JungKook tecleaba unos informes en su computador mientras que YoonGi ordenaba unos papeles. La puerta de su oficina fue abierta y eleva la mirada divisando a su siempre sonriente secretaria.

— Señor Jeon... Lo buscan.

— ¿Quién?

— El chico de las ocho... Él está aquí — Le dijo SunYoung.

— Dejalo pasar — Ordenó y SunYoung asintió saliendo de la oficina.

— Se amable, por favor — YoonGi le pidió, mientras que se paraba de la silla dejando los papeles que había ordenado, perfectamente acomodados en el escritorio de su mejor amigo.

— No porque sea un conocido tuyo yo seré amable — Dijo firme — Tu serás mi mejor amigo, pero no cualquiera puede ser mi asistente.

— Sólo compórtate — YoonGi rodó los ojos — Me voy — Dijo y salió de la oficina.

JungKook siguió con lo suyo. Estaba apunto de levantarse pero el sonido de la puerta de alguien tocando lo detuvo. Y fue ahí que cierto aroma a manzana acaramelada le llamó la atención, rápidamente su lobo se alteró y aullaba de completa felicidad mientras meneaba su cola de un lado al otro.

Ese aroma... Aquél aroma lo podía alcanzar a oler a través de la puerta. Frunció el ceño y regaño a su lobo por alterarse de tal manera.

La puerta de su oficina es abierta y observa detenidamente al portador de tan maravilloso olor, hasta posar sus verdosos ojos en un delgado chico de cabellos castaños y orbes azules.

Por su lado, TaeHyung observa el lugar con asombro, todo se veía tan caro que temía tropezar y romper algo.

Así que con sumo cuidado camina por la enorme oficina.

— Buenos días — TaeHyung saluda educadamente.

— Llegas un minuto tarde — Responde el Alfa recomponiendo su postura e ignora por esta vez la mala mirada y el puchero que el Omega le dio — Toma asiento — Señala la silla frente a su escritorio.

— Lo siento yo-

— Si, como sea no me importa tu excusa barata — Le interrumpió — Vamos al grano. El trabajo es fácil, tienes que asistirme en todo y sin rezongar.

— Entiendo...

— Es imposible que desperdicies está oportunidad — Comenta con soberbia.

— Entonces... ¿Tengo el empleo? — Preguntó con duda.

— Lo tendrás una vez hayas firmado el contrato — JungKook le extendió un papel y bolígrafo.

TaeHyung observa el papel detenidamente por varios segundos, para después tomar el bolígrafo y firmar sin pensarlo nuevamente.

Después de todo, nada podría salirle mal. Nada podría ser peor para él.

«Todo sea por mi hijo» Pensó al extenderle nuevamente la hoja al Alfa con su firma ya puesta allí.

— Felicidades, Kim TaeHyung — Le sonrió de lado — Bienvenido seas a Jeon's Industries, has entrado a la gran boca del lobo.

— ¿Q-qué? — TaeHyung le miró confundido.

— Te lo diré más claro — JungKook se levanta de su silla y se acerca al castaño — Desde ahora eres mío, me perteneces.

TaeHyung se aleja del Alfa y se levanta bruscamente de la silla, mirándole con notable enojo y sus cejas fruncidas.

— ¿Esta loco? ¿Cómo que le pertenezco? — Preguntó alzando un poco la voz — Es poco muy profesional involucrarse con sus empleados — Se queja — ¿Si sabe que el acoso laboral es un delito? ¡Podría ir a la cárcel!

JungKook no pudo evitar echarse a reír y regresó a su asiento mientras negaba con la cabeza. Se cruzó de brazos y miró al Omega fijamente aún con algo de diversión en su mirada.

— No pienso involucrarme contigo si eso es lo que piensas — Relación sus labios — Yo no me acuesto con cualquier Omega... No soy un asqueroso acosador y para dejarlo en claro, yo no mezclo mis pasatiempos con mi trabajo.

— ¿Entonces...?

— Entonces tienes que hacer absolutamente todo lo que yo te ordene — Sonrió con nuevamente con soberbia — Toma asiento que hay algunas reglas que debes cumplir al pie de la letra para poder trabajar conmigo, ¿entendido?

TaeHyung asintió. No tenía de otra.

JungKook suspira mirando hacia el gran ventanal de su oficina, estaba realmente listo para ver huir a TaeHyung a los tres días a su lado.

Oh claro que lo estaba.

— Bien mi pequeño ¿llevas tu inhalador? — El Omega rubio pregunta al pequeño MinHo quien asiente sonriendo y mostrando sus dientitos y sacudiendo su mochila de osito.

— Si tío Jinnie. Esta en mi mochila — MinHo asiente.

— Vamos, MinHo.

SeokJin se dirige hasta su auto ayudando al pequeño a subir. Sienta a MinHo en su sillita y le abrocha el cinturón de seguridad. Rodea su auto y se sube, abrochándose igualmente el cinturón de seguridad.

— Bien mi pequeño ¿Qué le podemos regalar al tío Nam por nuestro aniversario? — SeokJin adoraba ir de compras con su adorado sobrino, y a pesar de ser un niño pequeño era muy inteligente y pensaba en regalos que realmente nadie daría, pero siempre tenían un trasfondo muy bonito.

— ¡Un telescopio! — Dijo animadamente desde el asiento atrás.

— ¿Un telescopio? — SeokJin le miró desde su espejo retrovisor con una sonrisa, pero confundido a la vez.

— Sip — El pequeño asintió — El tío Nam me contó que se conocieron en el mirador de estrellas — Explicó — Dijo que adoraba ir porque le gustaba admirar mucho las estrellas y por eso creo que un telescopio le gustaría mucho a mi tío Nam.

— ¿Te contó sobre cómo nos conocimos? — Preguntó SeokJin con una enorme sonrisa, pero sin despegar la mirada del camino.

— Sip. Mi tío Nam dijo que eras el Omega máaas hermoso que había visto en su vida — Contó haciendo memoria sobre las miles de palabrerías que dijo su tío al contarle de cómo cayó profundamente enamorado de su tío Jinnie, sólo que ahora mencionaba que su tío era su más hermosa estrella — ¡Su jardín es gigante! ¡Ahí pueden mirar las estrellas, tío Jinnie!

SeokJin lo pensó bien y realmente se le hacía un gran regalo. Su pareja le había contado lo mucho que extrañaba ir a mirador de estrellas y tenían que viajar hasta Daegu para ir al mirador y el trabajo realmente no se los permitía.

— Bien mi pequeño MinHo, vamos por un telescopio.

— Bien, Kim. Toma asiento, tenemos que hablar y dejarte en claro unas cosas. También te daré algunas reglas que tienes que seguir y te haré una que otra pregunta antes de que inicies — Dijo el Alfa y TaeHyung asintió tomando nuevamente asiento.

— De acuerdo ¿cuáles son las reglas? — El Omega preguntó ansioso.

— Primero que nada quiero que sepas que hay cosas que yo realmente odio que hagan. Y está claro que tu no deberías de hacerlo a menos que no quieras conservar tu trabajo.

— Te escucho — Respondió el Omega cruzándose de brazos.

— Nunca me tutees, eres mi empleado y yo tu jefe. Siempre debes dirigirte a mi cómo Señor Jeon, siempre con respeto.

— Bien...

— Me gusta el orden y la limpieza. Detesto que no me digan las cosas a la cara, siempre se directo y claro, no me gustan las personas incompetentes. Quiero que mi oficina esté tan perfecta y limpia cómo la vez ahora.

— De acuerdo...

— Tercero, no me gustan la personas impuntuales, odio la impuntualidad. No quiero que se repita el suceso de hoy, ni un minuto más.

— ¿Qué pasa si me surge un problema y por eso llego tarde? — Preguntó.

— ¿Qué parte parte de ni un minuto más no entendiste? — El Omega rodó los ojos y el Alfa suspiró frustrado — Tu excusa debe ser verdaderamente buena para no despedirte.

TaeHyung asiente lentamente.

— ¿Hay alguna otra regla que deba seguir?

— Esto más que una regla son datos importantes — Respondió — Hago viajes ya sea dentro o fuera de Seul y tú debes acompañarme.

—¿Acompañarlo...?

— Sí, acompañarme. ¿Hay algún problema? — El Alfa le miró con una ceja alzada.

— Bueno... — TaeHyung dudó unos segundos — No, no hay problema...

— Bien, ahora van las preguntas. Son fáciles de responder — TaeHyung asintió — ¿Has trabajado cómo asistente antes?

— No.

— ¿Has trabajado antes? Ya sea en el ámbito laboral de empresas o no.

— Si, si he trabajado.

— ¿Edad?

— Veinticuatro.

— ¿Profesión?

— Ex cantante, tengo una licenciatura y me gradué con honores — Dijo lo último con orgullo y JungKook asintió.

— ¿Pareja?

— No.

— ¿Familiares?

— Mi hermano y cuñado.

— ¿Hijos?

TaeHyung no responde y mira directamente a los ojos a su jefe. JungKook espera impacientemente la respuesta del Omega quien parece dudar de su respuesta.

— Eso no le incumbe.

— No me interesa saber si te soy sincero. Pero necesito saber porque realmente no pasarás mucho tiempo en tu casa ya que estarás el mayor de tu tiempo conmigo. Tener hijos es una enorme distracción, lo digo por la experiencia con mis otros empleados.

— ¿No acepta asistentes con hijos? — TaeHyung preguntó con cierto termor en su voz, cosa que no pasó en desaparecida por el Alfa.

— ¿Por qué la pregunta? — Mira al Omega con una ceja alzada — ¿Sabés qué? No me importa. Responde — Pide con la poca paciencia que le queda — Tienes hijos, ¿si o no?

— Realmente no creo que sea necesario saber aquello... — Le reta.

— El que decide eso soy yo. Yo soy tu jefe y quien manda aquí soy yo. Así que bajale a tu tonito y responde.

TaeHyung suspira y se muerde los labios tratando de no abrir su boca y mandar al demonio al Alfa frente a él.

Realmente al Omega se le hacía un poco difícil no temblar por la angustia, el Alfa era muy imponente y no se doblegaba ni por un instante.

Pero debía ser fuerte, YoonGi le había dicho que si se dejaba intimidar por el Alfa no podría llegar a ningún lado.

— Sí.

— ¿Sí qué?

Vamos TaeHyung, esto lo haces por MinHo. Pensó el Omega apretando sus puños.

— Sí, si tengo un hijo.