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Epílogo

5 años después

Olivia POV

El auto se detiene a unos metros de la pista de aterrizaje, siendo la zona de jets y aviones privados. Tomo mi bolso del asiento y me lo cuelgo en el codo mientras me abren la puerta.

—Bienvenida, señora Carson — Uno de los chicos de la tripulación, si mal no recuerdo Carlos, me sonríe ayudándome a bajar y quedar en equilibrio sobre el suelo.

—Hola, Carlos — Trato de ser cortes pero la verdad es que el frío en el clima me tiene de malas hoy, y eso no hablar del retraso en la reunión.

Habíamos pautado la reunión junto a Candice y otras diseñadoras, a las 9am, y empezamos a las 11am, dejándome menos tiempo para poder ir a casa y arreglarme para el vuelo. Por ende tuve que venir desde la oficina directamente al aeropuerto, para no retrasar más el vuelvo hacia LA. El cual ya de por si, tuvimos que planear hacer el 23 de diciembre, dado los compromisos de Drake y yo.

Zack —quien ya tiene unos 40 años— baja del auto y aparece a un lado con mi maleta, la cual sube hacia el jet, dejándole a Carlos la tarea de ayudarme a subir por las empinadas escaleras. Este va detrás de mi mientras voy subiendo escalón por escalón tratando de no resbalarme dado mi poca movilidad últimamente, con mi enorme panza de 6 meses de embarazo, y tratamos de que llegue viva hacia dentro del jet de los Carson.

Lo adquirieron hace cerca de 2 años, queriendo evitar los aviones comerciales, además de ahorrar tiempo y dinero a largo plazo.

Tras varias plegarias, logro entrar en el avión el cual me recibe con un clima más cálido que el invierno de a fuera. Le agradezco a Carlos y me despido de Zack mientras ingreso hacia la sala del jet, en dónde el primero en notar mi llegada, no es Drake como hubiera pensado, sino que es Rubí quien viene corriendo casi a la par de Aaron, mi pequeño de casi 3 años, quien viene hacia mi y alza las manos para que me agache a abrazarlo, lo cual hago muy feliz, dado que lo he extrañado mucho en el día.

Aaron se puede decir que es una mezcla perfecta entre Drake y yo, al menos en físico. Sus ojos son verdes con motas de verde oscuro, iguales a los de su padre, mientras que su cabello lacio y con leves ondas en las puntas, es un castaño un tanto claro como el mío. En cuanto a facciones, aún es pronto para saberlo, pero puedo detallar como su mentón es un tanto menos delicado, al igual que el de Drake.

—¿Me extrañaste, cariño? — Aparto su cabello de su rostro aun de cuclillas frente a él que me observa con un amor que me mata.

—¡Ciii! — Exclama sonriendo y hablándome en su idioma, que aunque es de bebé, poco a poco va adquirieron más palabras a su diccionario.

Después de besarle y acariciar a Rubí, me levanto notando como Drake se acerca a mi, luciendo unos jeans junto a un suéter negro y tenis, haciéndome casi babear en mi hormonal estado. Llega hasta mi y me da un beso mientras aparta un mechón de cabello castaño claro —dado que por el embarazo decidí volver a mi color para no usar químicos—. Al separarse, no puedo evitar morder mi labio sonriente.

—¿Se hizo tarde? — Pregunta curioso haciéndome una seña para que me gire.

—¡Son unos irresponsables! — Bufo aceptando que me ayude a quitarme el gran abrigo — Y el tráfico ni hablar.

—Es vísperas de navidad. Claro que sería terrible — Noto como se burla de mi mientras toma el abrigo y lo coloca sobre uno de los sillones vacíos, y yo lo miro mal — Ahora...— Fija de nuevo su atención en mi, o más bien en mi panza — ¿Cómo está la pequeña hoy?

—De mal humor al parecer — Suspiro disfrutando sus caricias sobre mi barriga — Y con hambre de cavernícola en plena reunión.

—Cada día me convenzo más de que tendremos una cavernícola — Se burla el plantando un beso en mi panza y volviendo a subir.

Este segundo embarazo nos tienes muy emocionados. Incluso tanto como el primero. Siento que Drake siente más emoción desde que se enteró que tendría a una pequeña, aunque no lo admita, se que deseaba una hace mucho.

Mientras Drake baja a Aaron del asiento en dónde a empezado a saltar, yo continuo hasta el lugar en dónde estaba sentado Drake en la parte trasera con Rubi siguiéndome, encontrandonos con Asher sentando con los pies con calcetines colgando del asiento mientras se mantiene concentrado en la caricatura que ve en el iPad.

—Hola, tesoro — El pequeño levanta su vista hacia mi y sonríe al instante. Me da una punzada en el corazón al notar como otros pequeños ojos verdes se fijan en mi desde que subí al avión.

Asher y Aaron son pequeños clones, siendo ambos gemelos. Al principio pensamos que nos costaría diferenciarlos, pero no fue mucho problema conforme fueron pasando los meses, dado que Asher tiene unos diminutos lunares al lado de sus mejillas. Bueno y claramente por la personalidad de cada niño. Mientras Aaron es un pequeño huracán, con un temperamento difícil a veces, aunque muy cariñoso y sincero, Asher es amor y paz, y tranquilidad, siendo incluso más dulce que su hermano.

Nuestros padres suelen decir que Asher es una versión masculina de mi, mientras que Aaron tiene tanto de mi como de Drake cuando era niño.

—¿Qué ves? — Cuestiono sentándome a su lado.

—Bluei — Sonríe mostrándome la pantalla en dónde se puede ver un capítulo de las pistas de Blue.

—¡No! — Escucho como se queja Aaron cuando su padre lo toma en el aire y lo baja al suelo.

Nos avisan que ya despegaremos, así que mientras Drake carga como saco a Aaron para colocarlo en su asiento al otro lado del pasillo y sentarse a su lado, yo le ato el cinturón de seguridad a Asher, quien ni se inmuta ni aparta la mirada de la pantalla, siendo la distracción que utilizan para que no se ponga nervioso en los vuelos. Me dedico a atar el mío mientras no puedo dejar de sentir mariposas en la panza, emocionada por volver a LA después de no ir desde hace un par de meses.

Nos quedaremos lo que quedan de vacaciones decembrinas, pero será perfecto para visitar y compartir tiempo con mi familia a la cual extraño mucho.

...

—Aaron Carson,  cálmate o puedes despedirte del postre está noche — Le riñe Drake al pequeño sentado en el asiento de niños de atrás, y no deja de molestar a su hermano a su lado.

Aunque claro que Asher también se mete en su juego cuando se pone de mal humor.

El pequeño simplemente le saca la lengua a Drake antes de tomar su jirafa de peluche y fijar su vista en la ventana. Drake suspira agotado y vuelve a mirar al frente a mi lado, en dónde estoy tranquila mirando por la ventana mientras Rubí recuesta su cabeza en mi panza. El vuelo fue agotador, y se nota que los niños están de mal humor por ello.

—Genial, me gano muecas de una pulga de 3 años — Dice con sarcasmo y burla en su voz.

—Casi 3 — Le corrijo y vuelvo a mirar hacia las calles al pasar, sintiéndome de pronto muy nerviosa, más con lo mucho que se está moviendo la pequeña en mi vientre.

—¿Estás emocionada? — Drake me observa detalladamente intentando ocultar una sonrisa en la orilla de la boca.

—Estamos — Tomo su mano para que note lo mucho que se mueve la pequeña peleadora, causando que Rubí se queje y se acueste en el asiento.

—Pues buenas noticias...— Se nota emocionado por su mirada — ya llegamos a casa.

Observo por la ventana reconociendo esas enormes rejas, muros y puerta ante nosotros. Drake abre el portón con un mando a distancia, y el chófer nos lleva dentro una vez estás se abren. Recorremos un pequeño camino con jardín a los lados, antes de llegar a la gran entrada, de lo que antes llamábamos, la casa de acampar de los Carson.

Aunque ya de nada le sienta ese nombre. Paso a convertirse más en la mansión Carson, siendo ahora la casa más grande la familia. Hace dos años, Drake había decidido adquirirla como un regalo de aniversario para ambos, y después de llegar a un acuerdo con Maddie, con quién compartía la casa por herencia, al fin pudo ser nuestra y pudimos dar inicio a las remodelaciones que queríamos hacerle.

Hace un año debimos pasar las fiestas en la casa de Carla, dado que aún no habíamos terminado las remodelaciones, pero este año, ya estaba lista para recibirnos a nosotros y a toda la familia.

Uno de los cambios, es que la casa había duplicado su tamaño, ahora abarcando dos propiedades, lo que permitió construir más, como por ejemplo un tercer piso con terraza, un gimnasio en casa, un taller de confección para mi, una oficina para Drake, y ahora contando con un total de 8 habitaciones con baños propios, y baños extras de visita. También caímos en la conclusión de que un pequeño paraíso no estaría completo sin una piscina, por lo que se construyó una enorme en el jardín trasero, junto a varios espacios que fueron mejorados.

Fue un proyecto muy ambicioso para ambos, pero por suerte contamos con el apoyo de mi madre y su equipo de contratistas expertos para eso, hasta convertir la rústica casa, en un hogar para mí familia. Ya está casi lista por completo, con las habitaciones de los niños, la principal y de invitados terminados, lo único que se dejó sin acabar fue mi espacio de taller, ya que al no pasar tiempo aquí, decidí no equiparlo por completo por ahora que no lo estaré utilizando.

Es un tanto más grande que nuestra actual casa en DC, sin embargo ambas cuentan con las mismas comodidades.

Al bajar en la entrada, y bajar a los niños del auto, estos salen corriendo hacia la entrada mientras gritan y drenan su energía con la hermana canina siguiéndolos, haciéndonos reír a Drake y a mi, que no paramos de observar todo el lugar. Incluso dentro, el lugar tal cual como lo imaginaron en colores claros, un estilo moderno, minimalista y hogareño.

—No puedo esperar a que todos la disfruten mañana — Sonríe dando una vuelta observando los altos techos de la entrada.

...

—Asher, Aaron, por favor no se arrastren — Casi que les suplico a los pequeños quienes juegan en la escalera causándome un infarto al ver como no llevan listos ni 1 hora y ya quieren llevar encima todo el suelo.

Pasan por mi lado dando carreras sin siquiera prestarme atención. Suspiro y aliso la falda de mi vestido suelto, que opté usar con unas botas sin tacón y mi cabello recogido en un moño bajo para mayor comodidad. Drake baja por la escalera terminando de ajustarse el reloj, y me permito detallar lo bien que le sientan esos jeans oscuros, junto al suéter y los zapatos formales.

Años juntos y aun sigo babeando como una adolescente cada que lo veo.

—¿Lista para el caos? — Pregunta llegando a mi lado para posar la mano en mi panza y como si fuera cosa del destino, el timbre que avisa que hay gente en la reja, nos interrumpe.
Tomo aire preparándome para el caos que estamos por recibir.

—Andando — Asiento haciendo que pulse los botones para abrir las rejas y se acerca a la puerta de entrada para abrirla, por la cual Rubi no tarda en salir.

Todos los chicos no tardan en llegar uno tras otro. Los primeros son los Blake, Shaina entra de la mano de Nick, quien carga en brazos a su hija, Megan, de dos años, quien es la viva imagen de su padre con cabello rubio, pero con unos rizos muy lindos, detrás de ellos les siguen su madre y hermanos. Los segundos, Mad y Lincon con Sarah, de tres años, siendo solo dos meses mayor que los gemelos.

Les siguen, Jackson —sus padres— y Nicol, que van de la mano con Isaac, su hijo. También Erin y Hunter, siendo los últimos en casarse hace justo un año, y vienen con la madre de Hunter. Austin y Briana llegan poco después, ganándose chiflidos de algunos de los chicos, por el reciente compromiso de ambos.

Cómo si se pusieran de acuerdo, mis padres llegan junto a Owen y Carla, casi corriendo hacia donde estamos en la entrada.

—Pero si nuestra calabacita está más hermosa hoy — Tía Carla me sonríe abrazándome fuertemente lo cual me aprieta el corazón.

Va a abrazar a Drake mientras Owen me abraza a mi y bromea sobre Drake lo cual me hace sonreír. Mis padre nos tardan en venir a, no abrazarme, sino aplastarnos en cariño.

—¿Cómo está la pequeña hoy? — Mi madre me mira con un brillo en los ojos que casi me hace ponerme a llorar como niña pequeña.

—Leila está bien — Le hago saber pasando una palma por mi panza — Un poco revoltosa, pero siempre lo es.

Cuando Drake supo que tendríamos una niña, lo primero que me pidió, es si podríamos ponerle el nombre de mi hermana, lo cual me hizo llorar por al menos una hora, porque yo había querido comentárselo antes. Sentimos que es una buena manera de honrarla, además, el nombre nos hace pensar en una persona fuerte y valiente, tal cual como queremos que sea nuestra pequeña.

—Ya llegó el abuelo favorito — Exclama mi padre cuando nota a los gemelos corriendo hacia nosotros, y al instante se gana un bufido de Owen.

—Ya quisieras tu, Odinson — Se burla esté empezando una riña con mi padre sobre quién es el mejor abuelo, mientras se llevan a los niños hacia la sala de estar donde se encuentran ya todos.

Cuento mentalmente quienes faltan cuando observo a nuestras madres alejarse, y ruedo los ojos al instante en que noto quien llega tarde.

—Lo voy a matar — Suelto algo molesta — Siempre es lo mismo con el.

—Relájate — Drake pasa una mano por mi hombro notoriamente divertido de mi humor.

—Europa lo está volviendo muy irresponsable — Trato de explicar pero Drake me rodea de lado para no meter la panza entre ambos.

—Respira, mujer — Se burla sonriendo antes de tomar mi mentón para darme un beso.

Continúa y planta otros en mi mentón, cuello y clavícula, y empiezo a sentir como notoriamente la tensión se va de mi cuerpo, a pasar a sentir que estoy en una nube.

—¡Jesús! — Alzamos la vista en cuanto vemos a llegar al susodicho por la puerta como si nada ahora sosteniendo a Rubi — No quería ver eso — Mi hermano hace una mueca y tanto Drake como yo rodamos los ojos.

No puedo evitar sentirme como una aceituna pequeña entre ambos chicos tan altos. Liam ha cambiado notoriamente desde la adolescencia, ahora tiene 21 años, y es evidente en su físico. Es del tamaño de Drake ahora, dejó atrás la figura delgada, y ahora tiene músculos, su cabello igual al mío lo usa un tanto largo pero sin pasar de sus orejas, y las rasgos de mi padre le hacen parecer incluso mayor de lo que es a veces.

—Los niños no vinieron por la cigüeña — Se nota el sarcasmo en la voz de mi esposo cuando habla.

—No me hagas recordar ese amargo descubrimiento — Pide Liam antes de hacer una mueca de nuevo dejando escapar hacia la sala a la perrita — Ahora ¿Cómo está nuestra embarazada favorita?

—¿Dónde estabas? — Zanjo seria mientras él apenas pone una mano en mi panza.

—Ya veo que de no muy bien humor — Murmura mirando a Drake — Tenía unos asuntos pendientes con alguien, Elizabeth. No seas tan controladora — Bufa y me da un abrazo que acepto finalmente — Por cosas como estas es que estudio en otro país.

Liam cuando se graduó, se tomó un año sabático en dónde intento trabajar en el negocio de los Carson, pero al no ser lo que es buscaba, decidió probar con uno de sus sueños de ser fotógrafo. Consiguió un cupo en una universidad de Londres y no tardó en irse a cumplir su sueño. Aún está estudiando, pero ya consiguió un empleo en una pequeña revista local del país europeo.

—¿Qué clase de pendientes? — Curioseo cuando se separa.

Liam no dice nada pero por su rostro sonriente, se al instante de que habla.

—¡Eres un cerdo! — Suelto fingiendo una arcada.

—Déjalo — Drake a mi lado se burla — Éramos peores a su edad.

—En fin...son cosas que no quería saber — Interrumpe Liam con cara de trauma — Entraré ya.

Decidimos dar por zanjado el asunto y seguir hacia la sala, queriendo dar inicio y a la cena, al sentir como la boxeadora Leila Carson, pide a gritos comida nuevamente.

...

Una vez terminamos de cenar —luego de que los chicos decidieran que era buena idea comerse todo el buffet— ordenamos la sala y nos sentamos en ella para poder hacer el intercambio de los regalos antes de navidad. Los primeros en dar los regalos fueron los padres de todos nosotros, quienes son saberlo habían entrado en una competencia sobre quién daría el mejor regalo a sus nietos, una competencia la cual ganaron los Carson, para desgracia de mis padres y los demás.

Sentada en el regazo de Drake en el sillón, observo a Aaron y Asher sentados justo al árbol mostrando sus regalos a Sarah, quien también les muestra su muñeca con mucho entusiasmo. La hija de Mad, tiene el cabello rubio oscuro de Lincon, lacio, los ojos de Mad y las facciones también, por lo que es como ver a Mad cuando era niña.

Claro si hubiera sido rubia.

Al ser solo unos meses mayor que los gemelos, siempre han compartido juntos, y sorprendentemente se llevan muy bien. Incluso suele obligar a sus padres a que hagan una videollamada cada tantos días para que pueda verlos.

Ya sabemos de quién sacó el carácter.

—Dios...el embarazo siempre te sienta bien — Despego mi vista de Rubí quien juega con los huesos y peluches que le dieron de regalo, encontrándome a Mad viéndome fijamente desde los sillones a unos metros — ¡Te hace lucir como una albondiguita!

—O un mini melón — Añade Nick con su hija en el regazo entretenida con un juguete.

—¿Y eso es bueno? — Pregunto confundida por sus increíbles halagos sobre comida.

—Lo es — Zanja Mad.

—Imaginen lo lindo que será una mini Oliv corriendo por ahí — Suelta Lincon interviniendo en la conversación desde el suelo junto a Sarah.

—Con su suerte, capaz termina siendo una mini Drake — Se burla Mad.

—Que Dios nos ampare si es así — Jackson eleva las manos al cielo dramatizando — Ya de por si podemos con Aaron.

Me río y Drake a mi lado pone los ojos en blanco, antes de volver a ignorarlos. Notamos como entre conversaciones, Shaina se pone en pie y llama la atención de todos.

—Me gustaría dar un regalo más — Avisa sonriendo y se nota que está nerviosa — Para Nick.

—¿Para mua? — Pregunta este fingiendo sorpresa y aceptando la caja que su esposa le tiende.

—Si son fotos sensuales, no las muestres — Añade Mad desde su sillón.

—¡Niños presentes! — Se apresura a gritar Jackson, siendo consciente que su pequeño ya puede escuchar todas nuestras conversaciones.

Nick nos ignora y continua abriendo la cajita. Cuando lo hace, saca de ella un babero y zonajero de bebé, mientras luce un rostro muy confundido.

—¿Es alguna clase de broma matrimonial? — Pregunta Hunter confundido desde nuestro lado con Erin sentada en su regazo.

—Nick...— Este se gira hacia Shaina — Tendremos otro hijo. Estoy embarazada — Añade sacando de su bolsillo la foto de un ultrasonido haciendo que Nick abra la boca en shock.

Por un momento parece que se va a desmayar, pero cuando vemos que finge, se levantan sonriente y va a abrazar y besar a su mujer, quien no para de sonreír. Megan no entiende mucho, pero sale corriendo tras ellos, abrazando sus piernas fuertemente haciéndonos reír a todos ante aquello.

—Al menos ya estás terminando la especialidad está vez — Suelta Jack dándole un trago a su cerveza entre risas.

Estoy feliz por mi mejor amigo, de que poco a poco todos estemos creando nuestras propias familias.

La hija de Nick y Shaina, Megan, tiene 2 años, y es un amor de niña, aunque un poco mimada por ser hija única ahora. Se nota que Nick ama a los niños, en especial a su hija, por ello a nadie sorprendió que escogiera de especialidad la pediatría.

Sarah, la hija de Mad, es un pequeño huracán cuando quiere, aunque suele ser tranquila también. Eso sí, tiene un amor enorme por su padre, Lincon, incluso más que con su madre, o eso suele decirnos Maddie.

Isaac, el hijo de Jackson y Nicol, es un hermoso niño de 8 años, ambos lo adoptaron cuando tenía 6 años, y siguen diciendo que fue una de las mejores decisiones que pudieron tomar, y todos estamos de acuerdo, porque ya le tenemos un gran cariño al pequeño. Tiene la piel bronceada, el cabello negro y rizado, junto a unos ojos oscuros, y si me permiten decir, una sonrisa encantadora. El pequeño se ha convertido en el protector de todos los demás niños desde que llegó.

Erin y Hunter llevan un año casados, pero no se les ve mucha prisa aún por tener hijos, y mucho menos Austin y Briana, quienes esperan celebrar la boda en unos meses, siendo ellos una de las relaciones que más nos sorprendió a todos. Más a Lincon, que quería asesinar al pelirrojo cuando se enteró, pero con el tiempo —y un te lo dije de parte de Drake— ambos pudieron hacer las pases, y finalmente Carver le pidió matrimonio a su chica.

Después de las felicitaciones, desaparezco en la cocina queriendo arreglar algunas cosas, aunque igual alguien vendrá a ayudarnos mañana con la limpieza, dado que en mi estado, Drake me trata como una muñeca de porcelana. Estoy apilando los platos en un rincón de la cocina, cuando siento la presencia de alguien, así que me giro encontrándome a Owen entrar en la gran cocina tranquilamente.

—¿Escapando del caos? — Bromeo haciéndolo reír bajo.

—Algo así — Se adentra más mientras yo termino con los platos — Debo felicitarlos. La casa está hermosa. Incluso más que en sus mejores años cuando la compramos — Añade observando los cambios que se hicieron en la cocina para que fuera más luminosa, como el gran ventanal hacia el jardín.

—Gracias. Fue muy estresante, pero valió la pena — Añado sintiéndome tan feliz con el resultado — ¿Todo está bien?

Desde que Owen se propuso enmendar su relación con su familia, se ha vuelto más unido a Drake —por desgracia para él—, incluso pasa más tiempo en casa con los niños cuando está en DC. Ha demostrado ser mejor abuelo que padre, pero es algo en lo que sigue trabajando.

—Si, descuida — Resta importancia apoyándose en la isla frente a mi.

—¿ Perdiste a tu esposa y ahora intentas robar la mía? — Drake entra en la cocina y se acerca a nosotros alzando una ceja — Que bajo, padre.

—Robarle esposas a mi hijo, mi actividad favorita — Se nota el sarcasmo en la voz de Owen y yo río bajo cuando Drake llega a mi lado — Conozco buenos abogados, por si quieres el divorcio.

Ambos reímos pero Drake nos mira mal a ambos.

—Bien, ya basta — Zanja Owen dejando de reír lentamente — Ver está casa...me ha hecho querer volver a mencionarles los que les propuse hace meses — Explica y Drake y yo nos damos una mirada sabiendo lo que será — Aún está en pie esa oferta.

Hace unos meses, cuando nos enteramos de mi segundo embarazo, Owen nos hizo una propuesta, la cual consistía en que si nosotros deseábamos regresar a Los Ángeles, el podría mudarse y encargarse de la sede en DC, para que Drake tome la de aquí, teniendo la oportunidad de poder formar de nuevo una vida en esta ciudad, y en la nueva casa.

—No será necesario por ahora, papá — Responde Drake abrazándome de lado, repitiendo la misma respuesta que dimos aquella vez.

La conversación sobre su mudarnos de regreso, ha surgido mucho entre nosotros, en parte queremos a nuestros padres cerca, y ahora que Nick y Shaija regresaron a la ciudad, es un tanto más evidente dónde están los que amamos. Pero ambos estamos de acuerdo con que no es el momento para hacerlo. Drake ya está ejerciendo su segunda carrera, en negocios internacionales, lo cual lo mantiene viajando constantemente queriendo cumplir su meta de convertir el negocio familiar en uno mundialmente conocido.

Yo por otro lado me siento bien con mi puesto casi a la par de Candice, ahora como socia y no solo empleada. Cuando la inversión de Drake en el mercado creció, como compañía decidieron que querían seguir invirtiendo, y como yo ya era parte de la familia, además de la más conocerá de todos en el mercado, decidieron que debía ser la que se encargará de dicha Inversión. Lo cual me ha dado la libertad y flexibilidad que tanto buscaba desde hace años en mi trabajo. Ideal para poder estar más tiempo en casa con los niños.

Queremos que los niños crezcan, que nuestros sueños prosperen, y ahora con una bebé en camino, ese regreso se retrasa aún más. Simplemente no es el momento. Por ahora estamos bien viviendo entre nuestra casa en DC y el penthouse que tenemos desde hace años en Manhattan.

...

Ya entrada la noche, quedamos menos personas en la casa. Los niños están en el salón de juegos dentro, siendo vigilados por los padres de Drake, los de Lincon y los míos, mientras que nosotros estamos en el jardín, en el área a dónde fue movida la fogata, ahora siendo más espaciosa y cómoda que antes. No paramos de reír recordando viejos tiempos.

—Hace muchos años no hacemos esto — Zanja Lincon una vez todos hemos podido dejar de reírnos de un recuerdo — La última vez que estuvimos así, ni teníamos hijos.

—Benditos días aquellos — Jackson hace una plegaria al cielo ganándose un golpe en la nuca por parte de su esposa a su lado, aunque todos sabemos que en el fondo, el siempre fue quien más quiso niños.

—Pero si, eran días llenos de paz y energía — Añade Shaina con una sonrisa nostálgica entre los brazos de Nick, quien no la suelta desde que sabe del nuevo bebé.

—Y menos berrinches — Drake a mi lado da un trago a su vaso de licor después de eso causando la risa de todos.

—Igual no se que seríamos sin ellos — Añado yo después que las risas paran.

Todos estamos de acuerdo. Amamos más a esos niños que a nosotros mismos.

—Imbéciles sentimentales — Bufa mi esposo tras los comentarios cursis de todos.

—Mira quien habla — Jack suelta una carcajada — El que lloró cuando se enteró de que Oliv estaba embarazada de nuevo.

Mientras todos se burlan, yo rodeo a Drake y sin importarme que esté gruñendo ante el comentario, le doy un beso en la mejilla, sonriendo como boba por el recuerdo de ese día. Y eso que ni les mencioné que lloró aún más, y lo feliz que estaba cuando supo que sería una niña.

—Creo que quedó claro las vueltas de dan la vida — Interviene Lincon evitando que Drake quiera matar a Jackson por sus comentarios — Ha sido una locura, pero es increíble — Sonríe mientras Mad lo abraza.

Han pasado muchas cosas estos años, hemos cometido errores y hecho locuras, pero en el fondo estoy segura, que no nos arrepentimos. Al fin y al cabo esas decisiones nos han traído hasta aquí.

Desde el conflicto y discusiones de Erin y Austin, los miles de ligues de Jackson, el momento de alcoholismo que tuvo Mad al graduarse, la muerte del padre de Nick, la vista de Silvia, todo el tema de Bart e incluso mi ruptura con Drake. Todos esos momentos nos han enseñado algo, nos han dejado un recuerdo, nos han cambiado.

Desde la ruptura de Drake y yo, muchas cosas han cambiado. Hemos sabido adaptarnos a nuestras vidas, a nuestros cambios, a los sueños del otro y así poder seguir juntos. No sé que sería de mi si no nos hubiéramos conocido, mucho menos si no nos hubieras reconciliado.

Se ha convertido en mi tesoro, y no quiero dejar que se me vuelva a escapar de las manos.

Tomo su mentón y le doy un beso, disfrutando del contacto de sus labios contra los míos. Al separarme apoyo mi frente de la suya.

—Esto es hermoso — Sonrío refiriéndome a este momento — Un momento perfecto para que toques tu guitarra — Bromeo ganándome que ría bajo.

Él parece detallarme un segundo, lo cual me pone nerviosa, me da un beso en la frente, antes de ponerse en pie y simplemente alejarse por el camino de piedras con lámparas a los lados, que guían hacia la casa, dejándome confundida. Decido prestar atención a las conversaciones de los chicos, pero se que no lo hago realmente, dado que apenas noto que regresa por el mismo camino, me fijo en el.

Viene con su guitarra.

Sonrío mientras lo observo sentarse de nuevo a mi lado y colocarse la en las piernas, parece afinarla un poco y en eso noto que todos se quedan callados.

—Oye viejo no era en serio. No debes partirme eso en la cabeza — Bromea Jack sentado al otro lado del fuego observándolo confundido y temeroso.

—¿Qué planeas? — Incluso Mad le tira una mirada confundida permaneciendo con la cabeza apoyada en el hombro de Linc.

Drake no responde, en cambio empieza a marcar acordes y rasgar la guitarra, empezando a tocar una suave melodía, que no logro reconocer. Los chicos parecen iguales de confundidos que yo, pero casi se les cae la boca al suelo, cuando Drake empieza a cantar, con la misma voz que recordaba, solo que un poco más grave que en la adolescencia.

Es Umbrella de Rihanna. Una clara broma hacia la canción que Jack nos dedicó ebrio una vez.

Sonrío a boca cerrada nostálgica escuchándolo cantar y no pudiendo evitar tener recuerdos de cuando hace años, canto Hero para mi en esta misma casa. Parece que ha pasado tanto tiempo, y yo aún sigo recordando la emoción, las mariposas, cómo todo mi cuerpo temblaba con cada palabra que Drake me decía haciéndome saber que estaba enamorado de mi.

Todos parecemos igual de hipnotizados con su voz, porque no soy capaz de escuchar nada hasta que Drake toca los últimos acordes de la canción.

—Vaya — Jackson silba.

—La próxima que me hagas enfadar, te pediré serenata — Bromea Austin a nuestro lado, abrazando a Briana.

—Creo que Oliv se llevó la lotería — Añade Nicol antes de reír, ganándose que su marido la mire mal.

—Ya vas a ver la que te voy a cantar después — Le riñe este con una mirada pícara que nos hace fingir muecas de asco.

El hermoso momento es interrumpido por el sonido de una estampida, o en realidad, el sonido de todos nuestros hijos gritando nos desde la entrada a la casa junto al ladrido de un perro .

—Genial. Se rompió la burbuja — Nick suspira poniéndose en pie junto a Shaina para ir a por su hija.

A ellos, les siguen Mad y Lincon que subieran a la habitación ya, Jack y Nicol que van a recoger sus cosas y a su hijo, Austin y Briana, quienes se quedarán a dormir, y Erin y Hunter que también se irán. Drake también los sigue, dejándome sola frente al fuego, mientras acaricio mi panza, más que todo como costumbre.

Seguimos siendo el mismo grupo bromista y caótico de siempre, solo que ahora más maduro —o eso quiero creer—, más grande y con más aprendizaje de la vida que a un comienzo. Supongo que finalmente aprendimos de nuestros errores, pero sin importar si volvemos a cometerlos, siempre seremos una gran familia.

Familia por elección.

Me pongo en pie y salgo del área de la fogata, encontrándome por el camino a Drake quien vuelve cargando a Asher, y Aaron viene corriendo hacia mi, deteniéndose justo a tiempo para no chocar por completo con mi panza, pero si para poder abrazarme.

—¡Adiba, adiba! — Me pide dando saltitos.

Por un momento estoy por tomarlo para poder cargarlo, pero Drake me detiene, agachándose y cargándolo en su brazo libre, quedando con un niño en cada brazo. Bufo por su sobreprotección y decido caminar a su lado de regreso a la casa, haciéndoles algunas cosquillas a ambos niños para hacer que se muevan como pequeñas lombrices en los brazos de su padre.

No puedo evitar sentirme completa en momentos como este. He podido aprender, crecer, superar, dejar atrás aquellos malos recuerdos que me atormentaban durante años, para permitirme disfrutar de la vida, de mi vida, y ahora, de mi propia familia, junto al hombre que siempre he amado.

¿Qué más podría pedir?

Dejo que Drake entre a la casa y me giro justo en la puerta, fijando mi vista en el cielo oscuro de los Ángeles, que para mí sorpresa nos deja ver algunas estrellas. Suelto todo el aire, queriendo disfrutar de uno de los pequeños momentos que me permito durante el año para traer de nuevo el pasado al presente.

—Feliz navidad, Leila — Susurro dejando que mi voz se pierda en la noche, antes de girar sobre mis talones encontrando a Rubí observándome, e ingresar de nuevo a la casa.

La casa en dónde empezó todo, y donde espero que algún día, si somos tan afortunados, pueda terminar todo. Y está, es la historia de como me terminé enamorando loca y perdidamente, del hermano de mi mejor amiga.

Fin.

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¡No estoy llorando, tu estás llorando!

Estoy muy emocionada y a la vez triste por este epílogo. Siento que era la manera perfecta de terminarlo, y por eso lo tenía planeado desde incluso que empecé el tercer libro.

Graciass a todos los que estuvieron siguiendo la historia de los chicos por tanto tiempo. Se que se han convertido en una parte importante de sus vidas y lo aprecio mucho.

No diré que publicaré un nuevo libro de esta historia, porque realmente ya es momento de darle su cierre y seguir adelante, sin embargo, no lo eliminen de su biblioteca, porque puede que este subiendo algunos capítulos extras de momentos que se que quieren ver.

Cómo la boda de Oliv y Drake, cuando ambos se enteraron del embarazo de los gemelos, y algunos más.

Los quiero mucho, bombones.

Nunca dejen de darse el tiempo para leer. Es el único lugar en dónde nuestros sueños permanecen.

Nos vemos en la próxima.

Besos.

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