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- El encanto del amor ²⁷

Un beso, dos, tres... diez. Ya ni contaban después de minutos.

Ni se molestaban en apagar los ruidos que salían de ellas cada que se separaban por poco. Solo volvían a juntar sus labios cuando se separaban por un segundo para tomar aire. La alfa no dejaba de apretar la cadera de la pelicorto. Mina, al ser zona sensible, no dejaba de soltar pequeños ruidos dulces.

Ambas estaban solo disfrutando de unos momentos entre besos, disfrutando sus momentos entre amor floreciendo y desbordando en ambas. Mina y Nayeon solo necesitaban estar un momento a solas y era suficiente para que ambas sintieran sus labios con los ajenos. Era un roce único y especial, con aires de puro amor.

Estaban, ahora, en la habitación de la omega. Nayeon solo se había sentado a descansar un poco. La cama de la omega era muy cómoda y consideró apto para sentarse con total libertad, la misma libertad con la que Mina se sentó sobre sus muslos y la abrazó. Le gustaba aquello, a Nayeon le encantaba todo lo que tenga que ver con su prometida.

Ahora, llevaban una relación oficial de novias. Después de ese suceso de la princesa Kang, Nayeon no quiso esperar más simplemente para poder llamarla novia. Tal vez fue por la emoción, pero Mina solo pudo esconderse a llorar en el cuello de la alfa, después de decirle 'Por supuesto' a la pregunta, claro.

'— ¿Me darías el honor de poder ser tu novia?'

¿Qué era lo mejor de esa pregunta? Que venía de Im Nayeon.

Mina solamente sentía ese sentimiento de felicidad inundando su muy pequeño corazón, para tanto enorme amor. Podía hacer cualquier cosa que la alfa le dijera, simplemente lo haría todo por ella. Y la alfa haría lo mismo.

Desde que la había visto con ese porte curioso en la presentación de la realeza Im, en el baile Myoui, Mina había quedado prendada a ella. Y hace unos días la había podido tener como oficialmente su novia.

Después de haber llorado por su propuesta, Mina sacó -de su bolsillo borbado especialmente para ello- el anillo blanco con brillo. Sin ninguna palabra, lo puso en el dedo de la alfa y una lágrima silenciosa cayó de por su mentón cuando el anillo brilló, haciendo notar su color blanco puro.

Solo le aclaró quién se lo dió, y que era un regalo que tenía preparado para ese día. Hasta ahora, ese anillo está en la mano derecha de la alfa y ahí se quedará.

La misma mano que lucía un perfecto anillo que encajaba muy bien con ella, es la misma mano que empezaba a estimular, con caricias en la cadera, a Mina. La omega simplemente dejaba que todo fluyera naturalmente, siguiendo el deseo de su cuerpo, pero la alfa reaccionó apartándose un poco, pues ella no quería que la pelinegra pensara que estaba siendo muy apresurada y bruta.

Pero para entender, a Nayeon le bastaba ver aquellos ojos mirándola con total sumisión y deseo hacia ella. Eso le bastaba para entender que Mina se entregaría en cuerpo hacia ella sin ningún reclamo o pensamiento malo. Sentía su interior ser rasguñado, pues su lobo nunca estuvo tan atento como ahora.

Sus instintos siempre fueron controlados por ella misma, eso le enseñaron. Más bien, eso les enseñan a todos, desde crianza en casa, hasta educación en instituciones. Se enseñan a controlar la parte animal, y por lo mismo, casi nunca se podía ver a una persona siendo controlada por el lobo interior.

Nayeon nunca lo había sentido tan cerca a su lobo, tan atento a una situación. Estaba atento porque el deseo de tomar el cuerpo de la omega era de ambas, del lobo y de Nayeon. Pero la alfa simplemente negó y se escondió en el cuello de Mina, dándole a entender que todavía no estaba lista a satisfacer deseos carnales ni de ella misma ni de su pareja.

Se avergonzó un poco pero le tranquilizaba que Mina pareció entenderla, acariciando su cabello y espalda en un apoyo.

La mayor ahora entendía las palabras de Dahyun.

"En un tiempo ni te alterarás tanto con esa parte, si te acercas a ella".

Cuando hablaron de tener intimidad, estaba alterada al solo pensar en esa parte de la relación; el tener relaciones sexuales. Pero ahora entendía mejor, no le alteraba pensarlo. Bueno, no de la manera en que pensó en aquel tiempo, porque le alteraba las hormonas, sí. Le alteraba porque estaba desesperada, un poco.

Miró hacia atrás, en su pasado, y todo lo que dijo Dahyun le sirvió. Dejó que todo fluyera naturalmente entre ambas y ahora las cosas pasaban más fácilmente y sin tanta inseguridad.

Ahora no le alteraba tanto que Mina la viera como desesperada por besarla, pues sabía que la omega no la juzgaría.

Ahora no le alteraba el hecho de que algún día tendrá relaciones sexuales con Mina, pues sabía que la omega también querría.

Ahora no le alteraba que Mina sintiera su miembro erecto entre sus muslos, pues también sabía que la omega estaba igual de excitada que ella.

No le alteraba, solo la ponía de alguna manera nerviosa y ansiosa.

Besó la zona sensible del cuello de la omega solo para recibir suspiros, y uno que otro jadeo bajito, mientras la excitación se hacía un poco más baja.

Mina tenía una forma de excitarla y calmarla muy fácil de ejecutar, ya la conocía bastante bien. La alfa no sabía si sentirse feliz porque la omega le daba la atención y cariño que le encantaba, o asustada porque la puede controlar como se le dé la gana y ella seguirá allí.

Pero eso Mina también lo piensa. La princesa Im causaba lo mismo en ella, solo que no tiene problema con ninguna de las dos opciones. Estaba tan completa mientras ayuda a la alfa a que se tranquilice un poco respecto a sus deseos. Solo la ayudaba porque se notaba que la alfa todavía no estaba muy lista para eso, si no, ya le hubiera dicho que le quitase la ropa.

La omega Myoui se separó y levantó para ir a el espejo y verse en él, cuando la puerta fue tocada, una voz alegre y entusiasmada la llamó.

— ¡Linda! ¡Nos tenemos que ir ya! —Haru nunca encontraba mal momento para halagar a alguien, así que pocas veces llamaba por su nombre a su prima Mina— ¡Lamento la interrupción, pero tía Akane dijo que todos ya estaban listos! —les avisó.

— ¡En un momento vamos, Haru! —Mina respondió, suspirando y luego escuchando los pasos apresurados de su prima omega yéndose.

Sus palabras la hacían reaccionar que tenía que cambiarse. Sin pensarlo, solo empezó a desvestirse hasta quedar en ropa interior. Se arrodilló para sacar la ropa que había alistado para ese día.

Con la llegada de su oficial novia a su habitación, se había olvidado que tenían que partir a el castillo y luego al reino Park por una pequeña fiesta de las reinas de dicho reino. Primero habían invitado a la realeza Im, pero un día después llegó otra carta de invitación a la familia Myoui para, por lo menos, seis personas. Y como son reinos amigos, no faltarían a algo así.

Celebraban algo especial del reino Park, como una tradición que se lleva acabo, dos meses y medio antes del baile Myoui, o sea, mañana y tenían que partir hoy si querían llegar temprano.

Ni siquiera se fijó en que casi se desnudó frente a su novia, solo hasta que se volteó -ya con su ropa puesta- y la princesa Im la miraba con unos ojos perdidos. Se sonrojó pero no pensaría en eso ahora.

— Lo siento... — Mina se aclaró la garganta— ¿Nos vamos? —preguntó extendiendo su mano, intentando de cualquier forma que la princesa olvidara lo que acaba de pasar hace segundos.

— Tu cuerpo es muy lindo —el comentario dejó a Mina más sonrojada de lo que estaba, aunque la alfa lo había dicho inconscientemente— Y sí, vámonos —dijo, agachado la cabeza y levantándose de la cama de su novia.

Se sentía tan bien pensar en Mina como su novia, antes lo hacía como prometida pero cuando ni siquiera llegaban a ese punto de relación. Ahora, novia, era el mejor título para su relación.

Pudo dejar de pensar cuando la pelicorto la tomó de la mano y la sacó de la habitación, para después guiarla por los pasillos de la gran casa Myoui.

Llegaron, entre miradas a los recuadros de los pasillos, hacia los establos, donde habían pocos caballos descansando o comiendo.

— ¿Usted tiene algún caballo, princesa? —y no, aunque pareciera que ya habían pasado de relación de 'usted', todavía habían comentarios donde estos salían en voz alta y preferían dejarlos salir con naturalidad.

Al igual que con los nombres, a veces se llamaban muy formalmente, o solo por el nombre en seco, o medianamente formal. Podía variar.

— Hay uno en el establo del castillo. Mis padres lo pusieron como mío pero nunca lo acepté, por mi falta de responsabilidad. Alguien más se encarga de él —respondió mirando hacia a fueras del establo, donde en un carruaje se estaban acomodando Hikaru y Haru— Creo que si no nos apresurados, nos dejaran —lo decía en modo divertido pero sí creía muy capaz.

Había sellado una amistad pequeña con las dos primas de su novia, a parte de que una de ellas tiene que tener una relación profesional; relación entre reina y líder dirigente de caballería. Con Hikaru ya tenía que tener un lazo, tanto por obligación como por gusto, y con Haru... pues Haru le agrada.

— Entonces vamos —dijo Mina para también tomarla de la mano y llevarla al carruaje donde ambas subieron, encontrándose con Haru llena de glaseado y a Hikaru fingiendo distracción por la ventana— ¿Y ahora por qué la llenaste de pastelillo? — preguntó a su prima beta.

Era un poco normal ver a Haru siendo un desastre por la comida, pero si estaba Hikaru en la escena era probable que sea la responsable.

Y lo era, no negó la culpa.

— ¡Me está cuestionando mi relación con Kim! —al decirlo, se atragantó porque notó la presencia de la princesa Im en el carruaje— Sí, porque tengo que tener relación con la amiga de la reina, la reina del reino que protegeré, obviamente —trató de enmendar pero tanto Haru como Mina se estaban riendo, haciéndolo menos creíble, y por lo tanto, haciéndola avergonzar— ¡Cambio de tema! ¿La princesa Kang también asistirá?

La omega mayor cambió su semblante a pensativo, ni siquiera lo sabía. Volteó a con su novia y ésta también tenía una mueca pensativa.

Los que están confirmado que asistirían son la reina y rey Im, Hikaru, Haru, Sana, Momo, y obviamente Mina y la princesa Nayeon. Tal vez Sana y Momo no eran Myoui pero Mina dijo que eran familia, así que ahí estarán. Aunque una más se agregó a asistir; Mashiro.

— Creo que mis padres mencionaron algo así, irá ella con la joven Yeri y por eso la señorita Mashiro también asistía. Las reinas Park ya lo saben y tienen preparado para que pueda disfrutar un poco que salir —era un poco arriesgado, lo era porque el príncipe Kang fue invitado -forzosamente- pero todos ahí querían que la omega Kang pudiera ser más libre— El señor Hinata recomendó aquello, dijo que era lo mejor pero no dió explicaciones.

— ¡Tío Nata dijo que no asistirá, y por lo tanto, sería la primera vez de Hikaru dando el frente por la familia!, ¡como futura dirigente líder sin la presencia del dirigente oficial! —Haru mencionó, emocionada mientras sacudía el hombro de su prima beta.

Hikaru se sonrojó notablemente pero miraba solo hacia afuera, por la ventana, evitando sonrojarse más. Era importante para ella pero la atención le daba vergüenza.

— ¿Por qué tío Nata querría que la princesa Kang vaya, aún siendo arriesgado? ¿Tiene algo preparado? —preguntó Hikaru, que además de ser distracción para no sonrojarse, también era una duda que tenía.

— No lo sé. Ha estado un poco alejado de mí por asuntos, creo que pasar el mando a ti es complicado y está tratándolo —dijo Mina. Pasar el liderazgo de una familia entera era algo complicado, enorme, y muy importante— No sé si tal vez sea por comprensión a que Seulgi se siente sofocada, o también porque tiene preparado algo —se encogió de hombros, entrelazando sus dedos con la mano de su novia.

La princesa Im se mantenía, en estos casos, en silencio. Escuchaba y todo quedaba tatuado en su mente pero prefería no opinar si no era realmente necesario, aunque poco a poco estaba siendo más suelta con sus palabras.

— Tío Nata ha estado raro, al igual que tía Akane —Haru hablaba, haciendo muecas y limpiando su cara del glaseado mientras miraba por la ventana contraria a la de Hikaru— Nunca confié en ese matrimonio, siento que nos soltaran algo así de sorpresa y habrá problemas como la última vez —se refería exactamente a la vez que a ambas próximas reinas les ocultaron, junto a los reyes Im, el conflicto que tenían con Kang.

Por eso ya ninguna de las dos confiaba en sus progenitores.

Nayeon desde que le dijeron que estaba comprometida desde niña, fue perdiendo la confianza que tenía tanto a su padre y a su madre. Y Mina, desde que supo del conflicto de Kang ya no confió tanto en ninguno de sus progenitores.

Era doloroso para ambas, ya que habían sido muy cercanas a sus padres y ahora se limitaban a una relación amable y cómoda, más no total confiable personalmente.

— Tuvieron sus razones esa vez pero así como estuvieron equivocados, esta vez puede que también —Hikaru comentó, pensativa.

Hubieron razones muy poco significativas, tal vez este sucediendo algo ahora también y haya unas razones que no son importantes... como la anterior vez.

— ¿Usted no ha notado algo mal en sus padres, princesa? —Hikaru no se quedaría con la duda. La alfa se quedó un rato en silencio, pensando en los últimos días.

— ¿Desde cuánto tiempo estamos hablando?

— Como... hace un mes.

— Han estado como comúnmente siempre, nada fuera de lo normal —uno que otro inconveniente de regaños por revolcarse en el lodo, pero eso no tenía por qué decirlo. Nayeon seguía siendo como una pequeña niña revoltosa que le gustaba el lodo, y más si era para hundir a Jeongyeon en él.

Todo quedó un poco en silencio después. No encontraban de qué hablar y tampoco era necesario porque no era incómodo o malo el silencio, sino tranquilo y se podía escuchar los ruidos de afuera.

Al tener la ventana abierta, Haru sacaba la cabeza felizmente saludando a cualquiera que pase por la calle, alegrando el día a más de uno con sus cumplidos aleatorios y fascinados. Incluso se peleó levemente con un alfa que le reclamaba por decirle 'Hermoso' a su pareja beta.

Llegaron al castillo sin mucho qué hacer mas que esperar, aunque la espera era más divertida si Haru se pasaba molestando a Kim y a Hikaru.

Nayeon saludó a sus dos amigas, y Haru no desaprovechó

— ¡Hikaru! —exclamó en modo de reproche hacia su prime beta, quien la miró confundida y curiosa— ¿Qué piensas? —preguntó intentando confundir más a su prima beta.

— Ehh... En que todavía es muy temprano —Hikaru dijo lo primero que se le vino a la mente y recibió un pequeño golpe en el hombro— ¡Agh! —quejó sobando su hombro— ¿A qué te refieres? —se decidió por preguntar.

— ¿¡Qué esperas para saludar como se debe a tu novia!? —preguntó Haru en alto, fingiendo enojo, y apuntando hacia Kim quien solo estaba tranquilamente parada al lado de Yoo y se sorprendió al ser apuntada.

La omega Kim la escuchó y la miró, de inmediato sonrojándose y desviando la mirada, ignorando la cara de burla de Yoo.

Esa mañana, Kim había tenido una pequeña discusión con Yoo. ¿El tema? Myoui Hikaru. Habían ganado la omega que amenazaba con mandarla a limpiar los baños si no dejaba de hablar.

— Oh. ¿¡Qué hora es!? ¡Hora de correr! —exageró en gestos Haru para luego salir disparada a otro lugar, con Hikaru muy enojada pisándole los talones. Mina las siguió solo para comprobar que no empiecen a ensuciarse.

Aunque después llegaron Momo y Sana quienes se unieron a fastidiar. Todas, exceptuando Mina, tuvieron que cambiarse de nuevo por la tierra que hubo en sus ropas, pues el caerse en el campo no era muy limpio.

Mientras las demás se cambiaban, la omega pelicorto se acercó a su novia solo para abrazarla y sin dudarlo la besó, tomándola de la nuca y acariciando su mejilla para quedarse un buen rato allí.

La reina, al llegar, solo jadeó haciendo que ambas se separaran.

— Oh, no. No siento. Sigan con lo suyo —y despareció dentro del castillo, con una gran sonrisa.

Mina rió por la cara de sonrojada de la alfa. Ninguna había dicho algo sobre su relación, más que Kim, quien ya lo sabía porque ella las encontró besándose aquel día del festival. Pero exceptuando ella, para los demás todavía estaban intentando ser más cercanas.

— ¿Les diremos que somos oficialmente novias o dejamos que lo averigüen? —preguntó Mina divertida, acariciando la nuca de la alfa con una mano y su mejilla con la otra, ocasionando que inconscientemente la alfa se recargara en su mano— Aunque no están lejos de hacer lo segundo.

— No me gustan los anuncios porque me dan mucha atención que me avergüenza, así que prefiero que averigüen —dijo la mayor, ni siquiera inmutandose porque Haru llegó a donde ambas— Aunque me gusta decir que eres mi novia —confesó en un susurro y dejando un pequeño beso en los labios de la omega.

Y aunque pensó que Haru no las había visto ni escuchado, el chillido y festejo de la omega menor le confirmó que no fue así, y Haru perfectamente escuchó que llamó a Mina su novia.

— ¡Hikaru! ¡Tengo un aviso bien dado! —y, al parecer, su noviazgo será descubierto antes de lo pensado. Tampoco les molestaba— ¡Mina te ganó con declarar amor! ¡Wouh! —daba saltos y hasta giros en el aire solo por la emoción.

Nayeon y Mina solo pudieron quedarse allí, riendo y libremente abrazadas sin algún temor. Les daba igual si se esparcían rumores de su relación, pues ahora era más que real.

— ¡Me encanta el amor! ¡El amor es perfecto! ¡El amor se siente en el air-...! ¡Hikaru!, ¿¡te estás besando a Kim!? —Haru se había encontrado con otra escena amorosa.

Ahora había tres cosas descubiertas.

Primera: La futura líder dirigente, Hikaru, no sabe cómo actuar con sentimientos.

Segunda: La señorita Mina y la princesa Nayeon son novias.

Tercera y última: A Haru le encantaba el amor.

Aunque ésta última no fue un descubrimiento reciente ni sorprendente.






Un capítulo feliz :]

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