Capítulo 23
Me desperté sintiendo inmediatamente un ligero dolor de cuello debido a que dormí en una mala posición en el sofá de la sala de la casa de mi hermana.
Aparentemente pasé toda la tarde durmiendo, pude reponer por lo menos el 50% de mis energías...
—¡Vamos, Kou-chan!—oí que exclamó mi hermana, dirigí mi vista hacia el centro de la sala donde estaban mi hermana y mi sobrino, el menor estaba tratando de gatear—. ¡Tú puedes, Kou-chan!.
Sonreí al verla tan animada, mi sobrino intenta colocarse de pie, pero no cuenta con la suficiente fuerza para hacerlo.
—No te rindas nunca, Kouta-chan—comenté mirando al bebé que tenía un tierno brillo en los ojos.
Pasar tiempo con mi hermana y mi sobrino había iluminado un poco este horrible día.
Ugetsu sigue sin responder ni leer mis mensajes a pesar de haberlos recibido. Intenté llamarlo, pero no contesta, me preocupa mucho, tal vez algo le haya pasado.
"Haruki, ¿sabes el motivo por el que ahora me entusiasma volver?"
"No, no lo sé, dime cuál es el motivo"
"Mmmm... te lo diré cuando vuelva. Hasta entonces, piensa en mí"
Sonreí inconcientemente al recordar la sonrisa que tenía Ugetsu el día que nos tuvimos que despedir. En verdad quiero ver a Ugetsu, aunque estoy seguro de que me reclamará muchas cosas empezando por el tema de Ritsuka...
Irremediablemente comencé a pensar en Ritsuka, ¿estará comiendo bien?.
Había ocasiones en las que Ritsuka no quería comer. El menor prefería seguir jugando y saltarse una comida que comer, entonces yo tenía que darle la comida directamente a la boca como a los bebés, no me molestaba hacerlo, aunque Ugetsu siempre me repetía que dejara de hacerlo porque terminaría mal acostumbrando a Ritsuka. Pero siempre me resultó difícil no consentir a Ritsuka...
—¡Vamos, Kou-chan!—chilló mi hermana viendo al bebé que se reía mientras gateaba hacia ella—. Lo haces bien.
Sin duda, es lindo pasar tiempo con seres queridos cercanos...
💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️
Ya era de noche. Mi hermana se ofreció personalmente a llevarme a casa, tuve que aceptar porque no tengo tantas ganas de caminar.
—Bueno, por lo menos ahora estás un poco menos triste—dijo mi hermana. Ella iba conduciendo mientras que yo estaba en el asiento del copiloto.
Las ventanas estaban cerradas y el aire acondicionado estaba encendido. Kouta se quedó en casa con su padre.
Yo miraba a través de la ventana mientras mi hermana llevaba su vista fija en el camino. Las calles estaban un poco vacías. La luna iluminaba el oscuro cielo, aunque igual las estrellas no se pueden ver.
De pronto, me dí cuenta de algo.
—Hermana... esta no es la ruta a mi apartamento—dije, ella tenía una divertida y cínica sonrisa formada en sus labios. Algo trama—. ¿A dónde me llevas?.
—Ya verás—respondió la mayor sin borrar su sonrisa. Le tomé la palabra, no me queda de otra más que confiar en que ella y en qué no me llevará a algún mal lugar.
Reconocí el lugar en el que nos encontramos. Si seguimos por esta calle, llegamos al apartamento de Akihiko, pero dudo que mi hermana sepa eso.
—¿A dónde me llevas?—insistí. Ella no tiene por qué llevarme a otro lado que no sea mi casa. Tengo algo de ansiedad.
—¿Qué no es obvio?, ¡te llevo al apartamento de tu novio!.
—¿Eh?—musité confundido.
—Ya sabes, hablo del rubio lindo que te gusta—respondió con una sonrisa divertida logrando confundirme más—. Ah, hacen tan linda pareja...
—Akihiko no es mi novio, es mi ex—aclaré recostando mi cabeza de la ventana del auto—. ¿Y cómo tú sabes dónde vive Akihiko?, y más importante: ¿por qué me llevas para allá?.
Ella sonrió mientras me entregaba mi teléfono, ¿en qué momento me lo quitó?.
—¿Cómo lo desbloqueaste?—cuestioné guardando mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta—. ¿Qué tramas?, ¿qué estabas hablando con Akihiko?, ¿cuando tomaste mi teléfono?, ¿con qué otro contacto te comunicaste?, ¿por qué me llevas a casa de Akihiko?-
—¡Hablas mucho!—exclamó la mayor deteniendo el automóvil de repente, ya habíamos llegado—. Que tu novio responda tus preguntas.
—No es mi novio—dije negando con la cabeza. A pesar de lo mucho que me duela admitirlo, es la verdad, Akihiko y yo somos simplemente conocidos, ni siquiera amigos—. Llévame a casa...
—Nop. Hablé con Kaji, te vas a quedar viviendo con él un tiempo—respondió quitándome el cinturón de seguridad, sus repentinas palabras me sorprendieron bastante—. Tengo que hacer un viaje en estos días por lo que no puedes quedarte conmigo, y estar solo no te hace bien. Por eso, le pedí a Kaji que te permitiera pasar unos días aquí.
—¡¿Con permiso de quién planificaste todo eso?!. Además, ¡no hace falta que yo me quede en casa de alguien más!.
—¡No necesito el permiso de nadie!. Si tienes dudas, se las consultas a Kaji—dijo ella. Pero no estoy seguro de todo esto. Después del beso que nos dimos, no me creo capaz de mirar a los ojos a Akihiko. Además, no entiendo porqué tiene que hablar con Akihiko a mis espaldas y planificar algo sin mi consentimiento. Ni comprendo con exactitud porqué hace todo esto—. Vamos, Kaji debe estar esperándote, confía en tu hermana.
Suspiré, ella es demasiado terca, con llevarle la contraria no lograré nada. Nunca he podido ganarle una discusión ni mucho menos he podido hacerla cambiar de opinión en alguna ocasión. No me queda de otra más que hacerle caso.
—¿Segura que Kaji accedió a dejarme vivir con él?—consulté dubitativo. No quiero incomodar a Akihiko, él debe estar muy ocupado con Akimi...
—Me dijo que le encantaría vivir contigo otra vez—respondió ella esbozando una sonrisa pícara. Mis mejillas se tornaron rojas, ¿de verdad Akihiko dijo eso?.
Bueno, creo que Akihiko sí dijo eso ya que ella dijo "vivir contigo otra vez" y ella no sabía que Akihiko habitó mi apartamento durante cierta temporada.
Aún no estoy seguro, todo esto es muy repentino...
—¿De verdad está bien que me quede a vivir con el?—cuestioné casi en un susurro.
—¡Sí, así que ve con él!—exclamó mi hermana mayor—. Vamos, no hay problemas ni motivos por los cuales debas oponerte.
Dejé salir un suspiro resignado—Está bien.
Me bajé del auto, aún sintiéndome inseguro de esta situación, tengo muchas preguntas aún.
Hace algo de frío debido a que el invierno está próximo. Mi hermana se quedó esperando a que yo entrara, aparentemente no se irá hasta verme ingresar al lugar.
Bueno, al parecer no tengo más opción.
—¡No dudes tanto, hermanito!—chilló ella al verme quieto. Mi cabeza estaba llena de incertidumbre y algo de impresión por toda esta situación, pero estoy seguro de que no trama algo malo, por eso, simplemente le hago caso y sigo confiando en ella.
—De acuerdo—musité.
💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️💚❤️
Pasé un corto rato de pie frente a la puerta principal del apartamento de Akihiko, todavía tenía varias dudas merodeando por mi cabeza.
Siento que solo seré un estorbo, Aki debe estar muy ocupado con su hija y yo...
De pronto la puerta se abrió revelando a un Akihiko que tenía a Akimi en sus brazos.
Apenas la bebé me vió estiró sus manos hacia mí pidiendo que yo la cargara. Cumplí con la petición de la bebé y ella comenzó a reírse mientras yo la cargaba.
—Hola, Akimi—dije sonriendo, la bebé se reía a carcajadas mientras tocaba mi cabello.
—Tu hermana me avisó que ya estabas aquí y por eso abrí la puerta, iba a buscarte—comentó Akihiko haciéndose a un lado para permitirme pasar a su casa.
Ingresé al apartamento, me dirigí a la sala y me senté en el sofá. Akihiko se sentó a mi lado.
La sala estaba algo desordenada, supongo que Akihiko no ha tenido tiempo libre, ni siquiera para poner cada cosa en su lugar.
La bebé usaba solo el pañal y una camisa de color lila, además de unas cortas medias blancas. Mientras que Akihiko usaba un pantalón gris holgado y una camisa negra.
—¿Qué planean exactamente?, mi hermana no me aclaró muchas cosas, ¿y de quién fue la idea?—dije palmeando suavemente la espalda de Akimi. Akihiko sonrió y se encogió de hombros.
—Bueno, tu hermana me contactó y me preguntó si te podías quedar unos días aquí, pensé que sería lindo vivir juntos, en especial porque Akimi te ama. Sé que es algo repentino y que no lo consultamos contigo, pero ambos coincidimos en que no te hace bien estar solo ahora que la estás pasando mal...—dijo el menor cruzando sus piernas y entregándole el peluche de ardilla a la bebé.
Recordé cómo fue cuando me fuí a vivir solo, en aquel entonces mi apartamento me parecía frío y solitario, pero con el tiempo me fuí acostumbrado. No me deprime ni me molesta estar solo, realmente ando deprimido porque no puedo parar de pensar en lo mucho que le fallé a Ritsuka...
Aunque estar acompañado me distrae y me hace olvidar todo lo malo.
—Entiendo... supongo que no me queda de otra más que hacerles caso—respondí con una ligera sonrisa, me comenzó a parecer un poco hilarante esta situación—. ¿Seguro que estás bien con mi presencia aquí?.
—Claro, no te preocupes. Tú me recibiste en tu casa una vez, ahora me toca devolverte el favor—sonrió Akihiko sin dejar de verme, me quedé embobado con su sonrisa y la forma en que sus ojos verdes me miraban—. Y tranquilo, no te pediré ayuda con Akimi ni te dejaré a cargo de ella ni nada por el estilo. Tengo en claro que es mi responsabilidad, y soy yo quien debe hacerse cargo.
—No me molestaría ayudarte un poco—comenté.
Akihiko no recibe el apoyo de nadie, por ende, me parece admirable que Akihiko críe a su hija solo. En verdad él es muy fuerte...
—Oye, Haruki, deberíamos de ir a dormir ya, es bastante tarde—habló Akihiko colocándose de pie y cargando a Akimi. La bebé hizo puchero—. Hoy Akimi estrena su cuna.
—¿Cómo así?.
—No te dejaré durmiendo en el sofá, sería muy incómodo para ti—dijo, mis mejillas se pusieron rojas al saber que rumbo tomaría esta situación.
—¡No hace falta, está bien, no me molestaría dormir en el sofá!.
—Ese sofá es muy incómodo...
—¡Pero si dormimos tú y yo en la misma cama-!
Me callé y simplemente desvié mi mirada avergonzado. ¿Qué intenté decir con exactitud?, ¿"pero si dormimos en la misma cama pareceremos la pareja que no somos"?, decir eso tornaría la situación más extraña e incómoda.
Ah, todavía estoy ocupado asimilando todo lo que sucede.
—Está bien, no me molesta dormir juntos—reveló Aki mientras se dirigía a la habitación—. Claro, dormiremos juntos solo si tú quieres, no pienso obligarte a nada.
Bajé mi cabeza. La verdad no me molestaría dormir con Akihiko, aún lo amo...
—De acuerdo.
Y lastimosamente no me puedo negar a una oportunidad de estar cerca de él.
—Bien—sonrió el rubio. Se dirigió a su habitación con la bebé mientras yo fui al baño.
Me miré en el espejo del baño y suspiré. Mi hermana siempre hace este tipo de cosas sin mi consentimiento, y siempre termino aceptando lo que hace porque sé que no tiene malas intenciones.
Pero... ¿dormir con Akihiko?, ¡ni siquiera cuando fuimos novios dormimos juntos!, o bueno creo que lo hicimos en una ocasión... pero fue hace tiempo y cuando éramos pareja, ahora... ahora prácticamente no somos nada creo. Y sin embargo...
Toqué mis labios recordando la sensación que tuve cuando Akihiko me besó más temprano. Él me besó... en verdad lo hizo...
"Haruki, Akihiko no es el tipo de persona que miente con respecto a sus sentimientos"
Ugetsu tenía razón, Akihiko nunca me dijo que ya no sentía nada por mí... hay demasiadas cosas entre nosotros por resolver. Pareciera que, a cada paso que damos, una nueva piedra aparece en el camino, y siempre la piedra que sigue se vuelve más grande que la anterior... pero así es la vida. Aún si no soy pareja de Akihiko, igual tendré cosas difíciles por las cuales pasar. No debo dejarme vencer por unas absurdas piedras en el camino.
Ugetsu... sigue sin contactarme. Solo puedo pensar en que algo malo le sucedió.
Me quité mi chaqueta dejándome solo la camisa blanca de manga corta que tenía debajo. Luego me lavé la cara.
Inhalé profundo tomando un poco de valor para afrontar esta peculiar situación.
Dejé mi chaqueta en el baño y caminé lentamente hasta la habitación, adentro se encontraba Akihiko sentado en su cama y Akimi ya estaba dormida en su cuna.
La cama estaba junto a la pared en una esquina y la cuna estaba cerca de la cama. Lo demás estaba igual a como estaba la última vez que vine.
—Ella siempre duerme conmigo en la cama, me sentía más cómodo estando junto a ella. En especial en esos momentos en que me siento solo y me doy cuenta de todos los errores que he cometido—dijo Akihiko sintiéndose nostálgico. Yo simplemente me senté a su lado y acaricié su cabeza. Akihiko parece un niño nervioso asustado—. Realmente nunca me arrepentí de haber tomado la responsabilidad como padre de Akimi...
Sonreí cálidamente ante sus palabras. Luego me arrojé a la cama para posteriormente acostarme de frente a la pared, cubrí mi cuerpo con las sábanas. Sentí como Akihiko se acostó a mi lado, probablemente está acostado boca arriba.
Estábamos en silencio, habían tantas cosas por las cuales hablar, pero no decíamos ninguna. Sigo sin acostumbrarme a esta situación...
—Oye, Akihiko... ¿de que más hablaste con mi hermana?—dije, aún dudando de si era buena idea empezar una conversación.
—No hablamos mucho, solo me preguntó si tú y yo éramos pareja, le conté la situación y fue entonces que me pidió el favor de que te recibiera en mi casa—contestó Akihiko. Hablábamos en un tono de voz bajo ya que Akimi está dormida no muy lejos de nosotros—. Oye, Haruki... Ugetsu vino a verme en la tarde.
Me senté repentinamente.
—¡¿Ugetsu estuvo aquí?!—pregunté sorprendido e intrigado por saber qué es de la vida de ese violinista.
—Sí, me pidió que te dijera que su teléfono se quedó en el hotel y por eso no te ha contactado—respondió el rubio con su mirada fijada en el techo. Si Ugetsu estuvo aquí, significa que llegó bien de su viaje...
Sonreí. Me alegra saber que Ugetsu está bien...
Me volví a acostar en la cama, pero esta vez boca arriba. Estoy satisfecho con el simple hecho de saber que a Ugetsu no le pasó nada malo.
Sentí la mano de Akihiko deslizarse entre las sábanas hasta alcanzar mi mano, entrelazó nuestros dedos.
—Aki...
—Oye, Haruki... ¿tú... que sientes por Ugetsu?—preguntó el rubio de repente.
Desvié mi mirada hacia el techo, acaricié con mi dedo pulgar el dorso de la mano de Akihiko.
—No sabría cómo describir lo que siento por Ugetsu—confesé sin despegar mi mirada del techo—. Ugetsu es una persona muy importante para mí. Es más que un amigo, es familia. Durante estos meses, Ugetsu y yo formamos un vínculo especial, no es amistad, es algo más allá de eso, lo aprecio mucho.
Akihiko permaneció en silencio un rato. Luego decidió hablar.
—Si Ugetsu te gusta... deberías decírselo—musitó el rubio tratando de soltar mi mano, pero se lo impedí, no quiero que me suelte. No quiero ver nuestras manos alejándose—. Una vez te lastimé por haber querido egoístamente mantenerte a mi lado... no quiero cometer el mismo error. Si tú dejaras de querer estar a mi lado, tendré que aceptarlo. Sé que serías capaz de perdonarme el mismo error mil veces, y precisamente por eso no quiero abusar de la confianza que pones en mí...
—Akihiko... puedes ser todo lo egoísta que quieras conmigo—susurré sabiendo perfectamente lo que implicaban esas palabras. Mi corazón planeaba salirse de mi pecho y sentía un cosquilleo en mi estómago, mi mano permanecía tomando la suya—. Eres y siempre serás la única persona que me gusta...
—Haruki... también me gustas—respondió levantándose y colocándose encima mío, sus manos estaban a ambos lados de mi cabeza y su rostro estaba a una no muy corta distancia del mío. Lo miré embobado, sus ojos estaban conectados a los míos—. Perdóname por todo.
Cuando acepté ser pareja de Akihiko, sabía que situaciones difíciles sucederían y tendríamos muchas dificultades... pero no me importó, ciegamente me arrojé al vacío esperando caer bien, precisamente porque lo amo demasiado.
—Akihiko-
—Te amo, Haruki—susurró el rubio abrazándome dejando su cabeza reposar en mi pecho. Mis mejillas se tornaron rojas, podía sentir los acelerados latidos del corazón de Akihiko, mi corazón latía igual de rápido que el suyo. Acaricié su rubio cabello con delicadeza, realmente parece un niño grande.
—También te amo—respondí casi en un susurro. Akihiko se separó un poco de mí para poder verme, nuestras miradas estaban conectadas, segundos después nos besamos, rodeé su cuello con mis brazos para pegarlo más a mí.
De mis ojos habían salido unas pequeñas lágrimas, pero no eran como las que he derramado todos estos días, estas lágrimas eran de felicidad.
Estuvimos besándonos un buen rato, saboreando los labios del contrario, solo nos separamos por cortos lapsos de tiempo para respirar, luego retomabamos el beso. Al rato simplemente nos quedamos abrazados sintiendo como latía el corazón del otro, Akihiko seguía encima mío, pero con su cabeza recostada de mi hombro.
—Seguro... que Yayoi seguirá haciéndonos la vida imposible, me esforzaré por cuidarte. Sabes que siempre estaré de tu lado—dijo el rubio sin separarse de mí—. Y... por favor... deja crecer tu cabello...
—Está bien—contesté—. Yo... realmente estoy asustado, Yayoi ha hecho demasiadas cosas que ni siquiera sé que esperar. Todavía me siento sucio a pesar de que fue ella quien me obligó a tocarla...
—Tranquilo...
Sus calmadas palabras lograban hacerme sentir un poco mejor. Me sentía increíblemente satisfecho al tener a Akihiko abrazándome. Aún siento ese vacío que me dejó Ritsuka, pero por ahora me concentraré en Akihiko. Fueron tantas cosas que han sucedido este día que solo quiero descansar y olvidarme de todo.
Cerré mis ojos dispuesto a dormir cuando repentinamente escuchamos un escandaloso llanto. Akimi se había despertado y estaba llorando.
—Me asusté, pensé que era otra cosa—confesé sentandome en la cama al mismo tiempo que Akihiko también lo hacía.
El rubio suspiró—Descuida, yo me encargo.
Acto seguido el rubio se levantó y tomó a la pequeña bebé en brazos y empezó a mecerla. Sin embargo, la bebé no parecía querer tranquilizarse.
—Creo que está molesta porque hoy no está durmiendo en la cama con su papá—supuse colocándome de pie.
—Ella siempre se despierta rato después de que se duerme, casi siempre porque tiene hambre—dijo Akihiko caminando a la cocina mientras yo lo seguía. Cargué a Akimi.
—Tranquila, Akimi-chan, papá se está encargando de prepararte el biberón—le susurré a la bebé. Ella tenía un puchero en sus labios y sus manitas estaban sujetando mi pecho. En ocasiones como esta, se nota lo mucho que Akimi necesita de una mamá.
—Listo—habló Akihiko extendiéndome el biberón lleno de leche, lo tomé y comencé a dárselo a Akimi, ella se quedó tranquila mientras bebía el contenido del envase—. Volvamos a la habitación...
Akimi cerró sus ojos mostrándose sumisa y tranquila mientras bebía la leche. Akihiko y yo caminamos de regreso a la habitación.
—Creo que le incomoda dormir en la cuna, se inquietó cuando entramos a la habitación—comenté sentandome en la cama. Akimi me veía suplicante, aparentemente no quiere dormir en la cuna.
—Tendrá que acostumbrarse, no siempre va a dormir con nosotros—respondió Akihiko sentandose a mi lado, Akimi nuevamente hizo puchero mientras veía a su papá.
—Oye, no le digas eso, la irritas—dije dirigiendo mi mirada nuevamente a la bebé en mis brazos. Akihiko suspiró y se recostó en la cama—. Tranquila, Akimi-chan, no te dejaré durmiendo en la cuna si no te gusta.
—No hay que mimarla tanto...—masculló el rubio.
—Está bien, ella es pequeña, dejemos que duerma con nosotros—dije sonriendo.
Akimi tardó unos minutos en tomarse toda la leche del biberón. Luego Akihiko se encargó de sacarle los gases a la bebé. Y a la final terminamos durmiendo los tres en la cama, Akimi en el medio de los dos.
—Te cuento que Akimi se mueve demasiado—avisó el rubio cubriéndonos a mí y a Akimi con la cobija. La bebé abrazaba su peluche de ardilla con su brazo izquierdo mientras que con su mano derecha sujetaba mi camisa—. Hija, espero que mínimo me permitas dormir dos horas.
—Akimi-chan es muy linda y amable, estoy seguro que ella nos dejará dormir más de dos horas—respondí mirando a Akihiko.
Él me sonrió. Segundos después, los tres nos quedamos dormidos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro