45. Vacío 1
Narrador
Un segundo.
Es el tiempo que se necesita para que todo cambie. Para que recordemos la fragilidad que la vida posee, y como nuestros planes, pueden verse destruidos. No recordamos todo lo malo que puede pasar, hasta que ya es muy tarde, ya que se estrella en nuestro rostro.
La sala de espera del hospital se mantiene vacía, solo con algunas enfermeras cruzando a hacer revisiones a los pacientes de las habitaciones ocupadas. El frío, junto al olor a antiséptico y productos de limpieza, llena el ambiente, haciéndolo más ajeno, más solitario, como si no fuera suficiente ya con lo que sienten las personas que deben permanecer en el.
En una pequeña zona de sillones en el pasillo, nos encontramos a Jenna, la madre de Olivia, abrazando fuertemente a Carla quien no ha dejado de llorar desde que llegó al hospital hace ya 4 horas cuando la llamaron. Oliv por su lado está unos asientos más allá, temblando como no lo había hecho en mucho tiempo.
No puede evitar sentir miedo de que su mejor amiga se encuentre en esa situación. No sabe si está bien, no sabe que sucedió con exactitud, pero una parte de ella —la más paranoica— no deja de repetirle que es culpa de ella. Que este no fue un caso accidental, y que su amiga, está ahí por culpa de los mismas personas que causaron la muerte de su hermana años atrás.
Capaz sean ideas descabelladas, pero ha sido lo único en lo que ha podido pensar desde el momento en que pisó el hospital.
Maddie salió de una operación hace una hora, pero no han podido pasar a verla debido a que la anestesia aún no desaparece. Según el doctor Mad sufrió un fuerte impacto al momento del choque, entre ellos una costilla rota que pudo ser la causa de una hemorragia interna que sufría al momento de llegar, además de eso les explicó de que se fracturó un hueso en su brazo.
Cada vez que el doctor nombraba algún nuevo problema complejo, Oliv casi se desmayaba junto a Carla, temiendo que Mad pudiera no salir de ello. Pero el doctor las calmó un poco, explicando que hicieron todo lo posible para detener la hemorragia y curar los cortes superficiales con los que llego. Ya la recuperación queda del lado de Maddie.
Pasa cerca de media hora más, cuando les avisan que pueden ingresar a verla, pero que traten de hacerlo de una en una por ahora. Todos están de acuerdo en que Carla sea la primera, por lo que Oliv se queda fuera junto a su madre quien no tarda en abrazarla, mientras espera el momento de entrar. Ojea su teléfono una vez más, calculando que a Lincon aún le faltan 3 horas para aterrizar en la ciudad. Tomó un vuelo media hora después de que la madre de Maddie le avisara del accidente luego de llamar a Olivia.
Parece que el tiempo transcurre eternamente, antes de que logre ver a tía Carla saliendo de la habitación con los ojos llenos de lágrimas intentando recomponerse.
—Está bien? — Olivia se levanta de un salto preocupa.
—Si, solo…es duro verla así — Admite Carla entrecortada mientras se limpia las lágrimas — Debo ir a hablar con el doctor. Pero ella pregunta por ti.
Asiente sin esperar que le digan nada más para ingresar en la habitación.
El primer vistazo del lugar no es muy diferente del resto del hospital. Un lugar para nada alentador ni mucho menos acogedor para pasar el tiempo entre blancas paredes y suelos. Fija su mirada en Maddie, quien se encuentra entre las sábanas de la cama del hospital, tan frágil, mientras se mantiene conectada a los monitores que vigilan sus signos vitales, la bolsa que le da suero.
Mientras se acerca nota que tiene los ojos cerrados y se recuesta en una posición para nada cómoda, debido al collarín que ha tenido que utilizar, así como el yeso que le cubre el brazo izquierdo que reposa sobre una almohada para no colocarlo directamente sobre el área recién operada que fue su torso.
—Deja de llorar—- La voz de ella la sobresalta una vez está a su lado y nota como abre los ojos — Estás peor que mi madre.
—Idiota — Murmura Oliv sin poder evitarlo, tomando asiento en la silla que tía Carla debió de acercar a un lado de la cama para estar cerca — ¿Cómo te sientes?
—un no siento mucho — Explica luchando aún por mantener los ojos abiertos— Dicen que es por los efectos restantes de la anestesia — Le oye suspirar — Casi me muero pensando que me habían amputado alguna extremidad, luego explicaron eso.
Se ríe, pero Oliv es incapaz de sentirse bien aún. Siente aún el pánico y el miedo tan latente, que siente que se encuentra ida parcialmente, casi como en automático.
—Oye no me dejes hablando sola — La mira de reojo a su amiga aún sintiéndose boba pero si amiga sigue sin levantar la mirada de las sábanas — Oliv…
Finalmente levanta la mirada dejando ver su rostro lleno de lágrimas que no ha podido evitar.
—Tuve tanto miedo ahí fuera — Admite tomando la mano de Mad, la que no tiene enyesada — Por un momento me transporte de nuevo ha…ese día y temi que nos dieran una mala noticia tuya.
—Calma — Intenta calmarla Mad observando como se limpia las lágrimas — Mala hierba…¿Nunca muere?
Eso le hace reír a Oliv sin poder evitarlo.
—Hierba mala — La corrige continuando con su tarea de limpiar las lágrimas en su rostro.
—Shh — Sisea — Lo bueno de la anestesia es que puedo usarla de excusa — Bromea — ¿Lincon?
—Llegará en un par de horas — Asiente con un sonido.
—Tendrá un deja vu de su accidente — Suspira antes de volver a cerrar sus ojos.
Oliv no puede evitar pensar en su teoría de Bart, y sabe que debe compartirlo con Mad, antes de que olvide los detalles del accidente.
—Madd…— Nota su mirada de reojo en ella — ¿Y si fue Bart? — Maddie es incapaz de responder — Si está advirtiendonos…si es así, esto sería mi culpa — Un nudo se forma en su garganta haciéndola dar una pausa — Casi pudiste haber muerto por mi intento de justicia..Yo…
—Oliv — La frena Más incapaz de escuchar a su amiga echandose la culpa de esto — Si fue Bart, esto no es tu culpa. Es de el — Trata de replicar pero la detiene — No pases la vida como tú padre pensando que la decisión de alguien más es culpa tuya.
—Mirate. Lo que te pasó…—No puede evitar soltar Oliv sintiéndose muy mal de verla en ese estado — Ni siquiera es por algo tuyo..
—Basta, Oliv — Su mejor amiga toma su mano con tal de tranquilizarla aunque sabe que es casi imposible de lograr.
Cuando algo se le mete a Oliv a la cabeza, es difícil hacerla cambiar de opinión, se recuerda.
—Mamá me dijo que el auto terminó hecho un desastre — Cambia de tema suspirando al soltar su mano.
—Si, todo desapareció — Confirma Oliv con una voz agotada.
—Las pruebas de Jack con eso — Se recuesta — Debí cuidarlas mejor, lo siento.
—Es lo de menos ahora, Mad — La tranquiliza Oliv siendo incapaz de pensar en eso ahora.
Ya luego tendrá tiempo de pensar en que sigue.
Debe salir de la habitación poco después, cuando las enfermeras vienen a revisar cómo sigue, así que se encuentra de nuevo en la sala junto a su madre y Carla quien se mantiene concentrada en el café que lleva en mano, mientras lo bebe de sorbo en sorbo.
Baja la mirada a sus manos, encontrándose con que otra vez las lágrimas vuelven a llenar su rostro. Las emociones están hechas un asco hoy con todo el miedo que ha sentido por Mad.
—Oliv — Levanta los ojos hacia su madre que se agacha frente a ella en el sillón — Debo ir a casa de Carla por ropa para ambas — Asiente mientras su madre le habla pero realmente no presta mucha atención algo que a su madre le asusta, recordándole a aquellos días después de la muerte de Leila — Por favor, necesito que te calmes — Aprieta su mano en señal de apoyo — Por ti, y por el bien de Maddie que no le gusta verte así ¿Si?
Asiente pero realmente sabe que no puede controlarlo, pero teniendo que ayudar a su mejor amiga y sobrina, se pone en pie dirigiéndose a la salida del hospital.
…
Las horas han pasado, pero el ánimo no ha cambiado en la sala. Oliv sigue perdida en sus pensamientos, en la culpa que le come la cabeza, mientras trata de distraerse observando por la ventana a unos pasos de la sala que da justo a una de las calles cerca de Beverly Hills. No ha querido interrumpir la habitación para no estorbar a los enfermeros y doctores que entran y salen, mientras conversan con Carla sobre lo que sigue con Maddie.
—Mamá — Está de espaldas a la pequeña sala, pero Oliv al instante reconoce de quién es esa voz que interrumpe el silencio.
—Ay, mi niño — Cuando se anima a darse la vuelta, observa a Drake abrazar fuertemente a su madre quien no tarda en enterresarse en su pecho, seguramente buscando algún tipo de apoyo en este momento.
No duran mucho así, debido a que el doctor sale de la habitación de Mad, llamando la atención de los tres. Sin poder evitarlo da unos pasos más cerca queriendo escuchar lo que tiene que decir.
—¿Que dice de Maddie, Doctor? — Pregunta Carla casi en un susurro.
Oliv mientras el doctor explica algunas cosas de los cuidados que deberá tener su amiga, no puede evitar fijar su vista en Drake frente a ella. Luce agotado, tal como debe verse ella. Tiene el cabello despeinado como si no se hubiera tomado el tiempo de hacer algo con el. Trae puesta una camiseta gris junto a un mono deportivo oscuro y unas air force one.
Aún cuando se puede notar lo rápido que intentó llegar, Oliv no puede evitar sentir revolotear su estómago por como luce. Supongo que es algo de genética que siempre luzca tan sexy.
—Debe pasar unos días aquí mientras monitoreamos su costilla — Explica el doctor de unos 50 años — No queremos que con un movimiento en brusco pueda causarse otra hemorragia interna.
Tía Carla no puede evitar preguntar otras cosas, pero la mente de Oliv no lo capta, ya que se concentra en la mirada que se mantiene fija en ella. Es casi intimidante la manera en la que Drake la detalla, desde sus labios, hasta sus ojos que deben continuar hinchados y rojos de las lágrimas que ha derramado en la última hora.
Se siente expuesta ante su atención, y lo sabe por la fuente presión que oprime su pecho, el nudo en la garganta que debe frenar para que más lágrimas no salgan. Nota a Drake dar unos pasos hacia ella, alejándose del doctor, haciéndola contener el aliento, hasta que este la rodea con sus brazos sin siquiera pedirlo.
No sabía que necesitaba aquello hasta que siente la seguridad que sus brazos le dan. Es casi como si fuera lo que ambos necesitarán para no derrumbarse en ese mismo lugar.
Drake soba su cabello concentrándose en aguantar las lágrimas que quiere soltar, y Oliv lo rodea fuertemente, no queriendo dejar escapar este pequeño, corto y pasajero momento en el cual logra sentirse segura después de tanto tiempo. Unos segundos que parecen tan pocos después, se separan un poco, y Drake la observa, detallando la lágrimas que ha soltado y que no tarda que apartarlas con su mano.
—Estará bien — Dice él dándose cuenta del miedo en la mirada de Oliv — Se recuperará.
— Pudo pasar algo peor…—La voz le sale a Oliv como un susurro así que Drake la calla con un shh.
—No fue el caso —Le recuerda.
—Pueden pasar a verla ahora — La voz del enfermero saliendo de la habitación interrumpe la burbuja que habían creado ambos.
Oliv asiente hacia Drake haciéndole entender que estará bien, lo cual el toma como una señal para apartarse y así entrar en la habitación queriendo ver cómo se encuentra su hermana. El frío que recorre a Oliv al instante en qué se aleja, es casi asfixiante, pero se obliga a rodearse con los brazos para entrar en calor, aunque este no sea el que ella necesita.
No pasa tanto antes de que su madre aparezca por el pasillo, con un bolso demasiado lujoso para el lugar, en mano con lo que seguro es ropa y cosas que necesitan. Le pregunta si está bien, a lo cual ella prefiere mentir con un leve asentimiento que no convence para nada a su madre.
—Es mejor que vayamos a casa — Le recuerda con un tono bajo pero lleno de preocupación.
—No puedo irme, mamá…—Trata de replicar pero es interrumpida.
—Maddie estará bien, y aquí está Carla — Le recuerda pero ella no está dispuesta a irse — Oliv…solo por unas horas —La voz suplicante de su madre le crea una presión en el pecho — Para que tomes una ducha, duermas un poco y comas algo. Si sigues así la que terminara en una cama serás tu.
—Tal vez lo merezco por la culpa — Murmura pero su madre la escucha aún así dándole una mirada de reproche — Está bien.
—Espérame en el auto ¿Okey? — Toma su mano para ponerla en pie.
Oliv no dice más nada antes de alejarse hacia la salida del hospital, con intención de llegar al auto antes de derrumbarse por completo.
Jenna por otro lado está tomando el bolso de la silla donde lo había dejado, cuando escucha a alguien salir de la habitación de Maddie. Al girarse, se sorprende un poco de encontrar a Drake, y dándose cuenta que tal vez su hija no quería irse no solo por querer estar con Maddie. Al instante en qué lo observa, nota el dolor en su mirada. Sabe lo mucho que Drake siempre ha querido a Maddie. La capacidad de amar y proteger de Drake apesar de tener el padre que tiene, es una de las cosas que más mantienen orgullosa a Jenna. No duda en abrir sus brazos para abrazar al enorme chico en el que se ha convertido si sobrino postizo, algo que parece necesitar por la manera en que la aprieta contra el.
—¿Estás bien? — La pregunta de Jenna lo sorprende.
—Si, eso creo — Dice en un tono bajo sintiéndose agotado y mal por ver a su hermana tan vulnerable.
—Debo llevar a Oliv a casa —Le avisa Jenna en un suspiro — Necesito lograr calmarla, para que pueda ver a Maddie estando mejor — Drake la observa atentamente — Pero por favor, encárgate de ir por algo de comida para Carla — Él asiente aceptando — Oblígala a comer si es necesario.
Eso lo hace sonreír antes de irse hacia la cafetería del hospital queriendo cumplir la tarea, pero sin poder evitar sentirse preocupado no solo por su hermana, sino también por Olivia, a quien no había visto tan mal en…nunca en realidad.
Estaba tan decaída.
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Continúen hasta la segunda parte, bombones.
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