Yo no lo planeé, sólo pasó. ¡Felices fiestas! Nos seguimos leyendo en unos días /corazón, corazón.

Los más jóvenes se acomodaron en torno al sofá de dos plazas. Mientras sus padres preparaban una sorpresa llena de fuegos artificiales mágicos y Scorpius revisaba, de nuevo, que todo fuese seguro para los niños, Harry y Draco eran los encargados de mantener distraídos a los pequeños. Esto no era una tarea difícil. Ese año en particular parecían tener curiosidad por cierto tema.

—¿Cuántos años llevan casados, abuelo Draco? —le preguntó Talitha, la hija menor de Lily. Tenía catorce años.

Draco lo consideró por unos segundos.

—Setenta y dos este año.

—Setenta y uno, amor —corrigió Harry suavemente. Aunque estaba distraído con Suhail, el pequeño nieto de Teddy, todavía oía su conversación con los chicos.

—Estoy seguro de recordar en que año nos casamos —replicó Draco, con cierto toque pedante en su tono. No podía permitirse quedar mal frente a sus nietos, que soltaron algunas risitas.

—Busca la foto de la boda —le pidió Harry a Izar, uno de los hijos de Albus.

El adolescente fue hacia la pared cubierta de fotografías y recogió el marco que tenía a un Harry y Draco cercanos a los treinta años riéndose, ambos vestidos de blanco y plateado. Se lo entregó a Harry, que pasó el niño a su esposo y deslizó la foto mágica fuera del marco. Los Harry y Draco recién casados saludaban con emoción a los chicos, pero sólo Orión, el otro hijo de Albus, les respondía con el mismo entusiasmo.

—Aquí dice "31 de diciembre del 2009" —Harry agitó la fotografía frente a un irritado Draco—, eso quiere decir que van a ser setenta y un años este año.

—Esa cosa miente —Draco se recargó en el respaldar del asiento y abrazó al pequeño Suhail.

Los chicos se rieron.

—Es tu letra, amor.

—Esa no es mi letra —Draco sacudió la cabeza.

—Otra vez peleando —Larisa, una de las hijas de James, le susurró esto a Orión.

—Es su forma de convivir —le contestó Orión, conteniendo la risa.

—…porque aclaramos que como los magos viven mucho, no teníamos prisa —continuaba diciendo Harry— y pasaron más de veinte años antes de tener a James y…

—¿Por qué se casaron el último día del año? —indagó Talitha, abrazando una almohada e inclinándose hacia adelante. La relación de sus abuelos siempre le había parecido adorable, a su manera.

El matrimonio hizo una pausa e intercambiaron miradas.

—Ese año hubo muchas fiestas —les explicó Draco, jugando con el cabello de Suhail—, el Ministerio, La Madriguera…Harry me presentaba a todos como su "novio". Y de pronto, a mitad de una fiesta, me dijo "quiero comenzar el siguiente año presentándote como mi 'esposo'".

—¿Y se casaron ese mismo día? —Andrómeda, la nieta mayor de Teddy, arqueó ambas cejas.

Draco asintió, muy serio.

—Le dije que podíamos casarnos en febrero, tal vez en enero si lo preparábamos rápido, y su abuelo Harry me dijo "¿preparar qué? Me paro frente a ti y digo que sí, tú te paras frente a mí y dices que sí, ¿hay algo que preparar? Hagámoslo hoy mismo y comencemos el año así". Ni siquiera estábamos comprometidos —Draco negó, pero tenía una sonrisita—. Su abuelo estaba un poco loco.

—Y tú me seguiste —Harry lo miró de reojo con una sonrisa—. Nos casamos la noche del treinta y uno. Fue un caos. Draco consiguió los dos trajes ese mismo día, yo ni siquiera me puse el mío hasta la ceremonia, fue pura suerte que Draco supiese mis tallas. Teddy estaba de vacaciones de Hogwarts y estuvo presente, nuestros amigos fueron los testigos.

—Hermione nos casó —Draco se permitió una risita—. Había estudiado Ley Mágica y podía hacerlo. Además, hicimos una parte muy sangrepurezca por mí y ese ritual no necesitaba a un tercero…

—Y después Molly lloraba porque fue todo muy rápido —agregó Harry, riéndose—. Nos hicieron repetir la ceremonia en febrero, pero oficialmente, nuestro aniversario siempre ha sido el último día del año.

—Qué romántico —Talitha sonrió y medio hundió su rostro en la almohada que tenía entre los brazos.

—¿Pasar tanto tiempo con alguien? —Andrómeda fruncía la nariz—. Ya yo me habría cansado, qué fastidio…

Larisa le dio un golpe en la parte de atrás de la cabeza y Talitha uno en el costado con la almohada, haciéndola quejarse. Izar y Calisto, uno de los hijos de Scorpius, se rieron de ella.

—¿Todavía se quieren? —preguntó Orión con genuina curiosidad.

Los adolescentes pararon de pelearse y Andrómeda, que era la mayor del grupo, observó al pequeño con claro horror. No consideraba que fuese buena idea preguntarle eso a una pareja de tantos años, porque suponía que la mayoría estaban juntos por costumbre.

—Claro que sí —Harry les sonrió y volvió a cargar a Suhail cuando su esposo se lo pasó.

Draco devolvía la fotografía de su boda al marco y soltó un "sería triste si no" que hizo que Harry se quejase, pero por la risa que le siguió, era obvio que sólo quería fastidiarlo.

—Lo amo —Draco se dirigió a los chicos con una expresión más suave y asintió, sus dedos repasaban el marco de la fotografía—. Entiendo que es difícil después de mucho tiempo, pero no...—Vio de reojo a su esposo—. No creo que lo ame menos que ese día. Creo que cada año lo aprecio más.

Harry volvió a sonreír y apoyó la cabeza en su hombro. Talitha dejó escapar un ruidito de "aw" y abrazó más fuerte su almohada.

La sinceridad en las respuestas hizo que el ambiente de la sala se calmase y los chicos los observasen con más interés, incluso Andrómeda, que seguía convencida de que el matrimonio era una locura.

—Pero no creo que se quieran igual que antes —razonó ella, sin mala intención. Era lógico.

—No, claro que no —respondió Harry, con calma—. Es…el amor no es eso de adolescentes que es loco y demasiado intenso. Por supuesto, es una forma de "amor", una forma de querer y no es menos importante, todas las parejas pasan por ahí. Sólo…para mí, para nosotros, supongo, el amor es lo que viene después de eso.

—¿Qué viene después? —murmuró Orión, inclinándose hacia adelante igual que Talitha. Ambos lucían encantados con esa plática.

El matrimonio volvió a intercambiar miradas.

—Después —Draco sostuvo una de las manos de Harry y jugueteó con sus dedos, repasando cicatrices y arrugas en la piel del dorso— viene algo que es muy parecido a la tranquilidad. Es…cuando toda esa intensidad baja y sólo quedan los dos, con lo bueno, con lo malo, intentando saber qué hacer, cómo funcionar. Mucha gente cree que cuando se sienten así es porque ya no se aman, pero es sólo que esa es la forma del amor. Esos sentimientos maduraron y se hicieron más estables. Nadie puede saber si ese amor va a durar un año, o cinco, o diez, o treinta, pero no es importante si dura "mucho" o "poco", es…

Observó a Harry cuando no supo cómo explicarlo.

—Es el tipo de amor que te deja ser el compañero de alguien, con el que comparte ese pedazo de su vida, no sólo su pareja —siguió Harry, en voz baja—. Cualquiera puede tener una pareja, pero alguien que esté ahí, alguien con quien compartir tus proyectos, alguien a quien desees ver en tu futuro y que te incluya en el suyo…eso no lo tiene todo el mundo, eso no pasa con todas las parejas. Es muy especial cuando eso pasa y sólo puedes apreciar ese amor que es tranquilo, suave y cotidiano. No es malo y no es aburrido, es sólo…como estar a gusto en casa.

—Es como cuando estás bajo una manta viendo la misma serie de siempre, que ya te sabes de memoria, pero que igual te gusta mucho, ¿algo así? —cuestionó Talitha, sonriendo.

—Sí, algo así —Harry encontró divertida la comparación—. Es difícil compartir tu vida con alguien, sin importar cuánto tiempo la compartan, pero es…es algo muy hermoso.

—Supongo que tuvieron suerte —susurró Izar—, digo, de casarse y pasar todos esos años juntos…

—Nunca he tenido buena suerte —aclaró Harry, con una especie de subtono divertido que sólo su esposo podía captar, porque fue el que se rio.

—Fue más bien un trabajo en equipo —Draco se encogió de hombros—. Un "quiero estar en tu vida y quiero que estés en la mía y haré todo lo que pueda para que eso pase mientras tú también lo quieras".

Talitha soltó un suspirito.

—Suena hermoso —musitó.

—Para ellos —Andrómeda se encogió de hombros y volvió a su celular—. Es lindo que a algunos les funcione.

Cuando los fuegos artificiales estuvieron listos, Lily entró corriendo para llamar a los chicos y se llevó a Suhail cargado.

Tras un momento a solas, Harry puso su mano sobre la de su esposo. En un instante, se Aparecían en una pequeña terraza construida en el costado del techo, con un par de sillas, desde la que tenían la mejor vista de los fuegos artificiales.

Podían oír la risa de sus nietos y la conversación de sus hijos en el patio. Al ser mágicos, estos fuegos artificiales no provocaban el mismo ruido que los muggles y no alteraban al crup que corría entre los adolescentes.

—Feliz aniversario, amor —susurró Harry, llevándose la mano de su esposo a los labios para besar sus nudillos—. Setenta y uno —añadió, sonriendo.

—Feliz aniversario, cariño —Draco hizo una pausa y adoptó su expresión más pretenciosa—. Setenta y dos probablemente. Deberíamos hacerte otro examen de la vista, ¿no crees?

Harry rodó los ojos.

—Cada año más terco…

Observaron el espectáculo desde esa pequeña terraza, en sillas que estaban una junta a la otra, con sus manos unidas en el centro.

Estaban orgullosos de haber sido el compañero del otro también durante ese año. Igual que lo estaban por los años anteriores. Igual que esperaban estarlo por el próximo año.