados y siguió la vista de los presentes hacia los Myoui.

Lo más destacable era, sin duda, sin lugar a contradicciones, sin preguntas, era la preciosa omega pelicorto con cabello obscuro y una mirada que la atrapó al instante.

Ya la miraba desde antes, y Nayeon pensó que sus mejillas estaban rojas pero no se animó a tentarlas, para no dejar en visto que creyó sonrojarse. La mirada café era más obscura que la de sí misma.

Todo más obscuro; su cabello negro al igual que ella pero mas obscuro y lacio. Sus ojos cafés más obscuros y atrayentes que los de sí misma. Su vestir más obscuro y atractivo que creyó, en serio, tropezarse por ella.

Era obscuro pero ese tono le encantaba, le encantaba en esa chica.

Sus lunares. ¡Por la Diosa Luna! Como el encantaron esos lunares, parecían ser puestos estratégicamente para que le atrayeran, porque la estrategia le funcionaba. Se veía extremadamente hermosa.

Con labios entreabiertos. Ojos cafés, brillantes, atentos a solo ella y la alfa lo adoraba. Adoraba que esa mirada solo esté de esa manera en ella, que solo la mire así a ella.

Creía ser egoísta por solo querer algo tan maravilloso posado en ella, pero en serio deseaba que esa mirada brillante y atrayente la mire y anhele solo a ella. Su lobo aúlla de alguna manera dentro de su pecho y le hace saber algo, pero por favor, Im Nayeon no lo entiende.

No entiende por estar realmente perdida en esa chica.

Sus hombros se empezaron a tensar por una posibilidad, pero se relajan al ver que en realidad le está gustando. Su pecho revolotea y su estómago da un gran vuelco, se sentía realmente bien, quería sonreír pero solo mira con atención y labios entreabiertos a aquella omega.

No le importa si algunos la ven así de perdida observando a la omega, no le importa si se crean rumores que está loca por la chica, no le importa si su amiga se burla, porque le gustaba mucho el sentimiento que le trajo aquella Myoui. Le importaba seguir viendo y tener esa sensación de ser la única en la vida de Myoui.

En realidad, era la única que le interesaba de esa forma a Myoui Mina, pero no lo sabía o no estaba segura.

Miró lo bien que le quedaba a su cuerpo ese vestir, esa camisa y corsé que resaltaba los senos de la omega junto a esos pantalones que parecían cómodos y Nayeon la envidió un poco, ya que su vestido la incomodaba un poco de la parte de sus piernas.

Se distrajo de la admiración por esa pelinegra de mirada preciosa cuando su madre posó una mano en su hombro.

— Vamos —le susurró con un tono que molestó a Nayeon.

Bien, no fue realmente el tono, fue la interrupción de las hermosas miradas que podía robarle a la omega.

Miró a su madre y asintió. Cuando miró hacia Myoui Mina en busca de su mirada, la encontró hablando con Haru, la pequeña omega con la que Nayeon a veces habla. Todavía se acuerda de Aiko, el perrito ahora más viejo de la chica menor.

Cuando iba a voltear con su madre, la hermosa pelinegra le devolvió la mirada, ocasionando que sus miradas crucen por un segundo para luego perderse por la mano de su madre que la jalaba hacia los invitados.

Se dió cuenta que Dahyun y Jeongyeon se reían un poco de ella pero no le importó mucho, sentía de todo en su interior que le era difícil y casi imposible describir esas sensaciones de emoción.

— ¿Tú crees que en realidad se desmaye cuando la señorita Mina le invite un baile? —Yoo preguntó mirando entre su amiga Nayeon y la señorita Myoui que estaba sonriendo. A Jeongyeon sí le pareció bastante linda y supo de inmediato que Nayeon caería por ella.

— Veremos. ¿Tú crees que la señorita Mina la lleve y cuide aún sin conocerla si eso pasa? —preguntó Kim con una sonrisa. Le había encantado ver esas miradas entre su amiga alfa y la omega Myoui.

— A como se miran, es capaz de llevarla a un hospital y demandar que la revisen —respondió entre risas Jeongyeon.

Ambas chicas también habían visto a las amigas de Myoui Mina, ambas chicas que susurraban cosas entre sí y parecían discutir acaloradamente.

Si supieran que en realidad están luchando por un mes de dulces.

Ambas también miraban a la señorita Mina con adoración y sonriendo como orgullosas por ella. Dahyun se preguntó si habría algún problema con ella, o sea, si alguna gustase de la señorita Mina.

O por lo menos que intenten tener algo con ella, no conoce muy bien su relación. Si alguna gustase pero no intentase nada con la señorita Mina estaría bien, nadie controla a quien nos gusta.

A Dahyun se le cruzó inmediatamente a la mente una linda pelinegra preocupada por ella cuando tenía solo ocho años y aquella trece años.

Han pasado ocho años y Hikaru casi ni le dirige la mirada. Se mantiene cortante con solo órdenes de los reyes o del dirigente Myoui. Logra atraparla mirándola a veces pero no logra ver que le transmite; Hikaru se voltea antes de que ella estudie esa mirada.

En realidad quisiera hablar con ella y tal vez esta vez se le cumpliría. Tal vez hablen sobre lo de hace años, tal vez hablen casualmente una platica amena... o tal vez ni siquiera hablen.

Dahyun estaba inquieta porque algo pasara.

Jeongyeon solo se intimidó, aún siendo alfa, con aquella beta castaña que cuando cruzaron miradas le sonrió de una manera extraña. Aúnque la beta pareciera sonreírle a todos.



Falta más 👻.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro