Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Decidí hablar con Ugetsu, pero no podía ir así como así a su casa, tampoco podía mandarle mensajes para avisarle que lo visitaría porque hasta donde tengo entendido él jamás contesta los mensajes que recibe.

Me he vuelto loco al considerar recurrir a la ayuda del ex de Akihiko, pero estoy totalmente desesperado como para hacerlo.

Últimamente Ritsuka no quiere comer y anda bastante triste, supuse que se deprimiría al estar lejos de sus padres y por eso no quise traerlo en primer lugar, pero aún así él no ha mencionado nada referente a su estado de humor o a sus padres.

Sin saber qué más hacer, tomé una decisión: ir a visitar a Ugetsu.

—Rikka, toma tu mochila con juguetes, iremos a casa de un conocido—dije tomando mi teléfono y las llaves, el pequeño acató mis órdenes algo confundido.

—¿A dónde vamos exactamente?—inquirió tomando su mochila y tomando mi mano para salir de mi apartamento, cerré la puerta con llave.

—Ya verás—respondí mientras bajamos las escaleras, su manita se aferraba a la mía.

No estaba muy convencido de lo que haría y llámenme loco por haber tomado esta decisión, pero esta situación estaba saliéndose de mis manos. No sabía que hacer con exactitud y a cada segundo todo empeoraba, hace tiempo que no recibo una buena noticia.

Tomamos un taxi hasta casa de Ugetsu por lo que llegamos rápidamente. Él estaba algo curioso por saber a dónde íbamos, su curiosidad aumentó al ver la casa de Ugetsu.

—¿Nos mudamos?—preguntó Ritsuka expectante.

—No—respondí acercándome a la puerta para tocar el timbre—. Espero esté en casa, leí que acaba de volver de su gira...

Pasado unos segundos el violinista abrió la puerta y nos miró a ambos confundidos.

—Tú eres... Nakayama, ¿no?. Si no mal recuerdo... eres la pareja de Akihiko, ¿no?—decía Ugetsu antes de dirigir su vista hacia el menor. Ritsuka conoce a Ugetsu ya que ha oído como toca el violín en conciertos y esas cosas—. Cuéntame, ¿que es de su vida?, desde hace poco más de dos años no sé sobre ustedes, ¿cómo va la relación?, ¿y que te trae por aquí?.

—Hola también a ti, Murata—respondí desviando mi mirada fijandola en el suelo—. Bueno... Akihiko... él...

—¡Pero que descortés!—exclamó repentinamente Ugetsu abriendo más la puerta—. Pasen adelante, hablemos adentro sean bienvenidos a mi humilde morada.

No veo lo humilde...

Ingresamos a su casa, específicamente al sótano donde estaba su cama y muchas otras cosas, jamás había estado aquí. Conocí a Ugetsu cuando él aún era novio de Akihiko, pero jamás habíamos hablado en persona ni nada, era extraño que nos reunamos ahora, supe su ubicación mediante Akihiko ya que una vez tuve que visitarlo cuando aún vivía aquí.

Conocí a Kaji hace muchos años, pero no fue hasta un par de semanas que iniciamos nuestra relación. Sabía perfectamente sus errores y las posibles consecuencias, aún así...

—¡Juguetes!—señaló Ritsuka mirando varios juguetes para niños y para perros regados alrededor del piso.

—Sí, ese pequeñín ha de estar por ahí—respondió Murata. Oí la noticia de que había adoptado a un niño, aún así pensé que solo era para hacer publicidad o algo así—. Bueno, cuéntame, ¿que es de tu vida y de la de Akihiko?, ¿han progresado en la relación?.

El violinista se sentó en su cama mientras yo me senté en una silla y Ritsuka se quedaba en el suelo detallando los juguetes.

—Verás... ¿recuerdas a Uenoyama Yayoi-san?—cuestioné, Ugetsu me miraba atento mientras bebía un sorbo de su taza de café—. Bueno... Akihiko la embarazó.

Murata escupió el café de regreso a la taza y casi se cae de su cama—¡¡¿Que?!!.

—Eso pensé cuando lo supe—comenté dejando mi vista clavada en el suelo—. Es... una noticia sorprendente, también una cosa llevó a la otra y ahora me quedé a cargo de Uenoyama Ritsuka...

Ugetsu iba a responderme, pero oímos el sonido de unos suaves pasos, dirigimos nuestra vista hacia la puerta que supongo conduce al baño, ahí estaba parado un niño cargando un perro blanco.

Confirmado: los rumores sobre el hijo de Ugetsu son ciertos.

—Mi cielo, ven aquí—ordenó el mayor amablemente. El pelirrojo tímidamente corrió hasta los brazos del violinista. Las mejillas de Ritsuka se pusieron rojas ante el niño de aparentemente su edad—. Verás, ellos son Nakayama Haruki y Uenoyama Ritsuka... vamos, cariño, preséntate.

—Hola, soy Murata Mafuyu—dijo el pelirrojo sentado al lado de su padre adoptivo abrazándolo.

—Hola Murata-chan—hablé yo simpáticamente para luego dirigir mi vista al Ritsuka sonrojado—. ¿Te gustaría jugar con Ritsuka-chan?, él también tiene unos juguetes muy lindos.

El de ojos azules se aferró a mi pierna avergonzado y tratando de no mirar directamente al pelirrojo. Por otra parte, Mafuyu estaba aferrado tímidamente al pecho de Ugetsu.

—Vamos, Mafuyu, no te preocupes, ellos son buenos—habló Ugetsu con dulzura acariciando esos cabellos pelirrojos inspirando confianza en su hijo. Mafuyu se acercó al Ritsuka que escondía su cara en mi pierna. Mafuyu tomó la mano del de ojos azules aún con cierto nerviosismo e inseguridad, pero todo ese miedo y vergüenza por parte de ambos desapareció cuando sus ojos se conectaron mientras sus manos estaban unidas. Mafuyu se aproximó más a Ritsuka, este último retrocedió un paso—. Tranquilo, Uenoyama-chan, Mafuyu hace eso con las personas que les agradan...

Ritsuka al oír las palabras del violinista optó por quedarse quieto. El más pequeño se acercó otros pasos más al de ojos azules y unió sus frentes manteniendo el contacto visual entre ellos. Ritsuka estaba rojo hasta las orejas mientras que Mafuyu tenía un leve rubor.

—¡Ju-Juguemos!—tartamudeó Ritsuka tomando su mochila con juguetes y la mano de Mafuyu para guiarlo hasta el lugar donde estaban concentrados mayormente los juguetes del pelirrojo. Ambos se pusieron a jugar tranquilamente, no pelearon por juguetes ni nada, más bien se compartían sus cosas por voluntad propia.

—Jaja, Mafuyu siempre hace eso de unir las frentes conmigo y le gusta hacerlo, supongo que vió algo en Ritsuka que le atrajo y pues lo hizo también—comentó Ugetsu viendo a su hijo con una sonrisa—. Lo crié bien, ¿no?.

—Supongo...—musité viendo a los menores.

—Bueno, volviendo al tema original: Explícame como rayos se le ocurrió a Akihiko no usar protección al hacer el ya sabes con Yayoi—dijo él en un tono de disgusto y curiosidad.

—Supongo que el bebé de Yayoi tiene unos tres meses... fue semanas o días antes de que nosotros comenzaramos la relación o... no sé, ya no sé—dije algo desanimado. Ugetsu me invitó a sentarme a su lado, eso hice para luego sentir como rodeaba mis hombros con su brazo—. No sé qué hacer...

—Si yo fuera tú, en primera le rompería los huevos a Akihiko para que se le quiten las ganas de tener relaciones sin protección y no embarace a más nadie—respondió con una dulce sonrisa como si no estuviera hablando sobre agredir a alguien—. En segunda le diría que no me busque y que no lo quiero volver a ver en mi vida. En tercera... ahí no sabría decir... sinceramente... me pondría a llorar por extrañarlo y arrepentirme por haber sido tan frío... aunque esta vez no me arrepentiría de haberlo golpeado, se lo merece.

—Entiendo...—murmuré.

A diferencia de Ugetsu... no soy capaz de hacer nada de eso. Por eso preferí dejar ir a Akihiko, no tengo la suficiente fuerza como para permanecer a su lado, el problema es que mi corazón rechaza la idea de dejarlo ir.

—Pero tú no eres como yo, siempre has sido más diligente y prudente que yo, confío en que tomas las decisiones más justas—dijo Ugetsu dirigiendo su vista al pelirrojo que estaba aún tomando la mano de Ritsuka, ambos jugaban, pero sus manos permanecen unidas—. Es tonto, viniste a buscar mis consejos, pero yo no suelo dar buenos consejos y cometo muchos errores. A veces Mafuyu es quien me termina cuidando a mí.

—Comprendo, me sucede lo mismo con Ritsuka—admití recordando las veces que yo estaba deprimido y Ritsuka tomaba mis mejillas para luego empezar a hacer de todo para que yo volviera a ser feliz.

—Serías un gran padre, Nakayama—comentó con una tranquila sonrisa—. ¿No has pensado en volver a tu lado heterosexual?. Hasta donde sé eres bisexual, ¿no?.

—Sí, soy bisexual, pero ya... no me interesa estar con ninguna chica por ahora... tampoco un chico... simplemente no me interesa estar con alguien más que con Akihiko y creo que Akihiko y yo aún somos novios o no sé, no terminamos la relación simplemente le dí permiso para que se casara—confesé bajando mi cabeza.

—Entiendo, estuvo mal que le dieras permiso, pero comprendo porqué lo hiciste—dijo manteniendo su vista en mí—. Aunque...—colocó su su mano en mi pecho e intentó adentrar su dedo en mi camisa poniéndome nervioso, puso una sonrisa extraña, me quedé paralizado viéndolo—¿sabes?, hace tiempo no tengo algo para divertirme... ¿te gustaría ser el pasivo o el activo?, la verdad me gusta que me den duro—susurró en mi oído seductoramente, los niños estaban ensimismados en su mundo así que no lo oyeron. Mi cara se puso roja al oír sus sucias palabras, su aliento chocó contra mi cuello, pero antes de que yo le dijera que no estaba interesado en ese tipo de cosas, él se apartó de mí—. Es broma, tranquilo, aunque... aparentemente te interesó mi propuesta.

—Para nada—respondí alejándome de él. Bueno, debí esperarme que algo así sucedería de acuerdo a la personalidad de Ugetsu—. Volviendo al tema principal: ¿me das un consejo?.

—Reclama a tu hombre, deja de evadirlo y reclamalo, marca tu territorio y aclara que es tuyo—aconsejó el mayor firmemente—. ¡Marca tu territorio!. Sé que buscas una segunda opción porque temes que marcar tu territorio no sea lo mejor, ¡aún así te digo que debes esforzarte por Akihiko a menos que esa embarazada te lo robe!.

Me reí sutilmente ante sus hilarantes palabras, tiene razón, trato de evadir marcar mi lugar así como evito terminar la relación... soy patético.

—Lo intentaré—dije colocándome de pie—. Bueno, Ritsuka, volvamos a casa.

—¡Nooo, quedemosno un rato más, Haruki-chan, ¡quiero jugar un poco más con Murata-chan!!—exclamó el de ojos azules abrazando al pequeño cuerpo del pelirrojo.

—Déjalos jugar un rato más—intercedió Ugetsu colocando su mano en mi hombros obligandome a sentarme nuevamente—. Mafuyu siempre había querido jugar con un niño de su edad, yo juego con él, pero no es lo mismo, además, siempre quise que Mafuyu practicara socializar con niños de su edad y parece que se encariñó con Uenoyama-chan.

El pelirrojo solo asintió a las palabras de su padre.

—Está bien—cedí forzando una sonrisa.

—Bien, supongo que yo como anfitrión debo darles algo de comer a ustedes... iré a preparar algo—dijo Ugetsu levantándose y dirigiéndose a la cocina. Para ser un sótano es más lujoso que mi apartamento.

Mientras Ugetsu estaba en la cocina decidí darle toda mi atención a la conversación de los más pequeños.

—Puedes llamarme "Mafuyu"—comentó el pelirrojo con unos carritos de juguete en la mano—. ¡Y yo te llamaré "Ritsuka" porque ahora somos amigos!.

—¿Amigos?—cuestionó Ritsuka algo confundido, luego sonrió—. ¡Está bien, seamos amigos, Mafuyu-chan!.

—Bien, tenemos que decirle a tu papá para que vengas siempre a jugar conmigo—dijo el pelirrojo manteniendo una sonrisa en su rostro.

—¿A-A mi pa-pá?—habló nerviosamente Ritsuka.

—Sí, a tu papá, a Nakayama-san—respondió el pelirrojo empezando a comprender porqué Ritsuka reaccionó así—. ¿Nakayama-san no es tu papá?.

—No...—respondió el de ojos azules con vos temblorosa—mis papás no me quieren y... tampoco me extrañan... Haruki-chan solo me cuida por obligación y... creo que... ninguno me quiere...

Iba a abrazar a Ritsuka y aclararle que lo considero como un hijo, pero me detuve al ver cómo Mafuyu lo abrazaba.

—No creo que Nakayama-san te cuide por obligación porque cuando te cuidan por obligación suelen pegarte y tratarte mal, ¿Nakayama-san te trata mal?—dijo el pelirrojo sin soltar a Ritsuka. Obviamente el de ojos azules negó con la cabeza—. Si Nakayama-san no te quisiera ya te hubiera botado y no es obligación de Nakayama-san cuidarte, él lo hace porque quiere y te quiere, eso fue lo que entendí de lo que me contaste...

En cuestión de segundos el más alto abrazaba el pequeño cuerpito del pelirrojo fuertemente mientras lloraba. Se notaba que Ritsuka quería llorar desde hace días, pero se aguantaba, solo bastó las dulce palabras de Mafuyu para que él no pudiera resistir más.

—Yo fuí recogido de la calle—siguió hablando Mafuyu—. Ugetsu-chan me recogió y no lo hizo por lástima, él dice que cuando vió mis ojitos se enamoró de mí y por eso me ayudó: porque me quiere. Mi mami está en el cielo y yo la extraño mucho, pero ahora tengo a Ugetsu como papi y mami y él me quiere y me cuida mucho.

Ugetsu desde la cocina escuchó todo y sonrió. Yo también me sentí tranquilo porque esa eran las palabras exactas que Ritsuka necesitaba oír.

—¿Y por qué tú no lloras?—hipó Ritsuka aún llorando mientras el pelirrojo se limitaba a no soltarlo.

—No tengo porqué llorar, Ritsuka-chan, ¡tengo a papi Ugetsu y a Tama-chan conmigo y los quiero mucho y me quieren!—respondió el pelirrojo animadamente mientras Ritsuka seguía llorando en sus brazos.

Ciertamente era una escena hermosa verlos abrazados.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro