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- Día de las Flores del Sol = Primer beso ²⁵

Era un día perfecto para ese festival. Tenían el pueblo tan feliz, que en ese momento era raro ver a alguien de malos ánimos o sin tener, por lo menos, una sonrisa ligera en el rostro. Las flores abundantes y hermosas eran decoración en todo rincón del pueblo.

Cada casa tenía por lo menos una flor fuera, era tradición tener la flor favorita -de quien la puso- pegada en la puerta ese día, y todos la tenían. Había algunas personas en los jardines de sus casas celebrando, más calmadas, aquel día.

Pero la mayoría se notaba que estaban en las calles donde había gente vendiendo en puestos fuera. Estaba casi prohibido pasar en carretas o algún otro transporte, solo podías caminar para no tener accidentes con la gran cantidad de personas en calles.

Habían personas regalando a niños dulces y también unos pocos juguetes. Myoui también hacían parte de esa celebración, aunque era poco para ellos, pero daban el dinero para aquello que se regalaba a los niños en diferentes partes del reino.

Una de las únicas Myoui que no estaba en calles para celebrar aquel festival era una omega llamada Mina, quien estaba en la entrada del palacio donde su prometida debe estar casi lista para la salida. Mordía su labio nerviosa, y rechazó amablemente a un guardia que de forma coqueta le había dicho que podía guiarla dentro del castillo.

Ella esperaría ahí a la princesa, estaba solo ella ya que la princesa le había mandado a saber que irían en un carruaje de la realeza. Bueno, irían dos carruajes, uno donde estarían Yoo, Kim y las dos prometidas, y el otro donde los reyes se decidieron por ir al festival.

No anunciaron que iría la realeza pero ahí estaban.

Mina esperaba paciente pero nerviosa a que salieran, pero después de unos minutos se tomó la libertad de adentrarse al castillo a ver si no pasaba nada malo. Los largos pasillos nunca se le hicieron tan infinitos pero logró llegar a la zona donde estaban la habitaciones de la realeza Im.

— Buenos días y bienvenida, señorita Mina. La princesa Im está en su habitación, tiene el completo permiso de entrar —Yoo fue quien la saludó e indicó, mientras hacía una seña con su mano apuntando a aquella puerta donde está la persona a quien quiere ver. Miró un rato a la alfa Yoo que estaba con ojos cansados y parecía que le temblaban los labios un poco.

—Buenos días, Yoo —dijo dando una inclinación de su cabeza para dirigirse la puerta y tocar delicadamente con sus nudillos.

No sabía que tenía el permiso para entrar ya que el día anterior no le habían dicho tal cosa, supuso que la princesa lo había ordenado hace poco y sonrió por aquello.

— ¿Su majestad? —habló cuando el pequeño ruido que había en la habitación se había detenido y luego la puerta fue abierta por una omega, Kim, quien estaba solo parada allí, mientras que Nayeon cobardemente se fue a esconder al baño porque no se había arreglado el cabello, aunque este esté hermoso así— Buenos días, Kim.

— Buenos días, señorita Mina. La princesa se escondió en el baño de los nervios en cuanto escuchó su voz —sinceridad era lo que Mina recibió y, aunque quiso sonreír en grande, sólo asintió, entrando cuando la puerta fue completamente abierta— Si me disculpa, tengo que atender a Yoo —eso llamó la atención de Mina, pero Kim ya había salido y cerrado al puerta después de una reverencia.

Escuchó una queja en el baño y entonces se preocupó entrando en él sin avisar, solo para ver una princesa frustrada por no poder hacer un moño con un listón, algo sencillo pero que ahora no podía por sus dedos temblorosos. Y además de frustrada se encontró avergonzada porque notó la aparición de su prometida.

— ¿Qué quería hacerse, princesa? —pero la omega sin preocupación se acercó a la alfa sentada delante del espejo para tocar su cabello negro, ocasionando que la alfa bajara la cabeza con un sonrojo en sus mejillas.

—Solo con el listón hacer un moño con la mayor parte de mi cabello superior —murmuró juntando sus manos pero tuvo que separarlas cuando la omega pidió silenciosamente con una mano el listón.

Nayeon se lo dió tímidamente junto al cepillo, ya que al intentar hacer aquello se había enredado un poco el cabello.

Mina solo con sus manos yendo lentamente, tomaba cada mechón para desenredar aquel hermoso cabello oscuro y pasar una vez delicadamente le cepillo, no quería hacer nada que dañe de algún modo a la alfa. Terminó desenredado y hermoso. Dejando le cepillo por ahí, tomó el listón y lo dejó colgado en su muñeca. Con sus dedos tomó el cabello del frente, solo dejando mechones cortos delante.

No era mucho de saber peinar, pero era algo que ella ya había hecho antes con su propio cabello. Terminó cuando el listón fue firmemente amarrado y formado en un moño perfectamente puesto.

Nayeon agradeció en voz baja al verse en el espejo pero no levantó la cabeza después y lo único que la hizo abrir completamente los ojos fue sentir ese peso en sus muslos y luego una respiración en su cuello.

Aún con la sorpresa, rodeó de inmediato el cuerpo de la omega entre sus brazos, apegándose a su cuello para oler más el buen aroma a cacao y quedar menos avergonzada de lo que estaba por no poder hacerse algo tan sencillo.

Removió con más confianza el corto cabello de su prometida y descubrió el cuello donde la piel suave la recibió. Tragó saliva cuando miró un poco más abajo, pero volvió abultando sus labios un poco para dar el primer besito. Le encantó el suspiro que la omega soltó y por unos segundos lo volvió a hacer, repetidamente hasta que escucharon la puerta de la habitación ser abierta. La omega con desánimo se levantó para salir del baño, no sin antes darle un duradero y buen merecido beso en la mejilla a la alfa, quien quedó allí sentada con un rubor en toda su cara.

— ¡Nayeon, apresurate! Ya está todo listo —escuchó la voz de su madre. También algunas risas que reconoció como las de su progenitor omega y las de su prometida, sabía que se llevaban muy bien ambos omegas.

Salió acomodando su ropa, después de mirarse al espejo. Tragó saliva cuando obtuvo toda la atención y esas sonrisas no le daba nada bueno. Recordó que había salido del baño después de su prometida.

— Debo preguntarle a Yoo si asistirá porque creo que ayer se contagió de gripe al estar mucho tiempo junto a mí —se excusó pero era cierto. Quiso salir de su propia habitación pero la dulce voz de su prometida llamó su completa atención.

Mina le mostraba el otro medicamento en tipo dulce de ayer, igual envuelto en la servilleta.

— Lo traje por si acaso el anterior no le funcionaba, y entonces puede servir para Yoo —dió la explicación para después ver cómo la alfa la tomaba lentamente y dando una reverencia. Todavía estaba ruborizada y apretaba los labios en una línea, aunque no pudo verla más porque salió de la habitación.

Seguía siendo tan tierna aún cuando huía de ella.

#♡>☆

Las calles no se le habían hecho tan pequeñas ni siquiera otros años en los que asistió a ese festival. Por lo que no se le hizo raro que tuvieran que dejar los carruajes más a lo lejos. Aunque sabía que la gente les haría espacio, ninguno quieren que se lastimen o estén muy apretados para dar espacio a la calle.

La princesa, por más emocionada que esté, mantuvo su compostura pero su prometida podía notar cómo le brillaban los ojos nada más al ver por las ventanas del carruaje.

La alfa solo de vez en cuando la miraba de soslayo y después intentaba no morir de vergüenza por toda la atención de la omega en ella. Aunque estaban solas en ese espacio, Nayeon no podía evitar sentirse sofocada porque, aunque quería abrazar a Mina, su sola presencia siempre le traía nervios. La omega suspiró y se removió en su asiento más veces de las que Nayeon pudo observar. Entonces aprovechó que sus padres arreglaban algo para dejar los carruajes con supervisión, y sin preguntar, sorprendió a su prometida cuando se acercó muy repentinamente y la atrajo a sus muslos para abrazarla.

— Uh —escuchó murmurar a la omega pero ésta misma ya estaba correspondiéndole y no pudo evitar soltar un pequeño chillido de felicidad. Tapó su boca rápidamente cuando se dió cuenta que la pelicorto la había escuchado— ¿Le gusta mucho el festival, princesa? —preguntó sin decir nada sobre el chillido para no avergonzar a la alfa.

— Es uno de mis favoritos. No puedo no dejar ver mi emoción cuando puedo asistir. Creo que fue bastante obvio, ¿no? —dijo escondida en el cuello de la pelicorto, escuchando como la pequeñas risas de la menor se escuchaban amortiguadas por estar escondida en el hombro de la princesa— La comida me gusta mucho —agregó.

— ... Y a mí me gusta ust-... —Mina intentó por lo menos decir algo que le ayudara a quitar los nervios ese día -porque sabía que ver a la princesa sonrojada la ayudaría- pero fue interrumpida por una voz de afuera y eso solo le avisaba que tenía que separarse de lo que planea que sea su novia oficial.

Suspiró por aquello, queriendo apartarse pero siendo sostenida con firmeza de la cadera, y es que no era el delicado agarre que la princesa tenía con ella, sino que era más fuerte y aferrado a ella. Evitó soltar cualquier ruido porque exactamente era una zona sensible y más si la tocaba la chica de la que estaba enamorada.

Im solo pudo dudar un segundo, porque se animó y miró directamente a los ojos a la omega. Poco a poco juntando sus frentes. La alfa ya no miraba los ojos de su prometida, sino los bonitos labios de la omega.

Iba a acercarse más para poder juntar sus labios con los de su prometida, quería besarla y le encantaba mucho más que Mina no estuviera nada mal con la situación, sino pareciera que también se acerca y le acaricia la nuca como si fuera un ánimo.

Estaba emocionada, no lo podía negar.

Pero esa emoción, a como llegó, se fue. Escucharon ambas otro llamado y la alfa se avergonzó lo suficiente para desviar su cara hacia un lado y dar un beso en la mejilla a la menor, quien suspiró.

Un gruñido de frustración se escuchó, y sorprendentemente no fue de parte de la alfa, sino Mina fue la que había gruñido.

También fue la que se levantó, con ternura dejó otro beso en la mejilla de la alfa, acomodándose bien las ropas porque las tenía un poco removidas. Y con una última sonrisa dada hacia la alfa, salió del carruaje para notar la cantidad de personas afuera.

Nayeon salió después de unos segundos calmandose, y bien se podía apreciar todo.

— Tendremos que caminar, por allá en la plaza estará mejor —escucharon a la reina decir. Mina por lo tanto se paró recta y firme mientras Nayeon un poco menos de la misma manera— ¿La princesa Kang está al cuidado de alguien? —se acercó lo suficiente a Mina como para que nadie escuche.

— Exactamente, Myoui Mashiro es el nombre de la chica alfa con la que está. También a su acompañante, la joven Yeri —dijo con sus manos por detrás de su espalda, pensando— Mashiro no es conocida como otros Myoui ni social como para tener amigos, y tampoco le gusta ser visible, así que nadie en el pueblo le dará mucha mirada ni a ella ni a la princesa. Pasarán desapercibidas mientras siga totalmente tapada —la reina le sonrió solo para acariciar su cabello y asentir.

— Está muy bien. ¿Sabes en qué zona están? —Mina se la pensó porque eso no le informaron.

— No lo sé... Pero supongo que la llevarán a la plaza, es donde más cosas hay que le puedan interesar. Depende de el interes de la princesa y la disponibilidad o aceptación de Mashiro —terminó de explicar.

— ¿Tus amigas estarán allí también? —el rey omega se acercaba a ambas mientras acomodaba su corona y miraba a los alrededores. Solo había guardias que no podían escuchar porque sus voces bajas y porque estaban más atentos a cuidar de la protección de la realeza— ¿O alguien más con el que pasarás el tiempo?

Mina se la pensó un rato mientras se sentía de alguna forma intimidada porque estaban haciendo un circulo donde sólo los reyes la escuchaban. Eran notablemente más altos que ella. Pero se calmó un poco cuando la princesa Im se metió al círculo, escuchando lo que quieran decir.

— Momo y Sana estarán allí pero les dije que no podría estar mucho con ellas —al final, Momo pudo hablar tranquilamente con Sana sobre la situación de antes— Estará un amigo y probablemente hable con él pero hasta allí —Sunghoon le dijo que asistiría al festival hace unos días— También estará familia pero tampoco me iré —serena y mirando a los reyes dijo— Si es que les preocupa que me separe de su hija, no lo haré —firmemente aclaró.

— No queremos que te sientas como una guardia para ella, sino que disfruten como cualquier persona este día —Mina cambió su expresión a lo dicho por el rey, no había pensado que se veía como una guardia

— No lo tomaré ni lo tomo así, se lo aseguro —dijo y el rey le asintió con una sonrisa.

— ¿Kim y Yoo las acompañarán? —preguntó el rey Im.

La Im menor asintió.

— Yoo se recuperó totalmente y ahora ambas acompañarían por si hay algún problema... Estaré con mi prometida, nada me pasará —y ya no podía arrepentirse de decirlo en voz clara, alta y tan naturalmente. Se sonrojó violentamente mirando de reojo la expresión tan tierna de sorpresa que tenía la omega. También miró a sus padres quienes primeramente habían fruncido el ceño incrédulos pero sonrieron felices— Amm... Bueno. Kim y Yoo me necesitan —dijo rápidamente y se fue casi corriendo de allí.

— Mina —la voz seria del rey sacó de su ensoñación a la omega. Volteó y asintió, afirmando que lo escuchaba— ¿Amas a Nayeon?

¿Eh? ¿Amaba a Nayeon? Eso no se preguntaba, no se dudaba, ni cuestionaba. Era obvio y real que Myoui Mina estaba perdidamente enamorada y amaba cada parte de Nayeon, la amaba como nadie más puede hacerlo.

Se siente extremadamente feliz con su presencia y suspira cada vez que la ve. Sus ojos parecen brillar cuando en estos se visualiza a aquella alfa tan hermosa. Su sonrisa casi nunca se va cuando la princesa estaba allí y hasta su estómago se sonrojaba cada que la sentía muy cercana.

¿Amaba a Nayeon? Sí... y mucho.

— Con mi alma puedo jurar y demostrar cuanto amo a Im Nayeon —asentía firme, con la seguridad y sinceridad que podía expresar. Recibió miradas un poco divertidas y curiosas. Se preguntaba qué era lo que pensaban como para que la miren así.

Miró atrás cuando los reyes miraban hacia atrás, notando como su prometida alfa desviaba la mirada, a unos dos metros lejos, con la cara roja y labios temblorosos. Mina mordió su labio y arrugó la nariz cuando recordó el momento en que dijo aquello. Tal vez lo había dicho un poco alto como para que su prometida la escuchara. Miró a los reyes un poco enojada porque sospechaba que le preguntaron solo para aquello.

El rey rió.

— Tienes muchas agallas para mirarnos así en un lugar público —y entonces Mina recordó que estaban en plena calle donde algunos observaban cada movimiento y expresión de ella, por más pequeña que sea, todo por descifrar situaciones personales o privadas. Rodó los ojos un poco. Así que calmó su enojó y maldijo mentalmente porque tal vez su declaración se tendría que adelantar por aquel suceso de su prometida— Pero nos alegra que ella parece tener los mismos sentimientos por ti y los tuyos son seguros, sinceros y leales —el rey palpó su hombro, asintiendo con una sonrisa en su rostro, para luego hacer algo con los guardias.

Mina tragó saliva muy notoriamente, volteando a con la alfa Im mayor, quien le dió una sonrisa y dió una palmada en su hombro para seguir a su esposo. Soltó un tembloroso suspiro y volteó con su expresión más serena hacia su prometida quien no quitaba la mirada del suelo. Se acercó seria y firme para luego ver como Yoo se reía silenciosamente de ella. ¿Qué se creía esa alfa? Ni por más que fuera cercana a Sana le salvaría de tener problemas con Mina. Pero la pelicorto solo suspiró de nuevo y no se molestó por las burlas de Yoo.

— ¿Nos vamos, princesa? —directamente preguntó solo para recibir una corta mirada y un asentimiento.

Nayeon hizo una señal a sus dos amigas para que las siguieran igual y partió por las calles, junto a una capucha -no quería algún inconveniente por ahí y es mejor que no la reconozcan muchos-. Solo se mantenía al lado de Mina mientras intentaba procesar aquellas palabras que ni fueron dirigidas directamente a ella.

O sea, sabía que había algo entre ellas. Estaban cerca de besarse y ninguna estaba reacia a aquello. Se mantenían cerca y su relación no era de amigas o prometidas, era de estar en algo. En algo como casi relación, pero no relación.

Sabía que había algo en su relación, pero escuchar específicamente como su prometida la ama era otra cosa. Una cosa grande, extraordinaria y fascinante. Le hubiera bastado algún 'La quiero', pero un 'La amo' era algo que no terminaba de procesar su cerebro lento.

Les contó a Kim y Yoo solo porque se le había atascado todo el aire y ni podía respirar por aquello. Kim la había mirado preocupada y feliz a la vez, mientras que Yoo le dió dos golpes en la espalda con mano abierta para que respirara. Le dolió, y mucho, tanto que en ese momento podría tener la espalda roja y le ardía un poco. Luego le regresaría el favor a su amiga alfa por aquello.

Al parecer, Mina notó su incomodidad con la parte derecha de su espalda y tocó allí haciendo que se sobresalta y quejara un poco, aunque eso no quitó la mano de su espalda que masajea lentamente. Prontamente disipando el dolor y solo dejando algo muy pequeño.

— Gracias —no dijo más solo porque no podía estar segura que su voz saldría como siempre. Creía fielmente que saldría aguda y temblorosa si seguía hablando. Buen momento para que su estómago tuviera una crisis y pareciera que había hormigas corriendo por todo allí.

— ¿A dónde quiere ir? No sé mucho sobre esto y me alegraría que me mostrara los lugares que le gusta visitar en este festival —la omega pudo ver como se le iluminaban los ojos a Nayeon y sonrió por aquello. Su sonrisa se ensanchó cuando la princesa Im tomó su mano y la guió por las calles.

Nadie estaba muy atento a ellas, solo lo estaban algunos porque destacaban por el color oscuro de sus capuchas pero no les prestaban mucha atención.

Mina estaba más metida en el contacto y sentimiento que le causaba la mano apretando sus dedos y palma, mientras que Nayeon estaba buscando un lugar.

El lugar que no tardó mucho en encontrar al estar cerca de la plaza. Un puesto tranquilo donde habían algunos niños correteando alegres y había dos adultos hombres haciendo su trabajo.

— Venga.

La princesa los reconoció de inmediato e inconscientemente jaló más fuerte a su prometida quien apenas pudo no caerse pero igual rió por la emoción que demostraba la alfa.

La omega observó con atención e interés aquel puesto pequeño. Un tejado que conectaba con el de la casa atrás, había un árbol grande que daba sombra a dos mesas y sillas donde estaban ocupadas por familias o parejas que comían amenamente algunos postres o comidas. Un beta y un omega atendían mientras, al parecer, sus hijos jugaban traviesos por ahí.

— Buenos días, señores Cho —saludó la alfa mientras la pelicorto solo se ponía detrás de ella, esperando.

— Oh. Buenos días, princesa Im. Nos alegra tenerla de nuevo en un festival — el beta fue el que habló, deteniendo su labor para hacer una reverencia y luego retomar hacer algún platillo, pero aún así dedicándoles una sonrisa amable a la alfa, quien igual sonrió— ¿Qué desean ordenar? —miró a la chica detrás de la princesa más no la reconoció.

— Lo de siempre, pero del especial —el beta la miró un poco sorprendido pero después asintiendo, sonriente.

— Pueden sentarse a esperar. Tardara unos minutos.

Y de ahí, Mina no supo a dónde la llevó la alfa. Simplemente esperaron minutos, se llevaron la orden después de pagarla, y ahora la alfa la llevaba de la mano a algún lugar. No es como que molestara a Mina que la tomara de la mano tan natural y fácilmente, pero es que no sabía dónde estaba y empezaba a tener mucha curiosidad.

Llegaban a un lugar alejado, parecía que nadie allí estaba presente. A lo lejos se escuchaban los murmullos de donde debe estar las grandes cantidades de gente. Pero estaban en un terreno solo y con pasto verde bien cortado.

Pero antes de preguntar, Nayeon la interrumpió.

— Aquí es —dijo sentándose en el suelo, con la sombra de un árbol protegiéndola del fuerte sol. Estaba un poco nerviosa porque no sabía si a la omega le gustaría estar allí o le hubiera gustado estar con el ruido y decoraciones del festival— Es algo diferente. Espero pueda ser de su gusto.

— Está muy bien. Me gusta el paisaje y el clima parece muy fresco aún con el sol —Mina miró a los alrededores y ahora no sabía dónde estaban Yoo y Kim. Se suponía que estarían allí con ellas pero ahora piensa todo y no han estado con ellas en todo el camino.

— Confio en usted —dijo de repente la alfa, notando que la pelicorto buscaba a sus amigas— Kim y Yoo tuvieron un descanso para cuando vayamos a la plaza, ahora estamos solas y si algo pasa... sé de por mucho que con usted todo estará bien.

La respuesta de la princesa no la esperó por lo cual se quedó unos minutos en silencio, mientras la alfa sacaba dos platos y los colocaba en frente de ella. Mina se sentó en frente pero dejando espacio para que la comida esté a la disposición de ambas.

No encontró algo que decir por lo que optó por no decir alguna cosa. Igual no era un silencio incómodo o algo así, sino que era tranquilo y bonito donde solo escuchaban el ruido que hacía la alfa sacando y acomodando la comida en el suelo.

— Esto es lo que pedí —dijo Nayeon dejando el plato con toda la comida donde va, y acomodada por ella misma— Me gusta mucho y estoy casi segura que también le gustará... aunque si no es así, podemos irnos y hacer otra cosa —alentó a la omega a comerlo, y claro que la pelicorto no se negaría a aquello. Tenía hambre, y Nayeon también, así que tomó los cubiertos y de su propio plato empezó a partir un trozo del pedazo de pastel.

Sí, se veía como un simple pastel pero era algo que a Nayeon le gustaba comer cada que iba al festival o sus padres le llevaban cuando estaba enferma, ya que era el único día que lo vendían.

— Creo que podría pasar a ser mi favorito después del pastel de queso —Mina dijo emocionada cuando tragaba el trozo. Nayeon solo se sonrojó y asintió.

Para cuando acabó, Mina se preguntaba el por qué la princesa se había levantado tan abruptamente y parecía pararse firme, con rostro sereno pero un sonrojo en sus mejillas delataba alguna emoción. La omega se levantó del suelo igual solo para luego ver la mano extendida de la alfa.

Levantó una ceja en cuestión, pero igual le dió su mano como reflejo.

— Próxima su majestad... —empezó en un susurro, apretando un poco la mano de Mina con una delicadeza increíble— ¿Me permite el baile de hoy? —repitió las mismas palabras que un día Myoui Mina le había dicho, aquella noche en el baile Myoui. El día que admiró por primera vez a su prometida, el mismo donde escuchó las primeras palabras de su prometida hacia ella. Las recuerda perfectamente porque ese día había sentido que su mundo entero caía rendido por aquella omega pelicorto confiada y firme.

Muy diferente a la desmoronada y asombrada Mina que estaba frente a ella.

— Mina —quiso sacarla de su asombro.

— Nayeon —dijo la omega.

Aunque la princesa ya le había dado el permiso de llamarla, a solas, por su nombre, le seguía diciendo 'princesa' o 'su majestad'. Pero ahora solamente no importaba el termino de lo que son, si 'señorita Mina' o 'princesa Nayeon'.

No, ahí estaba Mina y Nayeon, sin un puesto en la realeza, sin un puesto en la caballería, sin algo para ser reconocidas. Solo necesitaban reconocerse ellas en ese momento.

— Me encantaría, Nayeon —asintió Mina mientras se acercaba hasta quedar cara a cara con Nayeon.

En la misma posición de la primera vez, un poco lejos de las cosas que traían (la comida, las capuchas, la bolsa), ambas solo estaban metidas en su mundo sin que nadie pueda verlas, sin que nadie pueda molestarlas, y -algo importante- sin que nadie pueda hacerlas olvidar lo que está pasando y están sintiendo.

No podían captar el aroma de la otra, por los supresores del olor que usaron para pasar desapercibidas -aunque haya tantos aromas alla que lo harían sin usarlo- , pero ambas solo necesitaban la presencia de la otra y parecían estar de lo mejor.

Y solo en unos minutos, Nayeon por pura diversión hizo aquel baile lento en otra más movido pero aún delicado.

Tomó la mano de la omega para solo darle una vuelta y atraerla hacia su cuerpo de nuevo. Riendo por como Mina sonreía. Lo hizo de nuevo solo que esta vez Mina agregando inclinación y un levantamiento de su pierna.

Pero la omega no había esperado que Nayeon con su mano izquierda tomara, de esa pierna alzada, su muslo, para dejar su cuerpo inclinado hacia atrás. Lo único que sostenía a Mina era la fuerte mano derecha de la alfa en el medio de su espalda. Si no fuera así, caería abruptamente en el suelo.

Y Nayeon veía aquello, la omega confiaba en ella como para estar muy tranquila aún cuando podía haber posibilidad de que pueda caer, pero es que para ninguna existía esa posibilidad.

Y sin decirle nada, Nayeon estaba más cerca de lo que comúnmente estarían. Sus rostros solo se tocaban apenas por sus narices y las respiraciones ya se sentían en la otra. Mientras que Mina solo estaba esperando, Nayeon estaba disfrutando de cualquier movimiento, aunque sea uno pequeño.

Se acercó lo suficiente, ladeando un poco su cabeza para mayor disponibilidad para rozar sus labios con los de Mina, solo cepillando la textura. Hasta que Mina fue la que no soportó tanta lentitud, y aunque lo disfrutaba, con su mano izquierda tomó con delicadeza la nuca de la alfa para acercarla y ahí presionar sus labios con los ajenos.

Un beso.

Era una explosión en el estomago sonrojado de ambas, un cosquilleo por sus labios y una revolución en todos sus cuerpos.

Mina no pudo evitar soltar un pequeño ruido dulce, un pequeño gemido agudo, mientras que Nayeon solo dió un pequeño gruñido, parecido a un ronroneo satisfecho y feliz.

Las respiraciones se mezclaban y sus latidos parecían estar en sincronía. Sus alrededores habían desaparecido y solo eran ellas dos en su pequeño mundo feliz.

Tal vez no fue con tanto movimiento, ni algo intenso o incluso ni muy extenso. Pero, cuando ambas se separaron un poco, estando a solo unos milímetros de juntar sus labios otra vez, solo bastó una mirada directa y Nayeon volvió a unirlas a ambas por medio un beso con poco movimiento que solo acariciaba ambas belfos con los ajenos.

Junto a la caricias en su muslo y algunas en su espalda, Mina sintió a Nayeon ronronear feliz y no pudo evitar hacer lo mismo.

Ese era solo su primer beso.






POR FIN BESO AAAAAHHHHHH.

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