Capítulo 6
“Buen día, Haruki, aún no respondes mis mensajes y no te culpo por ello, entiendo cómo debes sentirte, pero igual te extraño demasiado”
“Ayer fuimos a ver a la bebé, sí, nos dijeron que va a ser una niña, está bastante sana. Al principio no me veía cuidando de un bebé, pero desde que la ví... he querido tenerla en mis brazos”
“Sinceramente no me veo casado con Yayoi ni criando a nuestra hija juntos, no siento nada por ella, me la he pasado cumpliendo sus antojos y ayudándola por la bebé, pero ni siquiera vivimos juntos”
“Me mudé a mi propio apartamento, te juro que pensé en ti cuando lo elegí. He vivido una misma rutina, también he retrasado la boda lo más posible, el papá de Yayoi habló con mis padres, quienes estuvieron insistiendome y obligandome a que de una vez me casara con Yayoi, igual no permitiré que eso suceda”
“No entienden que me haré responsable de mis acciones independientemente de si estoy casado con Yayoi. Pero me he rendido con tratar de hacerlos entrar en razón”
“Quiero verte, Haruki, no sabes cuántas veces he querido ir a tu casa para darte un abrazo, pero sé que no me corresponde ir a tu casa, debo esperar a que tú estés listo para venir a verme”
“Me siento tonto por mandar tantos mensajes sin saber si realmente los leerás y teniendo en claro que no los responderás. Aún así, quiero mantenerte al tanto de mi vida, así como me gustaría saber cómo estás”
“A veces se me olvida que debo darte tu espacio, pero al no verte durante tanto tiempo, me resulta difícil, pienso en ti cada segundo. La verdad veo una familia en mi futuro, pero una familia conformada por mi hija, tú y yo, me resulta imposible ver a Yayoi en mi futuro, solo puedo imaginar una vida a tu lado”
“Estoy loco lo sé”
Me reí suavemente al leer el último mensaje, sequé mis lágrimas mientras sonreía por mi imagen mental de Akihiko escribiendo esas cosas.
También quiero verlo, necesito verlo.
Me había sorprendido cuando el teléfono vibró varias veces por los mensajes llegados, al inicio creí que eran de mis padres preguntándome cómo me iba, fue una grata sorpresa que el autor de los mensajes sea realmente Akihiko.
Salí de mis pensamientos cuando me percaté de que Ritsuka se había asomado al leer los mensajes que me envió Akihiko.
—¿Es el supuesto futuro esposo de mi hermana?—cuestionó Ritsuka leyendo primero los mensajes que nombraban a su hermana—. ¿Y es el novio de Haruki-chan?.
—Supongo...—respondí saliéndome de los mensajes y entregándole mi teléfono al menor para que se pusiera a jugar los juegos que descargó hace poco, él se ve muy animado cada vez que se ponía a jugar un juego de carreras que le recomendó Mafuyu en mi teléfono.
—Se nota que Kaji-san te quiere mucho, él no quiere a mi hermana—comentó Ritsuka antes de darle toda su atención al juego—. En mi opinión tú serías mejor madre que mi hermana...
—Quien sabe—musité sin saber que responder con exactitud, luego lo miré—. ¿Y tú cuando inicias clase, jovencito?, llevas varios meses viviendo conmigo y todavía no has dicho nada sobre la escuela.
—Oh... las clases iniciaron nuevamente hace tiempo... se me había olvidado...—respondió esperando a que cargara el juego.
—Pequeño, debiste haberme dicho—le dije acariciando sus cabellos oscuros obteniendo que él se recostara de mí.
—Lo siento, lo olvidé...—se excusó sonando algo arrepentido por no haberme dicho antes.
—Descuida—respondí colocando mi brazo alrededor de sus hombros—. ¿Y ahora como hacemos para inscribirte en la escuela?.
—Mmmmm... no sé... Haruki-chan, ¿podemos ir hoy a casa de Murata-san y Mafuyu-chan?, quiero enseñarle mis habilidades jugando a Mafuyu-chan—dijo poniendo una carita tierna para que yo aceptara su idea.
Me parece un poco hilarante que Ritsuka aprovecha cada oportunidad que tiene para presumir sus habilidades en lo que sea ante Mafuyu, siempre buscando impresionar al pelirrojo, era tierno porque a Mafuyu siempre le brillaban los ojos cuando Ritsuka alardeaba.
—Mmmm... no sé, estoy algo cansado por el trabajo—dije masajeando mi cuello.
—¡Vamos, quiero jugar con Mafuyu-chan, quiero verlo!—exclamó soltando mi teléfono y sujetándome por los hombros—. Por fisss, Haruki-chan, me comeré los vegetales y limpiaré la casa si quieres, pero quiero ver a Mafuyu-chan.
—¿Te gusta mucho ese niño?—sonreí cálidamente al verlo así de insistente por Mafuyu.
Sus mejillas se tornaron rojas y evitó hacer contacto visual conmigo—Mafuyu es... muy lindo...
Sonreí, era bastante tierno verlo sonrojarse cada vez que hablaba de Mafuyu. Bueno, supongo que descansaré al volver a casa.
—Está bien, vamos—dije levantándome del sofá. Ritsuka me miró unos instantes y luego sonrió.
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—¡Mafuyu-chan!—exclamó el de ojos azules abalanzadonse hacia el pequeño cuerpo del pelirrojo. Mafuyu estaba originalmente jugando con los bloques y ahora simplemente se dejaba abrazar.
—¡Cuidado, lo vas a asfixiar!—exclamó Ugetsu sujetando a Ritsuka para que soltara al pelirrojo, era verdad que Ritsuka lo estaba abrazando muy fuerte.
Sin embargo, el de ojos azules solo se aferró más al pelirrojo.
—Vamos, Ritsuka, suéltalo un poco—dije viendo cómo Ugetsu sujetaba y agitaba un poco a Ritsuka para que soltara a Mafuyu, obteniendo un resaltado contraproducente.
—¡No quiero!—espetó Uenoyama aplicando más fuerza.
—Descuida, papi Ugetsu, estoy bien—afirmó el pelirrojo correspondiendo el brazo de Ritsuka—. Yo también extrañé mucho a Ritsuka-chan...
—Después no llores si te estruja los hueso con su "abrazo"—le avisó Ugetsu a Mafuyu cruzado de brazos, el pelirrojo le sonrió al violinista—. Hola, Haruki.
—Hola, Ugetsu, ¿cómo estás?—dije sentándome en una silla, los niños estaban sentados en el suelo con los juguetes. El violinista se desplomó en su cama
—Aquí, algo exhausto por darle clases a Mafuyu durante el día—respondió el mayor cubriéndose su rostro con su antebrazo—. Todavía está aprendiendo a leer, no quiero que los niños lo juzguen porque a su edad no puede leer ni escribir correctamente.
—Entonces... ¿tú le das clases?—cuestioné viendo al pelirrojo que le enseñaba tímidamente el dibujo que realizó a Ritsuka. El de ojos azules aplaudió y felicitó a Mafuyu por el dibujo.
—Sí, por esa razón quería que consiguiera un amigo de su edad: porque no socializa con otros niños—respondió el de cabello negro fijando su vista en mí.
—Perfecto, entonces, le darás clases a Ritsuka también—sonreí amistosamente.
—¡¿Que yo que?!—espetó casi cayéndose de la cama. Mafuyu y Ritsuka se tomaron de las manos empezando a brincar riendo y celebrando que ahora estudiarían juntos, sonreí al ver tal desorden—. ¡No decidas cosas tú solo!. Me basta y sobra con Mafuyu, mi límite es un niño, además, Uenoyama-chan es un perezoso que solo distraerá a Mafuyu.
—Papi Ugetsu, prometo no distraerme y esforzarme más—aseguró Mafuyu jalando la camisa de su padre adoptivo—. Incluso ayudaré más con los quehaceres de la casa, y trabajaré más en mis tareas, incluso trataré de leer más fluido con tal de que Ritsuka-chan estudie conmigo...
—¿Prometes todo eso?—cuestionó el violinista. El pelirrojo asintió con determinación—. Ah, no hace falta que lo prometas igual. Bien, les daré clase a ambos, pero que Uenoyama tenga paciencia porque Mafuyu va muy lento con su aprendizaje y va en un nivel inferior prácticamente.
En ese preciso instante, Ritsuka y Mafuyu volvieron a tomarse de las manos mientras saltaban nuevamente celebrando que ahora pasarían más tiempo juntos.
—Entonces supongo que yo seré tu sempai—comentó el de ojos azules con aires de superioridad. Mafuyu sonrió.
—Cuida de mí, Ritsuka-sempai—respondió el pelirrojo sin borrar la sonrisa. Uenoyama se puso rojo como un tomate mientras desviaba la mirada.
—Gracias, Ugetsu, realmente yo no sabría cómo o qué enseñarle a un niño—dije bajando mi vista, él se sentó en su cama.
—Yo le enseño de acuerdo a los libros que usan los niños de primer grado, hace bastante tiempo los compré—contestó buscando mi mirada, pero la aparté de él—. No te menosprecies así, comprendo perfectamente como te sientes, no es que yo sea algún maestro o algo. Mmmm... no tengo tanto trabajo estos días, solo varios shows en lugares importantes y compromisos con gente famosa, lo casual, como estos días no tengo nada fuera de lo común tengo tiempo para enseñarles a ambos, tú tienes que trabajar e ir a la universidad...
—Aún así...
—Aún así hagamos algo: los días que yo esté ocupado, cuidarás de Mafuyu también y les darás las clases que corresponden ese día a ambos—aclaró Ugetsu para empezar a hacer contacto visual conmigo—. Eso sí, veo el más mínimo rasguño en la carita de mi Mafuyu y ni te imaginas lo que te sucederá.
—Cuidaré bien de ellos—aseguré viendo cómo por tercera vez Mafuyu y Ritsuka se ponían a celebrar y saltar tomados de la manos.
—Pero... ¿por qué a Ritsuka no lo inscribiste en una escuela?, ¿expulsaron a ese mocoso o que?—inquirió el violinista reconsiderando rechazar la idea.
—No lo puedo inscribir, no soy su tutor legal ni nada por el estilo—respondí sintiendo como me analizaba con la mirada—. Pero por lo menos si le das clases no se retrasará cuando vuelva a la escuela...
—Bien, bien, pero no te extrañes si renuncio a darle clases—avisó dirigiendo su vista a los más pequeños—. ¡Oye, que sueltes a Mafuyu que lo vas a asfixiar!.
—¡No quiero!—espetó Ritsuka abrazando más fuerte a Mafuyu.
—Vamos, Ritsuka, liberalo un poco, aunque sea para que respire—intervine ocasionando que Ritsuka soltara lentamente al pelirrojo—. Eso, nadie te lo está tratando de quitar, no hace falta que lo abraces tan fuerte.
—Lo siento, Mafuyu-chan—dijo Ritsuka rascando su nuca algo avergonzado, pero el susodicho le restó importancia al asunto.
Seguido los dos empezaron a jugar con los juguetes y a correr por toda la casa.
—Bueno, solo necesito que me lo traigas todos los días en la mañana y lo recoges en las tardes... pero tampoco aparezcas tan temprano que duermo hasta tarde y espero que no lo dejes tiempo extra aquí porque seguro asfixia nuevamente a mi Mafuyu—aclaró Ugetsu cruzado de brazos—. Asimismo debes traerlo con su comida preparada y una manzana para su amado profesor. También debe traer sus cuadernos y sus materiales para mis clases, ¿ok?. Y a la primera falta lo expulso.
—B-Bien—respondí algo nervioso y memorizando todos los requisitos que me está pidiendo el violinista—. ¿Y cuando inicia?.
—Mañana—anunció el mayor con una sonrisa—. No me gusta perder el tiempo—agregó al verme sorprendido.
—Pero... mañana tengo clases yo también—comenté pensando en el horario que me corresponde mañana. Tengo clases demasiado temprano, aunque tal vez podría llevarme a Ritsuka a la universidad como de costumbre y en el primer descanso debo traerlo aquí, aún así debo ser veloz porque mi descanso no es muy largo que digamos—. Creo que puedo hacerlo.
—¡"Creo" no, debes hacerlo!—contestó Ugetsu levantándose para ir a la cocina buscando llenar su taza de café—. No te puedo dar un horario exacto porque me levanto tarde siempre y las clases se alargan depende de que tan bruto sea el mocoso.
—¡Yo no soy bruto y tampoco soy un mocoso!—aclaró Ritsuka cruzado de brazos.
—Ya veremos, te voy a preguntar la tabla de multiplicar—advirtió le violinista endulzando su café.
—Ehh... Ugetsu, Ritsuka está en primer grado... apenas y puede sumar...—dije viendo cómo el de ojos azules cruzaba sus brazos.
—Ah cierto... bueno, esto será más complicado de lo que creí—respondió el violinista.
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Ritsuka se había vuelto muy unido al pequeño Mafuyu. Y con el tiempo Ugetsu y yo nos volvimos cercanos también.
Aún evitaba a Akihiko en la escuela y desde la distancia podía apreciar como él debía cuidar a Yayoi por el embarazo. Take aparentemente escuchó de los rumores sobre una chica embarazada, me preguntó que si yo sabía algo al respecto, tuve que negar para no entrar en detalles.
Todos los días Akihiko me envía mensajes contándome sobre el embarazo y sobre cómo le ha ido en la vida. A través de los mensajes puedo hacerme una idea de la emoción y alegría que siente Akihiko debido a que tendrá una hija.
A veces quiero contestar esos mensajes, pero a los segundos me arrepiento y borro la respuesta que tecleé, no debo interferir en su compromiso.
Mi rutina ahora consistía en llevar a Ritsuka a casa de Ugetsu por las mañanas y buscarlo por las tardes, todo lo demás seguía igual.
Y de esa forma, el verano llegó.
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