Happy Valentines Day!
— No puedo creer que me hayas chantajeado con enseñar mis fotos disfrazado de osito de pequeño... — dice Yoongi ingresando a la fiesta junto a Hoseok.
— No es para tanto, hyung... Además no es gran cosa, sólo es una fiestecita inofensiva. Te juro que no te va a hacer daño divertirte de vez en cuando, eh.
— El código de vestimenta era rosa, Hoseok. — dice. — Odio el rosa... ¡Todo este lugar es rosa! — Obviamente la ropa del mayor no era de aquellos llamativos colores, no se lo hubiese perdonado jamás.
— ¡Es San Valentín, hyung! — intenta animarlo. — ¡No seas amargado que puedes espantar a tus pretendientes!
— Cómo si hubiera alguien a quien espantar.
En el tumulto de gente se encontraban Wendy, Joohyun y Jimin bailando al ritmo de la música. El teléfono de la mayor vibra y luego de revisarlo se acerca a su novia.
— Cariño, llegaron... — le dice.
Wendy asiente y ve a su novia retirarse a recibir a sus amigos.
El plan podía continúar.
— ¿Y noona?
— Fue a buscar un trago, Minnie... — miente. — Enseguida vuelve.
— ¡Gi! ¡Hobi! — exclama con alegría Baechu. — Me alegro que hayan llegado... — esboza una espléndida sonrisa.
— ¿Aunque haya sido contra mi voluntad? — enarca una ceja Yoongi. — Saben que odio todo esto de San Valentín y éstas idioteces...
— Eso porque Jiminnie no está contigo. — contraataca. Yoongi la mira desafiante. — Te aseguro que de lo contrario serías más meloso de lo que eran Hobi y su ex...
Min tiene un escalofrío.
— No, no lo creo noona.
Irene rueda los ojos y los guía hacia la pista de baile, en una zona alejada de Wendy y Jimin, para no levantar sospechas.
Tiempo después, las luces se apagan cada vez más y se tornan rojas. La música se apaga y pueden notar a alguien subirse al escenario a tomar el micrófono.
— ¿Cómo la están pasando? — pregunta Taehyung, el anfitrión. Todos corean un enérgico 'muy bien'. — ¡Me alegro mucho! Ahora mismo lamento haber cortado la música pero... ¡es la Hora de Cupido! — anuncia, recibiendo muchos aplausos. — Quizá no lo sepan pero recibí un mensaje de una persona anónima sugiriendome que le añada un poco de picante a su San Valentín. — Wendy sonreía satisfecha por que el plan seguía su curso sin errores. — ¡Y qué mejor que bailar lentos bajo tenues luces! — anuncia. — Pero no crean que será tan simple, ya que bailarán con la persona que esté a su lado... ¡luego de mezclarse!
Todos aplauden aún más, mientras Yoongi bufaba con frustración y Jimin analizaba el terreno con curiosidad.
— A la cuenta de tres mezclense hasta que diga basta. — explica. — Uno... Dos... Tres... — las personas empezaban a caminar hacia cualquier dirección mientras Wendy y Baechu empujaban a Jimin y Yoongi respectivamente cada vez más cerca del otro.
Fue un trabajo un tanto duro, sobretodo teniendo en cuenta que casi no veían nada, pero resultó exitoso.
— ¡Basta! — grita Taehyung. Todos se quedan quietos y la música vuelve a encenderse, esta vez siendo una lenta melodía que invitaba a todos a bailar pegados.
Wendy y su pareja habían quedado convenientemente juntas, por lo que comenzaron a bailar juntas. Hoseok, en algún lado del tumulto, bailaba con una hermosa muchacha de cabello rubio.
Jimin sólo pudo sentir sobre su hombro una mano, haciendo que este decida voltear a — intentar — descubrir de quien se trataba.
Aquella mano sin dueño baja a su cintura, atrayendo su cuerpo al otro que no lograba identificar. Por instinto, él sube las suyas al cuello ajeno para ayudarse a si mismo a seguir el ritmo de su misterioso acompañante.
Era interesante desconocer la identidad de la persona que sostenía con una mano su cintura y de la que llevaba prendido ya dos o tres canciones. Sólo se dejaba llevar imaginando quién podría ser, cómo sería...
Su San Valentín estaba siendo de lo más interesante y había podido distraerse de los resultados de ese estúpido test del día anterior.
¿Acaso el podría bailar con Yoongi de esa forma? Claro que no, entre ellos eso sería simplemente imposible.
La mano libre del misterioso muchacho que lo sostenía sube a una de sus mejillas, la cual acaricia con dulzura con su pulgar.
Una ronca voz que no llegó a identificar se abre paso en su boca.
— ¿Puedo besarte? — le dijo luego de haber bailado pegados un buen rato.
— Si... — susurra.
Algo en ese misterio lo atraía como abeja a la miel y no lo iba a desaprovechar. Luego averiguaría su identidad, pero esa era la Hora de Cupido... ¿qué más podría salir mal?
El misterioso joven se acerca a los labios de Jimin con desesperante lentitud y lo besa. Poco a poco se adaptan a los labios del otro y comienzan a tomar más confianza para profundizar más en el otro.
No se dieron cuenta, pero las luces cambiaron su tono rojo al normal en una fiesta, algo más iluminado, anunciando que la hora de cupido había finalizado.
La música cambia a algo más movido, escuchándose de fondo la voz de Taehyung.
— ¡Espero que hayan disfrutado la Hora de Cupido y que de ella hayan surgido parejas interesantes! ¡Feliz San Valentín a todos!
Jimin y la persona que lo besaba se separan y logran verse con más claridad con el cambio de luces.
La expresión de Park valía oro.
Un flash es disparado en dirección a Jimin, quien identifica a Wendy como su autora.
Su mejor amiga le había sacado una foto a su confundida expresión.
— Voy a colgar esta foto eb mi cuarto... — ríe, observando la foto en su teléfono como si fuese su cosa favorita.
— ¡Toma una de Yoongi! — dice Joohyun. Wendy toma otra foto de Yoongi y ambas escapan de la escena como dos traviesas niñas pequeñas.
— ¿Tú? - pregunta Jimin. — ¿Cómo es posible? Nosotros no... Yoongi ríe, rascándose la nuca algo avergonzado. — Nos besamos y...
— ¿Te gustó? — el otro asiente. — A mi igual, Jimin-ah... — suspira. — Creo que el Test de Cupido tenía razón, quizá tú y yo seamos más compatibles de lo que creemos...
— ¿A tí te salió mi nombre? — Min asiente. — A mi el tuyo...
— ¡Ya dejen de dar vueltas, estúpidos! — se escucha a lo lejos la voz de Wendy.
Ambos ríen, mirándose con algo de vergüenza y timidez.
— ¿Tú qué crees...? — dice Jimin.
— Creo que podríamos desmentir su teoría intentándolo... Salir o algo... — sugiere. — ¿Qué puede salir mal?
— Oh, no te das una idea... — dice con sarcasmo. — Pero sí, creo que podríamos intentarlo... Después de todo, admito que funcionamos mucho mejor de lo que pensaba.
Oh, claro que sí Jimin...
Cupido no se equivoca nunca.
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