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Capítulo 18

Los días pasaron más rápido de lo que creí, ya mañana me correspondería llevar a Ritsuka a casa de sus padres. Y se supone que pasado mañana Ugetsu volvería de su viaje, lo que quiere decir que para cuando el violinista llegue a Japón, Ritsuka ya estará con sus padres.

Quise contarle a Ugetsu cómo realmente me sentía, pero no quería preocuparlo, él estaba muy ocupado con el tema de sus conciertos. Mafuyu grabó cada uno de los conciertos con su teléfono y me envió los vídeos.

—Tocas excelente, eres muy impecable—le dije a Ugetsu apenas contesté la llamada telefónica. Yo estaba acostado boca abajo en la cama y Ritsuka estaba acostado sobre mi espalda mientras sus bracitos rodeaban dulcemente mi cuello, el teléfono se encontraba en mis manos.

Lo sé, toco el violín excelente—respondió el violinista con aires de superioridad.

¡Rit-su-ka-chan~!—chilló Mafuyu.

—¡Mafuyu-chan!—exclamó Ritsuka tomando el teléfono—. ¡Te extraño~!

Se oyó a través del teléfono la dulce risa del pelirrojo—¡También te extraño!.

¡Sigo pensando que están muy pequeños para extrañarse con tal magnitud!—reclamó Ugetsu, probablemente cruzado de brazos.

—¡No estamos pequeños!—refutó Ritsuka.

Entonces comenzó una discusión entre Ugetsu y Ritsuka que realmente me causaba gracia, de fondo podía oír una pequeñas risitas que soltaba Mafuyu.

—¡Si Ugetsu-chan puede estar enamorado de Haruki-chan, yo puedo estar enamorado de Mafuyu-chan!—exclamó repentinamente el de ojos azules con sus mejillas infladas. Mi mente se quedó en blanco por unos segundos debido a las palabras del menor, la verdad jamás había pensado en la posibilidad de que Ugetsu me amara de esa forma.

¡C-Cállate, mocoso!, ¡deja de decir disparates!—balbuceó Ugetsu, lo conozco, él estaba nervioso y probablemente con sus mejillas rojas.

—¡Es la verdad, Ugetsu-chan está perdidamente enamorado de Haruki-chan y no me deja abrazar a Mafuyu-chan!.

¡Confirmo, papi Ugetsu quiere mucho mucho mucho a Haruki-san y quiere darle muchos besitos y se quiere casar con él y quiere formar una familia juntos para luego tener hijos que serán mis hermanitos y jugaremos mucho y tendremos muuuchos perritos y gatitos y jugaremos mucho todos y seremos felices y-

Se dejó de oír lo que decía Mafuyu, probablemente porque Ugetsu le cubrió la boca para que el menor guardara silencio. Reí dulcemente al procesar lo que dijo el pelirrojo.

¡T-Tú también guarda silencio!—tartamudeó el violinista—. Hablamos luego, tengo que arreglar el desastre que hizo Mafuyu con las maletas.

¡Yo intentaba ayudar a papi Ugetsu a empacar todo!—se excusó el pelirrojo—. No es mi culpa que las maletas se hayan hecho más pequeñas y que por eso no entre toda la ropa, además, usé el estuche del violín como maleta...

¡¿Q-Qué?, ¿qué le hiciste al estuche de mi violín?.

Nada, papi—respondió Mafuyu, juraría que esbozó una pícara sonrisa.

Hablamos luego, Haruki, necesito saber que hizo Mafuyu con mi estuche de violín—me dijo Ugetsu.

—¡Bye, Mafuyu-chan~!—chilló Ritsuka.

¡Hasta luego, Ritsuka-chan!—respondió Mafuyu riendo.

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Llevé al cine a Ritsuka, también lo llevé a comer, quise que pasara un lindo día y una divertida tarde. Ver su risa y sus ojos desbordando alegría me relajó bastante. La tarde pasó más rápido de lo que pensé. En la noche Ritsuka y yo vimos un par de películas en casa.

También jugamos juntos, pasamos tiempo de calidad.

—¿Y qué haremos mañana?—preguntó Ritsuka riendo. Él jugaba con sus peluches en su lado de la cama mientras yo simplemente estaba leyendo unos mensajes que me había enviado Ugetsu.

—Bueno... mañana...

¿Qué podía decirle?, ¿"Mañana te llevaré a casa de tus padres porque soy un cobarde"?, creo que no hay forma de decirle la verdad sin alterarlo.

—¿Haruki-chan?, te siento extraño...—comentó el de ojos azules soltando sus juguetes, se acercó a mí, se sentó a mi lado y colocó sus manitas en mis mejillas como acostumbra a hacer cada vez que quiere leer mi mente—algo sucedió... ¿Haruki-chan?

—Ritsuka... si yo hiciera algo que probablemente te molestara o te decepcionara, ¿cómo reaccionarías?.

—Haruki-chan jamás podría decepcionarme... Haruki-chan siempre haría lo mejor para mí—respondió el menor con una sonrisa, pero al ver mi expresión de ansiedad borró su sonrisa—. ¡Dime qué sucede!.

—Probablemente me vayas a odiar por ello...—musité desviando la mirada, pero Ritsuka apretó mis mejillas haciendo que mi mirada volviera a encontrarse con esos ojos azules.

—¡Yo no voy a odiar a Haruki-chan!—declaró con la determinación grabada en sus ojos, su característica determinación—. ¡Yo quiero mucho a Haruki-chan!.

—También te quiero, Ritsuka. Espero... que lo que pase mañana no afecte ese cariño que sientes por mí—le susurré tomando sus pequeñas—. Prometo que estaré haciendo lo mejor por ti siempre, incluso si eso implica abandonarte, trataré de buscar la solución que menos te afecte, Ritsuka.

—Haruki-chan...—murmuró abrazándome, él no comprendía del todo mis palabras, pero aún así me abrazó.

El sonido del timbre del apartamento interrumpió este ameno momento, miré extrañado a Ritsuka, no esperábamos visitas.

Fuí a abrir la puerta siendo seguido por el menor.

—¡Kyaaaaa!—chilló Ritsuka al ver su peluche con forma de perrito en manos de mi hermana mayor—. ¡Muchas gracias!.

Ritsuka tomó su peluche y lo abrazó muy fuerte.

—Mocoso, no vuelvas a olvidar tus peluches, Kouta-chan le había tomado cariño y fue difícil quitárselo—dijo mi hermana parada en el umbral de la puerta.

—Muchas gracias—respondí abrazándola. Mis hermanas me apreciaban mucho porque yo era su único hermano y el más cuerdo de los tres—. ¿Y Kouta-kun?.

—Está con su papá—suspiró la mayor—. Él dijo que quería pasar tiempo a solas con su hijo así que aproveché la ocasión para traer ese peluche.

—¡Gracias~!—repitió el de ojos azules brillantes.

—No hay de qué, sobrino—contestó mi hermana sonriendo—. Bueno, ya me voy, quiero aprovechar que mi esposo está ocupado con Kou-chan para tomarme un tiempo para mí.

—Vas a jugar videojuegos el resto de la noche, ¿verdad?.

—Ya me conoces—dijo la mayor.

—No te desveles—le recordé, ella siempre ha sido muy descuidada con ella misma.

—¡Nos vemos~!—respondió mi hermana mientras se dirigía a las escaleras para irse.

Cerré la puerta luego de verla irse. Ritsuka había corrido a la sala donde se puso a jugar con el peluche y sus otros juguetes.

—¡Perrito-chan no debe extraviarse así, dije que veríamos a corderito-chan, no dije que nos quedaríamos junto a corderito-chan, perrito-chan siempre me desobedece!.

Era algo hilarante y tierno ver como Ritsuka regañaba a su perro de peluche por quedarse en un lugar donde él mismo lo dejó.

—No seas tan duro con él—intercedí colocando mi mano en el hombro del menor—. Tú también te distraías con corderito-chan.

—¡Pero es distinto, perrito-chan nunca obedece a lo que le digo!—espetó Ritsuka cruzado de brazos—. Es distinto a Mafuyu-chan... Mafuyu-chan siempre me hace caso... y sigue todas mis locuras... y yo siempre lo apoyo con lo que hace... y jugamos casi siempre lo que él quiere porque me gusta la cara que pone... ¡extraño a Mafuyu-chan!.

Nuevamente Ritsuka se puso a llorar, tal y como lo hacía en el momento en que le dije que Ugetsu y Mafuyu se irían de viaje. Con sus mejillas rojas mientras en estas se deslizaban lágrimas.

—¡Tranquilo, no llores, recuerda que falta poco para que Mafuyu-chan vuelva, no querrás que él se sienta mal porque lo único que has hecho en su ausencia es llorar!—dije nervioso acariciando sus oscuros cabellos, jamás se había puesto tan llorón por algo.

—¡Pero también se sentirá mal si me siento feliz si no está!—argumentó Ritsuka tratando de limpiar inútilmente sus lágrimas, lo cargué y lo mecí, en momentos como este Ritsuka parecía ser nuevamente un bebé.

—Buen punto, solo deja de llorar, te enfermas con facilidad y si sigues llorando tendrás que volver al hospital con las agujas—respondí.

—¡Agujas no!—chilló Ritsuka asustado mientras escondía su carita en mi pecho.

—¿Ya no vas a llorar?.

—¡No, ya no lloraré!.—Se apresuró en responder.

Lo de la inyecciones y esas cosas las usaba mi hermana mayor para molestarnos a mi hermana menor y a mí.

—Muy bien—sonreí acariciando sus cabellos, lo seguí meciendo hasta que se quedó dormido en mis brazos, realmente a veces parece un bebé.

Ugetsu también me había dicho que Mafuyu se la pasaba insistiendo con regresar porque quería ver a Ritsuka, Ugetsu se preguntaba que si Mafuyu era masoquista como para querer volver a estar cerca de la persona que lo asfixia y lo sofoca.

Yo también extraño a Ugetsu... por eso, me alegra verlo feliz durante sus conciertos, ese lado serio y a la vez emocionado de Ugetsu que solo se muestra mientras toca el violín me da sosiego.

Acosté a Ritsuka en la cama, en eso, me percaté que mi teléfono estaba sonando. Era Ugetsu, me dirigí al balcón para contestar. Contesté la llamada y lo coloqué en alta voz.

Hola, amor—dijo Ugetsu apenas contesté a su llamado, debí haberlo visto venir.

—Hola Ugetsu, siempre llamas cuando estás almorzando y aquí es de noche—dije teniendo en cuenta que en el país donde está es casi medio día.

Claro que no... bueno, sí, pero es que el resto del día estoy ocupado y siempre me acuerdo de ti cuando me despierto.

—Incluso allá te despiertas tarde, eres muy perezoso—contesté sonriendo, se notaba en su voz que acababa de despertarse.—. ¿Y Mafuyu?.

Mmmm... él está tomando una siesta, se levantó temprano, se preparó el desayuno y se puso a estudiar, pero se quedó profundamente dormido mientras leía así que lo acosté en la cama y ahí está—respondió el violinista bostezando—. Mafuyu se trajo los libros para practicar su lectura aquí, ya casi no se equivoca, pero igual tiene la determinación de querer leer fluido como Ritsuka.

—Te comprendo, Ritsuka se puso a llorar justo hace rato por querer ver a Mafuyu—comenté.

No me imagino que tanto lo asfixiará cuando se reencuentren—rió suavemente. Supongo que Ugetsu tiene cuidado de no hablar fuerte para no despertar a Mafuyu—. Oye... Haruki... ¿a ti como te va?.

—Normal... supongo—musité. La situación con Akihiko se encuentra igual de volátil, hay veces que estamos bien y hay veces que se comporta raro, aunque supongo que está extraño por el cansancio de criar a Akimi, trabajar y estudiar al mismo tiempo. De Yayoi no he sabido absolutamente nada, muy poco asiste a clases y no me la he cruzado para nada en la universidad, tal vez me está evitando (por alguna extraña razón), y sin embargo, siendo sincero prefiero que no ande vigilandome constantemente a que me ignore. Y de los padres de Ritsuka tampoco he sabido nada, solo sé que sigue en pie lo de llevar a Ritsuka para su casa mañana. Las cosas están complicadas, pero así fueron desde un inicio así que "normal" sí define como estoy ahora.

Ya veo... ¡explícate con "normal", no evadirás hablar de tus problemas conmigo!—refunfuñó Ugetsu probablemente con sus brazos cruzados—. A veces tienes que simplemente aceptar la ayuda que otros te proporcionan. Como yo, por ejemplo, te quiero ayudar, pero no dejas que te ayude. ¡Eres necio y muy amable!

—Lo dices como si fuese una ofensa llamarme "amable"—reí sin gracia.

¡En tu caso lo es, siempre eres muy amable que me exasperas, sé más egoísta!—contestó Ugetsu—. Haruki...

—¿Por qué te preocupas tanto por mí?, digo tú-

Tú mismo lo dijiste: somos amigos. Los amigos se preocupan por los amigos... ¿no?, nunca tuve un amigo, pero esto es algo parecido a la relación que tuve con Akihiko antes de acostarnos por primera vez ¿verdad?.

—Mmmm... Ugetsu... y... sobre lo que dijeron Mafuyu y Ritsuka en la mañana...

Ah... te acuerdas de eso...

—Pues sí, sucedió en la mañana.

¿Que te puedo decir?, yo no me enamoraré de nuevo, no le creas las locuras de los niños, ellos solo quieren molestarme—dijo el violinista, sonaba nervioso.

—¿Seguro?, no me convence...

¡Oh, Mafuyu hijo, ya te despertaste, oh, cierto, te prometí que te ayudaría con... con la tarea, sí, la tarea. Hablamos cuando vuelva a Japón, Haruki!—balbuceaba Ugetsu riendo nervioso.

—¿Sabes lo mal mentiroso que eres?—cuestioné riendo.

¡Bye, Haruki~!—respondió el menor.

—Está bien, adiós.

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