Capítulo 9
Reinaba el silencio mientras Ugetsu trataba de dormir a Mafuyu, Akihiko nos miraba a todos en silencio y Ritsuka se quedó dormido en mi regazo.
El rubio tenía sus brazos y piernas cruzadas mientras nos veía seriamente.
—Ahora mismo... estoy enamorado únicamente de Mafuyu... es decir, solo tengo ojos para velar por la salud de mi hijo y realmente estos últimos dos años que lo tengo a mi lado me he abstenido de tener pareja—confesó Ugetsu viendo cómo los ojos de Mafuyu se cerraban lentamente—. Aki... luego de que rompimos ese día, al principio eché mi vida a la basura y solo me la pasaba quejándome, en eso, llegó Mafuyu a mi vida y decidí mejorar mi estilo de vida, precisamente porque quería darle un hogar estable a Mafuyu, quería que se sintiera cómodo. Siempre él fue bastante sumiso y no se negaba a nada ni expresaba como se sentía, por ello, me esforcé por darle la felicidad que merece, aunque no sea mi hijo biológico, lo quiero como tal. Akihiko, comprendo como te sientes con respecto a tu hija... ¡y aún así no me cabe en la cabeza que dejaste a Yayoi embarazada!. ¡¡Haruki, sostén un momento a mi Mafuyu que mis ganas de darle una patada en la entrepierna a Akihiko no se han ido, a ver si con eso ya no embaraza a más nadie!!.
—Ugetsu, tranquilo—dije colocando mi mano en el hombro del violinista.
—Usé protección, siempre la usaba cuando tenía relaciones, fue una equivocacion mía no asegurarme bien, pero aún así trato de corregir mi error—respondió Akihiko mirándome, Ugetsu no estaba conforme con sus palabras—. Me estoy haciendo totalmente responsable de la niña.
—Aún así, criar a un niño no es tan fácil como crees, pregúntame a mí que tengo a Mafuyu y él es prácticamente un bebé—contestó Ugetsu—. Sea como haya sido, tienes esa responsabilidad, no importa que tan cuidadoso hayas sido, Yayoi tiene en su vientre un hijo tuyo.
—Esas cosas debería haberla dicho yo... es bastante patético que Ugetsu tenga que decir esas cosas por mí—musité viendo la carita del niño que dormía en mi regazo.
—No estoy hablando por ti—aclaró el violinista—. Le estoy diciendo las cosas que estoy seguro nadie le dijo, solo le estoy pidiendo a Akihiko que tenga más en cuenta tus sentimientos y las consecuencias de sus acciones. Le digo a Akihiko lo que merece oír.
—Él tiene razón—admitió Kaji.
—Siempre la tengo—contestó el Murata mayor—. Y esa Yayoi no me da buena espina, tal vez la estoy jugando mal, pero no me agrada. Años de experiencia me dicen que Akihiko es cuidadoso, por eso no me entraba en la cabeza que la haya embarazado. ¿Estabas sobrio ese día?.
—Bebí un par de cervezas en la tarde ese día, pero no estaba tan ebrio, estoy seguro de que usé protección—respondió el rubio.
—Mmmm... interesante tu declaración...—murmuró el violinista pensativo.
—¿En qué piensas?—inquirí tratando de imaginar qué era lo que tenía el de cabello oscuro en mente.
—Nada importante—mintió el violinista con una sonrisa.
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Luego de charlar otro rato y sujetar a Ugetsu para que no golpeara a Akihiko, Ugetsu y yo decidimos ir juntos a mi casa.
Ritsuka y Mafuyu jugaban mientras caminaban frente nuestro, ellos se tomaban las manos para no perderse de la vista del otro, y aún así las mejillas de Ritsuka estaban totalmente rojas mientras las de Mafuyu tenían un leve rubor.
Al rato caminando los niños estaban empezando a quejarse sobre que estaban cansados así que decidimos ir a descansar en un parque cercano, Mafuyu y Ritsuka empezaron a correr por todo el parque jugando.. sí, los niños que se quejaban porque estaban "cansados" se pusieron a correr apenas llegamos al parque.
—Castigaré a esos pequeños mentirosos—afirmó Ugetsu—. La próxima vez no les creeré aunque sea verdad porque no está bien que mientan.
—Lo siento, papi Ugetsu, pero Ritsuka-chan y yo planeamos esto desde que salimos de la casa de Kaji-san—respondió Mafuyu sonriéndole a su papá adoptivo.
—Aún así está mal—reprendió Ugetsu cruzando sus brazos.
—¡¡Uenoyama-chan!!—chilló un niño corriendo hacia el aludido, apenas estaba cerca se lanzó hacia Ritsuka mientras que Mafuyu solo los miraba atento.
—¡Tonto, te pedí que no hagas estas cosas!—le reclamó Ritsuka al niño desconocido que tenía una curita en su mejilla—. Además, ¿que te pasó en la cara?.
—Me caí jugando—respondió el menor mirando detenidamente a Mafuyu—. ¿Él es el niño del que me hablabas?.
—Sí.
El niño desconocido se acercó al pelirrojo con una sonrisa e hizo un reverencia
—Un gusto, Murata-chan, soy Kashima Hiiragi, Uenoyama-chan me ha hablado mucho de ti cuando jugamos, él dice que eres un niño muy lindo y que le gustas—dijo el niño para luego pararse derecho.
—¡U-Un g-gusto, so-soy Murata Mafuyu!—respondió con cierto nerviosismo el pelirrojo. Hiiragi sonrió.
—Genial, otro niño que va a asfixiar al pobre Mafuyu—murmuró Ugetsu con sarcasmo a la vez que rodaba los ojos.
—¡Hiiragi, no te pierdas de vista!—reprendió otro niño que apareció de la nada, este tenía cabello negro.
—¡Shizu-chan, mira a Murata-chan, es tan lindo, ¿me lo puedo quedar?!—exclamó Kashima con estrellas en los ojos mientras abrazaba fuertemente al pelirrojo.
—Emmm... Kashima-kun, creo que mejor le das un poco de espacio al pequeño Murata-chan—intervine yo al ver el aura oscura que rodeaba Ugetsu debido a que nuevamente estaban asfixiando al pelirrojo.
—Además, no te lo puedes quedar—respondió el niño de cabello negro.
—¡Shizu-chan~, hoy no me quieres mimar en nada!—espetó Hiiragi abrazando al susodicho.
—¡Es por tu cara de mono feo!—respondió el de ojos azules.
—Ritsuka, más respeto con tu compañerito—dije acariciando la melena oscura de Ritsuka.
—¡Como sea, vayamos a jugar y punto!—exclamó Uenoyama tomando la mano de Mafuyu para jalarlo hasta los columpios siendo seguido por Shizu y Hiiragi.
Los cuatros niños se pusieron a jugar en el tobogán y los columpios muy animadamente.
—Nunca había traído a Mafuyu a un parque, no puedo salir en público y es irritante hacerlo en verano por el sol, pero... me alegra que Mafuyu esté tan contento—comentó Ugetsu sin dejar de mirar a los más pequeños jugar—. Ni siquiera de niño tuve amigos, por eso en el fondo me alegro de que Ritsuka esté con Mafuyu—sonrió.
—¿Por qué dices que no tienes amigos?, ¿no me consideras uno?—pregunté acariciando sus oscuros cabellos, se le iluminaron los ojos al violinista mientras su sonrisa cambió a una genuina.
—¿De verdad te interesa ser mi amigo?—cuestionó mirándome.
—Claro, la verdad eres buena persona, y aunque a veces eres muy... descarado, realmente tus intenciones no son tan malas—respondí siendo totalmente sincero con él, su mirada reflejaba emoción.
—Gracias, Haruki.
—No hay de que—contesté abrazándolo, Ugetsu me correspondió controlando sus ganas de llorar de emoción.
—Me agradas bastante, Haruki—admitió secando sus lágrimas antes de que se escaparan de sus ojos—. Eres bastante amable a un extremo que llega a ser molesto y estresante, aunque siempre buscas hacer lo mejor y es admirable, pero a la vez es molesto que no tengas tanta codicia.
—Créeme que a nadie le molesta eso más que a mí—confesé separándome de él y mirándolo. Ugetsu puede verse rudo, venenoso y agresivo, pero en realidad él no es así, supongo que la influencia de Mafuyu en su vida le ha hecho bien.
Un niño puede cambiar la vida de una persona, y el caso de Ritsuka que ha llegado repentinamente a mi vida es prueba de ello.
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Los días seguían pasando y el otoño se iba aproximando, el embarazo de Yayoi seguía progresando sanamente y Akihiko solo la visitaba para asegurarse de que ella comiera bien y que no hiciera cosas que perjudicaran a la bebé.
Akihiko y yo solemos almorzar juntos en la universidad y salir a citas por las tardes, eso sí, siempre terminamos nuestras salidas temprano para no demorarme en ir a buscar a Ritsuka que sigue recibiendo clases de Ugetsu.
A veces no veo a Take ni siquiera me lo cruzo en el pasillo y a veces no me contesta los mensajes, supongo anda ocupado con su banda, sus trabajos y los estudios.
—¿Estás muy ocupado hoy?—cuestionó Akihiko apoyado del barandal que está en el borde de la terraza de la escuela. Habíamos subido para poder fumar un cigarrillo en paz.
—No, estoy totalmente disponible, hoy es viernes, hice un cambio de turno con un compañero de trabajo por lo que hoy estoy libre y Ugetsu me pidió que Ritsuka se quedara horas extra—dije. Las horas extras solo son porque Mafuyu está progresando con la lectura y el apoyo de Ritsuka es uno de los principales motivos, así que para que Mafuyu se siguiera esforzando debía estar más tiempo con Ritsuka de ahí nació la idea de que Ritsuka se quedara horas extra al lado de Mafuyu.
—¿Te gustaría...?, no, olvídalo—balbuceó Kaji con sus mejillas algo rojas.
—¿Que ibas a decir?—inquirí, él quiere decir algo importantes ya que si no fuera así sus mejillas no estarían así de rojas.
—Sería vergonzoso contigo, mejor olvídalo—dijo Kaji sin mirarme a los ojos, tomé sus mejillas con mis manos. Creo que él no se ponía así de rojo desde que me confesó sus sentimientos.
—Dime—exigí acercándome más a él.
—Yo... entré en una competencia y tengo una presentación... tocaré el violín y... quería que fueras a verme—reveló con notoria vergüenza—. Te lo iba a preguntar temprano, pero me acobardé...
—¡Eso es increíble, Aki!—exclamé impresionado—. Eres bueno con el violín, por lo menos de último no vas a quedar.
—Mataste las pocas ilusiones que tenía—respondió tomando mis manos para besar el dorso de estas haciéndome sonrojar—. Eso sí, no le cuentes a Ugetsu, se reiría y burlaría de mí.
—Está bien, no le diré nada—concedí envolviendo su cuello con mis brazos antes de darnos un par de besos, después lo abracé recostando mi cabeza de su pecho oyendo los latidos de su corazón que iban igual de rápidos que los míos—. ¿Y tu hija?.
—Ella está bien, es emocionante ya que no falta mucho para que nazca, a pesar de que no fue producto de amor y es la consecuencia de mis errores, igual la quiero. Por ella y por ti decidí madurar y cambiar mi forma de vivir, incluso ya le decidí un nombre, Yayoi le quita importancia a la bebé así que estoy seguro de que no se molestará porque yo le decida el nombre, también mis padres se resignaron con lo de la boda, es increíble como se han desarrollado las cosas, aunque no me agrade que sea Yayoi quien lleve en su vientre a mi hija, realmente estoy emocionado porque tendré una hija ya que ciertamente es una parte de mí—dijo el rubio con una sonrisa, me siento bastante alegre por él ya que conozco la felicidad que le ha traído esa pequeña bebé, a pesar de que al inicio él no quería tomar la responsabilidad, ahora de verdad que quiere hacerse responsable.
—¿Y que nombre le pondrás a la pequeña?—indagué curioso por saber.
—No diré el nombre que elegí, o por lo menos no ahora, ni siquiera Yayoi lo sabe—contestó acariciando mis cabellos con delicadeza—. Oh y también te iba a pedir que me acompañaras a las tiendas para que me ayudaras a seleccionar ropa para la bebé, le compré varios conjuntos, mamelucos y esas cosas, pero siento que no es suficiente.
—Los bebés crecen bastante rápido, cuando te das cuenta nada de lo que compras le queda, es mejor comprarle ropa grande, te lo digo por la experiencia vivida con mi sobrino—dije. Me parecieron hilarantes los reproches de mi hermana sobre cómo su hijo crecía demasiado rápido—. Además, mi hermana dice que las primeras noches no son nada fáciles.
—Me esforzaré por ella, quiero darle una buena vida. Sé lo que es mantener un matrimonio sin amor, mis padres mantuvieron uno porque debían criarme y cuando se divorciaron me dejaron a un lado, por eso, prefiero mil veces cuidar solo de ella a que sufra lo mismo que yo, no quiero que mi hija pase por estas situaciones, jamás la abandonaré ni la dejaré a su suerte—declaró Akihiko mirando el cielo apoyado en el barandal—. Puede que aún no conozca a mi hija, pero ya la amo, es raro lo sé.
Iba a decirle algo, pero sonó el timbre anunciando que el descanso había finalizado.
No nos quedó de otra más que despedirnos y volver cada quien a su aula.
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