- Acercamiento. Herederos ¹⁷
— Entonces... ¿para allá está la zona de las habitaciones de la realeza? —concluyó la beta apuntando hacia un lado mientras Yoo la miraba apretando los labios casi frustrada, y Kim pacientemente negó con la cabeza.
— Mayormente allá es zona donde los sirvientes abundan, está la cocina y algunas habitaciones para los más cercanos, incluyendo a Yoo y a mí —aclaró Kim manteniendo su expresión mirando a la beta y a la alfa, quien miraba todo con expresión concentrada pero parecía entender poco.
— Creo que será más difícil, yo confundo los lados y Sana es olvidadiza para todo —Momo tenía en cuenta que estaban haciendo el esfuerzo pero el castillo era realmente grande.
Dahyun la miró calmada mientras Yoo se mantenía en silencio y acomodaba su largo vestido como distracción.
— No necesariamente tienen que aprender todo hoy, hay tiempo. Pueden ir aprendiendo zona por zona, familiarizarse con el castillo para que poco a poco puedan recorrerlo sin perderse —detuvo su paso haciendo que las otras tres también lo hicieran— Aquí es donde estuvieron ayer —mencionó mientras apuntaba por el ventanal, se podía ver todo el campo donde habían algunos caballeros entrenando, casi nunca estaba solo ese lugar.
— ¿Saben si podremos salir a ver a Mina, o Mina podrá venir? —Sana preguntó, solo habían pasado dos días enteros y ya la extrañaba. Era raro no tener la presencia de su mejor amiga allí.
Aunque entendía su posision; hace dos días anteriores donde visitó a la princesa Kang al hospital, Mina se ofreció a cuidarla para que la princesa Im pueda irse más tranquila.
Mina ahora debería estar en el hospital cuidando de la princesa Kang bajo la privacidad de una sala confidencial... con Sana y Momo indignadas por no acompañarla.
O sea, han pasado prácticamente toda la vida juntas y que ahora todo sea repentino es difícil adaptarse, pero no es como si no esperaran que estas cosas pasaran así que aceptaban e intentaban adaptarse completamente a lo que será su vida. Eso y memorizar todo el castillo.
Yoo y Kim, son las "afortunadas" de tener el trabajo a guiarlas y enseñarles las cosas sobre el castillo.
La alfa Yoo siempre evitando frustrarse y la omega Kim siendo paciente, siempre pensando en todo y anotando todo en su cabeza, es así como siempre Kim puede saber todo.
— Tal vez en una semana, o antes si la princesa Kang se recupera rápida y efectivamente —contestó la omega para luego todo quedar en silencio.
— ... ¿Y Hikaru? —Momo preguntó de repente.
— ¿Qué tiene ella? —Dahyun por un momento se sobresaltó, cosa que no pasó desapercibida por la alfa Yoo quien levantó una ceja y sonrió.
— ¿Vendrá pronto? —Momo sabía, no solo preguntaba porque quería saber sobre su amiga beta, que probablemente está peleando por lo que sea con Haru en este preciso momento, también preguntaba para saber si la omega estaba interesada en Hikaru de igual manera que la beta.
— Tal vez, depende si ella quiere visitarlas.
La duda es, ¿querrá?
Y mientras las dos chicas sirvientas batallaban por enseñarles y explicarles todo al par de amigas, en el hospital cerca de la frontera se encontraba la princesa Kang viendo con ojos entrecerrados a lo que era la omega que más admira en su vida.
La princesa Kang había despertado apenas, tocando instintivamente su cabeza y rozando la textura de una venda, sintiendo el dolor llegar a su cráneo mientras se sentaba lentamente en la camilla.
Y había encontrado a Myoui Mina sentada allí, con dos brazos cruzados en la esquina de la camilla para recargar sus brazos y en estos poner su cabeza, aparentemente dormida.
— Ah... —se quejó por el dolor de su cuerpo y recuperando sus recuerdos por cómo llegó allí, no sabe cómo exactamente terminó en una camilla pero suponía que la encontraron y lo logró.
Tenía dolor en las piernas y muslos que movió un poco y rozó dolorosamente las heridas de raspones, sus brazos no eran diferentes a sus piernas y cada roce era doloroso. Su cabeza latía levemente mientras ella lograba recuperar el sentido.
En medio del dolor, sonrió levemente.
Si Myoui omega estaba allí, si estaba en una camilla, si estaba vendada, si estaba completamente vestida de una bata... significaba que lo logró.
Había logrado escapar triunfalmente, con sus defectos, o sea, su cuerpo adolorido pero lo había logrado. La omega "inútil" había podido huir de el alfa poderoso y dominante, había podido triunfar en algo. La princesa inservible sí servía para algo, después de todo.
Soltó una risita feliz que, la parecer, despertó a la otra omega y ésta se incorporó de repente pero la princesa Kang no dejó de sonreír e incluso de soltar lagrimas.
— ... Princesa Kang, ¿se encuentra bien? —Mina se levantó en cuanto la miró llorar y se acercó, observando si las heridas eran demasiado para la omega pero ésta se abalanzó sin decir nada — Eh... —soltó cuando sintió la calidez envolviendo su cuerpo y luego procesó que la omega Kang la estaba abrazando.
Con cuidado y delicadeza, Mina no pensó mucho y dejó sus manos en la espalda de Kang para intentar consolarla. No entendía muy bien, pero sí sabía o suponía que la omega Kang debía sentirse de alguna manera abrumadora, alguna sensación nueva tenía que la abrumaba.
Los hombros de la princesa Kang fueron poco a poco sacudiendo, y se escuchaban sorbidos y quejidos bajitos. Estaba llorando.
Era grande la felicidad que tenía en ese momento, su capacidad siempre fue poca conocida hasta por ella misma y no creía mucho que pudo hacer algo así. Todos los días de su vida recibiendo castigos y insultos, la hicieron creer que era mala omega, que era tonta, inútil, un estorbo completamente desechable. Pero ella estaba allí, con vida y había hecho algo.
— ¿Le duele mucho algo, princesa? —Mina se separó solo un poco para ver la venda en la cabeza mientras tomaba las manos de la princesa Kang y las acariciaba o apretaba. Quería darle la confianza y calidez, si eso quería la princesa Kang— Puedo llamar a la doctora-...
La princesa Kang la interrumpió.
— Solo estoy feliz... —dijo con voz ahogada y notablemente se escuchaba que estaba llorando— Muy feliz —aclaró siendo escuchada por Mina que la miraba sonriendo, eso le gustaba más a la princesa Kang— Logré... Logré escapar —su voz se tornaba incluso más aguda por ello. Mina dejó que la princesa Kang la abrazara de nuevo cuando quiso.
Podía entenderla hasta cierto punto. Un reino lleno de males, de superiores, de alfas maltratando, de betas ignorando o siendo maltratados, de omegas torturados o asesinados... de pura miseria y muerte.
Ese pequeño mundo aterrador comparado con sus alrededores, por algo mismo el reino Kang es muy conocido; estar rodeado de muchos reinos buenos con economías yendo a lo estable, con leyes justas o apenas incluyéndose... El no haber cambiado lo hizo popular, el quedar con costumbres y modos de vida de hace siglos y el ser muy cruel en medio de reinos con buen rendimiento, todo eso fue muy reconocido aunque despreciado.
Kang Seulgi no solo vivía de esa manera, sino que al ser de la realeza sufrió más aunque haya sido sumisa ante todos. Mina podía sentir mucha compasión por ella y hasta un cariño por la omega, la cual se veía tan pequeña abrazandola.
Posó una mano en el cabello café oscuro que no era tapado por la venda y acarició en consolación de nuevo. ¿Qué recibió? Más sollozos de la omega Kang, pero felices.
— Luego hablaremos sobre eso, princesa. Debemos aclarar todo... pero esté segura de que estará a salvo —Mina se comprometió en ese momento. No dejaría que la princesa Kang fuera llevada a el reino Kang solo para que seguramente vuelva a ser torturada, o asesinada en caso grave.
Por la estabilidad emocional de la princesa Im, por la seguridad de la princesa Kang, y por ese cariño que surgía en ella misma hacia la princesa Kang, uno donde la veía como una hermanita pequeña que necesitaba proteger. Por todo eso, se comprometió con no dejarla.
— ¿Sí? —sería difícil; la omega Kang tiene inseguridades, desconfianzas, miedos y heridas... Todo esto y más, ocasionado por alfas. Y en el reino Im mayormente son los alfas quienes rodean todo, al encargarse de mucho, aunque las omegas también lo tienen permitido.
El único lugar seguro para la seguridad completa de la princesa Seulgi, sería ese hospital con enfermeros y enfermeras omegas o betas y pocos solamente, o... la casa de Mina, la pequeña.
— Claramente no busco darle falsas esperanzas, busco protegerla. ¿Me deja protegerla como su amiga? —de repente se le vino a la cabeza que no eran muy cercanas, quería tener la confianza. La omega Kang se separó para verla con sus ojos llenos de lágrimas que caían sin vergüenza, no podría tener vergüenza cuando Mina solo la veía con una sonrisa genuina.
— Yo... —no dijo más, con un asentimiento se pegó al pecho de la omega Myoui y no parecía querer despegarse de allí mientras olía el bonito aroma a cacao.
¿Cuándo en su vida había recibido tanto afecto? Nadie la había abrazado por tanto tiempo ni consolado así y tal vez fue porque no mostró alguna vez así sus sentimientos o tal vez porque de igual manera nadie la consolaría. Había recibido palabras y caricias amistosas por parte de algunas personas, contaban a Nayeon, Haru e Hikaru, que aunque de pequeña recuerda que la beta la miraba mal, ahora ésta siempre le da dulces en los bailes Myoui.
El contacto físico no fue su fuerte por mucho tiempo, solo se abría con personas de confianza o que dónde está segura que no la dañarían, como ahora con Mina.
Aunque Seulgi no está consiente de ello, tiene apegos con la sola acción buena de alguien, con el mínimo afecto de alguien puede serle fiel en todo mientras la sigan tratando de la misma forma. Es algo que la omega Kang, al no tener educación como se debe, no pudo saber.
Solo aprendió hasta los doce años y de ahí se dedicó forzadamente a ser omega sumisa e inservible, como la llamaban su padre y hermano. La información de todo lo que conoce se le fue otorgada hasta esa pequeña edad y alguna de saberlo ella misma.
— Debería descansar más —la voz suave de Mina la sacó de sus pensamientos, la omega Myoui la seguía consolando. La princesa Kang asintió.
— ¿Puede... —Seulgi se detuvo al segundo, no sabía cómo decirlo y no quería arrebatar el tiempo de la mismísima Myoui Mina, ésta debe tener deberes y no quiere molestarla— No, nada.
— Bien. Descanse que aquí estaré mientras lo hace, no me iré —y fue casi como si le leyera la mente a la omega Kang, porque Seulgi quería pedirle que se quedara, pero la omega Myoui le aclaraba sin siquiera pedirlo.
— Gracias.
¿Se puede adivinar que encontró Hikaru y Haru cuando dos horas después fueron a visitar a su prima Mina?
Pues en dos horas transcurridas habían llegado beta y omega con algo de comer para su prima, ya que ésta casi nunca salía de la habitación de la princesa Kang. Las recibió una escena donde Seulgi era una bolita dormida pero su mano estaba fuertemente agarrada a la de la próxima reina, la cual también dormía pero sentada con sus brazos y cabeza recargados en la camilla.
— Mina tiene a otra —aseguró Haru con voz lastimero y baja.
Con 'otra' se refería a que Mina la reemplazaría por al princesa Kang... y es que Haru se estaba encariñando con alguien extremadamente adorable y amable que no hay explicación del porqué pensó que Mina sería cerrada, si a la omega le encantaba ayudar y socializar desde que llegó al reino.
Hace casi tres días.
— No hagas ruido. Sabes que Mina se despierta por tod-... —tal vez fue un consejo pero no para ella misma, porque al caminar se tropezó con la esquina de la camilla haciendo que Mina se incorporara de repente mirándola con el ceño fruncido— Ehh... Traemos comida —fue lo único que se le ocurrió.
— Linda~ —ahora que la princesa Kang había despertado, Haru se dió la libertad de chillar y abrazar con cariño a su prima omega— Hola, Seulgi, me alegra que despertarás. Trajimos comida. ¿Quieres? —la omega Kang apenas entendió por lo adormilada que estaba pero asintió soltando un bajito agradecimiento.
— Y adivina quiénes están lidiando con personas allá en la entrada del hospital —Hikaru había tenido que sobrepasar a varias personas preguntando algunas cosas y acercándose demasiado, pero cuatro personas habían venido con ella— Te gustará que vengan.
— ¿Papá? —dudó Mina, su padre dijo que ese día estaría ocupado.
Y por cierto, ya estaban enterados sus padres completamente de todo lo que pasó y estos buscaban alguna señal que provenga del reino Kang, pero éste estaba como comúnmente está.
No había nada que dijese que ellos estaban enojados o algo parecido, y no entendían el porqué. Necesitaban a la princesa Kang despierta para saber la versión de lo sucedido y entender el actuar de el gobierno de Kang.
— Son Sana y Momo —Haru le contestó abrazando un poquito a la princesa Kang— Y alguien más. La gente hace muchas preguntas, son muy observadores. Han preguntado porqué no te vieron salir y porqué hay diarias visitas al hospital, están preocupados por problemas de salud de la realeza aún cuando los reyes les aclaran que todo está bien.
— Incluso algunos que al parecer no respetan se escabullen dentro pero no logran nada y tampoco lo harán —si Hikaru contaba bien, eran como tres personas las que lograron entrar pero no descubrieron nada nuevo.
— ¿Es mi culpa? —de repente, la princesa Kang, preguntó, no quiere ser una carga para nadie. No de nuevo.
— Claro que no, princesa —negó Mina al instante con una sonrisa— Solo son personas que tienen interés innecesario en algo que no les debe interesar, o están preocupadas. Usted está aquí porque debe estarlo.
La princesa Kang asintió con las mejillas coloreandose, avergonzada, pero feliz igual. Se preocupaban por ella, pocos lo hacían pero lo hacían y, aunque no le gustaba preocupar a la gente, el interés en ella o el cariño que nunca recibió es bastante.
La presencia extra, que dijo Haru, llegó.
— Seulgi —una voz, que hizo al cuerpo de Mina estremecer, se escuchó clara. La princesa Im llegaba con una sonrisa a saludar de un abrazo a su amiga Kang— Me alegra que despertaste.
Mina solo podía ver a la princesa Im en ese momento, con ojos brillantes intentando buscar algo para decirle pero no encontraba nada y mejor se conformaba con ver ese hermoso perfil.
— Hace algunas horas, creo. Mina me acompañó siempre —comentó la omega Kang mientras le sonreía a ambas, sus dos personas favoritas juntas. ¿Quién no estaría feliz? Lo estaba desde que ambas bailaban en el centro en el baile Myoui.
Esta vez Mina sintió que algo se atoro en su garganta cuando la princesa Im la miró, con una expresión indescifrable, y luego le sonrió haciendo que la omega rápido correspondiera y volteara su cabeza para no dejar en visto el gran sonrojo que gobernó sus mejillas.
Haru y Hikaru ya estaban comiendo mientras veían con diversión como la omega se volteaba hacia ellas, su cabello negro carbón y corto de longitud se movía mucho si giraba bruscamente su cabeza y así lo hizo.
— Estoy segura que lo hizo bien —indirectamente elogió mientras se esperaba un poco y con la mirada preguntaba si se podía sentar donde Mina, ya que ésta se había levantado y comía un trozo de carne para intentar distraerse. A la alfa le fue concedido el pedido y se sentó tomando la mano de Seulgi— ¿Te duele algo? La enfermera te tiene que revisar, ¿lo hizo? —las primera pregunta y comentario fue hacia Seulgi para luego con la ultima pregunta dirigirse a la señorita Mina que se quedó estática y negó. Nayeon le asintió levemente y anotó llamar a alguien en un rato.
Desde que había despertado solo durmió un poco al sentirse cansada pero nunca la revisó una enfermera, Seulgi supuso que había una encargada de ella porque según su presencia en el hospital era privada.
No sabía, así que preguntó.
— ¿El pueblo sabe que estoy aquí? —con un ligero miedo. Si llegaba a oídos de su padre o hermano, estaría solo perdiendo tiempo antes de su muerte. La alivió completamente la negación de todas.
— ¡Mina! —otra voz que llegó junto a zapatos golpeando el suelo.
La omega Myoui mayor solo pudo intentar sostenerse bien porque sabía lo que venía, dos chicas pesadas se irían a abalanzar a ella para darle un merecido abrazo, y está extremadamente feliz por eso, sus dos mejores amigas.
En segundos sintió los fuertes brazos de Momo estrechandola contra su pecho, por la espalda. Rió totalmente feliz por el conocido aroma a fresas chocando en su espalda y escabullendose hasta su nariz. En dos días, también estraño con su alma a esas dos.
Sana también llegó pero esta abrazandola cuando Momo la dejó suelta, la beta la abrazó por delante para esconderse en su cuello, Mina sabía que estaba oliendo como podía su olor a cacao ya que Sana, al ser beta, pocas veces puede olerlo.
Nayeon, veía todo esto, con los labios fruncidos.
— Momo estaba tan desesperada que pidió que viniéramos —le comentó la beta Sana riéndose pero Momo, a su lado, exclamó indignada.
— Pero si fuistes tú quien le pidió al rey Im si podíamos venir —y era cierto— Pero bueno, ¿y la princesa Kang? —su pregunta quedó en el aire al ver a la princesa Kang junto a la princesa Im allí— Princesa, me alegra que despertó —se acercó ignorando la cara de enojo que tenía la princesa Im, Momo ya suponía el porqué esa cara. Su abrazo, y el aroma que dejó en Mina.
— Momo, Sana, me alegra que vinieran —se sintió estupida por comentar eso, obviamente ambas chicas iban solo con Mina, no a verla. Seulgi pensaba eso.
— Sana y yo trajimos esto —comentó la alfa sacando de su bolsillo del pantalón unos tres dulces— Para ti —se los tendió un poco lejos intentando no alertar a la omega, ya que no eran cercanas y no quería darle una impresión de intimidante.
La princesa Kang con toda la atención se sentía abrumada pero a la vez tan feliz, que sonrió mostrando una gran sonrisa que mostraba su dentadura blanca y escondía sus ojos con sus regordetas mejillas. Le gustaba mucho lo que sentía.
— Gracias, a ambas —tomó uno pensando que eran para ellas los otros dos, pero Momo le dejó los tres dulces, en la camilla, haciéndola más que feliz.
Más feliz estuvo cuando Haru le dió un plato con comida y un vaso de agua, todo esto para que se llenara después de no comer mucho que digamos, su estómago rugió por lo que veía y en segundos comenzó a comer. Todas no pudieron no devolverle esa sonrisa a la princesa Kang, entendiendo el porqué sus reacciones tan grandes.
Después de dejar a la princesa Kang comiendo y con una enfermera omega revisandola, casualmente todas tuvieron algo qué hacer y Momo abrazó una última vez a Mina haciendo travesura antes de irse con una sonrisa.
Nayeon, quien todavía miraba con el ceño fruncido todo, se dió cuenta que había quedado sola con su prometida y de inmediato se rigió derecha pero no menos enojada y molesta. Mina se dió cuenta de esto al oler un fuerte aroma de uvas con dulce, pero diferente, ésta evidenciaba su molestia.
— Princesa Im, ¿hay algo mal? —su sonrojo seguía allí pero miraba directamente a la princesa Im, la preocupación ganaba más que su vergüenza.
— No —respondió cortante lo que de alguna forma hirió a Mina pero supuso que tenía algún problema, y asintió comprendiendo que podía tener un problema y no controlaba su estado de ánimo.
Quedaron en silencio unos segundos pero la princesa alfa suspiró abultando sus labios y pensando en qué hacer o decir.
Y pensó que, las acciones dicen más que palabras.
Estaban a un metro de distancia mientras estaban metidas en sus pensamientos pero la omega Myoui salió completamente de estos cuando sintió unos brazos firmes pero a la vez temblorosos rodear su cuerpo y trayendo le una calidez. El aroma a uva dulce la envolvió y su corazón estaba indeciso si de detenerse o acelerarse.
Soltó un jadeo al ver y sentir toda la calidez envolverla y acariciarla aún con capas de ropa intrusas.
La princesa Im había rodeado sus hombros y aprisionando sus brazos para luego estrecharla contra ella, el aroma era demasiado fuerte y embriagante para Mina que no resistió en hundirse en el.
La pelicorto llevó sus manos a el estómago de la alfa para solo tocarlo en un intento de devolverle el abrazo con confusión pero no podía mucho al tener sus brazos aprisionados por la princesa Im. Suspiró al tener ese aroma inundando sus fosas nasales, era realmente encantador.
La princesa Im no olía mucho el aroma distintivo de la señorita Mina a cacao porque el aroma a fresas estaba en ella, haciendo que el aroma a fresas abunde y el cacao disminuya, o sea menos distintivo. El tonto aroma de la alfa Hirai que dejó ese aroma a propósito en el cuerpo de su prometida y a Nayeon no le gustaba eso.
Pero no sabía que Momo con una sonrisa veía eso desde el final del pasillo junto a Sana que chillaba bajito y saltaba silenciosamente allí.
Tampoco que Kang Seulgi las veía con una sonrisa enternecida, no muy lejos de ellas. Pero es que nada importaba para la princesa Im si tenía a su prometida en brazos.
La princesa Im estaba enojada pero cuando se dió cuenta de lo que había hecho, un color rojo intenso se apoderó de su rostro y abrió los ojos solo para ver el cabello obscuro de la señorita Mina. Suspiró y aprovechó para sentir ese calor corporal y ese cabello rozando su mejilla, ya estaba allí de todos modos.
Unos segundos de disfrutar sensaciones y la princesa Im se separó lentamente, mirando hacia abajo, mientras la señorita Mina la miraba directamente intentando saber porqué todo eso, le encantó pero quería saber porqué pasó.
— Me gusta más que mi aroma esté junto al tuyo —dió una pequeña explicación la alfa para luego irse de allí con la cabeza gacha, mientras Mina, confundida, la miraba y sonreía.
Y ahí captó, el aroma a fresas que quedó prendado en su ropa ya no podía olerlo. La omega olió su camisa y solo encontró un aroma fuerte a uva con dulce que la hizo suspirar y se dió cuenta que el de fresas ya no quedaba nada.
Entendió allí; a la princesa Im no le gustó que Momo dejara el aroma a fresas en ella.
Le dijo que el aroma a uva era mejor combinado con el de cacao.
Le dijo que le gustaba más.
Mina, se sentía explotar de alegría por ello.
#♡>☆
Jeongyeon reía a carcajadas por el relato de su mejor amiga mientras Dahyun solo le sonreía a Nayeon. La alfa menor se reía eternamente de que Nayeon, toda estupida, todavía preguntaba qué era lo que sentía.
¡Era demasiado obvio!
Nayeon le tenía ganas a la señorita Mina. Bueno, no tan así, pero a Jeongyeon le gusta molestar a Nayeon.
Estaban tomando aire en el campo de entrenamiento, ahora que nadie estaba allí, en las gradas que habían se sentaron en las más altas.
— ¿En serio preguntas eso? —quiso confirmar eso. Nayeon con la mejillas sonrojada, y molesta, le asintió ocasionando la fuerte risa de la alfa menor.
— Nayeon, no quiero que lo tomes mal, pero la señorita Mina sería alguien muy bien de quien enamorarse —esta vez fue Kim, más calmada que Yoo. Nayeon negó completamente, casi horrorizada de eso.
— Es que no es posible. ¿Cómo me puedo enamorar de alguien a quien conocí hace menos de tres días? —Jeongyeon reía más fuerte— ¡Mientras más rías, más probabilidad de ser despedida, Yoo! —la mencionada se esforzó en callarse. Seguía siendo una sirvienta, después de todo, y Nayeon enojada era capaz de todo.
— No mandamos nosotros en eso, tampoco te decimos que vayas y te declares en éste instante. Te aconsejo abrirte y mostrar tus intenciones para que ella lo sepa e intentar formar una relación linda, amistosa o romántica, no importa mientras sigan avanzando como su corazón lo quiera —hasta Yoo la miró sorprendia por eso, mientras Nayeon también la miró pero con una pizca de esperanza.
— ¿Pero que pasa si ella no quiere ir así? —Yoo aguantó la risa a la pregunta de Nayeon mientras Kim solo le sonrió gentilmente.
— He hablado con sus amigas, y hasta con la misma señorita Mina. Estoy segura que ella te quiere. Solo basta con observar cómo te mira y todos sabemos que ella está perdida por ti, como tú lo estás por ella —Kim le dijo a su lado mientras sonreía, intentando que Nayeon no se pusiera en defensiva.
— Si te pones así con un abrazo, no puedo imaginarme cuando quieran tener herederos —Yoo comentó divertida mientras la princesa alfa quedó tiesa.
¿Herederos?
Cierto. Si eran reinas tenían que traer herederos en algún momento o ayudarse en los celos mutuamente. Nayeon sintió su corazón quedarse igual de tieso que ella al procesar.
Tendría que tener intimidad con Mina algún día. Todo esto consistía lo que a Nayeon le da nervios; tocar a la señorita Mina, mirar a la señorita Mina, escuchar a la señorita Mina, ¡y muchas cosas más que tienen que ver con la señorita Mina!
El solo divagar en pensamientos, se encontró con una escena que su hormonas construyeron.
Ella simplemente satisfaciendo a su prometida, arriba de ella moviéndose, sacando sonidos de la boca de la omega mientras se deleitaba con ella, y dejaba que la omega se deleitara con ella. Besandola, abrazandola después de concebir.
¡Fueron sus hormonas! ¡Lo jura así!
Todo eso la hizo formar una expresión de asombro.
¡Ella tenía que tener intimidad con Mina alguna vez!
— ... ¡No digas eso! —exclamó alterada mientras sus manos iban a su cara y la frotaba mientras lloriqueaba. Sus hormonas de chica de dieciocho años sin experiencia, y sin tocar nunca a nadie sexualmente, la tienen alterada por la posibilidad de tocar alguna vez a su prometida.
Yoo rió fuerte y Kim solo la miraba con mala cara por alterar a la princesa.
— Nayeon no te alteres. Esa parte puede llevarse en mucho tiempo más. ¿Sabes cómo podrás dejar de alterarse con esa parte? —preguntó y Nayeon negó aún escondida en sus manos— Avanzando en la relación.
— ¿Te refieres a...?
— A que sigas abriendo tu corazón a ella y ambas sigan avanzando, es lo mejor para ambas. En un tiempo ni te alterará tanto con esa parte, si te acercas a ella —Nayeon la pensó, hay una probabilidad de eso y asintió convencida de eso.
— No se alterará porque alejará a la señorita Mina con sus celos —rió Yoo y la princesa volvió a esconderse en sus manos mientras lloriqueaba.
— Princesa, vaya a su habitación —de repente el tono de Kim era seco y demandante, que Yoo dejó de reír y le prestó atención. La princesa cedió, bajando las gradas para irse dentro de los largos pasillos que tiene el castillo.
— ¿Qué? —expresó Yoo Jeongyeon cuando Kim se acercó demasiado a ella— Kim —la llamó incomoda por la cercanía y el rostro inexpresivo de la omega.
Solo fue hasta que una mano tocó su pecho y se dió cuenta que había estado inclinándose hacia atrás intentando apartarse de la omega pero las gradas acababan ahí y están muy altas.
— Kim Dahyun, ¿qué estás haciendo? —volvió a demandar Yoo pero un gran empujón la interrumpió.
De repente ya estaba en el suelo con un dolor en el trasero. Dahyun había tocado su pecho para empujarla hacia atrás y caer por las gradas hasta el suelo.
— ...¡Kim Dahyun! —gritó y se escuchó una risita, era de Kim que luego huyó de ahí dejando a la alfa enojada pero esta luego le siguió el paso— ¡Estás jodida, Kim!
Pero es que Kim siempre quería que la princesa no se alterara y Yoo siempre la alteraba a propósito.
Tenía que vengarse de alguna manera.
Dahyun tocando piano es algo que no me cansaré de escuchar y ver.
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