I'm not Jinhwan
— ¡Bien! ¡Pero entonces tú vas a buscar a Wendy y le vas a pedir que te perdone por lo que sea que hayas hecho!
— ¡Trato!
Yoongi asiente e ingresa al cúmulo de gente bailando, notando como curiosamente el acompañante de Jimin se retiraba a quién sabe dónde.
No sabía cómo iba a decirle todo lo que quería que supiera, pero debía hacerlo antes de explotar. Se sentía egoísta por interrumpir a Jimin en lo que parecía ser un momento feliz, pero todo sentimiento de culpa se fue cuando el nombrafo chocó su mirada con la suya. Jimin le sonríe.
Era imposible verse así de bien en un disfraz de científico, pero él lo hacía.
— ¿Jinhwan? — Yoongi se veía confundido. Por un momento pensó que lo había reconocido. — Qué rápido regresaste... — estira una mano que el mayor toma. Se acerca a él y se queda quieto mirándolo. — No sé si te lo dije ya pero me encanta tu disfraz. — sus ojos se volvieron dos medias lunas al sonreírle a quien pensaba era su cita.
Pero el contrario no hablaba ni se movía, cosa que extrañó demasiado a Jimin.
Él y Jinhwan habían empezado a salir poco más de un mes luego de que Yoongi decidiera alejarse. El menor estaba decaído y sólo una persona supo animarlo: aquél gracioso hyung con un lunar en su mejilla.
No eran nada serio, pero allí estaban... Juntos en aquella fiesta.
— ¿Estás bien? — pregunta. Se acerca aún más a él y posa sus manos en sus mejillas observando algo que estuviese mal con él. No recibía respuestas, ¿qué más debía hacer?
Fue entonces cuando observó la mejilla en la que el muchacho solía tener un lunar que todo se desató.
Park quita sus manos del rostro del desconocido frente a él y lo mira directamente a los ojos. Yoongi empieza a ponerse nervioso y opta por mostrar su rostro ante Jimin.
Con cuidado desata su máscara y cierra los ojos para luego abrirlos lentamente y encontrarse con el ceño fruncido del más bajito.
— No soy Jinhwan...
— ¿En serio? — responde con ironía. Pero no se lo veía enojado sino decepcionado. — Ya dime qué haces aquí...
Min respira hondo y pasa sus manos por su cabello, desordenandolo un poco. Ya estaba harto de su pulcro y elegante disfraz.
— Quería decirte que fui un idiota... Me alejé de tí porque tenía miedo de mis propios sentimientos. — Park rueda los ojos. — Me gustabas... Gustas — se corrige. — y empecé a ver que eso se estaba desbordando demasiado rápido. No me justifico, pero eso es lo que pasó.
— ¿Se supone que yo tengo que creer que eso fue lo que pasó? ¿Además qué se supone que haga con esto que me dices ahora? Ya es tarde, Min...
— No tienes que creerlo si no quieres... — sonríe tristemente. — Sólo quería que lo sepas. Pero si al final de todo tú decides que me crees y que valgo la pena, estaré ahí para tí.
La música cambiaba a una un poco más movida y Yoongi da media vuelta para alejarse, escuchando como la voz de la última frase de Jimin se mezclaba con los diferentes sonidos presentes.
— Gracias, pero no lo creo Yoongi...
Sin más, el mayor decide seguir su camino e intentar aceptar su destino. Ya había intentado hacer lo único que podía y había sido rechazado, no tenía más nada que hacer.
Y no lo culpaba por ello, al fin y al cabo él era el único responsable de sus actos.
Jimin se quedó en medio de la danzante multitud, quieto y esperando a Jinhwan.
Realmente no esperó ver llegar a Yoongi con arrepentimiento en su boca, pero había sucedido.
Diablos, sí que dolía rechazarlo... Pero volver con él luego de todo lo que pasó sería extraño.
— ¿Tardé demasiado, Jiminnie? — pregunta Jinhwan.
El nombrado le sonríe sin contestar y es atraído a los brazos del mayor, quien inicia a bailar la canción lenta que sonaba.
Su agarre se sentía diferente al de Min en febrero pasado. No le disgustaba para nada, pero luego de la inesperada charla con el de sonrisa dulce no podía evitar recordar aquella fiesta que inició todo.
Así como le era imposible el evitar hacer comparaciones.
Cuando baila con Jinhwan siente seguridad, sabe que hay alguien que lo sostiene a pesar de todo y lo acompaña en sus pasos. Pero bailar con Yoongi era otra cosa: bailar con el mayor lo hacía sentir como un aventurero a la espera del próximo movimiento, como alguien hambriento de adrenalina.
Yoongi no era Jinhwan, y no es la primera vez que le cuesta aceptarlo.
— ¿Cómo estás? — dice Irene al ver a su dongsaeng llegar. Rápidamente observa su triste semblante. — Oh, cariño... — abre sus brazos y lo recibe maternalmente entre ellos. — Está bien, lo superaremos...
— ¿Y a tí cómo te fué? — pregunta.
— Wenwen decidió que si quería su perdón debía cocinarle su comida preferida así que bueno... Te imaginarás.
Irene era una joven dedicada, pero con una pésima memoria.
— Así que no sabes cuál es... — ríe Yoongi, separándose de ella. — Ojalá pudiera ayudarte, pero yo tampoco sé cual es la comida favorita de Wendy...
Una vocecita interrumpe tímidamente la charla entre ambos amigos.
— Pasteles de arroz, hierbas, carne, frijoles y setas...
Irene y Yoongi voltean a verlo con sorpresa en sus ojos.
— ¿Qué? — pregunta Irene.
— Esas son las cosas que le gustan a Wendy.
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