Capítulo 7.5
Narra Ugetsu Murata
Estaba sentado en mi cama con el libro para niños de primer grado en mi mano, a mi lado estaba mi lindo hijo y al otro estaba Uenoyama.
Ahora mismo Mafuyu intentaba leer y yo lo ayudaba y corregía.
—E-El... pa-patito... ama-rillo ti-tiene... ha-hambre—leía el pelirrojo con cierta dificultad. No quería marcarle presión para que aprendiera a leer, pero desde que Ritsuka se sumó a las clases, Mafuyu se esfuerza todo el día para llegar al nivel de Ritsuka.
Mafuyu temblaba por los nervios a equivocarse mientras que Ritsuka y yo lo mirabamos atentos y algo preocupados.
Cerré el libro de repente cuando ví los cristalizados ojos del pelirrojo.
—Es todo, está bien por hoy—dije limpiando la carita de Mafuyu.
—No, quiero leer, pro-prometo no equivocarme ni tartamudear, lo haré bien, s-solo...—balbuceaba el pelirrojo nervioso. Sin embargo, tomé el libro y lo coloqué en la mesa lejos de su alcance, se ha esforzado demasiado por hoy.
—Está bien, Mafuyu-chan, lo hiciste bien, pronto leerás fluido como yo, si quieres te puedo ayudar—le dijo Ritsuka mientras abrazaba al pelirrojo.
—Ni te creas que porque ya acabó la clase del día para Mafuyu, significa que te irás sin hacer nada—aclaré viendo al más alto de ambos—. Resuelve las sumas de la página 16 y 17. Y si hay restas, también las haces. Vamos, Mafuyu, vamos a bañarte para que tomes una siesta, anoche no dormiste por prácticar leer, no creas que no me dí cuenta.
Le dí el libro de matemáticas a Ritsuka para luego cargar a Mafuyu y llevarlo hasta el baño.
—¿Jugaste con Kedama en el patio?—cuestioné al quitarle la camisa percatandome de que algunas partes de su cuerpo estaban llenas de tierra.
—Un poco...—respondió mientras se quitaba el resto de la ropa.
—¿Quieres un baño o la ducha?.
—¿Cuál es más rápido?.
—En tu caso, más rápido es el baño y con la ducha me termino mojando completo.
—¡Entonces el baño!—exclamó sonriendo. Llené la bañera para que luego Mafuyu entrara al agua. Empecé a limpiar su cuerpo de una manera calmada.
—¿Que sucede, Mafuyu?, ¿por qué te sientes tan presionado con aprender a leer?—pregunté, ya sabía la respuesta, pero quería que él la dijera.
—Papi Ugetsu... quiero estar al nivel de Ritsuka, él me gusta y lo admiro—confesó el pelirrojo con leve rubor en sus mejillas.
—¿Te gusta ese Ritsuka?, es decir, ¿te gusta ese niño que te abraza hasta asfixiarte cuando te ve y que en las primeras clases solía confundir el signo de suma con el de resta?—cuestioné un poco sorprendido por su confesión, ¿quien aguantaría a Ritsuka si se pone el doble de empalagoso con Mafuyu?. Y más importante: ¿que le ve a ese mocoso?.
—Sí, me gusta, Ritsuka-chan es muy lindo...—comentó Mafuyu con su rostro un poco rojo.
—Como digas—respondí. No me agrada para nada ese Ritsuka y no quiero que esté cerca de Mafuyu, pero... supongo que tendré que soportarlo por Mafuyu.
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—¡Mafuyu-chan huele muy bien!—exclamó Ritsuka abrazando a Mafuyu mientras yo cepillaba esa melena roja, obvio que huele bien si acaba de bañarse.
Mafuyu usaba su lindo pijama con estampado de perritos blancos y marrones.
—Oye, Ritsuka, ¿resolviste los ejercicios?—pregunté dirigiéndome hacia la cocina para servir leche en un vaso y posteriormente entregárselo a Mafuyu.
—Uh... aún estoy en eso, ¡pero me esforzaré por terminarlos y acompañar a Mafuyu en la siesta!—respondió el de ojos azules y el pelirrojo sonrió.
Le dí el vaso con leche al pelirrojo para que bebiera el contenido, el pelirrojo se bebió toda la leche tranquilamente mientras sus ojos se entrecerraban por el cansancio. Lo cargué y palmee suavemente su espalda para que se quedara dormido, él no cede tan fácil al sueño y por eso hay que tratarlo como a un bebé al momento de dormirlo.
Recostó su cabeza en mi hombro con sus ojos cerrados intentando dormir, lentamente el sueño le fue ganando y...
—¡¡Es tres, la respuesta de la décima es tres!!—chilló repentinamente Ritsuka provocando que Mafuyu abriera nuevamente los ojos y se despertara.
—¡Oye, lo despertaste, no hables tan alto, Mafuyu trata de dormir!—reprendí al de cabello oscuro obteniendo una disculpa de su parte.
Al rato, Mafuyu se había quedado completamente dormido, lo acosté en su lado de la cama y me quedé sentado a su lado mientras ayudaba a Ritsuka silenciosamente con los ejercicios.
Así transcurrió la tarde.
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