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- Confesiones ²²

— No me habían dicho que esto te dejará mareada por algún tiempo extra —lloriqueó la omega mientras se tambaleaba un poco, pero no dejaba que su prima beta la ayudara— Yo puedo, Hikaru —respondía cada que la beta quería acercarse— Solo es falta de práctica. Estuve muy quieta por mucho tiempo —se convenció mientras se adentraba a el baño; se tomaría una ducha— Solo es falta de práctica —repitió al casi caerse pero logró meterse a la tina después de desprenderse la ropa completamente.

Importando poco si Hikaru la veía desnuda, solo quería cerrar los ojos un momento y que su vista dejara de dar vueltas o que su cabeza se balanceara de un lado a otro por culpa del mareo.

Hikaru suspiró al verla entrar por fin a la tina y mejor fue a escoger la ropa que necesitaba Mina para el otro invitado que debe de ver, aunque a este lo contrató Hinata porque a Mina le gustaría.

— Tenemos que recibir a otro invitado... Creo que te gustará —Hikaru le informó pero solo recibió una queja alta de la omega.

— Está bien... pero si tengo que combatir con este dolor consideraré huir —y aunque no lo decía en serio, Hikaru la miró casi asustada.

La beta había adquirido nuevas responsabilidades después de ser la que probablemente sea la nueva dirigente, ya que al tener muy buen entrenamiento muy parecido al de Mina, al mostrar buenas habilidades en lo que se requiere para el puesto, y al tener toda la confianza de la familia Myoui, pudo conseguir ser la escogida de algo importante y estaba más que feliz. Un poco preocupada también se encontraba, ya que sus deberes serían muchos y aprendería pero tenía preocupaciones sobre hacerlo bien.

Algo en lo que Mina y Hikaru tienen de diferente es que Mina confía mucho en sí misma y Hikaru solo en algunas ocasiones.

Mina era como ser confiada de su físico, en la mayoría de sus acciones, mayormente en sus capacidades... mientras que Hikaru era confiada en sus habilidades en el campo, en a medias en su físico, y en capacidades intenta hacerlo ahora que será caballero dirigente de su familia, sería la que daría el frente por la familia en situaciones adquiridas por la realeza, la realeza de el segundo mejor reino del mundo...

Y es que era, ¡Wow!, se escuchaba como una gran responsabilidad de la que Hikaru duda poseer pero se esfuerza.

— Ya terminé. ¿Dónde está Haru? —de repente la pelicorto salía de su habitación en una bata mientras secaba con una pequeña toalla su cabello. Parecía caminar torpe y más como pingüino que antes, pero aún así se mantenía yendo con victoria hacia la cama— No la he visto en todo el día... —se detuvo un momento pensando— Bueno, no he salido de aquí pero me refiero a que, conociéndola, estaría aquí —y tenía razón.

— Aiko, su perrito, enfermó en el tiempo que te fuiste y de inmediato le rogó a Hinata contratar al mejor veterinario. Es muy apegada a él y le dolería que le pasara algo —dijo la futura dirigente con un tono preocupado, causado por la salud mental de su prima Haru— Espero y esté bien, Aiko es familia para ella.

— La he visto, lo ve como un hijo y lo mantiene en muy buenas condiciones siempre —recordaba con una sonrisa las veces que había visto a Haru jugar, darle caricias y besos al perruno. Se veía en la mirada de la omega menor que ama mucho a su perro— ¿Quién es la persona a quien tengo que ver? Porque en realidad ahora quería visitar a Momo y Sana, tal vez ver un poco a la princesa Im y luego comer con la princesa Seulgi —ya tenía planeado todo su día.

Hikaru se volteó en cuanto la omega se vestía y pensaba en cómo era el nombre del chico que venía.

— Solo dijo tío Hinata que te gustará, es para que lo hagas por gusto... Creo —no estaba segura, así que lo dijo con una pequeña mueca volteando cuando Mina le dijo que ya estaba vestida— Pero tendrás tiempo para hacer todo aquello, te acompañaré —a eso Mina la miró con una ceja alzada ya que Hikaru fue mala en ocultar su tono emocionado.

— ¿Es para desde ahora tomar más actitud de dirigente, o porque quieres ver a Kim? —le preguntó sonriendo haciendo que la mejillas de la beta se enrojecieran.

— Bueno, ya tenemos que ir. De seguro él te debe estar esperando y no hay que hacer esperar a los invitados —salió de la habitación, ignorando completamente el tema.

Ella quería ir al palacio por empezar introducirse en eso de proteger más directamente a la familia real, tomar la información más personal que debe para dedicarse a líder de la familia y saber qué hacer.

Sí, solo por eso.

Ella ya había hablado con Kim, quedando en no dirigirse la palabra... Bueno, fue más bien Hikaru ordenando que la omega se mantuviera distante y no tratara de acercarse de nuevo para otra cosa que no sea sería de suma importancia.

¡Pero habló sin nervios! No creyó ir tan lejos algún día.

Cuando Hikaru salió, Mina solo acomodó con delicadeza a Pingu entre las cobijas, para luego desacomodar su propio cabello, después dejarlo suelto y solo un poco esponjado. La omega también salió detrás de Hikaru para perseguirla.

Solo fue en el campo donde la encontró hablando con alguien que conocía bastante bien, con quien entabló una bonita amistad antes de que éste tuviera que irse a su reino natal.

— ¡Sunghoon! —el mismísimo beta era el que estaba allí platicando con una sonrisa hacia Hikaru, una sonrisa que se hizo más grande cuando la oemga apareció y lo recibió con un abrazo que Hikaru solo vió con el ceño fruncido, confundida— Creí que no volverías o por lo menos, no tan pronto —comentó separándose y dando un poco de distancia al ver que se había emocionado y abrazó al beta.

— ¡Yo igual! Pero el señor Hinata me contrató de nuevo por más tiempo. Vine aquí en cuanto me lo ofrecieron —confesó el beta riendo, si que estaba feliz de estar allí.

— Bueno. Es mejor que vayan a sus prácticas. Park me explicó a lo que se dedicaba y la habitación de prácticas ya está completamente limpia —fue lo que dijo Hikaru para luego darle una palmada a Mina en el hombro e irse.

Eso a Mina le recordó mucho a su padre, quien siempre la apoyaba dándole una palmada en el hombro.

— Bueno. ¿Qué esperamos? Me dijeron que habías practicado después de irme y que te gustó —le comentó el beta levantando una mochila para llevarla en su hombro y caminar siendo seguido por la omega— Yo en realidad creí nunca venir pero que le gustara me hace sentir feliz. Éste reino me hace sentir más libre.

— Yo creí que no podría avanzar en el baile, ya que no me animaba a pedir a mi padre contratar a alguien y pensé que tú te quedarías allá... Es lo que comentaste —notó con confusión que le chico le había mentido sobre quedarse en su reino natal.

— Lo iba a hacer pero hubo problemas que me hicieron cambiar de opinión, y el contrato que el señor Hinata me ofreció fue el apoyo que me dió los ánimos para venir hacia acá —sacó algunas botellas de agua y la ropa que Mina ya conocía de la anterior vez que le chico Park traía siempre con él— Cámbiese, por favor —y aunque eran amigos, la formalidad era presente en algunas ocasiones.

— Bueno, me alegra que vengas aunque me preocupan tus problemas —fue lo único que dijo la omega para tomar el cambio de ropa y adentrarse en la habitación pequeña, donde con la iluminación de la pequeña ventana pudo cambiarse sin inconvenientes.

— Bien. Primero debe ejercitar el cuerpo un poco ya que me comentaron que estuvo en cama mucho tiempo y eso podría provocarle dolor muscular —Mina le obedeció al instante, sentándose a su lado e imitando sus movimientos— Cuando regresé tuve la confianza que me recibirían bien pero fue todo lo contrario, así que por eso mismo regresé —siguió con la platica de antes mientras doblaba su espalda hacia atrás y echaba su cabeza.

Mina difícilmente lo intentó pero solo pudo hacerlo a medias cuando le empezó a doler.

— ¿Estás bien? —eso era algo que a Sunghoon le gustaba mucho de la señorita Mina, la preocupación genuina por los de su alrededor y estaba seguro que sería una buena reina por esa cualidad.

— Lo estoy. ¿Cómo ha ido todo con la princesa Im, mmh? La última vez dijo que era de poco a poco, pero, ¿ha ido mejor? —cambió de tema y Mina olvidó por un momento lo anterior para sonreír en grande, como si esas palabras la llevarán a recuerdos que fueran el detonante para su felicidad.

— Un día en el hospital cerca de la frontera me abrazó —contó sin mucho detalle pero Sunghoon aún así el sonrío asegurándose que la pelicorto siguiera sus movimientos y ésta lo hacía con más facilidad.

— Excelente. Ya esperaba algo así cuando yo llegara, pero es igual de bueno escucharlo.

— A veces yo junto a dos primas iba a visitar el hospital cerca de la frontera para ver a los migrantes y apoyarlos en sus estados —comentó algo que Sunghoon no entendió porque no era del tema, pero sonrió por la imagen de la señorita Mina dándoles felicidad a muchas personas.

— Eso es bueno.

— Un día de esos, la princesa llegó acá afuera y me preguntó si podría acompañarme. Obviamente le dije que sí y fue muy bonito. En el carruaje me abrazó —dijo un poco avergonzada que se sonrojó— Al final, después de salir del hospital, terminamos por ir a comer a un puesto como civiles comunes... casi como una cita —comentaba mirando el suelo para que su cabello le tapara su sonrojo.

— ¿En serio? Eso sí no esperaba. ¿Cómo estuvo la salida? ¿Te enamoró más? —hasta el beta parecía más emocionado que Mina pero ésta era porque estaba sonrojada a más no poder.

— Me gustó mucho. Al final del día cuando me dejó acá afuera... Me tomé la libertad de darle un beso en la mejilla —confesó y se tapó la cara muy avergonzada cuando Sunghoon soltó un chillido y rió alegre— Desde ahí no nos hemos visto mucho pero espero poder verla después —murmuró mientras se quitaba sus manos de la cara pero se ventilaba y frotaba un poco para quitar le calor de sus mejillas.

Ella era de poder esconder las reacciones de su cuerpo pero si hablamos de la princesa Im se volvía una bola de sonrojos y timidez.

— ¡Que bien, Mina! —rió Sunghoon— Estoy seguro que pronto estarán felizmente juntas, hacen muy bonita pareja —aseguraba mientras asentía satisfecho— Además de que al reino le gustara mucho la noticia, al ser alguien respetada como omega muy fuerte e independiente junto a la princesa que adoran desde siempre, será algo muy bueno tanto por la comodidad del reino como la seguridad ya que ambas están capacitadas para ser reinas, en mi opinión —Mina lo miró un rato y sonrío haciéndolo sonrojar creyendo que habló de más.

— Es algo que quiero, la seguridad, comodidad y beneficio para todos —ahora más tranquila le decía mientras Sunghoon suspiraba feliz.

— Lo que tú quieres, Mina, es algo muy bueno. Eres una gran persona —le decía para luego levantarse y estirar sus manos intentando tocar la punta de los dedos de sus pies.

— Gracias... Pero cuéntame, ¿ha pasado algo muy bueno en tu visita a tu reino natal? —preguntaba con toda la buena intención pero Park hizo una mueca.

— ¿Puedo tener la confianza de decirte mi historia, Mina? —preguntó mientras hacía tronar su espalda alta y escuchando una afirmación de la omega.

— Así como yo te cuento, tienes la libertad de contarme. Todo aquí es confidencial, ¿no? —Sunghoon asentía feliz, nunca había hablado de sus problemas con nadie al no tener amigos y por lo mismo a veces no sabía cómo actuar como un amigo.

— Bueno, pues... —dudó en cómo empezar mientras se aclaraba la garganta— En mi reino, están estrictamente prohibidas las relaciones ya sean sentimentales o sexuales sin algún alfa —Mina asintió haciendo una pequeña mueca con sus labios— Y pues alguien importante para mí, es beta al igual que yo... Iniciamos una relación oculta pero poco a poco se estaba sospechando y nuestras familias nos reclamaron, ese fue el por qué decidí aceptar de inmediato el primer contrato de tu padre.

— Oh. ¿La primera vez que viniste? —preguntó la pelicorto.

— Sí —confirmó mientras tronaba su cuello levemente, ya que seguían estirando— Le pedí que ambos huyeramos en el tren pero dijo que no abandonaría a su familia... —hasta Mina se sintió triste por ello con la pequeña mueca de Sunghoon— Yo no lo entendía; su familia lo abandonó y cuando supieron que era un gran músico ya reconocido en el reino le dieron la bienvenida de nuevo, por interés.

— ¿Él no ve eso? ¿O es por otra cosa?

— A parte del miedo a que se supiera hasta los oídos de más y terminaríamos con años encerrados, él quería recibir el amor de su familia aunque esta lo viera como un ingreso de dinero solamente —se levantó de un salto, haciendo que Mina lo siguiese con emocion— Empecemos. Sigue mis pasos —dió dos pasos, moviendo sus manos a la altura de su barbilla pero a unos centímetros lejos. Mina apenas distinguió lo que hizo ya que fue rápido y con elegancia envidiable pero no por nada practicaba sola.

Lo hizo en menos de tres intentos, eso era un gran avance.

— Has practicado con un resultado. Perfecto —Mina recordó como le gustaba la palabra 'Perfecto'.

— ¿Cómo se llama él? —preguntó la omega. Sunghoon frunció el ceño sin entender hasta luego soltar un 'Ah'

— Jake. Lo conocí hace un año por el ser músico y yo bailarín, nos contrataron a ambos a la vez en una pequeña fiesta. Mueve más tus brazos y hombros —le contaba y guiaba a la misma vez.

Sunghoon hizo un paso que la pelicorto intentó seguir sin mucho éxito, logrando caer pero siendo sujetada por el beta antes de chocar con el suelo.

— Cuidado. Cruza ambos pies y ligeramente enderezalos pero moviendo tu cuerpo, para dar una vuelta —guió tocando algunas partes del cuerpo de la omega para dejarlos en una posición— Intentalo otra vez. Recuerdo que esa vez tuvimos una pequeña pelea porque no concordamos pero fue cuestión de tiempo para ser cercanos

— ¿Seguiras intentando con él? —preguntó la Myoui mientras volvía a casi caer, siendo atrapada por el beta de nuevo.

— Tengo pensado un nuevo intento de que venga a vivir conmigo aquí... lejos de todo lo que conocimos sin dar ninguna pista, para que no nos atrapen —suspiró dejando un momento en silencio la habitación— Solo realmente espero que me siga o si no, tendré que venir solo e iniciar mi vida aquí y no estoy seguro de hacerla sin él —Mina paró un momento viendo al beta seguir con los pasos.

— Tal vez simplemente ocupa motivación —Sunghoon le dió atención de inmediato, realmente estaba desesperado por salir de la situación— Al decirle que acá estarán bien de alguna forma podrá animarlo —el beta aún no entendía cómo— Después de todo, no soy cualquier persona en el reino, soy hija del dirigente y siendo amigo mío podrías fácilmente ser ignorado por tu reino al no querer problemas.

Sunghoon negó de inmediato sonrojandose.

— No puedo abusar de nuestra amistad así, no me gustaría sentir que me aprovecho de el acercamiento que hemos tenido —su cara estaba sonrojada mientras guiaba a Mina para que pudiera dar una vuelta sin caerse.

— No lo haces. ¿Cuál es tu reino?

— Un poco lejos de aquí. Al otro lado del reino Kang, está el reino Jang. Soy de allí —Mina lo reconoció haciendo una mueca ya que conocía a la reina alfa por algunas noticias del manejo de su pueblo, en donde había una gran cantidad de condenas a muertes por cosas nada malas.

— No creo que haya problema. Si tu familia intenta decir algo solo di mi nombre o el de mi padre y estará resuelto. Lo mismo va para él, es algo pequeño —eso creía.

— En realidad no sabría cómo agradecerte, Mina —paró todo y ponerse recto inclinándose perfectamente. Mina le correspondió solamente para no incomodarlo— Esto podría ayudarme mucho, en serio gracias

Para Mina, ver como los de su alrededor son felices, era una indicación para ella serlo también. Le gustaba hacer felices a sus cercanos y Sunghoon es uno de sus amigos, ella ayudaba a sus amigos.

Aún cuando no medía las cosas que hacía por ellos.

Cargando cosas a su nombre, obteniendo más fama en otros reinos sabiendo que en estos repudian a los omegas, estando despreocupada cuando ahora sabía que habría una guerra con la que lidiar.

No medía las consecuencias porque piensa que no habrá, pero puede haberlas por más pequeñas que sean.




Esta parte parece más relleno pero hay cosas importantes (más relleno jajsh).

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