Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra: Austin y Erin

Narrador

Al mismo tiempo que sucede la fiesta de Maddie en Boston, podemos encontrarnos con una escena muy distinta en Nueva York, en dónde en un bar de una de las avenidas principales de Brooklyn, Erin se encuentra empinándose su segunda margarita de la noche, a pesar no haberse sentado hace más de 15 minutos en el taburete de la barra.

A su alrededor la gente conversa en grupos, otros bailan en un pequeño espacio que funciona como pista de baile, pero ella no hace más que ignorar su alrededor, enfocándose en si misma, en su propio dolor, en su propia miseria. Sintió que no tenía ánimos de ir a Boston a celebrar a Maddie, pero usó el trabajo como una excusa. No podía ir y pasar tiempo en el mismo lugar que Hunter, no después del torbellino que seguía en ella desde su ruptura.

Y que se volvió aún peor después de haber pasado una noche con Austin hace un par de semanas.

Mierda.

No ha dejado de pensar en esa noche. Fue muy buena, pero no como ella recordaba que era tener un polvo con el pelirrojo. Tal vez fuera por el tiempo que estuvieron separados.

Si, tal vez.

Suspira antes de darle el último trago a la margarita, considerando seriamente si será correcto pedir otra. Al fin y al cabo, es sábado, no hay mucho por hacer mañana más que pasar una borrachera.

Si, tal vez eso ayude a apagar mi mente, piensa.

Todo es un caos. Su situación con Hunter, con Austin, su vida en general se ha vuelto un huracán del cual solo busca escapar, pero claro que de la vida no ha podido. No había tenido un desastre tan grande desde aquellos días que tanto recuerda con odio y dolor. Aquel tiempo en dónde todo era negro para ella. Cuando estaba aún tan joven, pero a la vez tan rota.

Echa un vistazo a su alrededor, pero todo parece desentonar con como se siente. Tal vez si deba ir a casa y emborracharse en un lugar seguro para ella. Se pone en pie después de dejar un par de billetes debajo del vaso, decidida a irse, pero no da más de un par de pasos lejos de la barra, cuando choca con una fuerte pared, aunque en realidad es un pecho humano.

De hombre, siendo más específico.

—Cuidado — Advierte ella colgando su bolso en el hombro sin verle el rostro aún.

—Claro, preciosa — Dice una voz que le hace poner los bellos de la nuca de punta.

Esa voz, piensa. No, no podría ser. Es imposible que sea esa voz.

Levanta la mirada temerosa, encontrándose de frente con el dueño de muchas de sus pesadillas en el pasado, aquel que arrebató tanto de su enniñada y dulce personalidad, extraviando las partes donde ella nunca pudiera volverlas a encontrar. 

Es Tedd. Su ex de la adolescencia.

Aquel por el cual se alejó de su ciudad natal, dejando a su madre y todo lo que conocía, queriendo escapar del dolor y los recuerdos que el pase de él por su vida, dejó.

No lo piensa ni un segundo para rodearlo, queriendo crear la mayor distancia posible con él.

—Erinneth, espera — Sienta como toma su brazo deteniéndola — Casi no te reconozco — Casi me salvo, piensa Erin ante esas palabras — Que bueno verte. Me gustaría hablar contigo.

—No puedo. No tengo tiempo — Trata de zanjar apartando su agarre y dando otros pasos lejos.

El miedo en ella es casi evidente. No quiere estar cerca de quien tan insegura la volvió, de quien tantas dudas creo en ella, y sobre todo, de quien la golpeó años atrás en medio de una discusión.

—Hey, tranquila. Solo quiero hablar — Ella lo mira de reojo y un escalofrío la recorre al notar que luce idéntico que como lo recordaba, con su cabello negro liso cayendo hasta sus hombro, su facciones alargadas, y su sonrisa siniestra — Vaya — Silba por sobre el bullicio de la gente — Luces increíble, en serio.

Erin se mantiene callada, casi pasmada en su sitio, como si se hubiera quedado congelada. Como si los recuerdos fueran tan fuertes, que la congelaran de temor. Es que todo lo siente tan cercano de nuevo.

Debe alejarse, es lo único que piensa. Poner distancia, la mantendrá a salvó de su persuasión.

Se da la vuelta y vuelve a emprender el paso hasta llegar a la puerta sin interrupciones, pero cuando intenta salir, siente como jalan de brazo hacia atrás de regreso, creando el pánico en ella que solo busca escapar de su pasado una vez más. Es casi como una de esas pesadillas en las que intentas escapar del monstruo pero por más que corres, el sigue estando cada vez más cerca.

—Vamos a hablar, Erinneth — Su voz ya no es suave cómo hace un momento, es aquella voz que le escuchó usar tantas veces antes de una discusión, o de un desastre.

El agarre en su brazo es más fuerte y ella intenta apartarlo sin éxito. Busca ayuda a su alrededor pero todos están muy lejos en la zona más adentro del bar. Necesita salir de esta situación, pero le aterra hacer algún movimiento muy brusco y despertar la ira de Tedd.

Lo que no esperaba ella, era que la puerta se abriera, dejando entrar a Austin, quien acaba de salir de una junta con algunos socios de los Carson con los que Drake le pidió reunirse hoy. Entra tranquilamente, hasta que es detenido abruptamente al notar la escena de una chica siendo sujeta por el brazo por un hombre alto y fuerte con cabello de estrella de rock.

Enfoca un poco la vista a la tenue luz del local, hasta dar con que la chica es Erin. Pero ésta Erin luce distinta, luce aterrada, luce en pánico y muy vulnerable. Casi lo hace dudar verla tan débil y sumisa, pero sabe que es ella.

Erin nota su presencia, y le da una mirada de pánico. Casi suplicando por su ayuda por mucho que ella no suela hacer esas cosas.

—Disculpa ¿Que pasa aquí? — Pregunta Austin por fin dando un paso hacia ambos.

— Nada que te incumba. Intento hablar con mi novia — Le zanja el cabello princesa sin soltar el fuerte agarre que está ejerciendo sobre el brazo de Erin.

—No es cierto — Chilla ella jalando de su brazo sin éxito.

—Ella ya lo dijo, así que será mejor que te alejes — Austin utiliza su tono duro queriendo intimidad al sujeto.

—¿Quien te crees tu? Mérida — Se burla el soltando por fin a Erin para concentrarse en Carver.

Erin se soba al instante el brazo dónde una marca roja a quedado por la fuerza de su agarre. Es algo que Austin nota, sintiendo su sangre hervir al instante por ello.

—Definitivamente no una bestia como tú — Zanja el regresando su vista al hombre y haciéndole una seña a Erin de que se acerca más hacia él para alejarla del otro chico — Así que continúa con tu camino y deja a Erin en paz.

— No voy a escuchar a un cabello de Zanahoria solo porque se cree con el derecho de algo — Le dice y Austin se ríe internamente por su estupidez — Veo que la conoces, capaz te la cogiste por lo que te romperé los huesos y luego con ella...

No termina de hablar antes de que Austin estrelle su puño contra su rostro, causando que suene un crujido al instante. No descansa sino que le da un golpe en el estómago y otro en las bolas, desestabilizándolo lo suficientemente para después empujarlo y que caiga al suelo quejándose de dolor, junto con un hilo de sangre bajando por si rostro.

—Mierda, tendré que darle las gracias a Drake por esas clases de Boxeo que me regaló — Se felicita a si mismo sintiendo como sus nudillos queman después del golpe así que los masajea justo dándose vuelta de nuevo hacia Erin.

Ella observa a Tedd en el piso quejándose de dolor, pero es como si ella ya no estuviera en el lugar. Se siente ajena a la situación, se siente ajena a ella misma. No dice nada, se mantiene en silencio, lo cual a Austin le extraña y le preocupa por igual, pero está seguro de que debe alejarla de ese lugar y llevarla a casa.

—Ven — La llama pasándole de nuevo el bolso que se le había caído — Te llevaré a casa.

Normalmente Erin se quejaría, evitaría hacerle caso a Austin, pero está vez lo sorprende, cuando toma su bolso y sale primero que el por la puerta del local, siguiéndolo en su camino hacia el auto. Suben al auto en silencio, pero Austin no quiere interrumpir sus pensamientos, así que arranca el auto y emprende camino hacia el departamento de Erin luego de que ella solo le murmurara la dirección de este antes de dejar caer su cabeza contra el cristal de la ventana.

Un recuerdo llega hacia el al momento que eso sucede.

*Inicio de flashback*

—Pruebas su resistencia acaso? – No puedo evitar burlarme al notar como cabecea contra el cristal — El que me lo vendió dijo que es buena

—Cierra la boca, tengo mucho sueño – Zanja pasando una mano por su rostro pero noto que lo hace para evitar dedicarme una mínima sonrisa.

*Fin de flashback*

Erin por su lado, se siente en el limbo, entre su presente, y el mundo de recuerdos que han abierto ante ella hoy de nuevo. Flashback se apoderan de su mente, mientras su corazón se estrecha cada vez más con el dolor.

...

Austin detiene el auto frente al edificio de Erin, pero ella no hace gran movimiento para bajarse al instante, lo cual le hace observarla de reojo queriendo descubrir que le sucede.

Ella por otro lado tiene algo atorado en la garganta. Sabe que quiere hablar sobre esto por primera vez en mucho tiempo, pero no cree que Austin sea la persona adecuada para saberlo.

—Es mi ex — Suelta en un suspiro mirando sus manos en su regazo — El chico...el idiota del bar. Tedd — Se corrige — No lo había visto en...años — Murmura lo último.

<<Tuve una relación de un año — Confiesa sintiéndose más ligera cada vez que suelta algo más — Era mi primera relación, todo parecía un sueño al inicio — Austin se mantiene callado mientras ella relata — Luego el empezó a mostrarse posesivo, obsesionado conmigo. Odiaba que me relacionara con otros chicos. Que le llevará la contraria en las discusiones — Hace una pausa tragando fuerte — Parecía querer crear una pequeña versión de él en mi — Se ríe sin ganas helando aún más a Austin en su asiento — Con el tiempo las discusiones eran más, y más graves sin importar cuánto conseguía controlarme...me llegó a golpear — Admite en un murmuro teniendo miedo de decirlo — Fue el detonante para mi. Terminé con él. Con el tiempo tuve que huir de la ciudad a causa de su presencia y los recuerdos — Asiente para ella misma — Fue como terminé en Washington viviendo con mi padre a pesar de no tener relación alguna con este>>

Austin no sabe que decir. Mira al frente sorprendido por el secreto de Erin.

— Debí golpearlo más fuerte — Admite en un murmuro haciendo reír bajo a Erin — ¿Estás bien? Casi no te reconocí cuando te vi...

—Pensé que lo había superado — Admite ella avergonzada — Pero verlo ahí después de tanto tiempo, con los recuerdos regresando...me petrificó — Baja la cabeza — Me aterraba poder darle de nuevo el poder de todo.

Algunas lágrimas bajan por su mejilla sin que pueda evitarlo, pero una parte de ella está cansada de detenerlas, de ocultar esa parte de su vida.

—Hey — Austin levanta su rostro por su mentón, encontrando su rostro lleno de lágrimas que no tarda en empezar a limpiar — Está bien tener miedo, Erin. Eres humana...por muy difícil que parezca creerlo — Se burla ganándose una mala mirada de ella — No estás sola en esto.

Ella asiente pero aparta la mirada sin detener las lágrimas.

—Deberías entrar — Suelta el siendo consciente de que necesita estar en un lugar seguro para ella pero sin querer dejarla sola aún.

—¿Podrías subir conmigo? Por favor — El tono suplicante de Erin es algo que tanto a ella como a Austin le sorprende, y el no se atreve a negarse por ello.

Ambos bajan y entran al edificio, subiendo un piso hasta llegar a la primera puerta del pequeño pasillo, dónde está el departamento de Erin que pudo obtener gracias al dinero que su padre le dió por su graduación. Ella lo invita a sentarse en la sala antes de perderse en la cocina, de la cual regresa unos minutos después con un bote de helado pequeño, una cuchara y una cerveza.

—Supuse que preferirías algo más fuerte — Habla ella tendiéndole la cerveza antes de sentarse en el mismo sofá a una plaza de distancia de el.

—Diste en el clavo — Admite él dándole un trago a su cerveza mientras observa a Erin abrir su helado y meter una cuchara para luego llevársela a la boca.

Se mantiene callado esperando que ella diga algo sobre el tema. Si desea conversar, lo hará, por lo cual prefiere no presionarla.

—El imbécil sigue teniendo fuerza — Admitió entre cucharadas de helado lo cual hace que Austin pose la mirada en su ante brazo, dónde una marca rojiza lo rodea.

—Quien diría que el exconvicto estrella de rock tuviera fuerza — Murmura como un chiste, ganándose que Erin por fin de ría tranquilamente.

—Lo peor es que luce casi idéntico que en su momento — Añade intensificando la risa del pelirrojo.

—Mierda — Exclama — Tus estándares han mejorado bastante entonces.

—Si, supongo que pasar de un abusivo a un pelirrojo con demasiado ego es mucho mejor — Confiesa sonriendo con nostalgia.

Austin detiene su risa y la observa con detalle.

— Todos cometemos errores alguna vez — Se encoge de hombros restándole importancia con tal de hacerla sentir más tranquila.

Ella simplemente asiente centrando su mirada y atención en el helado, supongo que queriendo evitar traer otro recuerdo a la luz. Austin suspira en silencio.

—Ven aquí — Abre los brazos y le indica que se acerque — Probablemente odias los abrazos y a mi, pero te hace falta — Ella duda confundida — Ven o pongo a derretir el helado.

Ella ríe antes de acercarse encontrando un lugar más cómodo entre los brazos de Austin, quien la rodea con un fuerte abrazo, queriendo transmitirle un poco de la seguridad que tanto anda necesitando. Es una chica tan dura y fuerte, que oculta lo mucho que sufre por dentro, no puede evitar pensar paseando una mano por su espalda para calmarla, hasta que nota que se relaja.

—Todos estará bien — Murmura Carver sabiendo que ella puede necesitar justo ahora alguien que se lo recuerde.

—Te creo — Confiesa ella por primera vez sintiéndose tan segura entre sus brazos.

Se incorpora un poco, tomando unos centímetros de distancia con Austin, y nota que queda a poca distancia de su rostro. Instintivamente algo la lleva a ojear sus labios, carnosos, y luego su mirada, que justo atrapa observando los labios de ella. No lo piensa —tal vez ese siempre ha sido el problema— y lo besa.

No mueve muchos sus labios, sino que prefiere que comience como un contacto con los de el, que lo toma por sorpresa. Posa su mano en la nuca de Erik, separándola un poco de el, dudando de si esa acción la hizo con la cordura suficiente.

—No lo hagas por dolor — Le advierte en un murmuro notando su voz ronca y rasposa. No deja de observar sus labios.

—No lo estoy haciendo por eso, Austin — Confiesa ella dándole un segundo de procesarlo antes de volver a besarlo.

Esta vez, Austin no lo duda, posa una mano en su nuca para mantenerla cerca de sus labios, mientras que la otra baja lentamente por su espalda. Erin cuela una mano entre sus cortos rizos rojos y otra la posa en su pecho sintiendo los duros músculos bajo la palma. El beso no es duro, no es agresivo como en otras ocasiones, sino que se mantiene como lento, casi dulce, como si ambos tuvieran miedo de hacer un movimiento brusco, como si estuvieran tanteando el terreno eternamente.

Erin, sabiendo que Austin no hará nada sin una señal de ella, decide tomar la iniciativa y empezar a retroceder en el sofá mientras jala su camiseta, obligándolo a tumbarse sobre ella. Lo atrapa entre sus muslos al rodearlo con sus piernas, pegando a su cuerpo que ha empezado a sentirse acalorado y necesitado.

El deja sus labios, empezando a dejar un rastro de suaves besos por su cuello, bajando por su pecho hasta llegar a su abdomen que descubre levantando la blusa ligera que lleva, mientras que Erin juega con sus rizos queriendo distraerlo de su respiración alocada y temblores que ha empezado a tener debajo de el, lo cual han causado que la erección dentro de sus pantalones, despierte.

...

Es la mañana siguiente, mientras Austin sigue recostado en la cama de la habitación de Erin cubierto solo por una sábana, Erin está en la cocina, distrayendo su mente mientras prepara unos omelettes junto a tostadas para desayunar. Pero apesar de estar en lugares distintos del departamento, ambos parecen estar perdidos en los mismos recuerdos.

Lo de anoche fue bueno. Es algo que ambos deseaban, pero no resultó como lo esperaban. Ese deseo que siempre los atrajo el uno al otro, esa pasión que convertía sus sesiones en rondas interminables, parece haberse esfumado, junto al morbo que les daba la situación.

Erin ya no logra ver a Austin como alguien que podría ser su pareja, mucho menos su amante, es casi como si lo que lo atrajera a el, hubiera desaparecido con el buen sexo.

Austin sabe que es así. Ya no ve a Erin como alguien con quién le gustaría compartir situaciones románticas. Pero no porque hiciera algo, sino por la falta de ese sentimiento.

El pelirrojo se toma su tiempo, pero unos minutos después sale vestido de la habitación, descubriendo a Erin colocar unos platos en la pequeña mesa frente a la ventana que sirve de comedor.  La observa aprovechando que no ha notado su presencia, y no puede evitar sonreír con cariño hacia ella, pero un cariño casi familiar.

—Con que has mejorado en la cocina — Habla por fin acercándose hacia ella.

—Ya no podía sobrevivir a base de comida congelada — Bromea ella dejando las tortadas y el café sobre la mesa antes de girarse hacia el.

Ambos se miran a los ojos. Parece como si se comunicaran con ellos, porque ambos sonríen a boca cerrada.

—Ven. Desayunemos algo — Lo invita ella al final.

El desayuno pasa entre conversaciones triviales sobre sus vidas, casi como si quisieran ponerse al tanto del otro, asegurarse de que se encuentra bien antes de lo inevitable. Al terminar, Austin toma su chaqueta, las llaves de su auto y se encaminan a la puerta. Se detienen justo en el pasillo.

—Erin — Ella lo observa con atención — Todos estaremos para ti si lo necesitas...pero creo que deberías buscar ayuda real — Se atreve a decir sabiendo que lo que su amiga vivió, ha dejado secuelas más fuertes de las que deja ver.

Ella asiente sabiendo que es cierto, porque incluso lo había pensado ya.

—Lo se. Tal vez necesito tomar distancia un tiempo — Admite en un murmuro pero el la oye.

— Lo entiendo y respeto — Se acerca para darle un fuerte abrazo, sintiéndola tan pequeña y frágil entre sus brazos — Cuídate — Le da un beso en la cabeza de manera sobreprotectora — Llama si necesitas algo.

—Gracias — Ella le sonríe, sintiéndose mejor al saber que lo que ha sucedió, no ha vuelto a afectar la amistad de ambos.

Austin se separa y se aleja por el pasillo, pero no puede evitar darse vuelta al llegar a la escalera, observando a Erik desaparecer tras la puerta.

Es un adiós.

Al menos para los Austin y Erin amantes. Que nacieron y murieron en Washington.


----------------------------------------

¡Hola, bombones!

Este cap es más que todo un extra, ya que era imposible no mostrarles lo que sucedió con Erin y Austin.

Tal vez no se esperaban este final para ellos. Creían que estarían juntos, pero hay veces que es mejor que no sea el caso. Creo que ambos siempre tuvieron una gran química, pero la que perduró fue la de su amistad y no la de algo más.

No siempre se necesita lo que se cree.

Nos vemos en el próximo cap para los oficiales como tal.

Besos❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro