— Tengo curiosidad —la omega Myoui dijo, viendo sin expresión aquella lápida, mientras el hombre a su lado le ponía atención inmediata— ¿Por qué en el festival del Día de las Flores del Sol estuviste hablando con el, ahora difunto, Kang Seulmin? —a la pregunta, el hombre frunció el ceño sin entenderle.

— ¿Yo? —Mina lo miró intentando ver si su confusión era verdadera, y captó que verdaderamente fue genuina— Hablé con extraños en todo el día, incluso pude hacer amigos. ¿Hablé con él? —Nayeon lo escuchaba mientras estaba atenta a cualquiera de sus movimientos.

— Ustedes dos estaban hablando, él te preguntaba algo mientras tú le respondías. Él estaba en un carruaje y tenía una capucha puesta —Mina le explicó para que el beta pudiera aclarar su mente, lo cual duró unos diez segundos hasta que el hombre dió un saltito al recordarlo.

— ¿Era él? Por eso me preguntaba cosas extrañas —comentó frunciendo el ceño— Solo lo escuché por un rato y le respondí 'no' a todo. Creí que era un loquito, en mi pueblo natal había muchos y no me acostumbraba al reino Im —explicó todo lo que pudo la interacción que tuvieron— No conocía a Kang Seulmin en persona, por eso no lo reconocí. De hecho, después de eso no recuerdo alguna vez haberlo visto de nuevo —Mina asintió menos intrigada.

Había tantos cabos sueltos que le traían dudas. La vez que había visto a Sunghoon con Kang Seulmin fue una duda, que el mismo Park Sunghoon le acababa de aclarar.

— ¿Qué era lo que te preguntaba? —la alfa Im le cuestionaba, después de que Mina quedara en silencio mirando la lápida frente a ellas.

'Myoui Haru' con decoraciones de animales, con flores, con algunos dibujos de niños que fueron a dejarle. Mayormente niños migrantes del hospital, a los cuales Haru les leía cuentos de vez en cuando. Dibujos que demostraban un agradecimiento y cariño, todo por el buen corazón de Haru.

Al lado de Haru, 'Myoui Hikaru' se podía leer, con decoraciones realmente grandes. Flores de muchas personas como honra hacia ella. Haru también las tenía pero de más poco ya que no fue tan reconocida como Hikaru, pero no importaba mucho. Fueron iguales de importantes y el asunto era lamentable como para fijarse en quién recibe más flores.

Al otro lado de 'Myoui Haru', estaba 'Myoui Aiko' por insistencia de todos. La más pequeña lápida tenía decoraciones de huellas de patitas de perro, con algunas de las cosas favoritas de Aiko; algunos juguetes, y incluso gente le daba más.

— Lo que más recuerdo es que insistió en si tal vez sabía algo sobre brujos del reino Im, por eso lo tomé como un loco. No creo en la magia, realmente —dijo negando con la cabeza, él veía más la lápida de Myoui Hikaru, ya que fue la única que conoció aunque una flor de él fue dada a Haru también. ¿Kang Seulmin estaba interesado en la magia?, Mina se preguntó— De ahí, fue muy grosero, así que yo también lo fui. Después me marché y creo que eso fue todo.

Mina asintió tomando un respiro y se agachó para dejar un pequeño detalle en la tumba de Haru, un reconocimiento que se le daba generalmente a los dirigentes, pero que Haru también se merecía; un brazalete negro con decoraciones de diamantes y colores dorados, obviamente bañado en oro.

Hikaru también tuvo uno en su tumba.

Hinata también había recibido uno hace años, cuando se reconoció que fue muy buen dirigente, pero terminó siendo el peor. No se sabe que lo llevó a hacer todo lo que sucedió, pero toda la familia Myoui está enterada y está tomando mejores medidas.

Dejándole todo el liderazgo a Mina de la familia, ya que incluso de Akane, Daiki y Kai desconfían para que los dirijan.

Mina miró a Nayeon, suspirando y sonriendo un poco al captar que la alfa la estaba viendo desde hace un tiempo. Hizo una pequeña mueca y desvió la mirada, le era difícil pensar que Nayeon era confiable.

La desconfianza la tenía aterrorizada.

Si su padre hizo todo aquello, ¿por qué los demás no pueden ser iguales?, Suspira cada vez que le pensamiento le llega.

Nayeon era su novia, la ayudó y la ama, se recordaba y podía sonreír de verdad por el pensamiento. Nayeon ama a Mina, tanto como Mina ama a Nayeon. Era así.

Sunghoon se despidió cortamente de ellas cuando notó que estaban en un momento de pareja, donde no quería meterse así que fue hacia su novio Jake para irse ambos de la mano.

Nayeon al ver que estaban solas se acercó a abrazar a Mina por la espalda, dejando su mentón recargado en el hombro de Mina, notando como esta se relajaba en sus brazos.

Nayeon sabía completamente lo que pasaba por la mente de Mina. La desconfianza y miedo afectaba en ambas, pero más en Mina.

La alfa miró concentrada el perfil de su novia, inevitablemente notando dos cicatrices en su rostro que estarían toda la vida en el rostro de su amada. Aún así no dejaba de ser tan hermosa a como la conoció. Era una rayita en la frente, en el costado izquierdo, tal vez de unos cinco centímetros, y una en el mentón, también del lado izquierdo pero un poco más larga que incluso tocaba la mejilla solo un poco.

En las primeras horas Mina pensó que a su novia no le agradarían las dos marcas, pero Nayeon siempre besaba estas y le demostraba que todo estaba bien. Nayeon era su soporte en esos momentos.

Afortunadamente los reyes Im se estaban encargando de todo lo relacionado con el reino Kang, decidiendo cosas como quién gobernaría y cómo estarían cambiando cada vez más las cosas. Hubo protestas de la gente natal del reino Kang, sobre que tendría que haber elección de ellos porque ya no había nadie de la realeza Kang.

¿Pero adivinen quién de la familia Kang sí estaba viva?

Kang Seulgi, la omega que apareció de repente en carne y hueso frente a los que protestaban, y los calló porque el reino Im decidió que ella gobernaría junto a la princesa Bae.

Afortunadamente la princesa Joohyun sabía todo de la realeza y estaba enseñando a Seulgi, la cual aprendía rápido todo.

Seulgi ya no era menor de edad, pero los reyes Im estaban tomándola como una hija y le enseñaban de todo para que cuando cumpla unos pocos más años, pueda tomar el puesto. La omega Kang estaba más que emocionada por la responsabilidad. Era abrumadora, pero emocionante.

Aunque había órdenes estrictas de que ninguna omega de la familia Kang podría tomar el trono del reino Kang, los reyes Im cambiaron todo eso porque las reglas se quitaban tanto como otras se ponían.

Mina sólo sabía que la gente del reino Kang estaba feliz mientras recibían mejores cosas. Con 'mejores cosas' nos referimos a comida, a cambio de su cooperación con el cambio. Aunque los que tenían poder no estaban muy felices.

Nayeon y ella estaban primero terminando asuntos, porque luego los reyes Im básicamente las obligarán a que se vayan un tiempo a una casa de retiro, la misma donde los reyes se irían cuando se retiraran de el castillo, pero ahora la ofrecieron para que Mina descanse por su próximo cachorro que viene en camino. El esfuerzo que hizo debe ser recompensado con sus nueve meses relajada para que cuide de la vida que se formaba en su vientre.

Los reyes Im estaban encantados con el próximo nieto y querían que todo saliera bien.

Mina sacudió su cabeza, quitando su sonrisa boba por el pensamiento de un bebé, perteneciente a Nayeon y ella, en sus brazos. En cambio, miró a lo lejos a su madre, quien miraba sin expresión a la tumba que fue de su esposo, donde enterraron a Hinata. Akane les explicó todo lo que sabía antes de irse junto a sus dos hijos a vivir en la casa que tenían en el pueblo, porque en la de Myoui no eran tan bienvenidos.

Mina sabía que su madre estaba destrozada, aún cuando no lo demostraba. Podía sentirla por el lazo familiar, antes no podía sentirla porque el lazo familiar había sido remplazado por el de Nayeon. Pero ahora que no tenía la marca de Nayeon, podía sentir que su madre estaba destrozada.

No confiaba en ella, ese lazo familiar también le dijo muchas veces que su padre la amaba. Un padre no mata lo que ama, y a ella la aventó por un acantilado.

Desvió la mirada, luego hablaría con ella sobre el próximo nieto que tendría. Tenía que saberlo y también tal vez le alegre un poco.

Sintió unas manos serpenteando hasta su vientre donde se quedaron apoyadas ligeramente, no crecía todavía pero Nayeon parecía gustarle acariciar o tentar su vientre solo por hacerlo, como una pequeña obsesión. Sonrió por ello.

— ¿Estás emocionada por tu primer hijo? —Mina le preguntó, volteando su rostro para ver la cara de Nayeon molesta.

— Nuestro —corrigió la alfa con el ceño un poco fruncido, pero no le duró mucho para cuando sonrió emocionada, colocando sus manos de nuevo en el vientre de su novia— Estoy muy emocionada. No sé cómo será tener un hijo, pero es completamente bienvenido, ¿no es así?

— Lo es.

— Creo que deberías hablar con tus amigas —la alfa comentó al ver a su novia con ma vista fijamente en Sana y Momo, las cuales estaban un poco lejos hablando. También estaba la princesa Son junto a ellas. Más bien, pegada a Momo, pero se da a entender— Serán tías, ¿les vas a dar la sorpresa o ya lo saben?

— Solo lo sabemos tú y yo, junto a tus padres. ¿Quieres que les diga ahora? —preguntó inclinando su mano para tomar la de Nayeon y sostenerla en su vientre.

— Si quieres, díselo a todo el mundo cuando quieras, Mina —Nayeon le susurró dándole un beso cerca de su cuello para luego inclinarse un poco más para uno en la mejilla. Y le negó a Mina uno en los labios solo para molestarla un poco.

— Tonta —Mina la insultó al no recibir el beso que quería.

— Yo también te quiero mucho —Nayeon le contestó para inclinarse y darle el beso en los labios que Mina quería.

— Y yo también.

#♡>☆

Ya después de haber dejado el cementerio, dejó a Nayeon en su habitación y se acercó a sus dos amigas para hablar, ahora que la princesa Son hablaba con sus madres de algún asunto. Se suponía que la beta Son tenía que volver en cuanto todo terminara, pero estaba en algo con Momo que estaba discutiendo aquello con sus madres.

— ¡Mitang! ¿Adivina qué está pensando hacer Momo! —Sana fue la que la notó primero, escandalizada e incrédula mientras apuntaba a la alfa que bufaba.

— Ehh... ¿Comer un panecillo? —fue lo único que se le ocurrió a la omega al ver a Momo con un panecillo en la mano.

— ¡No! Bueno, sí —Sana dijo asintiendo un poco— Pero dijo que probablemente nos abandone —alzó su tono quejoso mientras se abrazaba a Mina con un falso sollozo. Solo estaba jugando.

— No es eso. Siempre seremos las tres —Momo dijo rodando los ojos y mordiendo el postre que tenía en mano.

— ¿A qué te refieres con eso, Sana? —Mina preguntó al no entenderlas del todo en lo que parecían discutir. Momo apenas iba al pueblo sola, ¿cómo iba a abandonarlas? ¿A dónde se iría sola?

— Me dijo que piensa en irse con la princesa Son —Sana acusó, viendo con ojos retadores a Momo para que no la contradiga.

— Las reinas Son me lo ofrecieron al enterarse que estoy cortejando a su hija y ver que Chaeyoung está bien con eso —la alfa explicó, sonrrojándose un poco al pensamiento de Chaeyoung estando bien con su pequeño cortejo que usó en el poco tiempo que estuvo en el castillo Im.

— Si te gusta en serio, creo que está bien con que vayas —Mina le asintió estando bien con ello. No iba a mentir, le aterroriza lo alejada que estaba siendo de sus amigas ahora, pero en el fondo sabe que la amistad no se rompería.

Sana y Momo eran su familia, pero su padre también era su familia y la traicionó. Por un momento miró desconfiada a ambas chicas, instintivamente llevando su mano a su estómago.

¿Estaría bien informarles sobre el embarazo?, se lo cuestionó pero negó con la cabeza para espantar esos pensamientos. Sana y Momo eran confiables, lo eran de verdad.

— ¡Me dejarán sola! Mina se va a no sé dónde y tú al reino Son —Sana lloró falsamente para esconderse en el hombro de Mina.

— Claro que no. Creí que tenías algo con Yoo —a eso la beta paró su llanto exagerado para mirar a Momo con las mejillas sonrrojadas. Había olvidado por un momento a su enamorada Yoo.

— No hemos llegado a nada porque se fue con su familia al pueblo, también está junto a Kim porque Kim estaba interesada en-... —su voz se fue haciendo pequeña hasta no sonar nada y Momo se lo completó.

— Hikaru —susurro la alfa, asintiendo un poco al nombrar a su difunta amiga.

— Sí, de Hikaru —Sana estuvo de acuerdo en un susurro para luego volver a su tono neutral— Quedó devastada y Jeongyeon es su mejor amiga. Es como nosotros, han estado juntas desde niñas —las platicas entre ella y Yoo habían sido varias, todo eso le bastó para conocerla a ella y un poco de su pasado.

— ¿Te digo algo que una vez me dijo Hikaru? —Mina habló de repente atrayendo la atención de ambas chicas.

— ¿Qué? —Sana cuestionó.

— Si no te da su tiempo, métete en él —Mina recordó bien en el momento que Hikaru dijo aquello. Hace un año y más, en el baile Myoui donde quería la atención de la hermosa princesa Im.

'La princesa nunca estará desocupada, si no te metes en su tiempo ella no podrá dártelo, por sus responsabilidades de ahora. Así son las cosas en la realeza'.

Yoo no era de la realeza, pero estaba ocupada. Mina no cree que lo suficiente ocupada como para ignorar a Sana si ella la visita.

— ¿Debo ir a con Jeongyeon? —Sana preguntó al aire, colocando un dedo sobre su labio inferior para pensar un poco sobre la idea.

— Debe ser triste ver a su mejor amiga devastada, tal vez puedas animar un poco. Después de todo, tu animas todo a donde vayas —Sana sonrió por ello, satisfecha y alegre de lo dicho. Aunque no estaba segura, lo intentaría.

— ¿Todo está bien con Nayeon? —Momo sacó el tema cuando entre las tres había quedado un silencio expectante.

Mina sonrió y pensó un poco. Ya era hora de contarles sobre el cachorro formándose en su vientre.

— ¿Ustedes saben que son como mis hermanas, verdad? —cambió repentinamente de tema a lo que ambas la voltearon a ver. Sana asintiendo feliz y a Momo le brillaron los por lo dicho. Sana siempre ha sabido que es como una hermana para Mina, y Momo siempre ha soñado con ser la hermana de Mina.

— ¿De verdad? —la alfa cuestionó queriendo verificar.

— Lo son. Lo han sido desde siempre. No les cambio el apellido sólo porque no lo necesitaban para ser mis hermanas —bromeó un poco, recibiendo a una Momo abrazada a un costado de su espalda con cariño.

— Eso nos alegra, Mina —Sana le comentó para que siguiera con lo que quería llegar Mina.

Y la omega no se anduvo con indirectas ahora.

— Bueno. Como mis hermanas, serán tías, porque estoy embarazada de Nayeon —a eso la alfa abrazada a ella se tensó y se separó viéndola impresionada, mientras Sana tenía la misma cara neutral sin procesar bien lo que acaba de decir.

Un momento en silencio se instaló en las tres por lo que procesaban aquello. Sana seguía falsamente neutral, y Momo estaba verificando de Mina que no sea una broma.

— ¿Qué? —Sana soltó de forma casta sin saber bien que era lo que pasaba— ¿Embarazada? —esta vez dijo con sus comisuras de los labios alzándose un poco— ¿De verdad?

— Embarazada, un hijo, de verdad —Mina le dijo con una sonrisa en grande para luego ver a Momo que seguía viéndola a su lado.

Las emociones parecían sincronizadas en las dos pues al mismo tiempo se abrazaron a Mina casi haciéndola caer. Sana reía en su espalda mientras que Momo estaba de frente con el rostro enterrado en su cuello, carcajeando un poco.

Mina se tambaleó, conservando su sonrisa, mientras intentaba no caer por el peso extra que tenía tan de repente.

— ¡Ya, Sana, bajate! —Momo le reclamó, fingiendo estar enojada pero no le salía. Tenía una sonrisa plasmada en su rostro que no se quitaría por mucho tiempo— ¡Le puedes hacer daño! —rió obviamente bromeando, pero aún así Sana se bajó y abrazó por la espalda a Mina.

— ¿Desde cuándo lo sabes, Mitang? —Sana le preguntó, emocionada, pero recordó algo importante— ¡No, espera! ¿Desde cuándo lo estás? Pasamos por todo eso del reino Kang y no creo que ya hayas estado sola con Nayeon, aparte que el embarazo dura un poco para que pueda captarse por un doctor —el rostro transformado en confusión de Sana le dijo a Mina algo.

Si Nayeon no le regañó, habría una persona que sí la regañarían.

O dos personas.

— Lo supe antes de lo de Kang —y al parecer, duraría mucho en salir de esa.

#♡>☆

— ¿Cómo te fue hablando con Sana y Momo? —la pregunta de su novia la hizo quejar un poco porque recuerda cada regaño.

— Lo que tú no me dijiste, me lo dijeron ellas. El peligro que puse y todo, pero al final dijeron que estaban felices por mí, eso me alegra mucho —confesó sonriendo, arrastrándose por el regazo de su novia para sentarse en sus piernas y abrazarse a sus hombros.

— Fue algo que yo no hice por lo feliz que estaba y estoy —dijo riendo un poco mientras una de sus manos se escabulló desde la cintura de Mina hacia el vientre— Aunque sí me preocupó, eso ya pasó, y ahora estás aquí, conmigo —comentó sonriendo hacia su novia, para luego inclinarse y chocar sus labios con los ajenos, siendo correspondida al instante por la omega.

El toque seguía siendo tan encantador como siempre, aunque pareciera que llevaban mucho sin besarse cada que ese mismo toque regresaba.

En unos segundos Mina se separó un poco, sintiendo una calidez excesiva en su vientre y supo bien que tal vez era algún efecto del embarazo, algo así le había mencionado el doctor que podía pasar.

— Nayeon —llamó recibiendo un '¿Mmh?' de la alfa que besaba— ¿Recuerdas lo que me ofreciste en el castillo Kang aquella vez? —la alfa paró un momento, murmurando un 'Sí' avergonzado y bajito, probablemente sonrrojandose— Pues ahora quiero aceptarlo —dijo llevando su propia mano hacia la de la alfa que estaba en su vientre, guiandola más abajo para que fuera más evidente lo que quería.

Eso fue suficiente para que Nayeon la mire con sus ojitos brillando en emoción. Se inclinó a un beso, empezando con lo que Mina pidió, pero que ambas deseaban.

Esto se podría decir que es ¿un final? JJSJS.

Es como el final, así que hasta aquí llega el pequeño maratón, pero no es la última parte, quedan algunas más.

Así que nos vemos cuando las tenga escritas, ya que esas no las he empezado todavía.

Tal vez tarde, tal vez no. Pero les tengo una sorpresa luego ;].