- Baile Myoui ²
— Ninguna de las dos. Me apetece solo caminar por el salón. Igual, se agradece la invitación hacia ustedes —si Jeongyeon estuviera allí, estaba segura que estuviera aguantando la risa.
Jeongyeon siempre se reía de su formalidad porque mayormente se equivocaba de palabras y incluso ha ofendido a su profesora muchas a veces aunque está segura que esta vez no lo hizo con los Myoui.
El mayor Myoui sonrió levemente y asintió conforme, así que supuso que lo dijo bien.
Incluso Nayeon miró a Dahyun y ésta le asintió con una sonrisa que le confirmó sus suposiciones.
Ella en serio no quería estar quieta en algún lugar así que aprovecharía para caminar y divertirse con cualquier cosa en compañía de su sirvienta y amiga.
Y en cuestión a los Myoui, ellos fueron directamente a una gran mesa donde los siete se pudieran sentar con algunos bocadillos, que Hinata pidió a un sirviente que pasaba por ahí e inmediatamente se fue por ellos.
— Creo que fácilmente la pequeña se dió cuenta de tu enojo, Hikaru —Akane empezaba conversación mientras Kai empezaba a comer un pastelillo; el mesero había dejado una bandeja con algunos de ellos.
Y todos asintieron riendo por la indiscreción de la pequeña de trece años, la cual ni siquiera negó estar viendo así a la pobre otra niña.
— Es que se ve tan cercana —Hikaru volvió su vista a Dahyun la cual estaba caminando al lado de la princesa Nayeon y sonriendo.
— ¿Qué es de la princesa Im y por qué tan cercana como para estar en un Baile Myoui? —Daiki fue el que tomó la palabra.
— Probablemente sea familiar —Riku, el pequeño de diez años presentado como alfa, comiendo de un pan, los cuales todavía eran dejados por el mesero.
— Los reyes Im no tienen hermanos ni padres, por lo que no es prima. Solo tienen hija única y esa es la princesa; no es familiar —Hikaru con el ceño fruncido daba comentario mientras tomaba el pequeño pan que Haru, su prima de ocho años, le daba.
— Tiene diez años. No creo que se deba a un enamoramiento, Hikaru —Daiki reía un poco por ello, no creía que la pequeña princesa esté enamorada a tan temprana edad— Puede ser amiga o no sé.
— ¿La princesa Im tiene amigos? —la pregunta de Hikaru dejó en silencio la mesa— La princesa toma clases con alguien particular que le enseñe todo lo que necesite, no sale del castillo casi nunca, es muy nerviosa por lo que he visto —todos asintieron a lo último.
Nayeon había creído que sus nervios fueron discretos pero no para los ojos atentos de cualquier Myoui.
— ... No te preocupes, Hikaru —Akane palpaba el hombro de su sobrina calmadamente— Ya es omega, y la princesa alfa. Los reyes Im no romperán un trato con Myoui... La princesa Im ya está apartada —Hikaru asentía con una sonrisa.
— Igual eso no significa que la princesa lo quiera, ¿saben? —Riku decía mientras tenía sus mejillas llenas de pan— Cuando la princesa sea reina, puede romper ese trato, ¿no? —otro pequeño silencio en la mesa.
Era totalmente cierto, solo un o una al mando del reino podía romper un trato, sea cual sea y por la razón cuál sea, y mucho más cuando la razón es totalmente comprensible.
Nayeon debe estar de acuerdo y eso lo discutirán con los reyes Im.
— Ya veremos luego, lo veremos y el trato se cumplirá —afirmaba Akane mientras comía de un pastelillo que su hijo Kai le entregaba— ... Los reyes harán que se cumpla y ella es completamente perfecta para lograr hipnotizar a la princesa. No hay problema... lo saben, ¿no? —los demás asentian.
Claro que sabían. Ella era completamente capaz de ser una reina junto a la princesa Nayeon, completamente capaz de enamorarla y enamorarse de ella. No hay problema.
Todos los Myoui miraron a la princesa Nayeon, la cual estaba jugando a algo de manos con Dahyun la cual solo la miraba seria mientras seguía el juego de su joven princesa. Uno que otro joven se acercaba a ellas a saludar o cruzar palabras pero luego se iba dejándolas solas jugando con algo tan simple.
Hinata se mordió el labio mientras pensaba en la posibilidad que la joven princesa cambie de opinión, pero negó. Él haría que pasara de la mejor manera, haría su mejor esfuerzo para que no sea así y que su hija quede como esposa de la joven princesa Im.
El rey y reina no lo confirmaron antes, pero estos deseaban que su hija se comprometa con alguien Myoui. Hinata estaba decidido a cumplir el deseo de los reyes, y mucho más cuando su hija estaba prendada a la idea.
Nayeon, ajena a quién sea, decidió caminar hacia sus padres con tranquilidad, y con Dahyun siguiendola un paso atrás.
Nayeon se paró detrás de sus padres, haciéndole una seña a Dahyun que se quedara atrás. Debido que en temas sobre esos, Dahyun no tenía porque escuchar por confidencialidad; a veces sus padres hablan con personas de temas que solo la realeza sabe o el tema tiende a tocar.
— Deberíamos, sí-... Oh, princesa —la persona que estaba anteriormente hablando con sus padres la notó casi de inmediato y inclinó su cabeza en respeto recibiendo lo mismo por parte de Nayeon.
— Nayeon, ella es la reina del reino Son, Son Wendy —el rey Im habló. Nayeon sonrió educadamente haciendo una reverencia hacia la mujer la cual le sonrió.
— Un gusto, reina Son —Nayeon luego se dirigió a sus padres— ¿No íbamos a ir con Myoui? —desde hace rato nota que hablan en bajo y en realidad quiere ver cómo son.
— Oh, sí. Debemos ir con los Myoui. Reina Son, nos despedimos de usted y esperamos que tome decisión —la mencionada se inclinó un poco y asintió— Disfrute del baile.
— Igualmente —fue lo último que escuchó Nayeon para despues irse detrás de sus padres junto a Dahyun la cual fue un paso detrás de ella.
Nayeon empezó a notar la gran cantidad de platos vacíos donde habrían pastelillos o otros postres pero no habían nada, probablemente de todo ser comido por los Myoui's.
Se sorprendió, ya que ella, siendo una niña golosa de todos esos postres, no podía comer tantos, pero también fue que cayó en cuenta que siete personas comieron, así que no era tan sorprendente.
Igual se maravilló por la gran comodidad que podía sentir al llegar a la mesa.
— ¡Su majestades! ¿Desearían sentarse con nosotros el tiempo que tardaría en llegar la hora del baile? —Akane tomaba la palabra cuando dió con la presencia de los reyes y princesa, junto a una pequeña Kim detrás.
Frunció el ceño cuando se dió cuenta de la presencia de la niña que estaba con la princesa, ahora dudaba en serio que no era importante.
— Akane, veníamos justo a pasar el tiempo mientras llega la hora del baile. Me encantaría que nuestra hija conociera más de Myoui —a lo dicho por el rey omega, todos los Myoui limpiaron cualquier desastre e incluso se mudaron a otra mesa donde podrían caber todos.
Era completa hora para que Nayeon empezará a admirar los esfuerzos de la familia Myoui para mantener en comodidad y protección a Im... "Accidentalmente" no pusieron silla ni lugar para la niña desconocida para ellos.
Hikaru miró como Nayeon buscaba una silla para su amiga pero no la encontró e incluso se levantó para buscar una, pero su madre impidió su búsqueda con una mano en el hombro de Nayeon.
Nayeon miró confundida a su madre e incluso enojada por olvidar a su amiga pero la reina alfa sonrió cálidamente hacía ella.
— Kim —llamó recibiendo completa atención de la niña, ésta ya se había puesto en posision para estar parada unos dos metros detrás de Nayeon, como tiene que hacerlo— Escuché hace un rato que la sirvienta Yoo ya no tiene problemas. Si podrías ir con ella mientras Nayeon ocupa temas aquí, luego las tres pueden jugar un rato juntas —Dahyun sonrió asintiendo y obedientemente iba a irse pero paró viendo con confusión a la reina.
— Disculpe, ¿dónde debería estar Yoo, su majestad?
— En el jardín, probablemente ayudando al jardinero —la niña obedientemente salió en busca de la alfa Yoo dándole una última sonrisa en apoyo a Nayeon la cual miraba a su madre como si no pudiera creerle.
— ... ¿Jeong está en el jardín o fue para que no estuviera parada allí cansada? —la reina rió por el susurro que le regaló su hija.
— Sí está allí. En un rato puede estar junto a ti. Tal vez puedan jugar cuando el baile termine y antes que empiece la cena —susurró igual, ya que su esposo estaba hablando casualmente con Myoui aunque Hikaru ponía su atención en ellas como queriendo decifrar, con todo su ser, qué era lo que decían.
La joven de trece años era totalmente opuesta a muchos, la pequeña beta era posesiva con lo que pertenecía a ella o a su familia. Para ella, Nayeon era perteneciente a alguien de su familia, de su prima la cual está lejos de allí sin ser consciente de nada más que de clases o incluso a esta hora debe estar cenando para irse a dormir.
[ . . . ]
Mientras tanto, la pequeña Myoui de nueve años, iba a comer con la velocidad de la luz mientras era seguida por dos japonesas solo un año mayor que ella.
La pequeña omega corría al comedor por su comida. Estaba totalmente hambrienta y solo eran las seis y media. Iba tarde, realmente la cena debe ser a las seis en punto pero no importaba, se había quedado jugando con sus dos amigas en el campo y ahora tenía mucha hambre.
— ¡Myoui! ¿Por qué tan tarde? —fue lo que recibió cuando entró a el comedor de parte de su maestra que la miraba con el ceño fruncido. Mina la miró con miedo, probablemente recibiría un castigo al siguiente día y a ella no le gustan los castigos.
— Yo jugué mucho rato junto a Minatozaki y Hirai —ambas mencionadas llegaban detrás obviamente cansadas.
Fue un día muy cansado, solo querían dormir y caer como muertas a la cama para despertar al día siguiente a las cinco de la mañana y empezar otro día.
El día ese fue cansado por el tremendo sol caliente que había y para no quemarse debían tener algunas ropas más encima las cuales eran pesadas y daba más dificultad a su entrenamiento.
Más su maestra ordenándoles varias cosas y con descansos escasos, los cuales eran solo dados para ir al baño, recuperar aire, tomar agua e almorzar.
— Que no vuelva a pasar —las tres asintieron dando paso a sentarse rectas en las sillas, esperando sus cenas— Ali, trae las cenas de las niñas —la cocinera de inmediato fue a la cocina y regresó con tres platos poniéndolos delante de la omega, alfa y beta que con gusto tomaron lo que había sin siquiera preguntar por lo que era o cómo se comía.
Estaban bastante hambrientas, cansadas y adormiladas como para cuestionar su comida.
— Después de cenar, a cama que mañana hay descanso de entrenamiento pero saben que se hace en ellos —las niñas asintieron rápidamente.
Las tres preferirían el "descanso" que los entrenamientos. Descansos eran clases con su profesor Park el cual les da educación desde siempre.
— Por lo menos ya podemos dormir fingiendo escuchar al profesor —bromeaba Hirai mientras no paraba de comer— ¿Podemos pedir segundo plato? —la japonesa mayor estaba segura que necesitaría otro plato para su estómago.
Ali, la cocinera que las supervisaba para que comieran bien, les asintió sin problema. Eso era lo esencial, que comerán y durmieran bien para tener las fuerzas que un o una Myoui debe tener para ser buen guerrero o caballero.
Aunque Minatozaki Sana y Hirai Momo no eran Myoui, estas entrenaban del lado de Myoui para ser fieles al gran reinado Im.
Las tres fuera de el reino, en una isla alejada, con solo pocas personas y bastante cosas para vivir bien mientras eran entrenadas por lo que quisieron.
Aunque no tanto por querer, los Minatozaki fueron de la idea de dejar a su hija ir con Myoui para que entrenara y pudiera guiar a la joven Myoui como amiga. Lo mismo pasó con Hirai.
Ninguna niña se arrepiente de la idea de sus padres, aman pasar tiempo juntas y entrenar para ser algo importante para el reino Im.
— ¿Y cómo por qué deberíamos dormir? A mí sí me gustan las clases —la pequeña Minatozaki reía mientras, igual que Momo, no paraba de comer.
— Igual, el profesor Park siempre nos descubre y terminamos con un castigo de hacer tarea. ¡Mi mano está traumada por lo tanto que escribió! —Momo recuerda el gran escrito que fue obligada a hacer por dormirse en plena clase.
— Es que tampoco somos tantas como para que pases desapercibida, Momo —Mina opinaba con una sonrisa y era la que más calmada comía de sus fideos aunque no con menos hambre.
Y es que solo eran tres las cuales recibían clases, ¿cómo quería Momo pasar desapercibida? Obviamente fracasaría en su intento.
— ¡Ali! Terminé. Quiero otro, por favor —Sana gritaba emocionada mientras Momo también extendía su plato para que sea rellenado. La señora beta con gusto fue a la cocina y regresó con otros dos platos llenos para las niñas que otra vez comieron con rapidez.
— ¿No tienes mucha hambre, Mina? —Momo notó que la mas menor comía muy tranquila con una sonrisa— ¿O has recibido noticias de tu padre sobre Im? —Mina asentía con una sonrisa.
Eran pocas las veces que su padre Hinata le hablaba de la princesa con la cual en un futuro prometieron casarla. Todos los días recibía una carta de él, con unos días atrás de escrito pero ella era informada de casi todo.
Pocas veces su padre mencionaba a la princesa porque decía que debía conocerla antes, pero Mina tenía un problema; ella no podía irse de ahí hasta sus cumplidos diecisiete años, faltaban ocho años más.
Hoy recibió la carta por parte de su madre, Akane, la cual decía que un baile se organizaría en tres días; las cartas llegan con tres días de retraso de fechas. Mina la recibió este mismo día por lo que sabía que ese baile estaba tomando acto en ese momento que ella cenaba.
Imaginaba todo. Su pequeña mente imaginaba a ella en él, disfrutando con su familia y próximamente amiga la cual estaba dispuesta a casarse de mayor. Imagina totalmente cómo era el salón, los vestuarios junto a la multitud, donde bailaban y hablaban. Su mente lo hacía tan hermoso que en realidad deseaba crecer solo para estar allí con su familia y los reyes Im.
Esta vez su madre mencionó que la princesa Im estaría en el baile y hace días fue presentada como alfa, lo que era más posibilidad de estar con ella pero todavía no estaba confirmado. También la carta decía que enviarían a su prima a que pase unos meses junto a ella como regalo por no poder estar con ella.
— La princesa es alfa. Ahora mismo deberían estar en un baile en el castillo junto a mis padres y más familia —Sana le sonreía animadamente.
— Es la más grande información que te han dado. La anterior hace meses fue que tenía nueve años aunque ahora deben ser diez creo —Momo comentaba con una mueca. No le gustaba mucho que Mina estuviera tan encantada con una niña y que supieran muy poco de ésta— ¿Y qué más?
— Vendrá mi prima Hikaru, estará aquí unos meses —a eso Momo y Sana la miraron asombradas.
Ninguna ha estado con otra persona más que sus familiares, su maestra, profesor Park, un conserje que ni conocen bien, Ali o el alfa que cada mes llega con comida e otras cosas necesarias para todos y ellas mismas. Son pocas veces que ven a alguien más.
— Tiene trece años, es mayor que nosotras pero sigue siendo una niña —y mucho menos han pasado con otra niña más que ellas mismas— Mama dijo que vendrá en unos días. No sé exactamente cuándo.
— Bueno. Ya casi es tu cumpleaños. ¿Ellos no vendrán? —Sana ya sospechaba que vendría una negación de Mina. Desde los años que han estado en la isla solo dos cumpleaños los Myoui asistieron.
Y sinceramente son muy buenos, pasan todo el tiempo que pueden con su hija y le regalan algo que le guste mientras la hacen disfrutar el día, la animan con que todo lo hará bien, incluso la miman pues porque sigue siendo una niña que sigue abrazando a sus padres y estos no le niegan sus muestras de afecto.
Pueden ser ausentes pero la siguen amando como su hija.
No exactamente todos los Myoui pasan por esa isla, solo algunos pocos a los cuales ya les tienen un futuro; Mina tenía el futuro de ser la dirigente de la familia Myoui y por lo mismo tenía que ser fuertemente entrenada, aunque ahora su futuro también sería casarse para ser reina junto a Im.
Momo tenía el futuro de ser ayudante para el dirigente Myoui, o sea en un futuro, a Mina. Sana tenía el mismo futuro y ambas están lograndolo. No es como si no quisieran igual.
— ¡No te pongas así, Mina, ellos te aman! —Momo pasaba un brazo por los hombros de su amiga mientras le sonreía— Pueden venir otros días —Sana también le sonreía en apoyo.
Ambas sabían lo mal que se sentía Mina al no poder tener a sus padres ni siquiera en su cumpleaños, una fecha tan especial para ella, pero que no podía pasar con su familia algunas veces. Obviamente estaría triste por ello.
— Ya sabía que era más probable que no asistieran, aún así estaba esperanzada que pudieran hacerlo... ¡pero ey! —se animaba rápidamente— Conoceremos a Hikaru, mi madre dijo que aunque nunca antes me haya visto se preocupa por mí y también me contaría cómo es todo por allá.
— Bueno. Debe ser muy buena entonces, nos llevaremos bien con ella —Momo volvía a comer ahora solo tomando la mano de Mina en apoyo— ¿Cuánto pasaría aquí?
— Mama dijo que meses.
— ¿Cuántos días tiene un mes? —Sana dejó en silencio la mesa. Las tres se escogieron de hombros mientras empezaban a terminar su cena.
Ya deberían ser las siete o más y tenían que ir a dormir, así que solo terminaron de sus platos todo rasgo de comida y fueron a su habitación.
No la usaban más que para dormir, era una gran habitación con una litera y una cama, quien gane la que quiere la tiene y eso causó que las tres corrieran a querer la litera ya que les gustaba mucho la de arriba, la cual Momo ganó para mala fortuna de las menores. Mina decidió la cama, Sana la litera de abajo y en cuanto cayeron en el colchón, durmieron sin decir nada.
[ . . . ]
En cuanto regresando a el gran salon, donde ya varios en el medio bailaban con la música suave y otros charlaban animadamente, Nayeon ya había empezado a escuchar como sus padres hablaban con Myoui de muchas cosas en realidad.
De cómo han estado algunos otros familiares donde Nayeon se sorprendió aunque en realidad eran más de cuarenta Myoui solo que ellos asistieron por ser los que quisieron, pudieron y tenían más sobresaliente que otros.
Se sorprendió por los más pequeños que eran sobresalientes en una familia de cuarenta y ahora entendió que tampoco tomaban el dato de la edad para ser fuerte.
Su padre mencionó varios niños e incluso mayores que de seguro eran importantes pero no asistieron al baile por asuntos. Nayeon solo guardó silencio y escuchó guardando todo en su memoria, todo o lo que más le impresionó y admiró de la familia.
— Entonces ¿quién era la niña? —Akane le dió una no muy bonita mirada a su sobrina Haru por la pregunta, el cual la ignoró y esperó respuesta de los reyes— Si lo podemos saber claro —agregó, suavizando la mirada de Akane.
— Oh, Kim es sirvienta y amiga de Nayeon, lo han sido desde casi siempre junto a Yoo, la cual debía ausentarse hoy por problemas —la reina aclaró la duda de todos los Myoui e incluso notó como los jóvenes no eran discretos en ocultar su alivio— ¿Hay algo en eso?
— Eh, no. Solo teníamos curiosidad el porqué estar tan pequeña sirviendo —Hikaru podía tener trece años pero lo inteligente lo tenía.
— Es que es hija del sirviente de mamá, desde pequeña se le enseñó —Nayeon tomaba la palabra por primera vez— Igual que Yoo.
— Exacto, las dos son cercanas por ello, no hay nada —el rey miraba a Hinata el cual le sonrió sabiendo a que se refería, el rey estaba al tanto de él porque la pequeña niña de ocho años preguntaba por Kim— ¿O sí, Nayeon? —la pequeña con un pastelito en manos hacia su boca lo miró y alejó el pastelillo de su boca mirando a su padre con confusión.
— Sí —hasta su madre al miró sorprendida, la pequeña se confundió más porque la atención era mucha— Mi amistad con ellas, ¿no? —ahora los de las mesa entendían que se refería a más que una sirvienta.
Aunque el adolescente Daiki estaba pensando en porque su familia podía creer que Nayeon, de diez años, tuviera un enamoramiento con su amiga, pero pues si no los entiende tampoco los entenderá cree él.
En fin, después de un rato Nayeon se da cuenta que el baile empieza y es magnifico simplemente, varios sincronizan para tener una muy buena escena, no duró mucho pero la pequeña de diez años solo se maravilló y cuando acabó rápidamente pidió permiso a su madre para irse al jardín la cual le dijo que sí como le prometió.
Lo que no vió ni escuchó, fue que Hikaru pidió el mismo permiso con la excusa que quería conocer bien a la princesa y que no pudo conocerla bien.
La pequeña japonesa salió detrás de la princesa Im con velocidad ya que ésta casi se le perdía, llegó justo al jardín para que la reciba la escena de Nayeon revolcándose y peleando con otra alfa mientras Kim parecía asustada y quería separarlas.
— ¡Nayeon! ¡El vestido! —Kim le intentaba hacer entrar en razón, todavía había una cena que presenciar— Su majestades se molestaran —la pequeña niña suspiraba cansada, igual el vestido ya estaba hecho lodo.
— ¡Gane! —Yoo cantaba victoria mientras bloqueaba a Nayeon debajo de ella después de más vueltas por el lodo y pasto. Nayeon había quedado completamente hecha suciedad y Dahyun, a su corta edad, quería morirse.
— Tu madre y padre estarán molestos, Nayeon —la pequeña Dahyun estaba que se le salía el corazón al imaginar recibir una mala mirada de los reyes. Después del respeto, hay un pequeño miedo aún cuando estos nunca se lo inculcaron.
— ¡Vamos, Dahyun! ¡Acuestate! —Jeongyeon la invitaba a su lado, donde había más lodo, Dahyun no sabía si lo que había visto entre el lodo era una hoja seca o un gusano.
— No. Ahora pueden jugar pero en poco tiempo tienen que ir a ducharse, ya está obscuro y empezará la cena —no faltan más de diez minutos para que empiece y sin la princesa no se puede— Nayeon —la mencionada la miró desde su comodo asiento de lodo— La reina te habló de lo importante y respetables que son los Myoui —Hikaru atentamente escuchaba todo— Debes saber que ellos también te quieren, lo digo en forma como familia —eso sorprendió a la pequeña Myoui escondida pero no sentía que fuera mentira— Les gustará que la princesa llegue presentable y con una sonrisa sin lodo hacia ellos. Ve a tu habitación y empieza a desnudarte, llamaré a la reina... ¡Tu también, Jeongyeon! Llama a tu madre y que te bañe —ordenó un poco divertida por las quejas que la alfa mayor soltaba
— Sí, sí... ¡Nayeon! ¡Quién llegue más rápido! —tenían mucha energía. Dahyun agradecía que por medio de retos lo hicieran más rápido.
— Ahora, con la reina —se susurró y hasta ahí notó la presencia de Hikaru quien veía de forma neutra como las alfas se iban corriendo por lugares diferentes, y luego dirigía su mirada hacia la de la pequeña Kim, quien solo hizo una reverencia pequeña y se fue.
— Kim... rara —murmuró Hikaru para sí misma mientras empezaba a caminar al gran salon donde habría la cena para honrar a Myoui. Al mismo salón donde iba Kim así que se posicionó a su lado sin ningún comentario.
Dahyun pensaba tal vez que esa esté disgustada con ella o está interesada de alguna forma en ella ya que no para de verla de reojo. La pequeña niña es inteligente y Hikaru no lo piensa tanto.
— Kim —llamó la japonesa en tono neutro. Dahyun la observó al instante con curiosidad— Puedes ir con la princesa Im, yo avisaré a su majestad —ofreció ya no escuchando el sonido de zapatos golpeando el piso a su lado.
La coreana se había detenido a pensar y luego asintió para irse donde suponía que sus dos amigas alfas estaban, no dudando en la palabra de Hikaru, ella no dudaba de la palabra de alguien Im o incluso Myoui.
E Hikaru se detuvo a observarla irse, la pequeña se iba con paso apresurado pero con toda precaución, como cohibida de cualquier peligro aunque no haya mucho. Hikaru retomó su propio paso.
Interrumpió una amena charla de su prima Haru con la reina, donde Haru le explicaba emocionada sobre el gran lobo que podía convertirse un primo, quien no pudo asistir a la cena, y la reina escuchaba con una sonrisa. Le avisó sobre la situación de la princesa sin mucho detalle.
"La princesa Im tomó la decisión de un nuevo baño por un problema. La necesita, su majestad" la reina de inmediato se disculpó y casi corrió con discreción hacía la puerta.
— No me digas que ya hostigaste a la sirvienta amiga de la princesa —comentó Riku en susurros, ya que el rey hablaba con Akane y a veces con los demás con algunos comentarios.
— No —susurró pensando seriamente en la sirvienta menor que no dudo en hacer lo que le dijo— Kim es... es interesante —Riku la miró extrañado por su comportamiento —al parecer ahora sereno— pero luego se distrajo con un pastelillo e Hikaru pudo seguir pensando.
— Su majestad, la cena está lista para servir —interrumpió un beta recibiendo la indicaciones de servir los platillos y avisar cuando pasara aquello, le estaba dando tiempo suficiente a su esposa o eso creía, quería creer que sí.
— Podemos esperar a que terminen, unos minutos no son nada ahora —el ofrecimiento de Hinata el rey Im lo tomó con gusto.
En minutos la familia Myoui apreció la llegada de la princesa junto la reina y pudieron pasar al salón cuando el beta de antes lo avisó.
El salón era grande, un comedor grande donde no solo estaría la realeza de Im y caballería Myoui, sino que también algunos reyes vecinos o amigos de Im junto a adolecentes hijos de reyes.
Entre tanta realeza se encontraba la reina Son alfa junto a su hija beta y esposa omega, el rey Kang, un alfa, quien solo traía consigo a su hijo también de género alfa con dieciséis y a su hija omega de nueve años la cual estaba cabeza gacha.
A la reina Im no le dió muy buen presentimiento la sonrisa de oreja a oreja que se cargaban los dos Kang alfas, y el cómo miraban a la niña omega de su propia familia no le gustaba para nada. Se levantó para asegurar que todo esté bien y que se empiece a celebrar lo último de la noche.
Kim y Yoo estaban a ya unos cinco metros lejos para cualquier cosa que Nayeon o los reyes necesiten. Nayeon quiso buscar algo por lo menos dónde se sienten pero no encontró y su pena la hizo sentarse a esperar la cena.
Haru, quien venía jugando con una pluma de algún ave, se había sentado a su lado y de vez en cuando hablándole animadamente.
En unos minutos, Nayeon escuchaba la atenta plática de sus padres y otras personas mientras ella se enfocaba en devorar con la más tranquilidad posible sus verduras, a ella le gustaban... extrañamente. Haru llamó su atención
— ¿Sabes de qué es esto? —preguntó la pequeña Haru, Nayeon se daba cuenta que no tenía segundo género pero comprendía ya que la veía casi como de seis años, aunque tenga ocho. Tenía facciones lindas y tiernas que tenías que verla de cerca para ver que no era de porcelana, se veía como una muñeca— Es una pluma de un ave herida que me encontré —contó en un susurro, luego acercando la pluma hacia Nayeon ocasionandole cosquillas— Toma —se la entregó.
— ¿Qué hicistes con ella? —preguntó Nayeon mientras acariciaba la pluma, tenía miedo de hablar en sí con Myoui por como su madre los relató pero la niña parecía querer jugar.
— ¿Con qué cosa? —Haru había perdido el rumbo de la platica.
— Con el ave.
— Ah, papá la curó por tres días y luego voló pi, pi, pi —relató moviendo sus manos para simular al ave junto con su boca haciendo ruidos— Y luego volvía, pero para comer, va y viene casi todos los días... ¡Tal vez puedas verla luego!
— Oigan ¿ya terminaron su comida? —un pequeño niño de cabellera café les preguntaba, Nayeon se asustó al principio cuando Haru miró enojada al pequeño.
— Cena, Riku, es cena —corrigió agitando un pedazo de hueso en la cara del niño— Y sí, ya terminé, ¿por qué? —apuntaba a su plato, medio lleno, pero era mucho para su estómago.
— Podemos ir a otro lugar los menores, dijo tío Hinata que cuando terminemos podemos ir a jugar, pero no quiero ir solo —Nayeon lo miró curiosa. No tener que poner atención a las pláticas amenas de sus padres y otras personas; tentador— Y podemos conocer a la princesa —a eso, Haru se emocionó.
— ¡Vamos a jugar! —los adultos cerca la miraron inmediatamente, bueno, tal vez lo dijo un poco fuerte.
— Oh. ¿Quieren ir al gran jardin? Los menores si gustan pueden ir cuando terminen —el rey Im comentó mirando a toda la mesa— Siguen siendo niños y quieren jugar, hay que darles libertad de sus responsabilidades por lo menos un tiempo —observó que varios niños pedían permiso a sus padres.
— ¡Yoo! —la reina Im alzó la voz para llamar la atención de ambas pequeñas— Guialos al gran jardín —Jeongyeon asintió empezando a llamar la atención de los demás para comenzar su camino— Y Kim avisa a Jeon para que se encargue de cualquier problema que haya —Dahyun asintió para luego correr por los largos pasillos buscando a el caballero Jeon.
— Nayeon, tu también puedes —el rey luego observó la emoción de la pequeña que se paró de su asiento y siguió a los adolecentes y niños, entre ellos, a Haru quien le empezó a contar de su perrito llamado Aiko.
— ¿Es necesario que todos los menores? —el gran alfa rey Kang preguntaba alzando una ceja y sonriendo.
— No necesariamente, pero es bueno que salgan de sus formalidades para que jueguen un rato —el rey le contestó, cosa que a Kang no le gustó por el simple hecho de que el rey era omega pero se contuvo a hacer solo una mueca y asintió— Además, a la mayoría no le gustan las platicas de los mayores, aunque pueden quedarse si gustan en la mesa —se dirigió a algunos adolecentes y uno que otro niño, más específicamente a la omega Kang, quien no se movía de su asiento y solo miraba su regazo, incluso la comida estaba intacta.
— Seulgi —la reina Im llamó a la pequeña, sobresaltandola porque alguien alfa tan importante le haya dirigido la mirada. No la merece, es una omega, ese es su pensamiento— ¿Quieres ir a jugar con los demás?
La pequeña no sabía qué decir, por un lado anhela ir, reír mientras juega y hacer amigos pero la otra parte tiene un gran miedo impuesto por su padre y muchas veces su hermano.
Su padre la mira advirtiéndole que niegue pero no sabe qué contestar y nadie le había dirigido una mirada tan suave como la que la reina le regalaba en ese momento.
Terminé este ayer y dije '¿por qué no uno más?'
Myoui celoso por Dahyun se me hace cómico al ser solo una niña de ocho años jsjs
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