•ﻌ•capitulo diez
¿Qué es el amor? ¿Cómo definir algo tan complejo, contradictorio, fascinante y que al mismo tiempo nos hace sentir tan vivos? No puede observarse bajo un microscopio, hay quien lo define en términos químicos y quiénes hacen poesía de él.
Amor cuatro letras que marcan tu destino. Cuatro letras que te invitan a soñar. Cuatro letras que te dicen que estás vivo, aunque para muchos estés muerto.
Los sentimientos son más peligrosos que las ideas, porque no son susceptibles de evaluación racional. Crecen en voz baja, extendiéndose bajo tierra, y estallan de repente, por todos lados.
Desde que terminó su carrera se dedicó por completo a levantar su propio imperio en la empresa de su abuelo. Trabajó arduamente, día y noche durante todos esos años para que sus logros fuesen propios y no conseguidos bajo la sombra de su apellido. Su vida siempre girando en torno en mantener a flote su empresa, siempre analizando de manera detallada en que invertía, con quienes hacía alianzas y si valía la pena o no hacerlo.
Por supuesto que ante sus cúmulos de trabajo nunca se había negado ante los placeres carnales. Había tenido algunas relaciones, sumando una corta relación en su oficina y misma que había salido mal y de ahí habría salido su regla de no involucrarse con sus empleados. Por supuesto que todo quedaba en el olvido al estar satisfecho y saciado, dejando así más de un corazón roto. Todos habían sido un simple pasatiempo y de una sola noche.
Por ello y hasta hace unos meses atrás Eunseok realmente creía que el amor era un gran desperdicio de tiempo, creía que las personas tenían una idea muy utópica sobre el amor y se hacían falsas ilusiones que no pisaban tierra.
Si, hasta hace unos meses atrás...
Cuando Eunseok besó a Seunghan, oh aquél beso que fue el puro detonante aclarador de sus sentimientos, aquél beso que le hizo sentir un extraño, pero reconfortante burbujeo en su estómago y que logró que las famosas mariposas hicieran aparición revoloteando de aquí y allá. Sabía que no podía negarlo más, le gustaba Seunghan.
Y desde hace unos meses lo había notado, pero siempre se hacía de la vista gorda. Había tantas cosas que le hicieron caer por el omega... No solo porque era sumamente hermoso, sino también por su inigualable y única personalidad y ni hablar de sus pequeños gestos, pero no quería que Hong se lo tomara a mal, después de todo... Él había sido un gran hijo de puta con él.
Y es que el alfa estaba enamorado de cada mínimo detalle de Seunghan, de verdad amaba cada pequeño detalle del omega y es que realmente tenía grabado cada uno de ellos. Seunghan tenía una personalidad reservada y tranquila, pero a la vez era muy fuerte y de carácter cosa que se hacía sumamente atractiva a Eunseok. Y sin olvidar cómo el alfa había notado que el omega formaba un tierno piquito en todo momento, ya sea mientras lee, cuando habla rápido, cuando no entiende algo, y cuando está molesto frunce tiernamente sus cejas, sin olvidar que cada que comía su tierno puchero permanecía en sus rosados labios.
Pero si había algo que el alfa adoraba más era la forma que optaban sus lindos ojitos al sonreír, pues este tiene la costumbre de achinarlos y arrugar tiernamente su naricita. Muchas veces tenía unas enormes ganas de besarle y llenarle de mimos mientras este lo llena melodiosamente con su linda risa tímida.
Si, había caído por Hong Seunghan.
Pero también por su cabeza estaba la parte en la que no se sentía digno de el omega, lo había tratado de la peor manera e inclusive lo había arrastrado a sus problemas. ¿De verdad merecía a Seunghan? Pues el realmente creía que no.
—¿Y qué piensas hacer?— y es la voz de su mejor amigo quien lo saca de sus profundos pensamientos.
—No lo sé— dice sincero y con notoria frustración en su rostro.
—¿No lo sabes...?— Anton no puede evitar echarse a reír. Y es que a decir verdad... Él jamás imaginó ver en esta situación a su mejor amigo.
—¡Esto no es divertido, Lee!— Eunseok se miraba exhausto y Anton podría jurar que parecía un tierno cachorrito perdido y sin saber a cual dirección ir —Esto es serio... ¡Podría afectar mi futuro al lado de mi omega!
—¿Sabes...? Esta etapa tuya enamorada me es bastante sorprendente— Anton le dice sin burla —Sabía que estabas enamorado de Seunghan, pero jamás imaginé que te tardarías tanto en reconocerlo.
—¿Tardarme en reconocerlo? ¿De qué hablas? — Eunseok pregunta confundido.
—En cuanto Seunghan piso tu oficina tu lobo y tú lo reconocieron como su omega, y le diste el trabajo sumamente rápido... Supuse que eso pasó porque descubriste que era tu omega, pero... Te estuve observando todos estos meses desde que la grata presencia de Seunghan ha estado y tú, amigo mío jamás te habías dejado hablar tan confiado y poco formal con alguno de tus empleados, Seunghan ya hubiera estado afuera desde el primer mal gesto que te dio ¡Ni siquiera yo que soy tu mejor amigo me lo permites! y ni hablar de los ojitos de borreguito enamorado que pones cada que vez que está la presencia de tu omega y ni creas que no te he atrapado observarlo mientras Seunghan trabaja.
—Eso no quita que yo haya sido un gran hijo de puta con él...— Eunseok se lamenta.
—Lo sé... Te dije que fueras más amigable— Anton le reprende.
—¡No me iba a imaginar que mi omega sería mi asistente! — puchereo el alfa — Seunghan se merece un amor perfecto...
—No existe un amor perfecto, Song. Nada está libre de conflictos... Por supuesto que se puede vivir en paz y armonía, pero eso no significa que en algunos momentos existan dificultades y problemas. Pero lo más significativo del amor es saber que el amor perfecto es aquél capaz de resolver sus imperfecciones a través de la comunicación y respeto.
—Realmente siento que no lo merezco— Anton asiente.
—También creo lo mismo, pero te conozco bien y no eres una mala persona Song.
—¿Crees que debería tratar de conquistarlo...? — pregunta indeciso —¿Qué tal si me odia? ¿Qué tal si no siente lo mismo?
—Ya se besaron y te correspondió— Anton Sonrió —Has que conozca al verdadero Song Eunseok, has que conozca a ese tierno, dulce y amoroso alfa hogareño que adora a los niños. Ya tienes el lindo corazón de su tesoro más preciado... Su hijo. Ahora gánate por completo el del padre, has las cosas bien, remedia tus errores... Ambos merecen ser felices juntos y darse una nueva oportunidad de amar.
—Una nueva oportunidad de amar...
—Así es— Anton asiente con una sonrisa —Entonces... ¿Qué harás?
—Luchar por el amor de mi omega.
Seunghan corría despavorido en dirección al gran edificio en el que trabajaba. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había retrasado para ir al trabajo y si realmente era sincero... No había logrado dormir bien estas dos últimas noches por pensar en su tonto pero apuesto jefe y en aquél beso que se habían dado bajo la luz de la luna y brillantes estrellas.
Después del beso no volvieron a hablar sobre el tema, es más... Huía del alfa pues se sentía realmente avergonzado y mientras estaban en la casa del campo intentaba no actuar tan torpe al lado de él. No lo había visto en estos dos días pues el alfa se los había dado de descanso. Ahora tenía que enfrentarlo, tenían que hablar sobre el beso.
Pues sabía que no debía huir de sus sentimientos y tal cual su cuñado le había aconsejado la noche anterior: "Escucha tus emociones, no las ignores, y procura expresarlas por los canales adecuados, de lo contrario te harán daño" y eso sería lo que haría, por más aterrado que se encontrara.
¿Qué si le gustaba su gran estúpido y sumamente apuesto jefe?
La respuesta era sí. Y no había marcha atrás ante sus sentimientos.
¿Qué le diría? No lo sabía. Hacía tanto tiempo que no sentía algo por alguien...
La última vez que entregó su corazón había sido destrozado. Y es de ahí donde nacía su miedo.
El omega sale de sus confusos y conflictivos pensamientos para cuando finalmente pone un pie en el gigantesco y lujoso edificio donde trabaja. Al entrar se encoge en su lugar pues tiene los ojos de los trabajadores en él, al igual que los observa hacer apurados varías reverencias en su dirección.
Seunghan se inclina incómodo y les da un amigable saludo. Rápidamente se dirige a la recepción misma donde Gaeul le recibe con una linda sonrisa y una respetuosa reverencia, y Seunghan le sonríe repitiendo su acción.
—Buenos días, Gaeul— saluda a amigable.
—Buenos días, a mi jefe favorito~— dice la linda chica con un tono divertido y sonríe cuando ve el tierno puchero del omega.
—Gaeul...
—Está bien, lo siento, pero son órdenes del jefe— se justifica divertida —¡Buenos días, Hannie!— le saluda más informalmente.
—Así está mejor— Seunghan asiente complacido —¿Hay noticias para hoy? ¿El ave gruñón llegó al nido?
—El ave gruñón está en el nido y me pidió que lo esperaras aquí— contó.
—¿Qué lo espere aquí...?— Gaeul asintió —¿Por qué?
—Sólo me dijo que te dijera que esperaras aquí— dijo con pena —¡Oh!— la chica expresó captando la atención del omega —Hay alguien que ha estado preguntado por ti.
—¿Alguien que ha estado preguntando por mi...?— Seunghan la miró confundido —¿Quién podría estar preguntando por-
Los sentidos de Seunghan se agudizan, su lobo empieza a chillar y unas enormes náuseas se le hacen presentes. Ese aroma... Ese olor sólo le pertenecía a una persona.
—Jongsun...— murmura estático en su lugar.
—Veo que aún reconoces mi olor, te estuve buscando... Mi omega.
les actualizo aquí para seguir con la actualización de police
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro