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- Interrogatorio ³¹

La próxima dirigente estaba parada, viendo a todos los que estaban alrededor de la mesa, mientras tenía su expresión seria y hasta intimidante para muchos. Algunos de los familiares más fuertes y más incluidos en la masacre que hubo contra los caballeros Kang estaban allí, esperando palabras por parte de la futura líder.

La líder alfa de aquellos caballeros Kang ahora podía estar siendo obligada a soltar el mensaje junto a Momo y Haru, quien siendo lobos se empeñaban en intimidarla para sacarle información, la cual todavía no era dada porque aquella mujer alfa era terca y muy fiel a su reino cruel.

Hikaru suspiró y pasó su mano izquierda por su brazo derecho, en un intento de romper el agudo silencio que ya acompaña con un pitido en su oído. La habitación no era muy grande, de hecho, era lo suficiente como para solo diez personas. Hinata Myoui estaba allí pero se dedicaba a empezar a comportarse como uno más de la familia, solo para que Hikaru tome el papel como dirigente de una vez.

La iluminación parecía ser poca pero para Hikaru era suficiente para ver en algunos esas expresiones llenas de seriedad, pero con pizcas de dolor. Sabía que algunos se aguantaban las lágrimas.

— ¿Cuántas muertes nuestras? —preguntó Hikaru, manteniéndose firme por todos ellos. Escuchó un carraspeo y era de la mujer mayor, la hermana de Hinata, Soyeon.

— Fueron nueve muertes, cinco heridos leves, una grave... y me acaban de informar que Mashiro, la alfa que enviaron al castillo, fue atacada por la espalda. Un doctor dice que no cree que sobreviva para mañana pero esta conciente en una habitación con toda la atención posible —a eso la mujer parecía querer llorar. Aunque no tenía muchos cercanos, Mashiro era una sobrina o hija para ella.

— Esto no hubiera pasado si no atacaran entre más de cinco por la espalda a algunos de los nuestros que estaban solos —un beta comentó, haciendo asentir a Hikaru.

Era cierto. No hubiera ninguna muerte si aquellos caballeros no se hubieran enfocado en ser más de cinco caballeros en un sólo grupo para atacar a un solo caballero Myoui

Pero Kang's estaban más preparados de lo que parecen. Hikaru notó eso.

— ¿Qué sucedió exactamente en el castillo? —Hikaru preguntó, tragándose cualquier emoción que le propinó el estado de Mashiro, se llevaban bastante bien.

Hinata le contestó, ya que el fue el principal informado de las cosas del castillo.

— Quisieron entrar a las habitaciones de la realeza pero estaban muy lejos. Mashiro fue atacada en la zona de la cocina y comedor, donde la hirieron pero aún con la herida los asesinó antes de caer inconsciente —Hikaru asintió y respiró profundamente, pues la noticia le cayó muy directa y estaba controlando sus emociones.

— ¿Cuántos caballeros Kang? —preguntó en alto.

— Fueron tres en el castillo, los cuales fueron asesinados por Mashiro. Y aquí fueron en total veintiocho, contando a la única caballero Kang viva, que está siendo obligada a dar información en el calabozo —Hinata le informó, con una voz tranquila pero seria que demostraba lo controlado que podía ser, algo que Hikaru quería pero le faltaba practica.

— Treinta y uno en total. ¿La protección en el castillo cómo está?

— Ya todos están alerta, y la princesa Im fue enviada hacia allá, ya que estará más protegida en las habitaciones de emergencia que están instaladas en las zonas más protegidas del castillo. Algunos caballeros Myoui están allá también —la alfa Soyeon le contestó, más estabilizada pero con la voz siguiendo ahogada.

Hikaru asintió y miró hacia la mesa. Había planos de mapas del castillo Im y de toda la casa Myoui, también algunos de las zonas del reino. Tenían que averiguar por dónde se habían infiltrado tantos caballeros sin que se diera cuenta nadie del reino Im.

— ¿Alguna suposición de por dónde pudieron entrar a territorio Im? —a esa pregunta, nadie allí respondió, no teniendo alguna idea de dónde pudieron haber sido infiltrados tantos caballeros Kang con tan llamativa vestimenta como lo era los atuendos de caballeros.

— Creo que es mejor enviar a que investiguen las zonas, tal vez alguna zona desolada fue atacada y, por lo tanto, puede haber más muertos y una zona despejada para que puedan seguir entrando ahora —Riku, quien había llegado hace poco, comentó con el ceño fruncido.

Era una suposición que podía ser posible, así que Hikaru asintió y la anotó.

— Puede ser. Riku —el nombrado asintió, prestando atención— Tú y Reo van a ir hacia allá con algunos caballeros Im, preparados por si hay alguna jornada allí, y lleven a alguien cambiaforma por si necesitan a alguien que nos de un aviso, son rápidos en forma lobuna. Vean por toda la frontera que da con el reino Kang —ambos, el alfa y el omega nombrados, asintieron y se fueron de allí— ¿Hay algo que quieran mencionar?

Una chica omega alzó su mano, haciendo que Hikaru la señalara para que hablara.

— ¿Cómo está el pueblo? —preguntó la chica. Era algo que Hikaru tampoco sabía así que volteó a ver a Hinata.

— ¿Cómo está?

— Están bien. Nadie sabe lo que ocurrió y están intrigados por el cómo caballeros tanto Im como Myoui están pasando por las calles —el alfa mayor dijo, respondiendo al duda de todos allí.

— Se mantendrá así hasta que sepamos si es un arrebato del reino Kang o si nos está dando una declaración de guerra. Ya sea que le preguntemos en poco tiempo o en el baile Myoui si es que algún miembro de la familia Kang asiste —todos asintieron a lo que dijo Hikaru— ¿Alguna otra cosa?

Todos negaron a su pregunta, y Hikaru asintió dando por finalizada aquella reunión.

— Pueden ir a descansar. Fue un día difícil pero sigan alerta a algún llamado, por favor —todos asintieron firmemente para que en orden salieran de la habitación. Hikaru fue la que se quedó al final ya que hasta Hinata salió a tomar un descanso.

La beta suspiró y salió de allí para dirigirse a los calabozos, bajando escaleras interminables. Mayormente no había calabozos cerca del castillo Im, o de la casa Myoui en su camino, ya que preferían que si alguna vez alguien podía escapar que estuviera lejos de la realeza, pero había un pequeño calabozo en la zona más baja de la casa Myoui.

Bajando el grande sótano había una zona donde hacía calor y solamente era iluminada por pocas velas, mientras que había un aire asfixiante donde para cualquiera podía ser una tortura.

Hikaru bajó y de repente sintió el ambiente asfixiante pero nada que no pudiera soportar.

Estaban presentes Mina, Momo, Sana y Haru junto a la mujer alfa.

En una silla de madera estaba la alfa caballero Myoui que pudieron capturar. Parecía querer tener más aire ya que su respiración era desestabilizada y sus pulmones parecían exigir más aire, esto también porque ya le habían dado buenos golpes en el estomago y parte de sus costillas.

Tenía golpes en el rostro y la sangre brotaba de su hombro donde Mina se tomó la molestia de sacar su espada para tenerla con ella. Su cara era algo que no satisfacía a la loba que estaba gruñendo frente a la alfa, Haru no podía estar satisfecha hasta verla muerta.

Mina miró a Hikaru cuando la beta entró y cerró la puerta detrás de ella.

— Hikaru, llegas en la parte donde Momo se meterá. No ha soltado nada —Mina le dijo, con una leve molestia porque ha visto a la alfa ser golpeada y no ha querido decir palabra alguna.

— ¿Por qué no lo hicieron desde el principio? Ha tardado mucho —Hikaru cuestionó, pero entendió al ver a Haru gruñir.

— Haru quiere desquitarse. Aiko inevitablemente murió antes de lo que debía y Haru esta destrozada, solamente pudimos hacer que dejara de llorar cuando le dijimos que tocaba sacarle información a una caballero que tenía un mensaje —Mina le contestó aún así.

Momo estaba a un lado, en su forma lobuna mientras esperaba su turno, pues en ella hasta su olor era intimidante, cuando se esforzaba podía hacer caer hasta cualquier persona.

— Ya es mucho, estamos siendo crueles y debemos obtener le mensaje para entender exactamente lo que significó este ataque —Hikari dijo con el ceño fruncido. Caminó hacia la loba omega que estaba a punto de saltar encima de la alfa, y la paró tomándola del cuello— Ya transformate, Haru —le ordenó y a la omega no le quedó de otra que obedecer; Hikaru seguía siendo la futura dirigente y tenía que obedecer.

Sana, quien había estado muy quieta y callada, se acercó a darle una capa a Haru para que pudiera cubrirse por ahora. La omega se transformó dejando ver ahora su rostro más expresivo, el cual tenía escrito por toda partes que estaba destrozada.

— Lo más patético es que estás así por un maldito perro muerto —la caballero Kang no medía sus palabras, pues las soltaba con la lengua llena de espinas.

Haru gruñó y trató de acercarse solo para terminar de matarla pero Sana se lo impidió tomándola, alzando su cuerpo hasta darle la vuelta y dejarla a un lado donde había agua con la que podía tranquilizarse.

Momo se acercó finalmente cuando Hikaru le hizo una seña. Hikaru sabía que hasta ella misma y Mina podían sentir molestias en el pecho cuando Momo se dedicaba a ser intimidante, pues lo era por naturaleza.

El aroma a fresas no era tan agradable ahora. Mina a penas podía creer que ese aroma era el mismo que le gustaba, solo que más agrio y potente, dándole incluso cosquilleos en la nariz que la hacían querer estornudar.

La caballero Kang también pareció tensar su cuerpo aún más y mirar con miedo hacia la loba alfa que se acercaba hasta ella mostrando sus dientes y ahora soltando gruñidos fuertes y molestos.

— Bien. Ahora suelta el mensaje o te vas a hacerle compañía a tus compañeros muertos —Hikaru se acercó a amenazarla, pero la alfa se las arregló para ignorar a la loba intimidante frente suyo y reír como desquiciada.

— Tendrás que hacerme más que ponerme un maldito perro sucio para sacarme informacion, idiota —Hikaru la miró seriamente por un segundo, notando que esa fachada no le quedaría por mucho tiempo.

— Momo, muerde —la nombrada obedeció casi con gusto y eligió la zona herida del hombro como una zona bien requerida para destrozar con sus afilados colmillos.

Se apoyó en las rodillas de la mujer alfa con sus patas delanteras y se acomodó para abrir su hocico y clavarle sus dientes en la zona, no se quedó quieta aún cuando un grito resonó en su sensible oído.

Momo peleó como si quisiera desprender algún trozo, removió su hocico para hacer doler más a la mujer que ya gritaba ronco y mostraba sus propios colmillos del dolor. La alfa con olor a fresas no quedó muy satisfecha y apretó su hocico aún más para clavar sus colmillos ma profundamente. El sabor a sangre era lo que menos le importaba.

— Momo, para un poco —la alfa obedeció a Hikaru— ¿Hablaras o te tienen que quitar la extremidad a mordiscos? —Hikaru el dió dos opciones, pero la mujer alfa no parecía ceder.

— Son cosquillas para mí, maldita beta inútil —dijo entre dientes, claramente era capaz de ya ni siquiera sentir parte de su extremidad izquierda, pues era el lado donde estaba su hombro ya muy grave.

Hikaru ya no estaba mucho de juegos.

— Momo, nuestra compañera no necesita su brazo izquierdo. Deshazte de lo innecesario —ordenó Hikaru, mirando los ojos pacientes de la alfa lobuna que acató su orden.

Podían ser muy buenos por un lado pero si era para proteger a lo que prometieron, Myoui podían ser crueles. Harían lo necesario para proteger a todo el reino Im.

Un grito desgarrador salió por lo más profundo de la garganta de la mujer mientras Momo parecía luchar con desprender la extremidad, luchando por separar el hueso y la carne del brazo. Empezaba a recibir salpicaduras y varios chorros de líquido caliente y oscuro cuando al alfa gritó lo que todas querían escuchar.

— ¡Se los digo, ya se los digo! ¡El mensaje es que la guerra por fin comenzó! ¡Que podían solo deshacerla aceptando que entreguen a Myoui Mina a el príncipe Kang Seulmin como omega y esposa para toda la vida! —todo apresurado lo dijo pero por fin lo hizo. Su hombro parecía ya casi despegarse de su extremidad mientras no parecía estar mentalmente bien, parecía entrar en la locura.

Si la princesa Im estuviera allí probablemente estuviera con el ceño hasta la nariz y casi refunfuñando en voz baja que Myoui Mina era su novia y solo de ella. Hikaru podía imaginarla allí abrazando a Mina mientras le decía que era de ella, pues se notaba que la princesa Im era muy pegada hacia Mina, y hasta con el mínimo comentario de otro alfa hacia su novia, la tenía con el ceño fruncido y con un mohin molesto.

Momo no la soltó, solo se detuvo mientras esperaba órdenes de Hikaru.

— ¿Qué más? —Hikaru no creía que es fuera todo el mensaje.

— ¡Solamente eso! ¡Mi compañero tenía otro mensaje! ¡Era uno de los que entraron hacia el jardín y creo que lo vi muerto! —se apresuró a decir mientras ya no sentía su brazo izquierdo, probablemente ni siquiera estaba pegado a su hombro pero no se animaba a ver.

Aunque de hecho, si estaba allí solamente que ya no había vuelta atrás para que en el futuro pueda seguir allí, por lo menos no funcional.

— ¡Hay información más si quieren, solamente no dejen que muera! —la mujer alfa parecía desquiciada, pero aferrada a la vida.

— Suelta la información y se verá en cómo afecta a tu juicio — Hikaru le ordenó, también como ordenó a Momo separarse poco a poco de la mujer alfa, la misma que tomó el poco aire que circulaba por allí y habló lo más que pudo con la información que sabía.

— El rey Kang está muy enfermo, en sus últimos días, probablemente solo tenga menos de pocos meses. El príncipe Kang está muy obsesionado con Myoui Mina que hasta tiene a una omega parecida para que lo atienda con sexo cuando quiera —a eso, Hikaru miró a Mina quien estaba asqueada pero no lo demostraba mucho teniendo su rostro serio— Y no hay ningún grupo planificado para estas fechas, solamente esta vez fue una advertencia para que sepan que ya empezó todo. Probablemente no haya otro ataque dentro de medio año ya que saben que no tienen muchas posibilidades —Hikaru sabía bien que no debía confiar en ella totalmente pero la miró muy sincera.

Aún así, no estaría menos atenta a cualquier cosa.

La alfa delante suyo parecía no ser tan fiel a su reino, sino que era muy terca porque no quería satisfacer a sus enemigos de ninguna manera, pero tocando los botones indicados casi todos podían hablar. Era una soplón al decir la información de su reino, pero Hikaru no le importaba mucho en ese momento, pues la llevaría a encierro aislado.

— Sana, llama a un doctor y que haga algo por su hombro. Después llevenla a el calabozo a encierro aislado —la beta castaña asintió a Hikaru y salió de allí.

Haru ya estaba más atenta mientras tambien miraba a la alfa, pensando en todo lo que dijo.

Hikaru solamente salió de allí dejando a la mujer alfa sola, ya que Momo, Mina y Haru la siguieron hacia afuera. La siguieron en silencio hasta la misma habitación donde fue la reunión.

Hikaru ahí, viendo todos los planos de las fronteras, recordó que no le preguntó a la mujer aquella por dónde entraron al territorio Im, pero dió por finalizado el interrogatorio ese día porque estaba segura que aquella alfa estaba inconsciente en ese mismo momento.

— Mina, anota todo lo que dijo en una carta y ve al castillo a entregarla. Que te acompañe Momo si quiere —la alfa mencionada aún siendo una loba asintió, mientras que Mina tomó lo necesario para hacer una carta y que no se le olvide ninguna cosa. Escribió tal para cual la palabras de la caballero Kang— Y Haru —la omega levantó la mirada— ¿Quieres compañía en descansar un poco o prefieres estar sola?

La omega menor se sintió más pequeña al notar la atención y asintió tímidamente contestando.

— Compañía —no quería estar sola en ese momento, quería y necesitaba atención en ese momento, atención, compañía y un poco de consuelo. Le vendría bien.

— Vamos —Hikaru le dijo, pasando su brazo por los hombros de la omega para llevársela a su habitación donde podrá vestirse y descansar un poco del duro día, o del duro atardecer, ya que pasaron la noche y era de madrugada en ese preciso momento.

Mina solo le revolvió el cabello a Haru antes de que se fuera. Volvió a escribir la carta para doblarla y ponerla en un sobre.

— Tienes que cambiarte —Mina le dijo a una Momo en forma lobuna mientras sellaba el sobre con la carta dentro. Escuchó un pequeño gruñido, y cuando volteó se encontró con Momo en forma humana desnuda en el suelo— Pero aquí no, alfa nudista —regañó solo para recibir un pequeño e inofensivo gruñido— Voy por ropa. Quédate aquí.

Después de ir por ropa casual para la talla de Momo y que se limpiara la sangre, ambas pudieron irse ya vestidas hacia el castillo Im. Mina se decidió por ir en caballo pero Momo parecía muy reacia a subirse en un animal porque les tenía un poco de duda ya que un día uno de esos cabellos la quiso tumbar.

En menos de quince minutos estaban dejando el caballo para poder entrar al castillo. Momo solo seguía a Mina mientras escupía cada un poco de tiempo, ya que el sabor metálico de sangre quedaba en su boca y quería con urgencia enjuagar su boca.

— Tú ve a enjuagar tu boca con el agua de la cocina y también toma un poco porque tu voz sigue muy ronca —Mina le dijo y Momo solo pudo asentir para dirigirse a la zona de la cocina, donde estaba más vigilada pero aún así pudo entrar.

Mina llegó a la zona donde estaban ambos gobernantes Im charlando de algo serio, mientras la princesa Im estaba mordisqueando sus uñas. La puerta estaba totalmente abierta con Kim y Yoo estando a los lados. Pero aún con la aceptación de ambas sirvientas con que entrase, Mina paró y tocó la puerta para hacer ruido y llamar la atención de la realeza Im.

— Majestades y princesa, les tengo una carta de la información que se lleva hasta ahora —seriamente les informó, haciendo asentir a los reyes y solo hacer pensar a Nayeon. Como Mina había dicho antes, ahora no estaba ejerciendo su deber como novia, sino como caballero Myoui.

— Bien. Pasa, Myoui —el rey le dijo, haciendo a Mina avanzar hasta ellos y darles el sobre que fue abierto y leído meticulosamente por ambos gobernantes, todo ante la vista de la princesa porque ella no se acercaba, sino que veía a su novia con atención.

No la había visto desde que la dejó encerrada en la habitación, ya que fue alguien diferente quien la llevó hasta el castillo y luego la escoltó hacia donde sus padres estaban viendo algunas cosas.

— Los últimos tres datos no es información que esté confirmada como real pero, por si acaso, la anoté. La caballero de Kang solamente nos dijo todo aquello —Mina les comentó haciendo que ambos reyes asistieran.

— Nayeon, ¿quieres leerla o te la resumimos? —su madre la sacó de sus pensamientos. Nayeon sacudió la cabeza y volteó para ver a sus padres.

— Quiero leerla —no confiaba mucho en que sus padres le darán la información completa. Se acercó para tomar la carta.

— ¿No preferirías ahorrate eso? —y la pregunta de su madre la hizo desconfiar más.

— Quedamos en que no me ocultarán nada —le contestó tomando aquel papel, y al leer solo la mitad ya sabía por qué sus padres y su novia la miraban de ese modo.

Leyó todo y dejó el papel en la mesa solo para salir, como Hikaru la imaginó en aquel calabozo; refunfuñando palabras en contra del príncipe Kang y murmurando que su novia era sólo su novia.

— Puedes quitarte de tu responsabilidad como caballero por ahora, Mina. Eres su prometida. Ve con ella —el rey Im le concedió permiso a Mina y entonces salió de la habitación, no sin antes hacer una reverencia ante ambos reyes que le correspondieron con un asentimiento.

Yoo y Kim habían querido seguir a la princesa pero la señorita Mina las detuvo y les entregó un papel a cada una con la condición escrita de Sana y de Hikaru. Se había tomando el tiempo de hacer una pequeña nota para cada una de las amigas de su novia para poder dejarlas sin la duda que ambas estaban bien.

En la de Yoo puso que Sana estaba encargada de la caballero Kang que quedó, y que estaba totalmente bien haciendo algunos asuntos relacionados.

Y en la de Kim informaba que Hikaru estaba más ocupada por los asuntos de ser la futura dirigente líder de la familia Myoui, por lo que ahora estaba ejerciendo el papel que tomara y por lo mismo probablemente no la vería.

Ambas sirvientas quedaron confundidas por un momento al recibir el papel pero luego lo leyeron y se quedaron paradas en la puerta sin decir algo, solamente tomando las palabras del papel como algún tipo de confortabilidad para ellas.

Mina fue directo hacia donde su novia empezaba a alejarse, yendo a algún lugar donde pudiera ver la luna y también relajarse un poco.

La alfa salió por un balcón arrastrando una silla para ponerla allí y poder sentarse a ver la luna que estaba de madrugada. Un mohin estaba en sus labios y todavía dejaba salir comentarios molestos, mientras Mina la miraba con una sonrisa detrás de ella.

El olor a cacao atrajo a Nayeon hacia el hecho de que su novia estaba detrás de ella viéndola refunfuñar infantilmente cosas contra le príncipe Kang.

— ¿Ahora harás tu deber como novia o todavia no? —inconscientemente le comentario salió molesto y con una mueca acompañandolo. Mina quiso enojarse también pero no podía, no contra Nayeon.

— Es injusto que estés molesta conmigo cuando no tengo la culpa, su majestad —contestó un poco divertida mientras se acercaba y posaba sus manos en los hombros de la alfa, quien tranquilizó los hombros y se relajó un poco cuando las manos de Mina empezaron a hacer un vaivén en las zonas de sus hombros y de su nuca. El masaje era bien recibido.

— No estoy molesta contigo, sino con ese... tonto —el insulto un poco infantil hizo a Mina reír un poco y asentir para luego rodear la silla y quedar frente a Nayeon— No estoy molesta contigo... no podría —susurró ante la vista que tenía de Mina.

La omega estaba parada frente a ella, con la luna detrás haciendo que un brillo sobresaliera por su alrededor y que la hiciera ver más perfecta de lo que ya era para Nayeon.

— No creo que sea un problema realmente... Bueno, no uno que tenga que afectarte —Mina empezó a decir, pero no estaba segura así que se arrepintió de decirlo. Rascó un poco su brazo y se decidió por querer sentarse en los muslos de la alfa, así que hizo una seña para que la alfa entendiera lo que quería y le abriera los brazos, lo cual Nayeon sí hizo y Mina pudo acomodarse.

Se abrazó a su novia, escondiéndose en su cuello y mirando lo que podía del rostro de la alfa que estaba iluminado por la luna.

— Bueno, sí te afecta porque me pone más en la mira. No te voy a mentir. El punto que quería darte es que nadie podría tenerme exceptuando tú, Nayeon. Soy tuya como tú eres mía.

La aclaración pareció hacer brillar los ojos todavía enojados de Nayeon, y que una sonrisa tomará posesión de su cara para volverla más brillante y alegre.

— Soy tuya como tú eres mía.

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