Capítulo 27- Error
Seokjin estaba tan embobado no podía creer que aquella pequeña cosita que lloraba a todo pulmón fuera su hijo, Soobin era idéntico a él y eso lo llenaba de orgullo pero en el carácter parecía tan controlador y enojón igual que Namjoon.
— Quita esa cara de idiota y ayudame Seokjin — el moreno no sabía que hacer para que su pequeño dejara de llorar.
— Quizás tiene hambre.
— No, ya lo acerqué a mi pecho y no quiere leche, tampoco está sucio pues le cambié su pañal y su ropa— Nam estaba desesperado pues no tenía idea de cómo calmar a esa pequeña cosa que lloraba con mucha intensidad.
— Prestamelo Nam — el rubio cargó a ese pequeño el cual en cuanto se sintió alejado del aroma y calor de su padre comenzó a llorar aún más fuerte.
Por instinto Nam se acercó para quitárselo a Jin más este lo detuvo — Debe adaptarse también a mí olor y compañía también soy su padre — Jin tenía razón aunque su lobo estaba tan preocupado que no dejaba de mirar al rubio pues le daba miedo que lastimara a su pequeño al cargarlo mal.
Con paciencia Seokjin comenzó arrullarlo mientras soltaba su aroma— Descansa Nam te prometo que lo cuidaré — pues el menor podía ver aquellos ojos cansados del moreno — con calma siguió con su tarea hasta que el pequeñito por fin cerró sus ojos, emocionado giró su vista hacia Namjoon pero este ya se encontraba profundamente dormido pues el aroma del alfa también lo había relajado al punto de sentirse protegido a su lado.
...
Habían pasado dos semanas en las cuales el castillo de los Min vivía momentos de mucha tensión— Aquel idiota nos volvió a engañar — y es que Jungkook estaba siendo tan listo al tener un fuerte ejército defendiendo cada punto — Perdimos totalmente el reino Jung y supongo que ahora el imbécil viene por mi — decía con enojo el pelinegro.
— Eso no va pasar amor yo....yo quiero ir hablar directamente con Jungkook.
— Jamás dejaría que hicieras eso, el imbécil está loco y puede hacerte algo — le gritó frustrado mientras acariciaba su pancita.
— Creo que Jimin tiene razón — dijo está vez Namjoon— Yo puedo acompañarlo, así me aseguraré que esté bien.
— Tu no irás a ninguna parte Namjoon — le gruño el rubio — En realidad ninguno de los dos lo harán, es peligroso y no creo que Jeon se tiente el corazón para dañarlos, a mi parecer lo mejor es irnos al reino Choi, sabemos que es más seguro estar ahí — todos guardaron silencio mientras pensaban en las palabras de Jin.
— Opino lo mismo, quiero descansar, mi panza ya no me deja moverme mucho así que lo mejor es irnos — cuando los cuatro estuvieron de acuerdo fue que rápidamente hicieron sus maletas.
Seokjin notaba como Namjoon estaba muy serio y pensativo —¿Qué pasa alfa?— le preguntó mientras se acercaba y besaba su cuello.
Su relación no había avanzado desde aquella noche pero podía sentir como el moreno no lo rechazaba y eso le gustaba mucho.
— Estoy nervioso Jin.
— No tienes porque estarlo mi amor yo los escoltare durante el camino.
— No es eso lo que me tiene así Jin — el moreno comenzó a guardar ahora las cosas de su pequeña cosa.
—¿Es por Soobin?— vio como el moreno afirmaba — mi amor no tiene porque preocuparte eso.
— Claro que lo tiene Jin, dime cómo voy a explicar que tengo un cachorro y no precisamente lo tuve con una Omega, sino por el contrario fui yo quien lo pari, todos sabrán que ya no soy un alfa real, sino más bien un marica que se dejó meter un maldito pene en el culo.— gritó enojado mientras veía como el pequeño comenzaba a moverse.
— Al diablo con lo que piensen eres su rey y te deben respeto — el menor trataba de calmarlo.
— Perderé su respeto en cuanto se enteren del cachorro, mira los soldados que están aquí, me miran como bicho raro yo....yo no sé que hacer— sin poder detenerlo el moreno comenzó a llorar.
— Nam por favor no pienses en eso cálmate — pero en su lugar el mayor lloraba con más fuerza — Quizás — al escuchar aquella voz fue que giró para ver al rubio.
—¿Qué?
— Podemos decir que el cachorro es mío, que lo tuve con alguna Omega mientras cumplía mi labor de soldado — aquello era una excelente idea solo había un problema.
— Pero si decimos eso el cachorro no estará a mi lado y tampoco tendrá los derechos de ser mi primogénito — al ver a su cachorrito este dormía tan cómodamente en el nido que Nam le había hecho.
— Entonces afrontemos todo esto juntos, porque ambos sabemos que entre nosotros hay algo tan fuerte que no podemos ocultar Nam, me encantas y estoy dispuesto a todo por ti — y sin dejar que el moreno hablara lo besó con intensidad mientras lo cargaba y lo llevaba al sillón que había en el lugar — muero por hacerte mío Namjoon, perderme en tu húmeda entrada y anudarte, es lo que más deseo desde que te vi.
Dejándose llevar ambos comenzaron a besarse con lujuria, las prendas fueron tiradas por todos lados mientras sentían muy bien la necesidad de permanencia con el otro.
— Aaaahhhh diablos dale más fuerte Choi......— aquel ardor era doloroso y placentero a la vez, tenía tanto tiempo sin hacer aquello que su cuerpo se había desacostumbrado.
— Eres tan malditamente estrecho Seokjin — y es que durante los besos habían cambiado de rol, el pelinegro necesitaba hacer suyo al rubio y al ver como este gemía bajo su cuerpo lo comprobó, amaba a ese alfa, lo quería como jamás había querido a alguien, era suyo y no permitiría que nada los alejara.
— Aaaaa alfa me encanta— jadeaba el rubio al sentir muy bien como el moreno rozaba su punto más débil — Ya....ya voy a llegar Nam— y al decir aquello sintió como su vientre convulsionó mientras el placer se apoderaba de su cuerpo en un rafaja de adrenalina y más lo hizo cuando aquella obsena cantidad de semen caliente lo llenó haciendo que incluso un poco de su vientre se hinchara.
Namjoon se había corrido dentro del rubio disfrutando de aquel delicioso calor que esté le brindaba.
Justo antes de que su nudo creciera fue que sacó su miembro quedándose embobado al ver aquel líquido blanquesino salir de aquel bonito culo del más pálido.
Sin pena alguna Seokjin se acomodó en su pecho pues necesitaba descansar, le había encantado entregarse al alfa. Ambos estaban totalmente desnudos en aquel elegante sillón, Namjoon cargaba con amor a Seokjin pues el rubio se había acurrucado y le daba besitos en su pecho mientras acariciaba el vello que esté tenía y el pelinegro por su parte lo hacía en sus rubios cabellos.
Todo era paz y tranquilidad, amaban la compañía del otro, era extraño pues jamás sintieron aquello con un Omega.
— Creo que te amo Namjoon — soltó de repente el general.
—¿Crees?— preguntó burlón, viendo como su bonito alfa solo afirmaba con la cabeza, se veía tan tierno, su cara reflejaba cuan relajado y complacido estaba. — Sabías que luces hermoso después de ser cogido — le dijo el pelinegro haciendo que este se sonrojara — Creo que yo también te amo Seokjin — soltó después de unos segundos.
Ambos se miraron a los ojos y fue ese momento que el rubio aprovecho para subirse a horcajadas del moreno y comenzar a besarlo pero está vez más calmadamente disfrutando del momento.
— Es hora de irnos— escucharon aquella fastidiosa voz— ¡Par de asquerosos como se atreven hacerlo aquí en mi casa!— les gritó el pálido mientras iba directo por un pequeño cachorrito que tenía sus ojos muy abiertos y movía sus manitas con emoción. — De seguro ya lo dejaron traumado — decía mientras le cubría con sus manos aquellos pequeños ojitos.
Namjoon había tomado a Seokjin con fuerza para cubrir su desnudes pues lo admitia seguía teniendo unos ciertos celos por el pálido.
— Debes aprender a tocar — gruñó Namjoon.
— Y ustedes deben aprender a controlarse y no querer coger todo el tiempo sobre todo si su hijo está en la misma habitación.— les reprendió.
— Soobin aún es pequeño no recordara esto — decía el moreno mientras clavaba sus ojos ahora en su cachorro pues Min lo llevaba cargado.
— Eso espero sino pobre niño — dijo mientras salía con este en brazos — vistanse par de calenturientos que ya nos vamos.
La pareja se abochorno un poco pero con rapidez se vistieron, Namjoon quien iba detrás del alfa iba algo burlón pues Seokjin caminaba algo raro — Eres un tonto fuiste muy brusco — se quejó pero eso solo hizo reír al mayor quien lo tomó por la cintura para volverlo a besar.
— Te amo Seokjin y en cuanto lleguemos al reino quiero que le pidas el divorcio a esa simple Omega — decía con algo de celos.
— Te prometo que lo haré— ambos se miraban con tanta ternura que pronto sus labios volvieron a unirse — Quiero volver a la habitación y que me hagas tuyo alfa — decía mientras lo abrazaba y se escondía en su cuello.
— Eres tan malditamente caliente Jin que te prometo que te haré mío de nuevo pero ahora hay que regresar — tomando sus maletas se subieron al carruaje, Jin iba a irse en su caballo pero iba tan adolorido que prefirió irse con Nam y su pequeño.
Soobin iba tan feliz pues iba tomando aquella lechita que le encantaba de su papi mientras sus manitas apretaban con fuerza sus vellos del pecho.
El viaje no fue tan largo sin embargo en cuanto Nam empezó a reconocer sus tierras el nerviosismo comenzó a crecer, sabía lo que le esperaba, pero al mirar a su pequeñito decidió mandar todo al demonio, él era su rey y sus preferencias no tenían porque discutirse y menos decir algo de su cachorro pues ese bebé no tenía culpa alguna.
...
Heechul estaba en aquella enorme sala mientras tejía una de sus tantas bufandas, últimamente se sentía tan solo, extrañaba a sus hijos pero sobre todo necesitaba a su alfa, no podía entender por qué la diosa luna le había arrebatado a su esposo tan pronto.
Justo cuando iba a la cocina se topó con Nara, la Omega era una aliada que lo había ayudado a separar a su hijo de aquel alfa rubio, no le caía nada bien pero admitía que había sabido hacer muy bien su trabajo.
Cuando se dirigió a ella para darle la indicación de limpiar su cuarto fue que escuchó como varios carruajes comenzaban a llegar mientras los soldados corrían a la entrada pues no sabían si eran aliados o enemigos los que venían.
Sin embargo todos pudieron respirar al fin cuando notaron los emblemas de los Min y Choi en aquellas banderas.
Heechul corrió con alegría a la entrada pues quería ver a su hijo, la última vez que sus ojos se toparon con los de Nam estos lucían sin vida, su cuerpo estaba tan pálido y delgado que le asustaba.
Cuando finalmente llegó el carruaje de Nam, Yoongi y Jimin ya habían entrado pues el Omega les había asignado una habitación, ahora solo esperaba a su cachorro.
Grande fue su sorpresa al verlo, Nam no parecía el mismo de antes, su cuerpo ahora grande y robusto, su piel morena brillaba y no había aquella palidez, se le veía sano y fuerte.
— Cachorro — corrió el Omega a abrazarlo topandose con una dura verdad. Su hijo apestaba a Seokjin y tenía otro aroma más dulzón como leche.— Te extrañé hijo.
— Hola papá yo también lo hice pero me alegro volver y saber que estás bien.
— Yo igual agradezco eso mi amor, ahora luces tan diferente, estás al fin sano mi vida — decía con alegría mientras lo volvía abrazar, más un ruido extraño llamó la atención del Omega.
En el carruaje se escuchaba un pequeño llanto, uno muy parecido a un cachorro pequeño —¿Qué fue eso?— preguntó el Omega.
— Papá entra y espérame en la sala ya voy para allá.— el mayor no quería obedecer pero al ver la insistencia de su hijo lo hizo.
Sentado en aquel sofá esperaba a que su cachorro mayor llegará, pero grande fue su sorpresa cuando al verlo ingresar al lugar este llevaba en sus brazos un pequeño bultito envuelto en una manta azul.
— ¿De quién es ese cachorro?— su asombró creció al ver también a Seokjin entrar pegado a Nam.
Sin poder aguantar más tiempo se puso de pie para mirar a ese pequeñito, era un cachorro hermoso, tenía un gran parecido a Seokjin, excepto por los ojos y mejillas, pues estás eran más parecidas a.......— No puede ser Nam — le dijo con asombro.
— Papá quiero presentarte a Soobin......nuestro hijo — dijo a la vez que tomaba la mano del rubio.
Heechul no podía creer aquello, era imposible.— Es una broma cierto Namjoon.
— No lo es papá, este cachorro es mío y de Seokjin, es mi primogénito.
— Pero eso es imposible cómo fue que pasó.— le dijo entre asustado y molesto.
— No es imposible yo mismo pari a este cachorro.
— ¡Pero eres un alfa!— le gritó haciendo que su bebé se comenzara a mover — ambos lo son.
— Papá yo....yo ahora soy un alfa pero también soy un delta, Seokjin me marcó como suyo hace tiempo y por ello pude engendrar a este pequeño que ahora es tu nieto.— le decía con tranquilidad.
Los ojos del Omega se abrieron en grande al escuchar aquella atrocidad, no podía ser cierto eso, aquel cachorro era un error uno del que él se encargaría de eliminar.
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