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50. Calor y piscina

Una vez llegué a casa de los Carson, detuve el auto, tomando mi bolso antes de salir con mis llaves en mano.

Drake me había propuesto que pasáramos el día juntos en su casa, sobre todo en la piscina ya que el calor está siendo un poco fuerte durante estos días.

Al llegar a la puerta metí las llaves de mi auto en el bolso y levanté el brazo para tocar el timbre, pero un ruido que provenía del interior de la casa me detuvo.

Fruncí el ceño tratando de descifrarlos.

¿Gritos? Definitivamente.

No eran de auxilio, ni nada sexual, más bien parecían de una discusión.

Pero ¿Quién está discutiendo?

Justo cuando me dispuse a distinguir las voces, la puerta de la casa se abrió, dejándome ver a Owen con la chaqueta de su traje en mano.

Se veía serio, incluso más de lo habitual.

Más atrás, junto a la mesa del centro del recibidor estaba tía Carla igual de seria.

- Hola, Olivia – Me saludó Owen mientras se colocaba la chaqueta de su traje.

- Hola, Owen – Saludé yo un poco incómoda por el silencio.

- Yo debo irme... - Sacó unas llaves de su bolsillo y pasó junto a mi deteniéndose un momento – Adelante, estas en tú casa.

- Gracias, adiós – Me despedí mientras veía cómo iba directo a su auto frente el garaje.

- ¡Oliv! – Voltee y tía Carla había cambiado su expresión a una más tranquila, pero aún tensa - ¿Cómo estás?

- Bien... - Entré y cerré la puerta tras de mi - ¿Y ustedes?

- Tan bien como se puede... - Dijo en voz baja buscando algo en el bolso sobre la mesa de centro - ¡Muy bien! – Me sonrió algo ¿falso? – Debo salir. Drake esta arriba, me dijo que usarían la piscina así que les deje algunas cosas en la cocina de afuera – Se colocó su bolso y me dió un beso en la cabeza – ¡Diviértanse!

- Adiós, tía Carla – Vi como salió de casa con las llaves de su auto en mano.

Qué extraño...

Estaban muy tensos ambos.

Tal vez estuvieran discutiendo.

¿Sobre qué?

Me encogí de hombros mientras me dirigía hacia el patio de la casa. Caminé hasta una de las tumbonas frente a la piscina, en donde coloqué mi bolso mientras sacaba mi teléfono del bolsillo de éste.

Busqué el contacto de Drake, el cual no dude en marcar.

- ¿Te quedaste dormida? – Preguntó esté apenas atiende.

- De hecho, no – Me giré y busqué su ventana desde mi posición – Mira por la ventana.

Vi como las cortinas de su habitación se movieron y Drake apareció en la ventana, sin camisa.

- Te estoy esperando – Saludé a la distancia antes de colgar.

Mientras lo esperaba, no dudé en empezar a quitarme las sandalias junto con el vestido que me había colocado sobre mi bikini verde menta.

Unos minutos más tarde Drake salió por las puertas dobles de la casa ya con su traje de baño puesto.

- Hola – Tomó mi cintura para acercarse sonriendo a darme un beso - ¿Hace cuanto llegaste? – Me rodeo y caminó hasta la cocina exterior detrás de nosotros.

- No mucho, tía Carla me abrió antes de irse – Me acerqué a la barra y vi como buscaba unas cosas en el refrigerador.

- ¿Mi padre aún estaba? – Me miró preocupado un momento.

Sabia porque lo preguntaba.

Quería saber si había escuchado la discusión.

- Salió en cuanto llegué – Lo tranquilice y asintió.

- Bueno... - Sacó una jarra de lo que parece limonada y sacó del pequeño refri de vino bajo la barra una botella de alcohol – Mi madre cree que tenemos 7 años aún.

- No la molestes – Sonreí – Al menos se preocupa.

- Demasiado – Sacó dos vasos y sirvió limonada en ellos - ¿Te dije que ayer me desperté y me estaba abrazando? – Destapó la botella de lo que parecía vodka o ron blanco – Yo pensando que era un demonio abrazándome.

- ¡No seas malo! – Le advertí haciéndolo sonreír mientras terminaba los tragos.

- Pero debes admitir que daría miedo – Rodeó la barra y me dió mi trago – Buala.

Lo probé y fingí que estaba malo, ganándome que me miraba mal.

- Es broma – Volví a beber mientras caminábamos a la orilla de la piscina.

- ¿Has empezado a buscar departamento en Boston? – Preguntó mientras yo me sentaba en la orilla de la piscina.

- Me dijeron que durante el primer mes debería vivir en las residencias de la escuela– Le cuento dejando el trago a mi lado – Pero igual mi padre ha querido averiguar sobre departamentos cerca.

- Podría averiguar yo también, si te parece – Se ofreció con la mano dentro de su bolsillo.

- Te lo agradecería mucho – Le sonreí justo antes de meterme al agua obligándome a nadar ya que me llegaba más arriba de la clavícula – Iré planeando todo con calma.

Eché la cabeza hacia atrás sintiendo como mis músculos se relajan completamente con la temperatura justa en el agua.

Vi a Drake quien me observaba sonriendo aún desde la misma posición.

- ¿No vas a entrar? – Pregunté moviendo mis brazos para no hundirme.

Él tomo un sorbo de su trago justo antes de dejarlo junto al mío en la orilla. Tomó un poco de impulso antes de hacer un clavado.

Al salir se tuvo que apartar el cabello de su frente con un movimiento.

- Presumido – Le saqué la lengua.

- Un presumido que es tuyo – Sonreí inmediatamente.

- ¿No que era brujo? – Me burlé moviendo mis brazos en el agua.

- Nunca lo fue – Se acercó colocando sus manos en mi cintura.

Yo puse mis manos en sus hombros para sostenerme y acerca mis labios a los suyos, pero justo al rozarlos di un salto empujándolo por los hombros a que se hundiera.

Inmediatamente me aparté cuando volvió a salir, sorprendido de lo que hice.

- Y luego yo soy el mata momentos – Finge estar serio mientras se acerca a mí.

Yo me alejo más y más, obligándome a nadar por parte de la piscina con el persiguiéndome.

Luego de unos minutos nadando por toda la piscina, ya estaba cansada y Drake no dudó en aprovechar para alcanzarme.

- ¿Ya? – Me jala por la cintura pegándome a el mientras empieza a avanzar hacia la orilla.

- Me dejé atrapar – Traté de mostrar la misma seguridad que hace rato, pero al tenerlo tan cerca de mí, al sentir su calor...era imposible.

- Por supuesto – Acercó su rostro a mi cuello cuando me pegó contra la pared de la piscina.

Con unas de sus manos aparto un cabello que me caía por la caja, para luego tomar mi rostro y darme un suave pero firme beso.

Una de mis manos fue directo a su nuca, jalándolo más hacia mí, mientras que la otra me atreví a colocarla sobre su firme pecho.

El beso fue subiendo cada vez más nivel, pasando a ser menos suave y más salvaje, demostrando las ganas de cada uno.

Una de mis piernas terminó alrededor de él, dejándome sentirlo.

- Ya vuelvo – Susurró antes de apartarse para salir de la piscina.

Me mantuve contra la pared controlando mi respiración.

Cuando se sentó en la orilla, vi como tenia los shorts abajo dejándome ver todo. Suspiré mientras se deslizaba el condón.

Entró ayudándome a quitarme la parte de abajo del bikini, me levantó por los muslos mientras que yo lo rodeé con las piernas rozando su miembro.

Lo acomoda justo en mi entrada, fue entrando en mi mientras masajeaba unos de mis senos.

Eché mi cabeza hacia atrás por la sensación.

- ¿Te gusta? – Mordisqueo mi labio inferior mientras seguía entrando lento en mí, yo asentí – Dime ¿Te gusta?

- Si...me gusta – Gemí poniendo mis brazos alrededor de sus hombros para sostenerme mejor.

- Te gusta el morbo ¿Eh?– Chupo mi lóbulo sin dejar de entrar en mí.

- Joder si... - Hale su nuca hacia mí para besarlo.

Sus embestidas se volvieron más rápidas -tanto como permitía el agua-, más fuertes, haciéndome gemir sin pena.

- Eso es, que todos te escuchen – Susurró en mi oído sin detenerse.

- ¡Drake! – Gemí más alto.

Drake sostenía mis muslos cada vez más fuerte pero no me dolía, más bien hacia crecer mi excitación.

- Joder Oliv, me vuelves loco – Su respiración estaba entrecortada.

Mientras llegaba a la cima eche mi cabeza hacia atrás soltando un último gemido antes de que mi cabeza cayera sobre el hombro de Drake conmigo agotada.

Él no se movió, no me soltó, mis piernas temblaban. Sabía que yo caería si no me sostenía.

- ¿Estas bien? – Apartó el cabello de mi frente y yo solo asentí – Debo salir.

Me bajó y se apoyó de la orilla para subir.

- No te caigas – Se burló y yo solo le eché agua.

Nos fuimos al jacuzzi con nuestros tragos y unos bocadillos que tía Carla había dejado para nosotros.

- ¿Estas nerviosa? – Drake jugaba con mis dedos mientras yo estaba sentada entre sus piernas con la espalda contra su pecho.

- Algo – Admití – Estaré sola allá, será extraño.

Suspiré.

- Sabes que iré cada vez que pueda a verte – Me recordó y sonreí por eso – Tendré hasta que dejar parte de mi ropa allí.

- Y a mí no me molestaría eso – Lo tranquilice dándome la vuelta para estar frente a él entre sus piernas.

- Ya veré toda mi ropa convertida en pijamas – Vio mis labios.

- ¿No que te encantaba verme con tu ropa? – Roce mis labios con los suyos.

- ¡Hola tortolos! – Volteé y vi a Mad junto a Nick en la otra orilla de la piscina.

Me acomodo quedando de nuevo con la espalda contra el pecho de Drake.

- ¿No que te ibas todo el día? – Le preguntó Drake con las manos en mi abdomen.

- Oliv, ahoga a mi hermano, por favor – Pide está acercándose junto a Nick - ¡Les traemos sorpresas!

- ¿Esa es...? – Preguntó yo.

- ¡Entre a Nueva York! – Nos dice Nick sonriendo.

Mad, Nick y yo dimos un grito mientras que Drake se tapaba un oído.

- ¡Eso es, Nicki! – Lo felicité yo.

- Felicidades, Nick – Lo felicitó Drake junto a mí.

- Gracias, gracias – Hizo una reverencia – Ahora si podemos celebrar.

- Estoy de acuerdo – Le sonríe Mad.

- ¡A la piscina! – Toma a Mad por las piernas colgándosela en el hombro antes de saltar a la piscina.

No tardan en salir a la superficie.

- ¡Nickolas! – Le gritó esta una vez salió a la superficie apartándose el cabello.

Ay Nick.

...

Llegué a mi casa esa noche, luego de pasar el día junto a Drake, Nick y Maddie...

Luego de dejar mis llaves sobre la mesa de la entrada antes de subir con idea de ir a mi habitación.

Pero antes de entrar noté como la habitación del fondo de ese pasillo, estaba abierta de par en par.

Es una pequeña que habitación que usamos para guardar cosas debido a que no tiene mucho espacio.

Caminé hasta la entrada y eché un vistazo dentro.

Me sorprendió ver a Liam buscando algo entre los estantes que mi madre mando a poner para las cajas.

- ¿Liam? – Él se giró asustado - ¿Qué haces aquí?

-Mama escondió mi skate y en el garaje no la encontré – Explica cerrando una caja y volviéndola a colocar.

- Por algo la escondió – Me burlo cruzándome de brazos – Quizás la donó.

- No bromees – Me mira serio y yo levanto las manos en señal de paz.

- Tal vez esté aquí – Miré los espacios en la pequeña habitación, pero no vi nada.

Cuando volví mi vista a Liam, sobre él había unas cajas con algo escrito en el frente.

Es mi fecha de nacimiento.

Justo en ese momento entendí que ahí debían estar las fotos de nuestros primeros meses.

Carajo.

- Tal vez este en una habitación de huéspedes – Lo tomé por los hombros sacándolo de la habitación – Sabes que a mamá no le gusta que desordenemos aquí.

- Cierto, gracias – Seguido de eso se fue corriendo al pasillo contrario en donde están las habitaciones de huéspedes.

Cuando desapareció volví a la habitación, y tomé la caja antes de salir. Pasé por mi habitación dejando la caja en mi armario antes de bajar a la oficina de mis padres.

- Hija – Mi padre levantó la vista de los papeles de su escritorio una vez me vio entrar.

- Tenemos que hablar – Me senté sobre el escritorio de mi madre frente al suyo – Liam casi ve las fotos de Leila y yo. Otra vez.

Hace unos años había estado a punto de pasar lo mismo, por eso mi madre tuvo que sacar esas cajas de su oficina.

Mi padre se quitó los anteojos antes de tomarse el puente de la nariz.

- ¿Las cambiaste de lugar? – Yo asentí - ¿Están seguras?

- Eso creo – Escuché como suspiró.

- Debemos tener más cuidado – Dijo más para sí mismo – Gracias por avisarme, princesa – Sonrió justo antes de volver su vista a los documentos.

Suspiré, ya cansada.

- Papá... - Volvió a verme - ¿No crees que Liam ya debería saberlo?

-¿Bromeas? – Preguntó – Eso no puede ser, Oliv.

- Papá, ya han pasado años... - Empiezo yo – Liam merece saber la verdad. Merece saber que tuvo otra hermana, y que murió.

Él se levantó de golpe negando.

- No se lo podemos ocultar por siempre – Le recordé yo.

- No le diremos – Me apuntó serio - ¿Qué tal si siente que es el premio de consuelo? El remplazo – Camina por la habitación - ¿Cómo le explicaras eso a un niño?

- Liam entiende más de lo que crees – Le recuerdo yo harta de esa actitud – Podrá entenderlo. 

- No... - Niega sin verme – No le dirás, Oliv.

- Se están equivocando ¿sabes? Ambos – Me levanté seria – Se que quieren protegernos, pero ocultarle cosas no es la opción.

- ¿Cómo se le explicara? ¿Cómo le dirás que yo si sobreviví al accidente y no ella? – Me quedé callada – Dime.

-¡Con la verdad! No tiene sentido seguir ocultándolo - Solté.

- Será mucho... - Me mira serio – No dirás nada, Olivia.

Me quedé callada.

- Esto está mal – Me giré, saliendo de ahí molesta.

Molesta porque yo sabía la verdadera razón de que no quieran hablarle de eso.

Molesta de que ni me la admitan a mí.

Que no admitan que la verdad es que no superan aún la muerte de Leila, ninguno de los dos.

Aún se siguen culpando día y noche, a pesar de que los especialistas les dijeron que no era su culpa.

A mí también me duele aún.

Pero eso no les da derecho a mentirle a Liam, tampoco me lo da a mí.

Estuve a punto de decirle a Liam hace un tiempo, pero mis padres me lo prohibieron. Creo que también temen que, si se habla mucho de ella, algunos de mis episodios puedan volver a aparecer.

Pero si no lo había hecho hasta ahora ¿Por qué lo haría después?

...

Tomo un par de pijamas y las meto en el bolso que está casi listo.

Luego de la pelea con mi padre anoche, subí a mi habitación enfadada. Ni siquiera bajé a cenar.

Mi madre intentó hablar conmigo, pero yo simplemente no quería que me dijeran más mentiras.

Al terminar el bolso lo cierto y busco mis zapatos.

Este domingo es el cumpleaños de Maddie, así que los chicos y yo decidimos que sería buena idea pasar el fin de semana entero en la casa de acampar de los Carson.

Podríamos celebrar nosotros solos antes de estar con la familia el domingo. No iríamos desde hoy viernes, Drake ya estaba a punto de pasar por mí.

Mi teléfono sonó al terminar de atar mis agujetas.

Novio: Estoy a fuera.

Tomo mi mochila junto con mi teléfono y bajé directamente.

- Adiós – No esperé respuestas y salí por la puerta.

Las cosas seguían algo tensas con mis padres.

Entré al auto de Drake y me coloqué el cinturón.

- ¿Estas bien? – Preguntó él.

- Si, descuida – Sonreí a boca cerrada – Luego te cuento.

Asintió antes de arrancar el auto.

No habíamos tenido que llevar mucho ya que tía Carla se aseguró de llenar la despensa para el fin de semana. Nosotros lo únicos que debíamos llevar era el alcohol y el pastel.

De lo primero se encargarían los chicos, mientras que Drake y yo pasamos por el pastel.

Yo me bajé por el pastel de chocolate que Maddie quería. Lo debíamos buscar hoy ya que hacerlo mañana nos quitaría mucho tiempo en el trayecto.

Poco mas de hora y media después de salir de mi casa, llegamos a la casa de los Carson encontrándonos a los demás autos esperando fuera de las rejas de la propiedad.

Drake abrió las rejas de la entrada y todos entramos.

- Esto sí que es aire fresco – Dijo Nick una vez bajamos de los autos – Bueno para los pulmones.

- No eres doctor aún, cálmate – Le recordé yo mientras Drake me daba el pastel.

- ¡No puedo creer que ya vaya a cumplir años! – Maddie quiso abrazarme, pero la aparté.

- Tiras el pastel y te dejo en a mitad de la nada – Advertí.

- Oh, gracias por ayudarme – Drake con nuestras mochilas en mano, paso junto a nosotras.

- ¡De nada! – Le gritó Nick que bajaba las bolsas de bebidas del auto junto con Jack.

Al entrar Nick se puso sentimental.

- ¡Esto me recuerda tanto a nuestra niñez! – Fingió cercarse una lágrima.

- No llores, nenita – Jackson lo empujó para que avanzara.

- ¡Cállate, viejo! – Le soltó esté siguiéndolo a la cocina.

Yo me fui con ellos para dejar el pastel en el refrigerador.

- Si alguien lo toca, le quito la mano – Les advertí a ambos mientras sacaban las bebidas metiéndolas al otro refrigerador.

- Está bien, madre – Se burló Jack ganándose que lo mirara mal.

- Esta casa es increíble – Volví a la sala y escuché a Shai hablar con Mad.

- Mis padres invirtieron muchos años en ella – Sonrió ella viendo alrededor.

- Vamos Shai, te muestro las habitaciones – Me ofrecí yo.

En la parte de arriba de la casa había varias de habitaciones de huéspedes, cada una con su baño privado. Incluso había una terraza que daba al frente de la casa.

- Elige la que quieras, menos la del fondo – Le sonreí una vez subimos las escaleras – Es de los padres de Mad.

Ella se fue directo a una de las primeras, mientras que yo camine más al fondo, encontrándome a Lincon desempacando en una.

Al entrar mas adelante a la de Drake, lo encontré acostado boca arriba en su cama y nuestras mochilas estaban sobre el sillón.

La habitación de Drake aquí era un tanto más casual comparada con la de su casa. Tonos cálidos junto con algunos colores alegres, típicos de las cabañas, pero sin dejar de ser modernos.

Se hacía notar que tía Carla había elegido todo aquí.

- ¿Puedo? – Le sonreí haciendo que volteara a verme.

Golpeó un lado en la cama y yo me acosté junto a él.

- De nuevo aquí – Hablé yo.

Él se dio la vuelta hacia mí y me besó.

- De nuevo aquí – Habló en voz baja.

- ¿¡Quién quiere un trago ya!? – Escuchamos el grito de Jack desde el pasillo.

Qué inicie el fin de semana...










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¡Hola bombones!

Owen y Carla...

¡Nicki ira a Nueva York!

Pobre los padres de Oliv...pero

¡Fin de semana de locuras!

Últimos caps, atentas.

Bueno bombones, tengo una gran pregunta que hacerles. He estado pensando en el nombre perfecto para...estas historias. Un nombre con el cual podamos referirnos a ellas sin necesitad de nombrarlas individualmente.

Algo que identifique a esta historia ¿Cuál podría ser?

Besos❤

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