- 'Hacer nuestra parte' ³⁸
— Esto nos traerá una recompensa, amigo —una alfa extasiada le decía a su compañero mientras miraban el cuerpo inconsciente de la omega más buscada por su superior— Solo esperemos a ver la cara del rey Kang, y tendremos hasta para vacaciones —ilusiones y muchas ilusiones estupidas que no serían verdad pero las risas no les faltaba allí.
Ambos no sabían que la omega no estaba inconsciente, sino sólo con los ojos cerrados, intentando no desmayarse mientras calmaba el dolor de su cabeza.
Myoui Mina estaba detrás en la carreta encerrada mientras ellos conducían a los caballos hacia el castillo Kang, pasando por las pobres y deprimentes calles del reino Kang, con una gran sonrisa en sus rostros mientras comentarios salían y risas escapaban sin mucha dificultad.
Mina miró discretamente lo que pudo por la ventana con reja que había y luego cerró los ojos calmando su respiración por completo.
Dejó que la sacaran como si de una muñeca se tratara y dejó su cuerpo flojo para simular estar inconsciente, mientras pronto escuchaba las risas y luego comentarios desagradables que no dudó en borrar de su sistema.
— ¿¡Cómo es que dejaron que le ganaran, idiotas de mierda!? —después de ese grito escuchó las risas y comentarios parar, incluso sintió que los brazos que la sostenían temblaban levemente al escuchar aquel reclamo— ¡Hijos de puta!, ¡no pueden hacer algo... ! —la voz paró por completo al escucharse cerca— Bien... —terminó en un susurro.
El ahora rey Kang no podía creer lo que veían sus dos ojos que antes fueron enojados. Sus dos incompetentes guardias traían a la mismísima Myoui Mina en brazos para él.
Solo para él, una linda omega que quería para él.
¿Estaba soñando? No, claro que no.
Se acercó tocando partes de su cuerpo tales como sus piernas, su abdomen, pasando su mano por sus senos hasta llegar a su cuello donde la tomó para alzar su rostro y mirar bien sus facciones. Tales como las soñó, esas facciones eran realmente de Myoui Mina.
Inconsciente y a su disposición. No encontraba la hora de llevarla a su cama.
— ... ¡Llévala a mi habitación! ¿¡Qué esperan!? ¡Corran, inútiles! —con una sonrisa surcando su rostro les dió órdenes. Tan bien se sentía tener el poder de todo ahora que su padre dió su último suspiro en la mañana, cuando simplemente su corazón dejó de latir y ahora era el nuevo rey Kang.
Lo sentía tan bien, y del solo pensar en aquella omega algo se levantaba en sus pantalones.
Suspirando, deseoso de tomar todo de aquel cuerpo, corrió por el castillo olvidando por completo que habían perdido una batalla, no importaba ahora que su obsesión estaba esperándolo en su cama como una buena omega.
Los caballeros de antes le dijeron que ya la depositaron en la cama y se fueron sin recibir nada del ahora rey Kang, ya que este se adentró de inmediato, notando a una omega en el rincón de la habitación, y otra, la que en verdad quiere, en la cama.
— ¿Tú qué, estorbo inútil? Vete al baño y date una ducha, que apestas —se dirigió a la omega que antes lo satisfacía, pero ahora tenía a la que en verdad le gustaba, no necesitaba a una que solo le recordaba a Myoui Mina, pues ya tenía a la verdadera.
Aquella omega se fue apresurada con miedo recorriendo en sus venas, dejando al rey Kang a solas con la omega Myoui que estaba tranquilamente acostada en la cama.
No esperó a subirse encima para empezar tocar superficialmente todo su cuerpo, hasta luego subir y apretar partes que le gustaban. Sin esperar tampoco, tomó el cuerpo de la omega para ponerlo encima suyo, quería satisfacerse ya y quería hacerlo con la omega montandolo.
Más no sabía que era mejor para Mina, podía hacer su plan más fácil.
Antes de que le quitara la ropa, Mina alzó su mano hecha un puño y este puño lo chocó con una zona específica de la nuca, haciendo que ni siquiera una queja pueda salir del rey Kang, ya que cayó inconsciente.
Gruñó quitándose del tacto de aquel alfa y se levantó, ahora que había descansado en el camino ya se había recuperado del mareo y del dolor.
— ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? —buscaba por abajo de la cama y por el armario, buscando cuerdas que muy probablemente el rey Kang debía tener por allí— El baño —murmuró entrando de abrupto, asustando a la omega semidesnuda que ahí se encontraba.
No le puso mucha atención porque sabía muy bien quién era, se parecía a ella y era omega, en la habitación del príncipe Kang. Obviamente sabía quién era.
La omega desconocida sólo pudo estar en una esquina mientras se protegía a sí misma como podía, cubriéndose y mirando. Mina tomó las cuerdas y fue a aquella cama para bajar al alfa Kang, arrastrándolo al baño para atraer una silla y atarlo allí.
Manos, pies, cadera y brazos. Todo aquello lo amarró a la silla para dejarlo inmovilizado. Agarró una prenda cualquiera y la metió a la boca del rey Kang, solo para también pasar una cuerda y callarlo por si se despierta.
Revisó todos los cajones encontrando un llavero grande donde alrededor estaba repleto de muchísimas llaves. Pero una, que decía bien el nombre que buscaba, la apartó y la echó a su bolsa.
— Hey. Ven, levántate —suavemente le habló a aquella chica en la esquina, la cual tembló.
Tenía mucho tiempo, de todos modos, y necesitaba la ayuda de aquella omega para lo que quería hacer. Necesitaba alguien que pueda decirle las cosas del rey Kang, ya que se dió cuenta que este no tenía filtro para decir de todo al aire libre.
— Soy una omega, ¿bien? Myoui Mina. Te quiero ayudar, y necesito que me ayudes. Tienes que vestirte —aquella chica la miró por un momento y asintió poniéndose los pantalones y la blusa que Mina le tendía— Necesito que me digas si en la habitación el rey Kang ha traído a alguna otra omega, una rubia con alguna marca de él —ayudó a sentarse a la omega menor para luego sentarse de rodillas, y para darle confianza tomó su mano como una inocente caricia.
— Y-Yo no sé. No h-he visto a nadie en d-días —Mina duda, pero asiente y sigue acariciando su mano para darle calma.
— ¿Te ha marcado alguna vez? —sabía muy bien que podía desencadenar alguna reacción mala, pero necesitó preguntar para llenar los espacios vacíos de cuestiones a las que necesitaba encontrar respuestas.
— Un-Una vez, pero l-luego ya no lo sentí y supongo que m-marcó a alguien más —entre leves tartamudeos y tics pequeños, la chica pudo decir mientras intentaba respirar a como Mina le indicaba.
— ¿El rey Kang Seowoo está muerto? —un asentimiento por parte de la menor y terminó— Bien. Eso es todo en preguntas. Gracias. Ahora necesito que me acompañes afuera sin hacer ruido, ¿puedes? —la chica dudó pero asintió levantándose con titubeos.
Cuando ambas salieron de la mano, Mina miró a todos lados mientras ponía la daga en su mano y la espada del rey Kang se mantenía en su cintura.
La otra omega no hizo ruido y solamente se dejó llevar mientras que Mina se adentraba por los pasillos recordando todo lo que la princesa Seulgi le enseñó.
Imagina por completo el plano del castillo en su cabeza y avanza con decicion por los pasillos, hasta encontrar la habitaciones que le mencionó la omega Kang. Le había informado de las habitaciones de invitados que nunca se usaban ni se limpiaban muy a menudo, pero estaban bien como para esconderse, ya que nadie buscara totalmente donde hay mucho polvo y tierra.
— Mira. Te tienes que quedar aquí donde nadie te encuentre, nadie te hará daño mientras estés aquí, ¿sí? —se dirigió a la menor y ésta asintió entrando, poniéndose en una esquina para quedarse hecha una bolita para sentirse segura— Solo no salgas por ningún motivo y no hagas ruido —la menor asintió murmurando algo y Mina pudo salir aliviada.
Los pasillos estaban vacíos, solo esquivaba a alguno otro caballero Kang que merodeaban por allí.
Regresó a la habitación del rey Kang para ver si estaba inconsciente y lo encontró a como lo dejó. Cerró la puerta completamente y le dió un pequeño regalo al rey Kang para cuando despierte, manchando el piso pero lo tenía merecido.
Pensó seriamente en hacer más pero mejor salió por la ventana sigilosamente, tenía que hacer la otra parte del plan si quería que esté bien.
#♡>☆
Momo regresaba furiosa en su forma lobuna, sólo con Sana calmandola un poco mientras iban dentro de un carruaje común para llegar rápido al castillo Im y informar de todo. Haru las veía y bufaba de vez en cuando, compartiendo la sensación de odio que tenían. Hikaru miraba a la ventana, arrugado la nariz y frunciendo el ceño, mientras pensaba y buscaba cómo decir todo a la realeza Im.
— Ni siquiera pudimos matar a la mitad de ellos, o herirlos siquiera —Haru se quejaba con el ceño fruncido y sus dientes mostrándose del enojo, frustración e impotencia
— Se la llevaron cuando era nuestra prioridad, era lo que teníamos que estar más pendientes —Sana también se descargaba.
El carruaje estaba lleno de un tenso ambiente donde compartían sentimientos, emociones y sensaciones sobre el haber dejado que todo eso pasara.
Según aquella era una posibilidad muy alejada, porque todas estarían protegiéndose para no ser capturadas de ninguna forma y terminó siendo capturada a la que tenían como prioridad, ya que sabían bien que iban a ir por Mina, pero no creyeron que pasaría así todo tan rápido y de una manera cobarde se la llevaron.
Momo ni siquiera pudo seguir aquella carreta porque la atacaron entre más de cinco, logrando que tenga algunas heridas en su cuerpo pero estaba bien. Incluso ahora se fue a su forma humana para ser tapada por la capa que Sana le ponía por los hombros.
— Se supone que debíamos, ¿y ahora solo regresamos mientras ella está allá? —Haru se dirigía la dirigente, quien miraba por la ventana mientras una de sus manos estaba en su mentón.
— Mina debe estar siguiendo el plan. Ahora debemos seguir el nuestro si no queremos que se salga todo de nuestro control. Para que regrese debemos seguir con lo planeado, hay que regresar al castillo Im para hablar con la princesa Son sobre la situación —Hikaru estaba raramente calmada ahora, con el rostro fuera de emociones y manteniéndose al márgen— Es lo que Mina dijo que hagamos si pasa. Pasó y debemos hacerlo —Haru se calmó un poco, intentado pensar que todo saldrá bien.
— La princesa Im se saldrá de control. Mina no nos dijo qué hacer en esa situación —Momo comentaba mientras veían como llegaban al castillo Im, el cual afortunadamente no fue atacado ya que no lograron llegar a él— Esto será un espectáculo con el que no quiero lidiar.
— Mina habló con ella antes de irse, debió hablar con ella sobre esto —Hikaru quería que Mina haya hablado de eso, lo deseaba, porque tampoco sabía qué hacer si la princesa Im se alteraba e intentaba hacer algo fuera del plan.
Entraron al castillo con el permiso y la leve inspección. Mientras que caminaban por los pasillos se podía notar el ambiente más tranquilo y sereno, muy diferente a allá afuera donde habían cuerpos por las calles y algunos caballeros Im haciendo asuntos relacionados a ello.
La habitación donde la realeza Im estaba, mirando papeles junto a la princesa Son, la princesa Bae y la princesa Kang. Parecían muy ocupados pero prestaron toda su atención a ellas que acababan de llegar con rostros no muy buenos.
— Digan —la voz demandante de la reina no se hizo esperar, pues todos tenían la incertidumbre de saber.
Más Nayeon, quien no pudo encontrar a su novia y ya estaba frunciendo el ceño.
Hikaru fue la que habló por todas mientras suspiraba discretamente.
— La batalla fue ganada ahora, ha pasado como lo planeado... excepto una situación con Myoui Mina —el solo nombre hizo a la princesa Im verla con sospecha— Ha sido capturada y ahora debe estar haciendo la parte del plan que se realizó junto a la princesa Son y la princesa Kang —la habitación quedó un momento en silencio.
Los ojos recayeron en la princesa Im, quien miraba el suelo como enojada y pensando, hasta luego suspirar y mirar a todos con una calma que ninguno esperaba.
— ¿Qué? —preguntó cuando al miraban raro.
— ¿Solo dirás eso? —la reina Im le cuestionó, incrédula por las reacciones de su infantil hija. La había imaginado haciendo un berrinche completo para ir por su novia.
— Pff —bufó indignada la alfa menor Im— Mina habló conmigo, debe estar bien de todos modos, ¿o no? —con molestia dijo, parándose para irse de allí porque no soportaba estar rodeada de personas en ese momento.
En realidad no estaba segura que Mina esté bien, y su almohada tendrá que lidiar con su llanto por ahora.
Todo quedó unos segundos en silencio, antes de que la princesa Son diera un carraspeo y colocara varios papeles en la mesa. Las demás se acercaron por una seña.
— Tenemos que hacer nuestra parte, entonces —seria y en calma, la beta Son empezó a explicar.
— Pude ver que quedan pocos en el reino Kang —Sana comentó antes de todo.
— No vimos a ninguno diferente, así que no hubo Aoi por ahora —Hikaru no recuerda haber visto algo diferente entre todos, aunque no sabe muy bien.
— Sí. Ellos visten diferente, con ropa normal pero oscura y todos tienen una cicatriz en el rostro, no específicamente en alguna zona del rostro, puede ser donde sea —pero la princesa Kang se lo aclaró.
— ¿Dónde está la reina Jang? —Haru preguntó al no verla por ningún lado.
— Ahora la busco —Momo también aprovecharía para vestirse, no quería estar desnuda solo con una capa frente a la princesa Son.
— Vamos a comunicarnos con el reino Park y el reino Son, tenemos que tener más caballeros para mañana mismo antes de que siquiera piensen en hacer algo —el rey Im hablaba tomando una hoja para empezar a escribir.
Tenían que hacer su parte mientras la princesa Mina hace su parte allá.
O no resultaría más que en un desastre completo.
Algo que no está muy lejos de suceder.
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