Capítulo 17
Salí de la habitación sigilosamente, teniendo cuidado de no despertar a nadie, pues ya era casi media noche. Bajé la escaleras con suma cautela y salí hacia el porche para poder hablar en paz. Me senté en una silla en el porche y le marqué al número de Ugetsu, luego de dos pitidos contestó.
—Hola, amor—fue lo que me dijo el violinista—. Espera, allá es media noche, ¿no?, ¿por qué no estás dormido?, estoy almorzando.
—Ugetsu, ¿qué es lo urgente que debemos hablar?—dije, mi mente estaba por ceder al sueño hasta que leí el "Tenemos que hablar urgente" de Ugetsu, mis nervios y ansiedad me llevaron a tal punto de hacerme escapar a mitad de la noche para hablar con él.
—Ah eso—musitó el violinista—. Déjame acabo mi hamburguesa y te cuento.
—¡Ugetsu!.
—¿Que?, ¿crees que no tengo a un buitre pelirrojo acechando mi hamburguesa?—preguntó el violinista.
—Me estoy muriendo del sueño, creo que mejor hablamos mañana...—respondí bostezando.
—¡No, no, olvídalo, hablaré!—exclamó rápidamente Ugetsu—. Mafuyu, tregua, por favor no le quites el pan a mi hamburguesa... ¡espera, no, baja eso!. ¡Mafuyu Murata, sentado en la cama ahora mismo y quieto hasta que papá termine de hablar!.
—¿Todo bien por allá?—inquirí oyendo claramente la pequeña discusión de Mafuyu y Ugetsu.
—No es nada, solo que Mafuyu se volvió vengativo—comentó el Murata mayor antes de dejar escapar un suspiro—. Bueno, Haruki, como te iba a decir: tengo una teoría.
—Dila antes de que me quede dormido hablando contigo—dije acomodándome en la silla.
—¿En algún momento cuando te pidió que terminaran el te dijo que no te amaba?—preguntó el violinista—. Tal vez lo obligaron a terminar contigo.
—No lo creo—respondí—. Akihiko dijo que quería concentrarse en Yayoi y en Akimi-chan, además, dijo que aceptaría casarse con Yayoi.
—Aún así no dijo que no te amaba, ¿me equivoco?. Espera un minuto, ¿quien es Akimi?, ¿tan rápido embarazó a otra mujer?.
—No, Akimi-chan es su hija, nació ayer—aclaré riendo, aunque la gracia me duró muy poco al recordar el tema de Akihiko—. ¿Tú crees que él haya terminado conmigo por la influencia de alguien más?.
—Sí, específicamente de Yayoi, no soy de insultar a las demás ni de acusar sin tener pruebas, pero la muy perra se ganó mi desprecio—dijo Ugetsu, probablemente cruzado de brazos—. Mafuyu, ni intentes repetir la mala palabra que dije.
—Aún así... si Akihiko hubiera terminado conmigo por la influencia de Yayoi, ¿por qué se dejaría manipular por ella?, él quería que nuestra relación funcionara—dije flexionando mis piernas para subirlas a la silla y abrazarlas—. Aunque... ahora que lo dices... cuando Akihiko y yo nos encontramos ese día, se le veía muy ansioso y nervioso, él quería decirme algo más y solo se disculpaba... podía sentir que él no quería terminar conmigo... o tal vez fue mi imaginación... no lo sé.
—Oye, Haruki, dejarte ir es difícil, eres una persona muy inolvidable, por lo que él que te abandona no sabe lo valioso que eres—dijo Ugetsu, juraría que su cara está roja—. Te lo he dicho muchas veces y te lo repito: eres un chico increíble. No me sé explicar muy bien y eso me pone tan nervioso que me pongo a la defensiva, pero contigo... contigo me siento muy tranquilo...
Mis mejillas se calentaron un poco ante sus palabras.
—Siempre dices cosas muy lindas sobre mí, no lo merezco—comenté. Hacía un poco de frío, incluso las plantas se movían por la fuerte brisa que pegaba. Todo estaba tan silencioso, extrañaba este silencio—. Volviendo al tema: creo que tienes razón, Ugetsu, Akihiko no puede ponerse en contra de Yayoi porque fácilmente ella podría quitarle a la bebé, siempre la madre tiene esa ventaja. Y si Akihiko realmente quisiera casarse con Yayoi, ya lo hubiera hecho por el desespero por la boda que tiene Yayoi...
—Exacto... ¿sabes que?, tomaré el primer vuelo de regreso a Japón, un concierto no es tan importante...—dijo Ugetsu.
—No, no hace falta que vengas—respondí. Lo extraño bastante, pero no quiero que se pierda esta oportunidad tan importante.
—Te extraño, te amo, te adoro y te cuelgo porque quiero terminar de comer—confesó Ugetsu—. Bye, Haruki~
—Adiós—musité antes de colgar la llamada. Suspiré y me apresuré en volver a la habitación. Me acosté en mi cama e inmediatamente mi torso fue envuelto por los pequeños bracitos de Ritsuka.
—¿Dónde estabas?—preguntó el menor con sus ojos cerrados.
—Afuera, hablaba con Ugetsu, te cuento mañana, hay que dormir—contesté, besé su frente y me dispuse a dormir.
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El día siguiente lo disfrutamos en familia, más que nada nos poníamos al día entre todos. Mis padres me contaron como les ha ido con la granja y esas cosas, mi hermana nos habló sobre cómo ha crecido su hijo, mi otra hermana hablaba sobre las futuras carreras que estudiará. Yo les hablé sobre la universidad y sobre Ritsuka.
Mi padre, mi hermana mayor, Ritsuka y yo sembramos y cosechamos en el huerto. Alimentamos a los adorables animales de granja y jugué con Ritsuka durante mi tiempo libre.
Para la tarde decidí volver a casa, no nos podíamos quedar tanto tiempo, mis padres quedaron satisfechos con todo lo que les conté de Ritsuka y me pidieron llevar nuevamente a su "nieto".
—¿Por qué no podía traerme a corderito-chan?—preguntó Ritsuka durante el camino de regreso.
—No podemos mantener correctamente a corderito-chan allá en la ciudad, mi niño—respondí dirigiéndole una fugaz mirada. Él se estaba comiendo los caramelos restantes que había en la bolsa.
—¿Algún día volveremos a venir?—cuestionó el menor.
—... Sí—mentí.
—Haruki-chan, entonces... Kouta-chan es mi primito, ¿no?.
Kouta es mi sobrino.
—Sí, es tu primito—contesté sonriendo—. No comas tantos caramelos, guarda para después.
—Ok, Haruki-chan.
Guardó la bolsa con caramelos dentro de su mochila.
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Al llegar a casa era de noche. Ritsuka se quedó dormido dentro del automóvil por lo que tuve que cargarlo junto con el resto de cosas al apartamento. Lo acosté en la cama sin despertarlo.
Me eché en el sofá totalmente exhausto. Había sido un largo día, me dolía un poco la cabeza por el sol que tomé en la mañana cuando trabajaba en la huerta de mi papá. Fue gracioso la forma en que Ritsuka se quejaba sobre qué era muy pequeño como para trabajar.
Me dí un relajante baño para desestresarme y relajarme. Miré mi reflejo en el espejo del baño. ¿Realmente me veo mejor con el cabello largo?.
Ritsuka tuvo razón cuando dijo que estoy más delgado, pero simplemente no tengo hambre.
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Al salir del baño después de haberme vestido, tomé mi teléfono y le envié un mensaje a mis padres, había olvidado decirles que habíamos llegado bien a casa.
—¡Haruki-chan!—chilló Ritsuka. Corrí hasta la habitación para encontrarme con un Ritsuka sentado en el suelo mientras tenía lágrimas en los ojos—. Creo que dejé en la granja a mi peluche favorito.
—¿El de gatito?, no, yo lo traje—respondí agachándome y sacando un pañuelo de mi bolsillo para secar sus lágrimas.
—Hablo del peluche de perrito—aclaró Ritsuka mientras inconcientemente hacía un puchero, sus mejillas y nariz se tornaron rojas justo como le sucede cada vez que va a llorar—. El peluche que te dije que me recordaba a Mafuyu-chan...
Sé cuál dice. El otro día que íbamos a comprar comida, Ritsuka vió un peluche que le fascinó y dijo que ese peluche le recordaba mucho a Mafuyu, al ver ese brillo que tenía en los ojos decidí comprar el objeto y regalarselo
—Creí haberlo empacado antes de venir—comenté, tomé la mochila de Ritsuka para ver si casualmente estaba el peluche.
—Sí, pero yo lo saqué para llevarlo a conocer a corderito-chan... Haruki-chan...
—Tranquilo, primero que nada: no llores, ¿ok?. Todo está bien—le dije.
—Es que... Haruki-chan...
—Calma, hijo, le escribiré a mi hermana, le pediré que traiga el peluche cuando venga, todo estará bien—le susurré uniendo su frente con la mía, segundos después él se separó para abrazarme—. Tranquilo, mi niño, te prometo que tendrás tu peluche de vuelta.
—Gracias, Haruki-chan—respondió sin soltarme, reí dulcemente antes de susurrarle un "de nada".
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Al día siguiente en la escuela, fue sorprendente para muchos ver a Akihiko cargando a una bebé de pocos meses. Supongo que él no tiene a alguien que cuide a la bebé mientras está aquí en la universidad.
Varios se rieron de él, Akihiko siempre fue un "macho que se respeta" como le dicen aquí y que ahora él esté con una bebé es algo "humillante". Obviamente a Akihiko no le importa lo que dicen de él, pero a mí me molestó bastante. Yayoi no asistió a la escuela.
Subí las escaleras hasta la azotea de la escuela tomado de la mano con Ritsuka. Al llegar vimos a Akihiko sentado en una esquina cargando a la bebé.
—¡Sobrina!—gritó Ritsuka corriendo hacia Kaji.
—¡Con cuidado, Ritsuka!—advertí viendo cómo el menor llegaba hasta la menor y la veía con estrellas en los ojos.
La bebé estaba despierta y veía al menor con una expresión neutra.
—Estaba tratando de dormirla...—murmuró Akihiko notando que ahora la bebé estaba más despierta que antes.
—Akimi-chan debe crecer rápido para jugar conmigo, le enseñaré a jugar a las cartas para que me ayude a quitarle caramelos a Mafuyu-chan—decía Ritsuka sin apartar la vista de la rubia.
—Akihiko, no solías subir a la terraza más que para fumar—comenté sentandome al lado del aludido. Ritsuka le daba su total atención a su sobrina—. Ahora vienes en busca de silencio para dormir a tu hija.
—Si también quieres burlarte de mí, adelante, lo tengo merecido, nada de eso me importa realmente—dijo Kaji. En el fondo no piensa así, lo conozco, está asustado.
—Jamás haría eso, realmente me siento orgulloso de ti, no todos los hombres se harían responsable de un embarazo, en cambio, tú decidiste sacar a tu hija adelante—respondí con una amable sonrisa.
En eso, Akimi comenzó a llorar y a gritar. Akihiko se colocó de pie rápidamente y comenzó a mecer a la bebé mientras caminaba para calmarla.
—Tranquila, pequeña—le susurraba el mayor a la bebé, pero esta no parecía calmarse.
—¡Sobrina, no debes llorar, no sigas mi ejemplo!—exclamó Ritsuka desesperado siguiendo al mayor, quien se estaba poniendo bastante nervioso.
—Calma, todos—dije, todos se detuvieron a verme, me coloqué de pie y me acerqué a Akihiko—. Hola hermosa—le susurré a la menor mientras le quitaba el pañuelo que tenía en el hombro y colocarlo en el mío, tomé en brazos a la menor, la mecí de una forma más suave y empecé a tararearle una canción, aprendí de bebés con mi sobrino—. Ritsuka, la alteraste cuando te acercaste de esa forma.
—Lo siento, sobrina, no lo volveré a hacer—aseguró Ritsuka, me agaché para poner a Akimi a la altura del menor.
—Realmente le agradas a Akimi...—comentó Akihiko—ella es muy arisca, pero contigo...
—Oh, no es nada, simplemente tengo experiencia con los bebés—respondí riendo.
No podría definir qué tipo de relación tengo con Akihiko ahora mismo, nos llevamos bien y parecemos amigos lejanos, ambos evadimos el tema de la ruptura. Y aparentemente a Ritsuka se le olvidó porque no ha mencionado nada. No me siento tan incómodo ni dolido porque ahora sé que cabe la posibilidad de que él todavía me ame.
La bebé me miró con sus claros ojos y comenzó a reírse sorprendiendo a Akihiko. Ritsuka sonrió enormemente al ver a su sobrina reír.
—¡Akimi-chan es muy linda cuando ríe!—comentó el menor tomando las pequeñas manos de la bebé—. ¡Yo quería que se pareciera a mí!.
—Ehhhh... Haruki... ¿puedes dormirla también?, ahora tengo clases y sería más fácil si se está dormida—pidió Akihiko sin mirarme a los ojos—. Me cuesta mucho hacer que se duerma...
—Eso es muy sencillo, cantarle una canción de cuna ayuda bastante—dije empezando a mecer nuevamente a la pequeña para comenzar a tararearle una canción de cuna. Ritsuka y Akihiko se quedaron en silencio viéndome, la pequeña comenzó a buscar algo en mi pecho, recordé que mi hermana solía amamantar a mi sobrino para dormirlo, obviamente yo no podía hacer eso, aún así la pequeña me confundía con su madre y por eso buscaba mi pecho.
Se rindió cuando comenzó a ceder al sueño y se quedó tranquilamente dormida.
—Gracias—musitó Akihiko mientras tomaba de regreso a la dormida Akimi.
—No hay de qué, oye... ¿tus padres no la pudieron cuidar?—pregunté, tenía la duda.
—Ellos tienen sus propias familias totalmente ajenas a mí, no quiero molestarlo, quiero tomar toda la responsabilidad—respondió el mayor en voz baja intentando no despertar a la bebé.
—Entiendo... muy responsable de tu parte—comenté dedicándole una dulce sonrisa—. Aunque la mayoría se burla de ti y eres considerado un mal ejemplo no cedes ante nadie, eso es admirable.
—Me merezco esto—reconoció Akihiko.
—Bueno, deberíamos volver abajo, pronto sonará la campana y debo llevar a Ritsuka a la biblioteca—dije. Nos despedimos simplemente para luego Ritsuka y yo bajar las escaleras e ir de regreso a la biblioteca.
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