prologue | heartbroken
— OCTUBRE 2024 | primer día.
📍 ¿RUPTURA AMOROSA? Recientemente, varios medios han comenzado a especular sobre el estado de la relación entre el reconocido piloto de Ferrari, Charles Leclerc, y su pareja de más de tres años, Olivia Rosewood. Según informes, Olivia habría dejado de seguir a Charles en todas sus redes sociales y eliminado las publicaciones en las que aparecían juntos, aunque los motivos detrás de esta decisión aún no están claros.
Fuentes cercanas a la pareja han confirmado la supuesta ruptura, aunque no han proporcionado detalles adicionales. No se conoce con certeza la causa de esta separación; sin embargo, algunos rumores apuntan a una posible infidelidad de Charles que Olivia habría descubierto recientemente, especialmente considerando que ambos compartían hasta hace poco imágenes de su relación feliz en redes sociales.
¿Qué opinas al respecto?
. . .
username1 | Quizás soy la única que lo nota, pero no terminas una relación de repente ni borras todas las fotos de tu pareja de tus redes sin que haya pasado algo realmente grave o te hayas enterado de algo importante. Queda ver qué ocurre, pero para mí es evidente que le fue infiel.
username2 | Me da mucha pena, de verdad. Cuando Charles empezó a salir con Liv, estaba segura de que serían endgame, así que me entristece que hayan terminado de repente, especialmente después de los rumores de que él le propondría matrimonio.
↳ username3 en respuesta a username2 | ¿De verdad se creyeron lo de la propuesta de matrimonio? Era evidente que esos dos no iban a durar. No es ninguna novedad que Charles es más "red flag" que las propias banderas de Ferrari. Si no le era infiel, igual habría terminado con ella tarde o temprano por cualquier otra razón.
username4 | Oficialmente soy hija de padres divorciados. 💔
username5 | Me había acostumbrado tanto a la sencillez de Liv, a verla caminar por el paddock con sus hermosos vestidos de verano. ¿Ya no tendré más de eso? Solo de pensarlo, siento ganas de llorar.
↳ username6 en respuesta a username5 | No sé por qué, pero ahora siento que no volveremos a ver a Olivia en los paddocks de ningún Gran Premio. Leí un comentario con el que concuerdo mucho: si de un día para otro borras todas las publicaciones con tu pareja y haces contacto cero, es porque pasó o descubriste algo grave.
MORGAN OBSERVABA CON preocupación a su amiga, quien, después de haber buscado refugio en su departamento en Mónaco, estaba tirada en el sofá, llorando y comiendo helado. No tenía muy claro lo que había pasado; solo sabía que Olivia llegó desconsolada, tomó dos potes de helado del refrigerador y se instaló en el sofá para devorarlos mientras sollozaba. Cada persona liberaba su frustración de distintas maneras; Olivia lo hacía comiendo.
Su teléfono no dejaba de sonar. Durante las primeras tres horas en el apartamento, solo se escuchaban las notificaciones de llamadas y los innumerables mensajes que alguien le enviaba. El tono de llamada comenzaba a resultarle insoportable a Morgan, tanto que decidió apagarlo ella misma para evitar que Olivia tuviera que levantarse del sofá.
Como imaginaba, de las cien llamadas y mensajes, noventa y nueve eran de Charles. Todos eran mensajes de arrepentimiento, algunos incluso en forma de audios. No alcanzó a leer con claridad todo lo que él le escribía, pero Morgan no tuvo que preguntar de nuevo para entender lo que le sucedía a Olivia.
Cuando la mujer decidió que ya era suficiente helado, un arrebato violento de su amiga contra la televisión, donde aparecía una entrevista a Charles, hizo que la pantalla quedara manchada de chocolate cuando Olivia lanzó el pote hacia el aparato. Morgan se quedó helada; jamás había visto a Olivia así. No podía imaginar que algo pudiera afectar de esa manera a alguien tan tranquila como ella.
— Me engañó. — Finalmente confesó.
Su amiga pelirroja apoyó una mano en su rodilla en señal de comprensión, en parte aliviada de que el arrebato agresivo de la morena le hubiera permitido liberar un poco su ira.
— Lo sé. Quiero decir, lo supuse por las notificaciones, los cientos de mensajes y llamadas de alguien guardado como 'mi lord Perceval' con un corazón al lado, que obviamente debe ser Charles.
Olivia se abrazó las piernas mientras se acurrucaba en el sofá. Morgan sonrió al ver sus medias de Hello Kitty y se acercó para darle un abrazo. Se sentó a su lado, permitiendo que Olivia se recostara en su regazo y pudiera llorar en calma. Aunque seguía muy angustiada, su amiga quería entender qué había pasado y cómo podía ayudarla.
— Volvía de mi viaje a Italia; había adelantado el vuelo para darle una sorpresa por su cumpleaños... — empezó a relatar, y a medida que hablaba, su voz se quebraba cada vez más. — Y lo encontré con otra mujer.
La pelirroja frunció el ceño al escuchar su relato. Parte de ella quería encontrar una excusa para calmarla, pero, al mismo tiempo, sabía que nada podía justificarlo.
— ¿Los encontraste haciéndolo? — preguntó, levantando una ceja. Olivia negó con la cabeza, lo cual le dio a Morgan un poco de tranquilidad.
— No exactamente, pero recuerdo que llegué al departamento en silencio, y al caminar hacia nuestra habitación, pude ver a una chica... no estoy segura de quién era, solo recuerdo su cabello castaño. Estaba casi desnuda, mirándose en el espejo, mientras Charles le besaba el cuello. Se dieron cuenta de mi presencia al ver mi reflejo.
La habitación quedó en silencio mientras la chica procesaba las palabras de su amiga. Permaneció callada, esperando en silencio a que ella continuara con su relato.
— Luego tomé las llaves de su coche y me fui. Permanecí en silencio, sin saber qué decir. ¿Qué se supone que debía hacer? No quería gritar y armar un escándalo; además de cuernuda, terminaría pareciendo una loca.
— Además, Liv, tú no eres de hacer escándalos. Ni siquiera en tus momentos de mayor enojo los has hecho, ¿por qué habrías de hacerlo ahora?
Olivia se secó una lágrima del rostro y, girándose hacia Morgan, se preparó para hablarle con total sinceridad.
— Quise hacerlo, pero por alguna razón sentí que las palabras se atascaban en mi garganta. —respondió ella. — Me quedé muda. ¿Qué se supone que haré ahora con mi vida?
Olivia no sabía si era por masoquismo, nervios o pura curiosidad, pero miró su teléfono sobre la mesa ratona. La pantalla se encendía y apagaba una y otra vez, aunque no sonaba; supuso que era por los mensajes de Charles, que seguían llegando sin pausa.
— ¿Vas a responder?
La pregunta de Morgan le dio el valor necesario para tomar el teléfono y revisar los mensajes. Había miles de textos diciendo que lo sentía, que había cometido un error, que no debió hacerlo y rogándole que volviera a casa. Justo cuando iba a escribir una respuesta, entró una nueva llamada: era, obviamente, de Charles, y decidió contestar.
— Mon cœur, por Dios, llevo horas llamándote. — Se queja del otro lado de la línea, mientras Olivia solo puede suspirar. — Vuelve a casa, chéri. Hablemos.
El tono suplicante de Charles hizo que las lágrimas volvieran a rodar por las mejillas de Olivia, dejándola sin palabras. Incapaz de responder, le tendió el teléfono a su amiga, rogándole con la mirada que hablara por ella.
— Olivia está conmigo, Charles. — Morgan respondió con tono serio, y escucharla a ella en lugar de a su novia solo hizo que el piloto se desesperara aún más.
— ¿Qué pasó con ella? ¿Está bien?
Charles se dio un suave golpe en la mejilla, consciente de que había hecho una pregunta estúpida. Por supuesto, Olivia no estaba bien.
— ¿Me lo preguntas en serio, idiota? Está hecha un desastre y, claramente, es tu culpa.
— ¡Maldita sea, Morgan! Necesito hablar con ella. — Insistió. — Fue un terrible error; no quiero que ella piense que fue algo serio.
La pelirroja suspiró y miró a Olivia, preguntándole silenciosamente si quería hablar con él. Olivia, sin embargo, negó con la cabeza mientras continuaba llorando en silencio.
— Estás jodido, Leclerc. — Dijo la chica, tomando la mano de su amiga mientras respondía — La perdiste para siempre.
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