Capítulo 20- Rosas
Su cuerpo dolía como hace mucho tiempo no lo hacia, al mirarse al espejo le avergonzaba el tipo en que se convirtió, estaba tan delgado que incluso sus costillas podían notarse, pero es que siemplemente no sentía ánimos de comer, su estómago desechaba cualquier alimento que entraba.
- ¿Cómo se ha sentido majestad?- preguntó nuevamente su médico al verlo como cada mes que iba.
- Como la mierda- respondió con simpleza - Esos estúpidos tés no me han servido de nada, mi cuerpo colapsa, la vida se me está yendo en un abrir y cerrar de ojos.
- Bueno quizás su lobo se recupere, he escuchado que el joven Kim regresó - al mencionar aquel nombre el alfa gruño molesto.
- No vuelva hablarme de aquel idiota infeliz y ni se le ocurra comentarle algo de lo que aquí hablamos, él ahora está muy bien, al parecer encontró a su Omega destinada — los ojos del médico se abrieron en sorpresa pues jamás espero aquello.
— Pero eso es muy extraño sobre todo porque usted.....
— Sabía que eso pasaría — dijo interrumpiendo mientras se vestía con aquellos enormes sacos que disimulaban el deterioro de su cuerpo.
— Debería hablar con él majestad, yo creo que su lobo aún está encaprichado con el menor.
—¿ Y para qué me serviría hablar ? Seokjin encontró su felicidad, está casado con la Omega que la diosa luna eligió para él, así que que más da, yo solo hecharia a perder su vida.— al tratar de levantarse un nuevo mareo lo atacó.
— ¡Majestad !— gritó asustado pues creía que iba a caer.
— Sólo deme aquellos tés que me hacen dormir es todo lo que necesito para estar bien — su cabeza dolía pues sentía como todo su mundo giraba.
— No puedo darle más....lo lastimaría.— el médico veía aquella batalla mental que el pelinegro tenía en su cabeza.
— Ya ni siquiera me importa si muero mañana, así que deme las malditas gotas para dormir — sin estar muy convencido el médico le dio aquello para después salir, asegurándole a Heechul que su hijo estaba mejorando aunque fuera una vil mentira.
Namjoon en cuanto vio que esté salió se tiró en aquella enorme cama, deseaba dormir y superar todo, una parte de él se arrepentía tanto de lo que hizo con el rubio, pues por culpa de este su lobo se había debilitado dejando que aquella enfermedad lo invadiera y no de buena manera, y ahora al verlo tan campante su corazón se partía en mil pedazos, Seokjin había logrado superarlo, se había casado y por como vio las cosas pensaba formar prontamente una familia, mientras él estaba hundido en la miseria junto con su débil lobo.
Rendido se acostó mientras esperaba el sueño llegara sin embargo la madrugada bañó su habitación y este jamás apareció.
Algo cansado se puso aquel abrigo pues aún hacia algo de frío, su estómago le estaba pidiendo algo de comer, cosa que me agradaba pues eran pocas las ocasiones en que esto pasaba.
Bajando se dirigió a la cocina para preparar algo sencillo como frutas, semillas y algo de pan, lo único que bebía era agua pues aquellas hierbas lo habían dejado con su sentido del gusto muy afectado.
Al ver su plato vacío se sorprendió pues tenía semanas enteras en que no comía tanta cantidad de alimento, esperaba este si durara más tiempo en su estómago del que solía quedarse, justo cuando iba para su habitación aquel intenso aroma lo atacó.
Rápidamente corrió para no verlo pues obviamente no quería hablar con Seokjin, desde hace una semana de su llegada no se habían dirigido la palabra, todo lo que sabía del menor era debido a los chismes de pasillos.
Iba lo más veloz que su cuerpo soportaba sin embargo eso no fue suficiente pues cuando menos lo espero el rubio estaba justo detrás de él.
— Namjoon — escuchar su nombre salir de aquellos labios le dolió, había imagino un reencuentro diferente e incluso ilusamente había creído que su malestar desaparecería con la presencia del otro alfa como se lo había asegurado el médico.
— Creo que olvidaste tú lugar general.— respondió con aquel tono tosco que solía utilizar últimamente.
— Debemos hablar por favor, quiero explicarte todo.
— Que vas a explicarme general ya todo está más que claro, encontraste a la mujer perfecta para ti, así que felicidades, sabíamos que esto pronto terminaría — el mayor quería salir de ahí su estamos estaba comenzando a doler al igual que su cabeza, aquellos intensos mareos no cesaban.
— Las cosas no son así Nam, yo jamás quise que esto pasara, yo quería estar a tu lado pero Nara— oír aquel nombre dolió — ella es mi todo Namjoon, mi lobo y yo la queremos.
El silencio inundó el lugar, nadie sabía que decir, el mayor sentía como su lobo le llamaba pero simplemente este había decidido ignorarlo para ir tras aquella pequeña y joven Omega. Nara era preciosa, cabello rojizo y piel lechosa, un cuerpo delicado y unos brillantes ojos azules — Pues no me queda más que felicitarte Seokjin.
El rey estaba decidido a irse no quería estar ni un minuto más en aquel lugar —¿Qué hay de Jennie?— aquella pregunta le estaba carcomiendo la cabeza pues creía que quizás Nam había encontrado refugio en ella.
— Se casó, más no comigo sino con un aliado de Wang, Jeon y yo llegamos a un acuerdo sin embargo la relación se rompió por lo que no confío en el ni en su familia.— el moreno hacia todo lo posible por no desmayarse no cuando su mundo estaba girando de una mala manera.
—¿ Qué pasó contigo?— el mayor fijó sus ojos en el rubio — No quiero sonar grosero pero no luces bien.
El pelinegro quería gritarle que era su maldita culpa sin embargo se cayó — Estoy enfermo Jin, mi lobo no ha logrado regenerarse correctamente desde hace tres meses por lo que simplemente no logro recuperarme, pero no te preocupes el médico dijo que estaré bien muy pronto — mintió pues este le había asegurado que si las cosas seguían igual no habría vuelta atrás y aquello seguiría avanzando.
— Me alegra oír eso, me importas mucho y no quiero que nada malo te pase.
— ¿Estás seguro Seokjin? Porque créeme que traer aquí a tu Omega no es la mejor definición de buscar mi bienestar.— le dijo con sarcasmo.
— Es mi esposa Nam no podía dejarla allá.
— Y yo era tu pareja Seokjin, habíamos prometido hablar y aclarar todo y siemplemente desapareciste para regresar tres meses después casado con una total desconocida mientras yo cargo con.......— se quedó callado pues un fuerte mareo lo atacó además de que no quería regar ni una sola lágrima más por el rubio.— mientras yo cargo con esta estúpida enfermedad la cual no puedo regenerar pues lastimaste a mi lobo al marcarme.— el menor se quedó impactado al oír aquello pues jamás espero que su marca hubiera afectado de tal forma a su rey.
— Nam yo creí que había sido superficial.
— Igual yo lo creí pero al parecer no....mira Seokjin estoy cansado y debo irme a recostar — cuando el mayor quiso avanzar un fuerte mareo lo atacó, estuvo a punto de caer si no hubiera sido por aquellos fuertes brazos que lo sostuvieron.
— Debemos llamar a un médico — le dijo asustado sin embargo este negó pidiéndole que lo llevara a su cuarto.
Entrar juntos a aquella habitación los lleno de muchos recuerdos, pues habían sido muchas las noches en que esos dos amantes se habían entregado sin pensar en nada más que en el otro.
Con mucho cuidado el rubio recostó al pelinegro, tenerlo así tan cerca le había comprobado que aquel sentimiento no era absurdo, seguía queriendo a su rey pero ahora con un cariño diferente o al menos quería engañarse al pensar eso.
Justo cuando iba a retirarse fue que el mayor lo tomó del brazo — podrías quedarte— pidió con ternura. Vio aquel debate mental en la mirada de su general — No me refiero a nada sexual, solo hasta que me duerma, por favor tu aroma sigue teniendo algo en mi que adormece a mi lobo.
— Nam— el moreno abrió sus ojos pues ya casi caia en los brazos de morfeo.— Quiero contarte cómo pasaron las cosas, por favor déjame explicarte porque no regrese.
— Eso ya no importa Jin, al menos me alegra saber que uno de lo dos es feliz — dijo para después caer profundamente dormido pues aquel aroma del alfa lo había relajado como hace mucho tiempo no lo estaba.
.....
Yoongi estaba en su castillo cuando un sonrojado Jackson hizo aparición, sabía que algo andaba raro entre él y el rey Jung aunque bueno el alfa parecía encantado con Jimin ....su Jimin.
— Buenos días Rey Min — saludos amable el alfa risueño — Veo que hoy amaneció más encantador — dijo a la vez que veía como Jimin se reía como si aquello fuera lo más gracioso del mundo.— Sabe le tengo una excelente noticia, según me he enterado el general Seokjin regresó al reino Choi, quizás puedan volver a intentar lo de su matrimonio.
El Omega se sorprendió al oír aquello pues no había tenido noticias de aquel tonto en mucho tiempo— Al rey Min no le interesa Seokjin — dijo con aquel tono molesto y mimado el pequeño rubio que los acompañaba.
— Bueno aún recuerdo lo bien que se la pasaron en mi reino por eso creí prudente decirle.— la tensión comenzó a crecer en aquellos tres.
— Jackson — gritó mientras esperaba el beta llegará rápido — prepárame un carruaje, iré a ver al tonto de mi ex prometido.
......
— ¡Eres un completo idiota! — fue lo primero que soltó el pequeño Omega mientras Seokjin le presentaba a su esposa — Ella no vale la pena como Na....— pero fue callado pues el rubio le había tapado la boca con sus manos.
— Nara dejanos solos un momento por favor — la Omega obedeció saliendo de ahí.
— Por qué lo hiciste Jin, creí que tú y el raro de Namjoon en verdad se querían, eres un puto infeliz, mal hombre, engañador y abandonador de alfas raritos y pasivos.
— Podrías dejar de decir estupideces por favor — gritó molesto.
— Tú no me hablas así Seokjin, no olvides tu lugar o es que acaso quieres que te dé de nuevo una lección — al recordar aquello un escalofrío lo invadió, Min estaba loco.
— Lo siento, pero no tienes derecho hablarme así, yo quiero mucho a Nara es mi Omega destinada y nada hará que cambie de opinión.
— Pero es que todo fue muy rápido Jin, vamos no pudiste enamorarte así de rápido y casarte.— el mayor no lograba comprender aquella estupidez.
— Simplemente pasó Yoongi yo en un principio no la reconocí pero después su aroma me atrapó, y al oler aquellas rosas frescas encima de su cuerpo mi lobo reaccionó alegre a sus feromonas.
— ¿Rosas frescas?— preguntó con extrañeza.
— Así es, ese fue el aroma que más me atrajo de su cuerpo, así que por favor deja de meterte en mi vida y consíguete una propia para que a mí me dejes en paz — dijo furioso saliendo de ahí.
— Vaya así que rosas frescas — dijo para si mientras su cabeza guardaba aquella información, sabía que a futuro le serviría sobre todo porque aquel aroma del que Jin y su lobo estaban profundamente dominados él no lo había detectado en aquella Omega.
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