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Extra 4: Niñeros 2

Drake POV

La madrugada había pasado tranquila, demasiado tranquila. Los niños no se habían despertado alarmados ni nada, solo Aaron que en un momento empezó a balbucear dormido, y pude llegar a la habitación antes de que eso se convirtiera en un desastre que despertara a los otros dos.

Claro que eso tuvo que ser una mala señal, porque al salir un mínimo rayo de sol a las 5:30 am, Asher había despertado llorando a pulmón suelto, y no tardaron en unírseles Aaron y Sarah, por lo que tuve que llamar a los chicos a esa hora para que me ayudaran, principalmente porque Luena, la niñera, se retrasaría hoy.

El peor mensaje que pude recibir en esta mañana.

Lo cual explica porque después de desayunar y darles de comer a los niños, me encuentro en mi oficina a las 9:00am con Aaron jugando en un tapete a mi lado, mientras me encargo de una reunión que tenía pendiente vía Zoom.

—...los ingresos se han incrementado desde ese movimiento en el mercado —Le continuo explicando a dos de mis principales clientes— Lo cual deja el camino libre para iniciar con el plan principal.

—¿Quiere decir que ya podemos expandirnos hacia el mercado asiático? — Me pregunto uno de ellos sorprendido.

—Es más, debemos hacerlo. Es la oportunidad — Observo de reojo a Aaron que ha empezó a balbucear en un tono más alto.

—Estas inversiones nos harán ricos — Se ríe el otro incrédulo.

—A ambos — Le recuerdo dado que fuimos nosotros los que apostamos con ellos —Mi equipo ideo una serie de estrategias, para dar el primer paso en el mercado...— Tomo la Tablet sobre mi escritorio ojeando el documento que me enviaron — La principal es que debemos concentrarnos...

El llanto de Aaron, irrumpe en la habitación como si de una bomba se tratara. Instantáneamente giro alarmado, encontrándomelo boca abajo en el tapete llorando a pulmón suelto de nuevo.

—Disculpen un momento — Me disculpo con los hombres, silencio la llamada y me voy directo a por mi hijo.

—Hey, hey ¿Qué pasa? — Lo cargo acunando su rostro en una de mis palmas notando como esta rojo por llorar — Pequeño ¿Tienes hambre? — Le pregunto sabiendo que claramente este no me responderá.

Es imposible que tenga hambre, no ha pasado mucho desde su ultimo biberón, por lo que decido empezar a mecerlo un poco, intentando calmarlo pero nada. Camino con él en brazos mientras no dejo de dar saltitos con los brazos para intentar arrullarlo, pero tal cosa solo logra hacer que baje el volumen, sin hacer que deje de llorar. Decido sentarme de nuevo, intentando terminar la reunión rápido con el pequeño en brazos.

—Volví — Abrí el micrófono sobando la espalda de Aaron con mi palma para intentar mantenerlo calmado un poco — Tengo un pequeño inconveniente. Lo mejor será posponer la reunión hasta el lunes.

—Sí, tranquilo. Lo notamos —Noto como la cabeza inquieta de Aaron se ve en la cámara.

—Mi secretaria, les enviara la información de los documentos y todo, pueden leerla y hablamos sobre ella el lunes — En ese momento Aaron deja su actitud tranquila y vuelve a llorar a pulmón suelto, aturdiéndonos a todos, incluso a los hombres a través de la cámara.

—Sí, está bien. Hablamos lueg...— Cuelgo la llamada antes de dejarlo sordos y me pongo en pie con el pequeño cantante de ópera.

Salgo hacia el pasillo con el gritón en brazos, que ignora mis arrullos por completo sabiendo que no soy su favorita madre. Me dirijo hacia la sala de juegos de los niños, en donde me doy de cara con el coro de gritos de niños, estando Asher y Sarah igual de llorones que Aaron, aturdiendo a Nick y Shaina que no logran calmarlos, siendo la primera vez que los ven así.

—¡Apágalos! — Me suelta Nick apuntando a Asher sentado en un tapete con juguetes — ¡Se enciende uno y el otro también!

—Y Sarah no se quiso quedar atrás — Añade Shaina tapándose el oído cuando la nombrada suelta un grito más agudo que los de sus primos.

—No parece de hambre, no se les cayó ningún juguete ¿Qué coño es? — Exclama Blake suspirando cansado.

—No digas groserías, idiota — Le doy un zape en la nuca obligando a sobarse luego — A ver...— ¿Qué hace Morgan para calmarlos cuando están así? — ¿Qué haría mamá? — Murmuro en voz alta, y en ese momento noto como Aaron baja un poco el tono de su llanto.

Tiene que ser una broma.

—Quieren a Morgan — Suspiro riendo incrédulo.

—¡Hasta yo quiero a la Oliva ahora! — Zanja el rubio haciéndome rodar los ojos por su drama.

Y es el doctor, imagínate.

—Ya sé que hacer — Le indico que me siga, lo cual hacen.

Vamos hacia el salón de la tv, donde colocamos a los gemelos sobre la alfombra del suelo, mientras yo tomo el control enciendo el aparato y empiezo a pulsar los botones buscando mi solución, aguantando las quejas de Nick en tono momento. Cuando finalmente lo encuentro, lo pulso y le pido que reproduzca el video.

—¿Quién es el terrón de mami? — Le dice Oliv a el pequeño bebe envuelto en una toalla que lo observa desde la cama — Tu, pequeño diablito.

Este video es de los primeros meses de los niños, les acabábamos de dar un baño y cuando fui a buscar a algo para que Oliv los pudiera vestir, volví y la encontré hablándole a los dos de una manera muy melosa. No pude evitar grabarla.

—Mira este pequeño piecito — Toma el pie de Aaron — Me lo voy a comer — Le empieza a dar besos al pie desatando la risa del pequeño, y las quejas de su hermano a su lado — Ay no, tesoro. Mami también te ama — Le da un beso en la panza a Asher — A los dos ¿Okey? — La observan tan atentos que es conmovedor — Su papi también, aunque a veces sea brusco.

—¿Hablándole mal de su padre a los niños? — Se sobresalta al escuchar mi voz y no puede evitar tirarme una mirada culpable mientras me iba acercando con la cámara.

—Jamás haría eso — Finge total inocencia mientras se volvía a concentrar en los pequeños sobre la cama, que nos observaban curiosos —Les decía lo talentoso que es papi ¿Cierto? — Les hizo cosquilla a sus pies causando que Asher riera para seguirle el juego — Mírame, papi — Tomó al pequeño envuelto en una toalla, dejando a la vista solo su cabeza y pierna gordita — ¿No soy hermoso?

—Lo eres — Le seguí el juego a mi esposa, quien repitió la acción con el siguiente bebe, que estaban más que felices de recibir tanta atención y mimos de su madre.

Mientras el video seguía corriendo, nos dimos cuenta como los gemelos observaban atentos, casi hipnotizados la pantalla, fijos en la imagen de su madre, tanto que su actitud cambió por completo, siendo estos ahora, el vivo ejemplo de un mar tranquilo y en calma.

—Igual de trogloditas que su padre — Cortó el momento Nick, burlándose, ganándose una mala mirada de mí parte.

Cada vez me sorprende más el vínculo que tienen ambos pequeños con su madre, pero es que ella es uña y carne con ellos. Yo los adoro y paso mi día con ellos, me aman, pero a Olivia la adora, y en vez de darme rabio o celos, me hace sentir más amor y admiración por mi esposa. Es imposible no amarla.

—¿Qué haremos con...? — Estoy por preguntar por mi sobrina, cuando me doy cuenta que se encuentra en un lateral de la habitación, pateando con dificultad una pelota de los niños que se encontraba ahí.

Por un momento la pequeña de vestido floreado se tropieza y cae de trasero, pero en vez de llorar, rueda, se pone en pie y vuelve a empujar la pelota contra la pared, haciendo que esta regrese a ella luego.

—Tiene que ser una broma — Murmura Nick antes de empezar a reír — Creó un futuro monstruo.

—Es una mini Lincon — Repite Shaina junto a nosotros observando a la pequeña también.

No puedo evitar reír con ellos, y saco mi teléfono queriendo tener evidencia de esto, para luego molestar a Linc, en cuanto nos veamos.

Y luego él dice que Aaron y yo nos quejamos igual.

...

¿Qué si Olivia podría matarme por esto? Es posible.

¿Me arrepiento? No sinceramente.

La paz con los gemelos y Sarah, había durado poco más de una hora, por lo que después volvieron a su programación habitual de gritos, berrinches y demás. Junto con Nick y Shaina, resistimos más de lo que pensamos, pero finalmente me rendí al verlos tan agotados a ellos, y me decidí por llamar un apoyo para la otra niñera, así no tendría que cuidar a los diablitos sola el resto de la tarde.

Eso explica porque mientras ellas están intentando que los niños de animen con música a todo volumen de alguna de esas ridículas caricaturas en la sala de los pequeños, nosotros, los adultos, nos encontramos en el pequeño bar que tenemos en el salón de la mesa de póker junto a la cocina en casa.

—Sirve otro — Pide Nick dejando de golpe su vaso ya vacio sobre la barra, apoyando su mejilla en la palma con una expresión agotada.

—¿No que el alcohol era dañino? — Me burlé tomando de nuevo la botella frente a nosotros y sirviéndole un trago.

—En este momento, con mi energía en necesario — Dice bebiendo de nuevo del vaso lleno de nuevo en sus manos — ¿Bebé, segura que no quieres?

Se gira hacia Shaina, quien se encuentra recostada en un sofá reclinable a unos metros de nosotros, que hasta el momento solo había tomado una botella de agua del refi tras la barra y se había situado en dicho lugar. Tomo un trago de mi propio vaso aun lleno, esperando la respuesta que dará su esposa, dado que son excusas las razones que ha dado para no ingerir alcohol.

—Yo si recuerdo lo dañino que puede ser — Le saca la lengua en respuesta — Estoy bien con el agua.

—De vez en cuando no esta...— Intenta debatirle Nick sin saber que tiene a su hijo en el vientre, cuando el timbre suena en toda la estancia baja — ¿Esperamos a otra niñera?

—No — Zanjo tomando mi teléfono del bolsillo, para abrir la app donde puedo visualizar las cámaras de seguridad de la entrada.

—Se está meando pensando que puede ser Oliv —Se burla el rubio a mi lado, ganándose que lo mire mal.

—Claro que no — Claro que sí.

Selecciono la cámara de la entrada, y observo como se ve a Lincon justo antes de que Tori aparezca, abriendo la puerta e invitándolo a entrar. Apago mi teléfono y lo meto en mi bolsillo de nuevo, preparándome para una riña.

—Pero si tendremos otro aguafiestas — Les aviso justo antes de ver como mi cuñado aparece por las puertas que conectan esta salón con la sala principal.

—Así que aquí se encuentran, par de imbéciles — Apoya sus manos sobre sus caderas mirándonos mal — Tu no, Shaina — Ella se encoge de hombros y sigue observando todo muy cómoda desde su lugar.

—¡Lincon! — Se emociona Nick y lo va a abrazar, pero Lincon lo aparta mirándolo con cara de pocos amigos, mientras yo doy otro trago a mi vaso, valiéndome 2 pepinos.

—Ebrios los quería ver — Gruñe viéndonos a ambos — ¿Y los niños?

—Con las niñeras — Hablo yo llamando su atención — Antes de que nos riñas, hicimos un gran esfuerzo, pero tenían mucha energía hoy.

—¡Mereciamos un descanso! — Me sigue Nick a su lado.

—¿Un descanso de tus hijos? — Me mira mal negando decepcionado — Que vergüenza me dan. Par de inútiles ¿Dónde esta mi hija?

Veo como Nick le intenta discutir, pero lo interrumpo, sabiendo que yo puedo lidear con esto como mejor le funconara, que es viéndolo estrellarse contra el problema.

—En la sala de los juguetes — Me limito a decir y le apunto la salida, por la que luego sale hecho una furia.

Me rio y me siento de nuevo en mi taburete, tomando mi vaso para darle un largon y lento trago, demostrando cuan relajado estoy ante su reacción. El cree que miento, que lo vea.

—¿Por qué no dejaste que le explicara? — Pregunto Nick volviendo a tomar lugar a mi lado.

—¿Y ahorrarle el que deba descubrirlo el mismo? No — Chasqueo la lengua — Lincon es mas de ver para creer, así que es bienvenido a averiguarlo.

Y vaya que lo hizo, o eso pensamos cuando 10 minutos después, regresa al salón con el cabello hecho un nido de pájaros, la chaqueta de mezclilla rasgada en su manga y expresión de susto.

—¡Son unos demonios! — Exclama horrorizado — ¿Todo por no tener a sus madres? Ni sabía que a Sarah le agradara tanto su madre.

—Nuevo descubrimiento — Me encojo de hombros y lo invito a sentarse a su lado — Aun deberemos cuidarlos esta noche nosotros. Las chicas vuelven mañana.

—Mierda — Se pasa la palma contra el rostro imaginando todo lo que nos espera hoy — Sírveme uno, necesito energía.

Divertido me pongo en pie, rodeo el bar y voy directo a la nevera de este.

—Por ti, sacaré la reserva cara — Le sonrió egocéntrico y me inclino a tomarla.

...

—Drake...— Siento como algo me empuja, por lo que gruño y me reacomodo en el sofá, buscando escapar de ellos —¡Drake! — Me gritan al oído y me despierto totalmente sobresaltado y desorientado.

Doy un vistazo a mí alrededor viendo que estoy en la sala de juegos de los niños, dormido sobre el mullido sofá, pero antes de poder encontrar con la mirada a los niños, me topo con mi pequeña esposa frente a mí con una sonrisa.

—¿Un poco agotado? — No le doy tiempo de soltar una carcajada porque la tomo de la cintura y la traigo hacia mí, causando que ambos quedemos tirados sobre el sofá — Creo que si me extrañaste — Ríe mientras le doy besos en el rostro.

—¿Cuándo llegaste? — Pregunto hundiendo mi rostro en su cuello.

—Hace un rato — Zanja con sus manos dentro de mi cabello.

—Un momento...¿Y los niños? — Me levanto de golpe, obligándola a sentarse mientras no los encuentro ni a ellos ni a los chicos en toda la sala.

—Cálmate, están en el jardín — Ríe ante mi preocupación — Los chicos me dijeron que caíste dormido aquí.

La obligo a volverse a acostar conmigo en el sofá, quedando ambos de cucharita, y no puedo evitar sentirme tranquilo, en un lugar tan cálido y seguro como a su lado. Huelo el aroma froral de su cabello que tanto extrañaba.

—Deberíamos ir.

—No nos extrañaran un rato — Murmuro rodeándola con mi brazo para que no se escape — Por cierto, hay noticias que te gustaran. Involucran pañales y esas cosas.

—¿¡Que!¡

Al notar su grito y salto, me doy cuenta que debía haber aprovechado más ese momento de mas antes de darle la noticia. Si, ya veo que lo pensé tarde. Adiós a la oportunidad de una rápida sesión de sexo.



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¡Espero les gustara el extra! Lamentablemente es posible que sea el último en mucho tiempo, ya estoy trabajando en otra historia, que espero pronto pueda mostrarles.

Besos.

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