•ﻌ• capitulo cuatro
Apenas la blanca aurora había dado lugar en aquel lindo vecindario con el ardor de sus calientes rayos, ya comenzaban a gorjear en los arboles los pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena saludando a la fresca mañana.
El omega no tardó en despertarse ante el primer contacto de luz en su piel que se colaba desde las cortinas de su ventana. Esta vez el joven padre se aseguró de despertar lo más temprano posible para pasar por lo menos un pequeño tiempo al lado de su amado hijo. Luego de dos meses completamente agotadores y llenos de pesado trabajo, tan siquiera quería desayunar con su bebé.
Rápidamente el omega se puso manos a la obra y preparó los famosos Hot Cakes en forma de pollitos que tanto amaba comer su pequeño hijo. Sin olvidar su vaso con chocolate y algo de fruta picada en forma de dinosaurios que podía hacer gracias a los moldes de galletas que tenía en su cocina.
Satisfecho de su desayuno, se dirigió a la habitación de su pequeño retoño. El omega pensaba en que su bebé iniciaría la escuela mañana, y sabía que tenía que hacer algún un truco de magia u algo parecido para que su jefe le diese el permiso de llegar unas horas más tarde y lograr llevar a Sohee a su primer día de escuela.
Alejó todo pensamiento en cuanto llegó finalmente a la puerta de la habitación de su pequeño: "Heenie" se leía en el pequeño letrero color amarillo con pollitos pintados en la puerta. Entró y se dirigió hasta las cortinas, abriéndolas para que la habitación se iluminara, con ello espero a que su hijo se despertara pero sabía que era de sueño pesado.
—Sohee, mi vida despierta. —Seunghan dijo dulcemente, mientras removía suavemente el cuerpecito de su hijo.
Después de unos cuantos minutos intentando despertar al menor, finalmente logró hacerlo y el pequeño le sonrió dulcemente al verle.
—¡Buenos días, papi! —el pequeño saltó a sus brazos, escondiendo su pequeño rostro en la curvatura de su cuello.
Amaba el aroma de su papá, siempre le relajaba.
—Buenos días, mi cielo— saludó de vuelta —Preparé los Hot Cakes que tanto te gustan, amor.
—¡Gracias, papi!— Sohee le sonrió mostrando sus dientitos y sonrió aún más emocionado al recordar algo —¡Tío Taro me compró un estuche de pollito!— contó felizmente, ya que la noche anterior no pudo hacerlo.
—¿Si?— preguntó feliz y el menor asintió. —Me alegra mucho, mi vida. — Seunghan dejo un tierno beso en su regordeta mejilla —Mañana inicias la escuela... ¿Por qué creces tan rápido, mi cielo? — Seunghan puchereó.
—¿Estás triste, papi? —Sohee le miró con preocupación —¡Nunca te dejaré sólito! ¿Lo recuerdas? ¡Juntos por siempre, papi!
—Juntos por siempre, mi amor— Seunghan sonrió intentando ocultar sus lágrimas —Lamento estar ausente en estos últimos meses... Pero... ¿Lo entiendes, mi cielo?
—Lo entiendo, papi— sonrió tiernamente —Sé que trabajas muuucho para poder comprar mis medicinas ¡Por eso me porto bien, papi!
—Eres un magnífico hijo— Seunghan sonrió abrazando a su hijo —Gracias por llegar a mi vida, Sohee.
El menor sonrió y tiernamente besó la mejilla de su padre, quien rápidamente le beso de vuelta.
—Te amo papi— dijo el menor, mientras reía pues con sus manitas aplastaba las mejillas de su padre y este hacía una cara graciosa.
—También te amo mucho, mi amor.
—¿Me acompañaras a la escuela? — preguntó con ojitos brillantes.
—Mmh— Seunghan dudó un poco —Sí, te acompañaré mi amor.
—¿Es una promesa, papi?— el pequeño niño alzó su meñique.
—Es una promesa, mi cielo— Seunghan copió la acción de su pequeño y así ambos juntaron sus meñiques.
Sellando la promesa.
Seunghan no paraba de dar vueltas en círculo, pues se encontraba pensando en cómo pedirle permiso a su no tan querido jefe para poder acompañar a su pequeño a su primer día de clases.
¿Y si lo golpeo hasta que me de permiso?
No, no podía hacer eso.
Aunque golpearlo no sería mala idea...
Seunghan pensó y negó mientras comenzó a hacer un pequeño berrinche al dirigirse al ascensor.
Si bien su jefe seguía con sus tratos estúpidos hacia él, al menos reconocía que él era un magnífico asistente. Pero y lastimosamente había un pero, no sabía si podía usar eso a su favor.
Llegaba temprano, tenía los papeles listos a la hora indicada por el alfa, le traía su café por las mañanas, sin azúcar y cargado, y ya no lo maldecía tan seguido.
El alfa no podía ser tan malo...
¿Verdad?
—Que sea lo que Dios quiera.
—Iré al grano, joven Song. — Eunseok prestó atención al hombre frente a él, ignorando por completo la molesta presencia de él señor Lee —Usted sabe lo mucho que apreciaba a su abuelo, y yo mejor que nadie sabe lo maravillosamente bien que ha manejado a esta empresa, el legado de su abuelo está en las mejores manos. —Eunseok asintió con una sonrisa agradecida.
—Me alegra verle, señor Kim. — Eunseok dijo sincero —No lo había visto desde la muerte de mi abuelo...
—Lo lamento.— el hecho hombre se disculpó —Me matuve ocupado desde el funeral de tu abuelo— el hombre le explicó apenado.
Eunseok le asintió comprensivo y rodo los ojos al ver que Lee no paraba de tratar de llamar la atención. De verdad detestaba a ese hombre.
—¿Podemos ir al punto de la reunión? — escucharon decir a la fastidiosa voz de Lee.
—Veo que sigue siendo el mismo viejo gruñon. —dijo el señor Kim y sonrió al ver el ceño fruncido del otro hombre. —Pero tiene razón, estamos aquí para algo importante. Yo cómo el abogado de tu difunto abuelo... Tengo que seguir su voluntad y lo que indicó en su testamento— tomó unos papeles y comenzó a leer —La empresa será heredada a mi nieto mayor, Song Eunseok. La cual será heredada de igual manera a sus primogénitos, por los cual antes de los 28 años, mi nieto Song Eunseok ya debería estar comprometido y de preferencia casado. Es un punto clave para que la empresa sea únicamente de él y de no ser así las acciones pasarán a mi mejor amigo, Lee YangSuk. Mi abogado Kim Seunglim hará cumplir cada una de mis palabras, dejo todo en sus competentes manos.
Terminó de leer el abogado.
—¿Qué coño? —Eunseok le miró incrédulo.
—Estás a poco de cumplir los veintiocho años, y joven Song, yo no te he visto con alguien formal en estos meses— dijo Lee con una pequeña sonrisa burlona.
—¡Esto es una tontería!— Eunseok se paró de manera brusca de su asiento —¡No pueden quitarme mi empresa!— dijo —Trabajé muy duro ¡No pueden hacerme esto!
—Esa fue la voluntad de tu abuelo, muchacho. —el señor Kim le miró apenado. —Podrá firmar el papel de todas las acciones de la empresa de su abuelo hasta comprobar que se ha comprometido, joven Song... Su hermana en cambio heredero la mansión y una de las casas de campo que se encuentra en Seúl. El resto es de su padre y madre.
Un gran silencio se formó en la gran oficina de Eunseok, mientras se jugaba un interminable juego de miradas matadoras con Lee y la tensión era palpable. Eso hasta que un lindo pelinegro entró a la oficina, sin saber la situación y lo que le venía.
—Aquí están los dichosos papeles, Song.— Seunghan se miraba molesto, claro después de haber discutido con el alfa por no haberle dado el permiso que necesitaba, estaba de muy mal humor —Tu madre llamó y mencionó una cena para el lunes y también tienes una reunión con la empresa Park's...
Y Seunghan no terminó de hablar pues la odiosa voz de su jefe le interrumpió.
Y es aquí cuando Eunseok amaba el carácter, informalidades y temperamento del omega.
—¡Seunghan!— el alfa rápidamente se acercó al omega, tomándole de la cintura y todo bajo la mirada molesta del omega —¡Gracias por traerme los papeles, amor! — dijo, y ahora el omega se encontraba confundido.
—¿Qué te fumaste, Song?— Seunghan le preguntó mientras le miraba acusadoramente.
Entonces él omega dejó de mirar al alfa y vio a dos alfas más en la oficina. Lee les miraba estupefacto y él abogado les miraba con una enorme sonrisa.
¿Qué estaba pasando? Se preguntó el omega en el momento exacto en que vio una extraña sonrisa en los labios de Song.
—Lee, abogado Kim.— les habló tomando fuertemente la cintura del omega —Les presentó a Hong Seunghan, mi novio.
—¿¡Tu novio!?— escucharon gritar a la fastidiosa voz de Lee.
—Sí, mi novio y futuro esposo.
futuro esposo dice🤌🏼
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