Entré a la casa dando pequeños pasos tratando de hacer el mínimo ruido con el fin de que Yoongi no me descubriera.

── Hasta que llegas, jovencita ──la voz de mí hermano, hace que de un salto del susto y llevo mí mano a mí pecho.

── Joder, no me asustes así, Min Yoongi ──le regaño, mientras el salé de la oscuridad, de verdad que esa imagen da demasiado miedo.

── Ni que fuera feo ──estaba por responder aquello── ni se te ocurra si quiera pensarlo

Alzo mis manos en son de paz.

── ¿Qué haces a estás horas de la noche aquí en la sala, en medio de la oscuridad? ¿Ahora te crees Batman?

── Soy mucho mejor que Batman ──dijo con aires de grande── oye, no intentes cambiar el tema, ¿Estabas con tú Romeo?

── ¿Qué Romeo, Yoongi? ──ruedo los ojos, pero me es inevitable no pensar en lo que ocurrió está tarde y sonrío inconcientemente.

── ¿Qué es esa sonrisita, niña?

── Nada ──le respondo rápido y vuelvo a tomar mí compostura.

── Que nada, ni que ocho cuartos. Ahora me vas a contar todo el chisme, detalle a detalle ──me jala del brazo y me lleva directo a mí habitación.

¿Chico malo, él? ¿Min Yoongi? No me hagan reír. Solo sirve para buscar algún chisme el cual pueda compartir con las vecinas chismosas cuando se juntan a comer unos buenos tamales ──soy testigo── claramente no puedo faltar a esas reuniones, pero él es peor que yo.

── Te lo diré, pero-...

── No se lo diré a nadie ──se apresura a decir, mentiras, ojalá y no lo conociera los suficiente como para creerle.

── Bueno, ¿Por dónde empiezo?

── ¡Pues por el principio, tarada! ──le miro mal, pero a él no le importa en lo más mínimo.

Sin nada más que decir, empiezo a contarle todo. Me sorprende que esté atento a cada palabra que digo, pero después de todo, supongo que esto es más interesante ──hasta a mí me parece interesante.

Después de contarle con todo detalle lo que había pasado está tarde, decidimos hacer una pequeña pijamada. Hace mucho no hacíamos una y él estuvo de acuerdo en la idea.

A la mañana siguiente, me levanto gracias a qué terminé tirada en el suelo, ¿Por qué? ¡Una patada!

── ¡Min Yoongi! ──se asusta también haciéndolo terminar en el piso── me has roto una costilla, cabrón

── ¡Y tú a mí, maldita! ──me grita de vuelta.

Y así es como empezamos una batalla de insultos, ¿Linda forma de empezar el día, no? Algo muy común si hablamos de nosotros los hermanos Min.

Después de terminar con todo ellos y arreglarnos para la universidad, estábamos apunto de irnos, digo apunto porque un auto ──el cuál conozco perfectamente── se estacionó justo frente a nosotros.

── ¿Jungkook? ──dijimos al unísono.

── Hyung, Olivia ──nos sonríe dentro del coche── suban, vamos juntos a la universidad

── Vaya, ¿Te estás tomando muy en serio tú papel de Romeo, eh? ──le pregunta mí hermano, burlesco y yo golpeo su hombro.

── Cállate, Yoongi ──le dice── ahora solo por eso, Olivia irá en la parte de adelante

Antes de que digan una palabra más, corro al coche y tomo lugar donde había mencionado.

── Ja! ¿Y así quieres que apruebe lo suyo?

── ¡Yoongi! ──le gritamos ambos desde el coche, supongo que es algo a lo que no estamos muy acostumbrado, pero Yoongi era demasiado directo, lamentablemente.

Yo, porque nunca había tenido un novio, literalmente nunca. Pensé que iba a morir sola.

Y Jungkook, pues no sé. Tal vez y le da pena? Pero eso sería algo muy raro, aunque pensando en como reaccionó ayer.

── ¿De qué te ríes? ──la voz de Jungkook me saca de mis pensamientos y yo le miro, sin poder evitarlo me sonrojo al notar que me descubrió── ¿Por qué te sonrojas?

── ¡N-nada! ──la carcajada de Yoongi nos interrumpe.

── ¿Qué estarás pensando, hermanita?

── ¡Cállate! No estaba pensando nada malo, solo... Recordé algo gracioso

── ¿El qué?

── No te lo diré

── ¿Por qué no? Si no es nada malo, no tienes por qué ocultarlo ──maravillosa jugada.

── Está bien ──me le enfrento, trato de sonar lo menos nerviosa que puedo y lo suelto── Tú. Ayer. Sonrojado

Hice una pausa en cada palabra.

── Joder, debí haber traído las palomitas ──dice desde la parte de atrás, ¿Puede existir la necesidad de ahorcar a tú hermano con el cinturón? Porque juro que es lo que tengo en mente ahora mismo.

── ¿Te causa gracia verme sonrojado? ──por fin habla.

── Algo así...

── Ya veremos qué dices cuando yo sea quien te haga ponerte colorada como un lindo tomatito ──sonríe malicioso.

¿A qué se refiere? ¿Es normal que tenga miedo?

── Interesante ──y no aguanto más, así que me abalanzo hacía la persona que se hace llamar mí hermano── ¡Jungkook, quítame a está fiera de encima!

── Tú tienes la culpa, hyung ──suelta una carcajada y arranca el auto.

── Maldito mocoso ──le araño un brazo── ¡Espérate, animal!

Y yo.... Claramente sigo en lo mío.

── ¿Ahora me dirás de que te escondes está vez? Espera, mejor no. Creo saber que es lo que pasa, ¿Otro beso de Jeon Jungkook?

── ¡Cállate, Jisoo! No es eso ──esta vez no── es algo mucho peor

── Déjate de misterio y ya dinos ──ahora habla Hwang.

── Pues...

── ¡Min Olivia! ──se escucha por el pasillo.

── Joder, si pregunta por mi díganle que fui al pez de mí funeral ──y sin esperar más, salgo corriendo antes de que mi hermano me mire.

── ¡Eso ni siquiera tiene sentido! ──grita la chica.

No me freno a responderle algo con más sentido, no hay tiempo.

Subo las escaleras a paso Rayo McQueen, creo que hasta más rápido que eso. Si algún día me lo encuentro por la calle, le jugaré unas carreras.

Justo cuando estoy llegando a los últimos pisos, una manada de estudiantes comienza a bajar haciéndome tambalear en mí lugar. Una vez que todos se van me quedo sin moverme un solo centímetro, eso podría costar una caída varios escalones abajo.

Pero, siempre tiene que haber un pero.

Una mariposa se para en mí naríz y termina por hacer que pierda mi necesitado equilibrio, ¡¿Cómo demonios entró una mariposa si las ventanas siempre están cerradas?!

Lo siguente pasa en cámara lenta, o así la siento yo. Cierro los ojos esperando el impacto, pero al no sentir el suelo, sinó una mano jalar la mía; abro mis ojos de golpe al encontrarme con Jungkook.

Y eso no es todo.

Me había jalado tan fuerte como para provocar que yo quedará lo suficientemente cerca de su rostro. Por el nerviosismo a tal cercanía parpadeó varias veces.

── Olivia... ──murmura mirándome a los ojos.

── ¿Mhmm? ──ni siquiera soy capaz de decir alguna palabra, pero al parecer tal sonido proveniente de mi hace que aparte su mirada de mis ojos y ahora la lleve a mis labios.

Poco a poco comienza a acercarse y yo sigo sin moverme.

Justo cuando nuestros labios están rozando...

── ¡OH POR DIOS!