26. Encanto doble
No me suelo considerar una persona, totalmente valiente, pero pocas veces me he encontrado paralizada del miedo. Aunque tampoco ayuda que me observen con ganas de querer matarme, luego de haber pasado por otra de mis sesiones de espía secreto.
Jackson no deja de verme como si estuviera molesto, con una expresión tan seria, que jamás le había notado que poseía. Lo peor de todo, es que mientras continúo bajando los últimos escalones por inercia, no despega ni un segundo la mirada de la mía, incluso cuando la aparto momentáneamente.
No hay que olvidar que estoy temblando mientras bajo.
—¿Qué hacías? — Suelta la pregunta en cuanto llego al piso junto a él.
Doy una mirada a mi izquierda, por donde se fue Dan hace unos segundos, pero no lo logro ver, por suerte para mí. Aunque sería más fácil explicar que se trataba de un ligue, que de una misión de espionaje.
—Los baños estaban vueltos un caos — Le suelto un tanto rápido apartando la mirada — Y realmente necesitaba ir.
Él no dice nada, solo me observa de brazos cruzados.
—En el primer piso hay uno, por si también está ocupado el de caballeros — Le indico apuntando detrás de mi hacia las escaleras.
—Para, no te creo nada — Me detiene haciéndome tragar fuerte — Se que algo pasa.
Parpadeo colgándome de nuevo el pequeño bolso ya que se resbalaba de mi hombro.
—¿De qué hablas? — Finjo estar confundida — No pasa nada, Jack — Trato de disuadirlo con una sonrisa pero parece mas una mueca.
—Desde que llegamos te he notado extraña — Me suelta sin importarle lo que dije — Y te conozco lo suficiente como para saber que algo pasa — Añade sin cambiar su expresión.
Muevo los dedos sobre mi muslo en un claro nerviosismo, así que miro a otro lado buscando encontrar la actuación perfecta para salirme de ésta.
—No ocurre... — Voy a decirle, pero me hace una seña de que pare.
—Olivia, no porque no sea Drake, significa que no me doy cuenta de las cosas — Dice soltándome un puño de palabras directo a mi estómago.
—No quise decir que... — Trato de disculparme por hacerlo sentir así.
—Déjalo — Le resta importancia y suspira observándome unos segundos — Te voy a cubrir — Suelta sorprendiéndome cuando toma el teléfono que sigo teniendo en una de mis manos — Diremos que te tomamos alguna foto — Enciende el teléfono — Posa o algo — Me apresura y lo hago, manteniendo una expresión seria por la confusión.
—Gracias — Le digo mucho mas aliviada cuando me devuelve el teléfono.
—Nada de gracias — Me corta emprendiendo el camino por el pasillo de los baños — Al llegar al hotel me contarás todo.
Suena una orden muy seria, y realmente no veo como salirme de ésta, así que termino por asentir apenada por todo lo que ha dicho Jack, haciéndome sentir como una niña que su padre regaña por una travesura.
El camino de regreso al salón, pasa en silencio y con gran distancia entre ambos, hasta que llegamos a la puerta del salón y Jack toma mi brazo, uniéndolo con el suyo en un claro gesto caballeroso. Mucho más de lo que merezco por andar creyéndome espía de la familia Green.
Mientras buscamos nuestro lugar en una mesa con algunos otros invitados algo jóvenes, puedo notar como una banda ha empezado a tocar música clásica y vals, dándole un mejor y más animado ambiente a la fiesta.
—Ahí viene Hunter — Me susurra Jack en mi oído sentándose junto a mí en la mesa — Olvidemos lo que pasó por ahora... — Asiento de acuerdo — y sácalo a bailar. Lo he visto algo nervioso y tenso en el último rato.
Asiento de acuerdo.
Concéntrate en Hunter, Oliv. Es tu amigo y viniste a ayudarlo.
—Al fin pude escaparme — Exclama Hunter sentándose al otro lado de Jack — No dejaban de asfixiarme — Se queja aflojando un poco su corbata.
—Para eso viven los padres — Le bromea Jack con una palmada en el hombro — Ni hablar de que todos aquí parecen carecer de aire — Suelta bajo observando a la gente sentada en las mesas, dejando solo a dos parejas en la pista de baile — Le falta ánimo.
—Hunt... — Le llamo y me mira — ¿Podrías ser caballero y sacarme a bailar? — Trato de reñirle en broma a pesar de seguir levemente asustada.
—Como mande la alfa — Me suelta en broma poniéndose en pie y teniéndome la mano.
La acepto poniéndome en pie antes de caminar a su lado hasta la pista de baile, en donde nos ponemos en posición uno frente al otro, una de sus manos en mi cintura, una de las mías en su hombro, mientras que con las otras nos tomamos de las manos, empezando a seguir los pasos de la clásica melodía.
—Bailas algo más que música de clubes — Le riño en broma después de unos segundos.
—No seré tu ex, pero tengo talento — Me sigue el juego haciéndome reír levemente, aunque hablemos de mi ex.
...
—Hasta que abres la puerta — Se queja Jack entrando en mi habitación luego de abrirle — Ya pensarán que te estaba haciendo la visita marital — Bromea entrando más en la habitación con su pijama puesto, que prácticamente consiste en unos shorts celestes y una camiseta blanca.
Yo me tomo mi tiempo caminando hasta la cama, en la cual me siento en medio, mientras que Jack parece teclear algo en su teléfono, antes de apartarlo y dejarlo sobre la mesa de la tv de la habitación de hotel. Yo mientras, no dejo de jugar con mis manos con la mirada baja, nerviosa por esto.
—Tuve que esperar media hora hasta que Hunter decidiera dormir la mona — Se queja acostándose de lado en la otra esquina de mi cama a una distancia de mi — Así que, mejor empieza.
Lo observo y en ese momento noto, que no me voy a poder salvar de este chico tan fácilmente.
Es mejor soltar todo.
Suspiro enderezándome en la cama, colocándome de frente hacia él.
—Tal vez recuerdes lo de mi hermana, Leila, su muerte y todo eso — El asiente y yo tomo aire antes de continuar — Ahí empieza todo. Mi padre...
Y es ahí, como después de casi cinco años, me he atrevido a contarle a alguien el tema del supuesto accidente en donde murió mi hermana. Tan solo le había hablado de ellos a Drake, Mad y Lincon.
Para que Jack pudiera entender y no juzgar, tuve que hablarle desde lo que me conto mi padre como una simple sospecha, hasta la investigación que he estado haciendo con Ross, hasta todo lo que hemos conseguido, incluso, hablarle de la razón por la que yo estaba recorriendo los rincones del edificio de los Green.
Para cuando termino, Jack debe tomarse unos segundos parpadeando y procesando, antes de que su principal emoción se muestre.
—No puedo creer que seas tan idiota — Me suelta algo enojado — ¿No sabias lo peligroso que pudo haber sido eso? Mas en el caso de que ese hombre hubiera sido capaz de todo aquello — Me riñe como un hermano mayor.
—Lo sé, Jack — Le corto — Pero, era una oportunidad de encontrar lo que necesitaba.
—Usando además a Hunter, que nos quería allí como su apoyo — Aparto la mirada un segundo ante su reproche.
—Para — Le detengo — Acepté ir y pasar por todo aquello para apoyarlo. No me habría metido en ese ambiente si no fuera porque sabía que el necesitaba ayuda — Le explico rápido — Pero no me puedes culpar, por tomar la oportunidad de encontrar información.
Se queda callado analizándome.
—No me hubiera acercado a ese hombre si Hunter no lo hubiera necesitado, créeme, Jack — Digo sincerándome por completo.
—No entiendo algo ¿Cómo pudiste infiltrarte a su oficina sola? — Me pregunta finalmente interesado en el tema central.
—No lo hice yo — Explico — Ross, el detective, envió a un hombre profesional en el tema. Yo solo fui el águila que avisaba si venia alguien — Suelto riendo un poco por ello.
—Claro que más talento de espía tengo yo — Me suelta y yo lo empujo cuando se ríe.
Al parar la risa, fija su vista en mí de nuevo y logro notar como intenta formular alguna pregunta mentalmente.
—¿Han comprobado que sea él? — Suelta finalmente.
Suspiro.
—La investigación ha sido más complicada de lo que se pensaba — Confieso — Lo que se ha podido encontrar, solo nos ha colocado un paso más cerca... — Bajo la mirada, jugando con mis dedos en una almohada — pero aún se necesita algo más conciso para confirmarlo.
Jack afirma apartando la mirada y acostándose boca arriba en la cama.
—Vaya que has tenido mucho en mente estos años... — Suelta más para él.
Yo no digo nada, ya que no sabría que decir exactamente a eso. Jack por otro lado gira su cabeza hacia mí.
—Igual podrías recordar que soy abogado y dejarme ayudarte — Me riñe — Se que parezco abogado de ebrios, pero soy serio — Bromea haciéndome reír.
—De hecho... — Creo suspenso — Si pensaba hacerlo.
—¡Aww, piensas en mí! — Dramatiza con una lagrima falsa.
—Ya sea como consejero o si te sientes calificado para encargarte tu — Continúo sonriendo — Solo necesitamos avanzar un poco en la investigación — Suspiro pesadamente — Unas sospechas y testimonios no bastaran ¿cierto? — El niega —Genial — Bufo.
—Para encargarme... -— Empieza haciéndome sonreír de nuevo ante su apoyo — necesitaré algunos consejos de otros abogados, incluso ayuda, pero...yo puedo encargarme, Oliv — Me dice y asiento contenta — Claro que no puedo involucrarme en el campo de investigación — Se apresura a explicar acostándose de lado — No iría con mi código.
Asiento entendiendo.
—Pero, daré mi apoyo en ésto — Me confirma — Lo prometo.
No puedo evitar emocionarme y saltar a abrazarlo aun estando acostado. El no tarda en empezar a reír mientras recibe cariñosamente mi abrazo.
—Muchas gracias, Jacquie — Le digo con voz dulce — No sabes cuanto te lo agradezco — Le dramatizo un beso en la frente.
—Vaya, debería ayudarte más a menudo — Bromea ganándose que lo empuje y me separa, pero manteniendo siempre mi sonrisa — No lo suelo decir...pero soy incapaz de dejar de ayudarlos, Olivia. A todos — Confiesa — Algunos pensarían que es apego emocional mi cariño hacia todos ustedes.
—No — Niego sonriendo — Somos familia — Me encojo de hombros y asiente.
—Que imbécil cursilería — Bufa empezando a reír — Será mejor que me vaya ya. Ya está durando lo mismo que una visita marital.
Se levanta tomando su teléfono y yéndose a la puerta.
—¡No tengas sueños con Carson! — Me dice saliendo por la puerta.
—¡Imbécil! — Le grito cuando cierra la puerta.
Jackson POV
Tomo la botella de cerveza que tengo en la mesa, dejando el plato de comida ya vacío de lado, mientras le doy un largo trago a la bebida, sintiendo algunas burbujas en mi boca, todo mientras no separo la vista de la pantalla de la tv, en donde se ha estado reproduciendo una de mis series favoritas de mi adolescencia.
The Big Bang Theory.
Aunque he de admitir que, en vez de disfrutarla, no he hecho más que nombrar detalles y cosas fuera de lugar en los capítulos —como comentarios machistas—, con tal de poder distraerme un poco. Ya que, al no pensar, mi mente trae a colación el asunto de Bart Green, y no es algo que quiera pensar justo ahora.
A) Porque me da escalofríos.
B) Porque es el padre de Hunter.
Pero no puedo negar que mi curiosidad y mi sentido de justiciero, tiene más interés en el tema, que el miedoso.
Aun así, le daré toda mi ayuda a Olivia en esto. No creo que sea prudente dejarla sola, más ahora que se anda creyendo el agente 007.
Decido seguir prestando atención al capítulo, cuando el sonido del timbre invade todo el departamento, haciéndome detener la botella a unos centímetros de mis labios.
¿Quién será?
Me levanto preparándome para tirarle las llaves a Hunter si se le han olvidado de nuevo, pero no las encuentro en la mesa, por ende, debe tratarse de alguien más. Abro la puerta mientras le doy un trago a mi cerveza, encontrándome del otro lado a quien menos me habría imaginado ver aquí hoy.
Nicol.
—Pero mira a quien nos trae el espíritu del finde... — Suelto con una gran sonrisa egocéntrica — ¿Quieres que te lleve a otro bar?
Va vestida con una falda negra plisada que le llega más arriba de la mitad de los muslos, botas altas del mismo color, lo que parece una camiseta ancha blanca y una gran chaqueta ancha de cuero.
—No seas idiota — Me aparta y entra al departamento tranquilamente como si se tratara de su propia casa — ¿Dónde está el imbécil de Hunter?
—Hola, Jackson — Digo sarcástico — ¿Estás bien? Yo también — Le pincho cerrando la puerta detrás de mí.
—Nos vemos los 5 días de la semana — Me recuerda apoyada en una de sus piernas en el pasillo — Creo que ya pasamos esa etapa.
Me encojo de hombros sin más dando un paso dentro, en dirección a la sala siendo suficiente señal de que puede continuar.
—En cuanto a Hunter... — Retomo mi puesto en el sofá — no está — Le aviso notando como teclea algo en su teléfono — Salió con Erin rápido hace una hora.
—No puede ser tan... — Se queja observando a su teléfono antes de gruñir — ¡Lo odio! ¿Cómo puede ser tan imbécil? — Suelta tirando su teléfono al interior de su bolsa.
—Enamorado — Me encojo de hombros ahorrándome cualquier otro comentario — Si quieres abro mi consultorio para que hables de cómo te sientes con eso — Le ofrezco con un claro tono de broma.
—Ya quisieras — Bufa ella observando su reloj y rechazándolo, para mi desgracia.
—¿Y qué harás entonces? — Suelto al notarla en el mismo lugar.
—Ir a casa — Suelta sin verme — Tal vez ver alguna serie, embriagarme y masturbarme — Sonrío levemente por su franqueza — Lo menos que deseo hoy es intentar salir de fiesta.
La noto hacer el ademan de volver a ir a la entrada para salir del departamento, así que me apresuro a hablar deteniéndola a mitad del camino.
—Es un gran plan — Se detiene a medio camino — Aunque te tengo uno mucho mejor — Alza una ceja —Quédate, vemos alguna serie, tomamos vino...incluso podemos vandalizar las cosas de Hunter si estás muy molestas — Le guiño un ojo.
—¿Y cómo por que aceptaría eso? — Se cruza de brazos.
—Para no perder el viaje — Me encojo de hombros — Y no pasar tu noche como un vejestorio aburrido.
Ella le da un vistazo a su reloj, antes de suspirar tirando su bolso sobre uno de los sillones y venir a sentarse junto a mí en el sofá. Incluso no me molesta cuando me arrebata lo que queda de mi cerveza y se la empina de un solo trago.
—Dime que tienes más — Pide regresándome la botella vacía unos segundos después en donde solo la he estado observado.
—¿Vino o cerveza? — Le sonrió divertido poniéndome en pie.
—Vino — Pide mientras me alejo hacia la cocina a algunos metros.
Vuelvo unos segundos después a la sala, con una botella de vino nueva junto a dos copas. Me siento a su lado sirviendo su copa cuando al fin suelta un comentario sobre mi serie.
—¿Te gusta eso? — Me ve confundida y yo me encojo de hombros — Algo tenías que tener de malo.
—¿A qué te refieres? — Sonrío confundido tendiéndole una copa a ella antes de servir la mía.
—Visión machista — Apunta la pantalla y no puedo evitar sonreír más — ¿Por qué sonríes? Me dices que eres machista y me largo — Amenaza así que borro mi sonrisa alzando una ceja analizándola.
—Dime algo...,en el tiempo que me has conocido mejor... — Pido recostándome en el sofá — ¿me has visto alguna señal de ser machista?
Ella se queda pensando mientras no despega su vista de mí buscando la respuesta en su memoria.
—Buen punto — Toma un trago de su copa apartando la vista finalmente — No creo tener tan pésima suerte con quienes comparto mi tiempo.
Tomo el control remoto a un lado mientras le doy un trago a mi cerveza.
— ¿Pongo otra cosa?
—No — Suelta — Necesito criticar algo para no ir a destruir todas las cosas de Hunter.
Asiento riendo.
Un par de horas, capítulos y copas de vino más tarde, ya hemos empezado a ligar con botellas de cerveza, lo cual puede explicar nuestra nueva dinámica, un tanto menos formal, entre bromas e historias de la adolescencia.
—¿Entonces Drake sospechaba de ti con su hermana antes que los demás? — Pregunta y asiento haciéndola reírse fuertemente — ¿Tan promiscuo eras en su momento?
—Tal vez lo era — Admito divertido observándola sentada de frente a mí con las piernas flexionadas debajo de ella sobre el sofá — Y tal vez si pudiera haber pasado algo... — Confieso ganándome un empujón en medio de su risa — pero conozco a Maddie desde que vestía tutus y nos metía hielos en los shorts mientras estábamos en la piscina.
—¿¡Eso!? No es nada comparada con mis bromas — Suelta ella controlando su risa para darle un sorbo a su botella de cerveza.
—Ni las mías. Pero hace que no la vea más que como un tio — Explico finalmente.
—Aun así, pensaba que eras capaz — Apoya su cabeza sobre su mano contra el respaldo del sofá — Te juzgaba de promiscuo sin principios — Me pincha en broma.
—Que sabia para estar borracha — Le felicito causándole otra risa.
No puedo evitar sonreír observándola de esta manera tan relajada a comparación de sus usuales bromas tensas en el día a día. Noto como se queda observándome fijamente durante un segundo y no pienso en apartar la mirada ni un segundo.
Tiene ojos muy lindos, entre grandes y largas pestañas.
—¿Sabes de quien si no me arrepiento de juzgar? — Pregunta — De Silvia. Esa chica me trae muy mala vibras.
—¡Hasta que alguien lo dice! — Exclamo — Al menos alguien tiene sentido común en el grupo.
—¿Ese cuentito del perdón y buena persona? Conmigo no funciona — Niega para ella misma.
—Mucho menos para mi — Bufo.
—Y tú la conoces más — Suelta.
—Por eso lo digo exactamente — Pierdo la vista en un punto recordando nuestra amistad con ella en el pasado.
Pésimos días, llenos de dramas en el grupo. Aunque claro parecemos haber borrado eso de nuestra memoria.
—¿Sabes? Shaina solía decirme que somos muy similares — Confiesa y sé a qué se refiere, dado a mi Hunter me lo menciona a veces — Pero no lo creo del todo — Deja su cerveza en la mesa — No me llegas.
—¿Ah no? — Alzo las cejas divertido — En estatura, es debatible.
—No en eso, idiota — Me suelta riendo — En la promiscuidad.
—¿En serio? — Asiente egocéntrica — Resolvamos esto como adultos maduros — Propongo enderezándome de frente a ella — Cantidad de personas involucradas este año.
Lo digo tan serio que es entendible el porque le da una ataque de risa momentáneo.
—Acepto — Noto un ademan competitivo en ella al instante, antes de quedarse pensando.
—¿Tantas han sido? — La interrumpo, pero me calla.
—4 — Admite sonriente después de unos segundos.
—¿4? — Pregunto y asiente — Pues...he ganado — Le sonrío — 5 — Me encojo de hombros — Y ha sido mi año más tranquilo hasta ahora.
—Chicas imbéciles — Bufa ella fingiendo molestia.
—¿Chicas? — Alzo una ceja y ella se detiene de golpe a observarme.
—¿Chicos? —Me observa impresionada.
—Pues... — Me acerco un poco creando tensión — lamentablemente, éste año aún no.
Al alejarme, su expresión de asombro ha sido transformada por otra. Casi que, de orgullo, lo cual podría ser algo extraño si no fuera yo el otro miembro de la conversación.
—Decir que me impresionas, solo haría crecer tu ego... — Empieza a decir apartando la mirada — así que no lo diré — Confiesa.
Finjo que me duele el corazón. Ella se mantiene callada y yo igual durante un par de segundos.
—¿Solos o..? — Suelta haciéndome reír sabiendo que no sabría mantenerse callada, mucho menos ebria.
—En grupos — Ruedo los ojos — Y apuesto mi sueldo a que tu igual — Admito arriesgándome poco.
—No perderás nada — Me sonríe riendo.
No puedo evitar pensar lo bien que se siente estar así, tan relajadas y tranquilos, a pesar del estrés que seguimos teniendo en el trabajo estos días. Tal vez es un buen descanso para nosotros.
—¿Qué puedo decir? Encanto a todos — Se encoje de hombros sin avergonzarse ni un poco de su ego.
—Yo igual — Admito — Mucha gente suele fantasear con mis besos luego — Suelto
Nicol no puede evitar empezar a reír como loca, confundiéndome entre sonrisas.
—Lo juro — Aclaro divertido ante su reacción — Son adictivos — Le guiño un ojo — Pruébalos y descúbrelos — Suelto como una broma a medias.
Ella sonriendo se endereza, buscando acercarse hacia mí. Su boca queda a pocos centímetros de la mía, mientras que su mano se apoya en mi muslo. No puedo evitar detallar su escote en el corte de la camisa en el cuello y la manera en la que la falda se le ha subido por los muslos, dejando expuesta más de su blanco tono de piel.
—No seas imbécil — Se empieza a reír apartándose cuando nota que no me muevo.
Yo no puedo evitar reír un poco también mientras ella vuelve a su puesto en el otro extremo del sofá. Se entretiene arreglando el dobladillo de su falda mientras que yo no puedo evitar seguir detallándola a ella. Desde las suaves y finas facciones en su rostro, hasta sus curvas naturales y ni hablar del porte coqueto que demuestra con cada movimiento, aunque supongo que es algo que hace inconscientemente.
Un par de segundos después, su mirada vuelve a encontrarse con la mía, y no sé cómo explicar, el escalofrió que me recorre el cuerpo ante aquellos ojos oscuros que han adoptado un color casi negro. Decido permitirle a mi vista seguir recorriendo su cuerpo, encontrándome con que su respiración se ha vuelto más pesada ahora, tal cual le ha pasado a la mía cuando sus ojos se fijaron en mí.
Sería muy idiota si no notara la tensión que se ha empezado a crear en el ambiente con tan solo haber estado cerca. Pero, la verdadera cuestión importante en ésto, es saber cuál será la decisión correcta al tomar.
Hacer caso de lo que mi cuerpo dice, o de lo que mi mente razona.
Pocas veces he escuchado a mi mente en cuestiones de sensaciones, y no creo que hoy deba hacer una excepción.
Me atrevo a hacer el primer movimiento, acercándome en un parpadeo hasta quedar frente a ella y tomar su nuca, acercando su rostro al mío, dejando nuestros labios a pocos centímetros, rozándose, haciendo más evidente la pesada respiración de cada uno. Le doy tiempo suficiente para que pueda alejarme o decirme que pare, pero no lo hace, y esa es toda la señal que yo necesito para probar sus labios.
Al principio, se mantiene en un beso lento, mi boca explorando la suya, la de ella acostumbrándose a la mía, como si estuviéramos probando de lo que es capaz el otro. Pero en el momento en que pasa sus manos por mi cuello halándome hacia ella, el beso se convierte en un ritmo más fuerte y profundo.
Un baile entre respiraciones y sensaciones.
La sensación que llega a mi cuerpo con aquello, se siente casi como una explosión de distintas sensaciones, gracias a la química y coordinación con la que seguimos manejando el beso. Mis manos pasan de su cuello, a su cintura, empujándola un poco contra el cojín del sofá sin dejar el constante ritmo del sensual beso.
Llego a sentir como una de sus manos empieza a empujarme, así que me aparto preparándome para la tanda de insultos o algo, pero me quedo sorprendido cuando en vez de eso, ella se levanta, empujándome a mí a sentarme en el sofá antes de que ella se suba a horcadas sobre mí, posicionándose sobre mi regazo de piernas abiertas haciendo que la falda suba más, dejándole los muslos desnudos y a mi vista.
—¿Me dirás que soy idiota? — Murmuro bajando los labios por su cuello hasta llegar al borde de su escote, haciéndola arquearse y empezar a restregarse contra mí.
—Ahora no — Suelta con la voz jadeante sin dejar de arremeter su cadera contra la mía poniéndome a millón con solo ese movimiento.
Mi mente logra reaccionar, ya que cuando lo noto, estoy cargándola hasta mi habitación, con la intención de estar más cómodos y sin que ella deje de besarme el cuello en todo el camino. Una vez ahí, la dejo en el suelo, cerrando la puerta tras de mi por precaución.
Al girarme hacia ella de nuevo, noto como se acerca lentamente hacia mí, de una manera tan sensual que algo en mí no puede evitar emocionarse. Una vez frente a mí, se coloca de puntillas para besarme suavemente, dejando caer su mano por todo mi cuerpo.
Ágilmente logra desabrochar mis pantalones mientras yo me deshago de su blusa, dejándola en brasier ante mí. Me quito mi pantalón, mientras ella se deshace de su falda no dejando de dar pequeños pasos hacia atrás hasta llegar al borde de mi gran cama. Ella ya se encuentra tan solo en bragas ante mí, cuando me deshago de la camiseta, y no puedo evitar detenerme uno momento para lograr apreciar sus perfectos pechos, carnosos y del tamaño justo para su cuerpo.
Ni hablar de sus picos erectos de los cuales me quiero prender.
Tomo su cintura, girándola para que su espalda quede contra mi pecho. Aparta el cuello para incitarme a que la bese ahí, lo cual hago, y sigo bajando por toda la espalda, dejando suaves y sensuales besos húmedos en su piel.
Para cuando menos se lo espera, me enderezo y la empujo levemente hacia la cama, a la cual cae boca abajo segundos antes de yo subirme y posicionarme entre sus muslos abiertos. No me detengo, sino que me tomo el atrevimiento de tomar un puñado de su largo cabello castaño, haciéndolo puño en mi mano para después darle un firme jalón, que la hace arquearse y pegar su espalda de mi pecho.
—Creo que disfrutaré la ausencia de tus insultos — Suelto en su oído y logro escuchar un fuerte suspiro que me hace sonreír — Al menos los no sexuales.
Me aparta, empujándome a quedar sentado contra la cabecera, y mientras ella se deshace de sus tangas, yo estiro la mano al cajón de la mesa, del cual tomo un condón. Ella toma la iniciativa de tomar el cinturón de mi elástico, bajándolo lentamente mientras no pierde la vista de mi rostro.
Al deshacerse de ellos y observar mi gran erección, juraría que le noto una leve sonrisa mientras abro el condón y lo deslizo por mi miembro.
—¿Lento, princesa? — Bromeo respirando entrecortado cuando se sube sobre mí y posiciono mi erección en su entrada.
—Ni lo sueñes — Me suelta justo antes de dejarse caer de golpe sobre él.
La primera sensación entando dentro de ella, termina siendo la punta de la montaña de sensaciones vividas durante esta noche. El suspiro y satisfacción de ambos es notoria en ese instante.
Ella no se detiene, sino que empieza a subir y bajar, mientras yo siento mi miembro entrar y salir de su humedad. Sus manos se pasean por mi fuerte pecho, mientras que yo no puedo evitar apretar sus nalgas y besar su pecho con el vaivén. El ritmo no tarda en aumentar, llenando toda la habitación del sonido de nuestras pieles chocando, nuestros jadeos y gemidos mezclándose.
Vaya que en su papel de dominante encima de mí, luce como una obra de arte.
Pésimo que no le quiero dar todo el foco.
En un rápido movimiento, la tomo, girando y dejándola boca arriba contra el colchón antes de salirme de ella.
—¿Qué mier....? — La corto en su jadeo.
—No solo a ti te gusta llevar el ritmo — Le sonrío antes de besarle los pechos.
No me detengo, sino que bajo y dejo que mi mano masajee el húmedo lugar entre sus piernas, causando los gemidos que empiezan a salir de su boca y logran calentarme aún más. Cuando siento que estos son más fuertes, me detengo y me incorporo, posicionando mi miembro en su entrada antes de entrar de golpe, haciéndola gritar.
Sonrío egocéntrico empezando a mecer mis caderas contra ella, entrando y saliendo.
Ése no será el primero de nuestros gritos de ésta noche, pienso viéndola arquearse.
...
Una vez dentro del pasillo, camino directamente hacia mi puerta, dedicándole una sonrisa a mi vecina quien sale a pasear con su hija, a la vez que saco las llaves de la puerta de mi bolsillo mientras que, con la otra mano, sostengo la bolsa de comida que he pedido hace media hora.
He tenido que ir por ella a la entrada para ahorrarle el camino al repartidor.
Una vez dentro del departamento, todo permanece en silencio, por lo cual puedo lograr deducir que Nicol aún no se ha despertado para mi buena suerte. Me dirijo a la cocina en donde empiezo a sacar la comida de la bolsa de papel, sin lograr borrar mi buen humor, el cual se nota por la manera en la que tarareo un pegadizo hit del año, que usualmente suelo odiar escuchar en mi día diario.
¿Cómo no estar de buen humor?
Espera ¿Por qué estoy de buen humor?
Al instante recuerdos de la madrugada y noche, llegan a mi mente, burlándose de mi imbécil pregunta.
Vaya que anoche fue una locura, no puedo evitar pensar.
La química que se sintió , era algo sorprendente. Nuestras similitudes en personalidad se llegaron a notar en la manera en la que ambos queríamos soler llevar el control en ciertos momentos, pero no resulto ser de una manera dominante, sino más bien coqueta, como si ambos buscáramos jugar y explorar.
Lo cual es algo que me fascina, y hace un tiempo que no sentía hasta aquel grado.
Empiezo a sacar algunos platos del armario planeando ordenarlos en la barra para desayunar cuando la bella durmiente se despierte finalmente.
Ambos adjetivos le sientan, pienso divertido.
Nicol es una chica bastante atractiva, pero no tan solo de una manera física —y vaya que es increíble físicamente—, sino más bien en personalidad —lo cual los chicos dirían que es como verme a mí mismo en espejo—, y me agrada, haciéndome disfrutar bastante de su compañía. Aunque también sentirme algo extraño ante ella, como si una leve preocupación o ademan nervios hiciera acto de presencia en ocasiones.
No suelo ser una persona que sufra de nervios, casi nunca. Pero se distinguir los momentos en que me pasa, porque suelo ser más bromista y chistoso de lo que suelo ser usualmente.
Claro está que es algo que nadie ha notado hasta la fecha.
Pensando en la razón...realmente no soy idiota, me he encontrado pensando en ella más de lo que se consideraría simplemente amistoso, lo cual podría tratarse de una señal de mi subconsciente sobre alguna confusión o sentimiento haciendo acto de presencia.
¿Podría ser posible que me guste Nicol?, me pregunto al terminar de ordenar la comida.
Mi pregunta es interrumpida por el sonido de la puerta de mi habitación, seguido de unos pasos antes de lograr ver a Nicol salir tranquilamente ya vestida, pero con los pies descalzos al las botas haber quedado en la sala.
—Pero si Morfeo te ha liberado — Bromeo al observarla de reojo.
—Estaba agotada — Suelta simplemente, posiblemente no siendo consciente de lo que dice, lo cual noto en cómo se detiene después a unos pasos de la barra.
—Yo también, y aun así me dejó ir antes — Le sigo la conversación con una sonrisa amistosa.
Ella suspira y continúa acercándose.
—¿Cocinaste? — Pregunta sin ver bolsas ni nada ya que me deshice de ellas hace unos minutos.
—Claro — Suelto sarcástico — No te creas tanto — Le guiño un ojo y ella rueda los ojos — Siéntate.
Para cuando pienso que me va a discutir algo sobre darle ordenes, me sorprende tomando asiento en un taburete al otro lado de la barra. Yo mientras me siento del lado de la cocina, empezando a servirme un poco waffles, huevos y bacón en mi plato.
Ella toma la cafetera sirviéndose un poco de café en una taza, de la cual bebe unos segundos después, justo antes de hacer una gran mueca.
—¿Por qué tan poca azúcar? — Se queja dejando la taza de lado antes empezar a cortar sus waffles.
—Disculpa, cierto que lo tomas como un niño — Le suelto bebiendo tranquilamente de mi taza.
— No soy una niña — Me mira mal.
—Cierto, ya vi que no lo eres — Le suelto en doble sentido continuando luego con mi comida.
Al levantar la vista tras un silencio, noto que me observa detalladamente, sin ninguna expresión en su rostro, como si analizara como proseguir por este camino. Claro que no sabe como andar por el.
—En el departamento somos equipo fit — Levanto la taza en su dirección llenando el silencio — Acostúmbrate o lárgate.
—Que amable, Umbrella — Me suelta irónica retomando su actitud más relajada — Ya me recuerdas a mí en el trabajo.
No puedo evitar notar la broma, que me hace sonreír al notarla más cómoda con la situación mientras continúa comiendo. Comemos entre bromas, al terminar recogemos y botamos los envases entre empujones por su parte por según ella "ser lento".
—¿Quieres ver alguna película o algo? — Propongo una vez salgo a la sala, pero me la encuentro con su abrigo en mano, así como sus botas ya puestas.
Me observa un segundo con una mirada que no logro descifrar bien. Tan solo la noto algo extraña.
—No puedo, debo irme a hacer unas cosas — Explica colocándose la chaqueta — Además, no creo que deba estar aquí cuando Hunter vuelva.
Explica sin más mientras toma sus cosas, a la vez que yo la observo tranquilamente notando que se encuentra algo acelerada con sus acciones.
—Difícil de explicar — Finjo pesar para aligerar el momento.
—Exacto — No me debate, primera señal de que actúa diferente.
La observo un segundo debatiéndome entre preguntarle y presionarla para que me diga que le sucede, o dejarla que se vaya.
—No mueras en el camino — Me recuesto de la pared del pasillo antes de la entrada.
Ella se acerca a mí, pero antes de tener contacto directo, me da un apretón en el hombro antes de alejarse hacia la puerta.
—Nos vemos en la oficina — Me dice sin más y se gira un momento antes de cerrar la puerta, y me despido con la mano antes de que cierre.
Al instante de quedarme solo, no puedo evitar fruncir el ceño.
Primera observación, estaba nerviosa y diferente. Pero no voy a presionarla para me diga el porqué, más cuando es obvio que fue debido a lo de anoche.
No soy idiota, sé que lo de anoche no fue simplemente algo banal y carnal, eso fue algo más, al menos por mi parte lo tengo bastante claro, que algunos sentimientos estuvieron involucrados; pero por su parte es claro que no quiere admitirlo.
No me sorprende, según lo que he aprendido de ella en este tiempo, parece serle repelente a los sentimientos, lo cual puede tratarse de un miedo a ellos. Cosa que yo no sufro, por muy imagen de mujeriego que suelo tener.
¿Me atrae Nicol? Si, ¿Me gusta? Es posible. No me iré de las rosas y negaré mis sentimientos como suele hacer Drake, cuando yo si lo tengo claro.
Pero de ahí a llegar a presionar a otra persona a que acepte los suyos propios, es un gran paso, que no pienso dar. Si en ella existen, debo darle tiempo a que tenga el valor de dejarlos salir; cosa que podría llevarle tiempo a un erizo como ella.
Vaya vida la mía, me burlo antes de irme a mi habitación con la idea de darme un baño, rezando no tener un flashback de anoche.
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¡Hola, bombones!
¿Que tal todo?
Ponerme a leer un poco lo que tengo planeado para la historia me ha puesto muy nostálgica está semana la verdad. Por otro lado, decidí seguir dándoles caps de los que tengo mientras el bloqueo se termina de ir.
Cuánto esperaba yo subir éste cap. No me negaran que había muchos esperándolo también.
Partes como estás, me hacen amar tanto a Jack como personaje.
Nos vemos en el próximo capítulo.
Besos.
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