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Stuck in a moment

Holiis, se que dije que iba a irme de wattpad pero vi como dos veces la pelicula de "Sing 2" y nada ame la historia de clay y su esposa  así que la adapté. Mil gracias a todos los que le van a dar una oportunidad a este one shot <3

—No estoy seguro de esto— los pies le temblaban, la adrenalina de volver a pisar un escenario le aterraba. Había sido una mala idea, estaba seguro de ello.

—Estas listo, todos confiamos en tí, el publico te espera ansioso— por más que quisiera sus pies se negaban a moverse, volver a escuchar el sonido de su guitarra le haría recordar momentos que anhelaba olvidar.

—Saldré primero. Cuando estés listo solo sal y toca, tus canciones te guiaran—¿Era capaz de hacerlo?¿Podría lograrlo sin él a su lado?

Días antes...

— ¿Estás loco? ¿De verdad te volviste demente? ¡¿Qué carajos estabas pensando al decir que conocías a Yuki Yoshida?!— Ese día Uenoyama Ritsuka juraba que asesinaría a sus compañeros de banda, es que a veces Haruki y Akihiko no pensaban lo que hacían.

—No será tan difícil de convencer, solo debemos ir a donde vive, recordarle su amor por la música y ¡BAM! Tocará con nosotros— de verdad lo matarían de un infarto.

—Soy fan de él. Mi padre y yo solíamos escucharlo juntos y hace años que dejó la música. Ahora vive en una cabaña cerca del bosque, aislado de todo el mundo ¿¡Crees que será tan fácil?!— el show era en pocos días y la productora que lo organizaba los dejo tocar con la condición de que convencieran al cantante de unirse al mismo, siendo el cierre del espectáculo. Si no lo conseguían se convertirían en comida de tiburones.

—Pues nosotros nos encargaremos de que la Take siga confiando en nosotros. Mientras, tú ve a buscar a Yuki o muere en el intento— Akihiko debía aprender a ser mas sutil con sus palabras.

—Animo Uecchi ¡Lo logaras!— y Haru era demasiado optimista. El guitarrista por un momento sintió todo el peso de la banda en sus hombros.

—Bien, lo intentaré, pero no sé que tanto logre— luego de decir aquello Uenoyama Ritsuka inició su ardua búsqueda por Internet. Encontrar la dirección de aquel ermitaño no sería sencillo.

"Yuki Yoshida, es usted considerado el cantante mas popular del momento. ¿A qué se debe su éxito?"

Lo primero que encontró fue una vieja entrevista que recordaba haber visto de pequeño.

"Pues podría decir muchas cosas, pero mis canciones son lo que son por la inspiración que me da mi esposo cada día"

Seguido de aquello el rubio besó a su acompañante, quien se ruborizaba violentamente mientras lo apartaba.

"Yuki, no te desvíes de la entrevista" no era su culpa que su esposo fuera la cosa más tierna del mundo.

"Lo siento, es que no puedo apartar mis ojos de tí"

Ese tipo de amor solo se veía en los cuentos y novelas. Un amor más allá de cualquier estereotipo, el amor de dos almas gemelas.

— ¿Por qué me distraje viendo esto? Solo debo conseguir esa dirección—a pesar de que se concentró en su búsqueda, la entrevista regresaba a su mente una y otra vez, logrando que recordara un momento especial, uno en donde su padre estaba a su lado, específicamente en una camilla de hospital mientras él trataba de tocar torpemente algunos acordes para animarlo.

"Serás un gran guitarrista hijo, no te rindas"

Finalmente, luego de 16 horas de búsqueda, encontró un viejo artículo que hablaba del cantante y su desaparición del mundo de la música ¡Lo tenía! Solo restaba convencerlo de tocar en el show y así la banda de "The seasons" sería mucho más conocida.

— ¡Ya me voy Yayoi!— sin escuchar lo que su hermana dijo el azabache tomó su guitarra y logró alcanzar el bus que lo dejaría en la estación de tren. El viaje sería largo y existían muchas posibilidades de que Yuki se hubiese mudado o no quisiera verlo, pero no se rendiría, lo conseguiría.

— ¿Conseguiste algo Uechi? ¡La productora me amenazó con cortarme el cabello! Mi hermoso cabello— Haru aún sentía los escalofríos de aquella conversación.

—Pues encontré su dirección, estoy yendo para allí—un suspiro de alivio se escuchó del otro lado.

—Yo digo que debería usar sus encantos de niño joven para seducirlo— cuando volviera golpearía a Kaji, de verdad lo haría.

— ¡Claro que no! Es mucho mayor que yo, además su corazón esta ocupado por ya saben quien— nadie se atrevería ni siquiera a coquetear con Yuki Yoshida, ya que eran conscientes de la devoción y amor que este tenía por su esposo Mafuyu.

—Era una broma, no te lo tomes en serio ¡Esfuérzate!— Nakayama cortó la comunicación y sin más nada que hacer, el guitarrista conectó los audífonos a su celular y se dedicó a mirar las entrevistas y conciertos que encontró de su objetivo en Internet.

"Pues si no tienen nada más que preguntar me retiro, buenas noches" sus ultimas entrevistas eran cortas y tajantes. Como si ocultara algo que no quisiera decir.

"Solo queremos saber como esta la salud de su esposo, nos enteramos que pasa por una enfermedad muy crítica de la cual no hay cura" los ojos que el rubio puso en aquel momento fueron los mismos que recordó tener cuando se enteró de la enfermedad de su papa.

"Váyanse a la mierda" era muy doloroso hablar de aquello, lo recordaba cada vez que sus amigos preguntaban por su progenitor. No quería hablar, como si no mencionar la enfermedad haría que esta no existiese.

Las horas en el tren pasaron rápidamente y antes de que pudiera reaccionar ya se encontraba en su destino. Ahora si debía planear cuidadosamente lo que haría, solo contaba con una oportunidad y no se daría el lujo de fallar.

Guiándose por el GPS, Uenoyama Ritsuka llegó a su destino: una cabaña algo descuidada y vieja, rodeada por un inmenso bosque el cual la ocultaba por completo.

—Genial, si quiere matarme puede hacerlo, nunca encontraran mi cuerpo aquí— con algo de temor agarró fuertemente su guitarra y se adentró en aquel lugar.

Debía cuidar bien donde pisaba, ya que por donde sea que pase encontraba botellas de alcohol y cigarros. No debió ser fácil sobrellevar un dolor tan grande.

"Ultimas noticias: Mafuyu Sato, el esposo de Yuki Yoshida, murió esta mañana luego de perder la lucha contra el cáncer que tuvo en los últimos meses. Todas nuestras condolencias para su familia y el cantante.

¿Cómo mierda iba a convencerlo? si él mismo era consciente del dolor que causaba la perdida de alguien a quien amaste. Se estaba desesperando, comenzaba a perder la fe, hasta que por un descuido resbaló con una de las botellas y rodó colina bajo, perdiendo la consciencia.

Cuando despertó se dio cuenta que estaba acostado en un sofá, dentro de un lugar oscuro, el cual era alumbrado por una tenue chimenea. A su lado se encontraba nada mas ni nada menos que su ídolo de la infancia, quien lo miraba seriamente a la vez que bebía una taza de café. Estaba totalmente diferente a como lo recordaba: su cabello rubio estaba mas largo, poseía algunas canas por el paso del tiempo, su ropa estaba muy descuidada y la barba que adornaba su rostro se encontraba desprolija. Si no fuese por sus ojos de verdad no lo hubiese reconocido.

— ¿Quién eres, y que haces aquí?— el tono de voz que utilizó no se comparaba al que usaba años atrás. Ahora sonaba enojado, pero detrás de aquella fachada solo se encontraban ocultas tristeza y nostalgia.

—Yo...— ¿Cómo carajo iniciaba? ¿Iba directo al punto? ¿Trataba de conocerlo?¿Decía que era un acosador? Ninguna idea le parecía lo suficientemente buena.

—La verdad no me interesa. Solo quiero que te marches, bebe esto y largo de aquí— no daría marcha atras, no, su banda dependía de él.

— ¡Estoy buscando empleo! Puedo limpiar todo el desastre de afuera— increíble, su cerebro no le funcionaba.

— ¿Crees que soy estupido? ¿¡Me estas tomando el pelo!?—no quería morir, pero si lo haría sería peleando.

— ¡Bien! Soy su fan... solo...déjeme ayudarlo en algunas cosas y me iré— aún no podía revelarle el motivo por el cual se encontraba allí, pero no estaba mintiendo del todo.

— De acuerdo. Puedes limpiar el patio— y Yuki solo quería deshacerse de aquel molesto fan. Amaba su soledad.

—Bien— peor es nada se dijo a si mismo, así que, después de beber el té que el rubio le preparó, Uenoyama se dedicó a recoger cada botella y colilla de cigarro que encontró. Haru y Akihiko se las pagarían caro cuando volviera.

— ¿No vas a preguntarme nada? ¿Por qué no vuelvo a la música? ¿O por qué estoy aquí aislado del mundo? — no era idiota, sabía que si preguntaba aquello solo lo provocaría.

— No, pero si tengo una duda, ¿Cuál fue la canción que más le gusto componer?— lo sabía perfectamente. Recordaba detalladamente aquel momento en el que su pequeño tarareó por primera vez la canción que compondrían juntos.

— ¿Y esa melodía tan rara?— estaban sentados junto al fuego, era un día de invierno y a ambos los cubría una manta. El olor a chocolate caliente invadía la sala de estar y Yuki no podía sentirse mas afortunado de estar allí con el amor de su vida.

— Es una que tengo en la mente...no puedo cantar otra cosa— Mafuyu se acurrucaba cada vez mas junto al cuerpo de su esposo ya que le agradaba sentir su calor.

—Pues es muy linda. Podríamos componer una canción juntos, me falta una para el nuevo álbum— los ojos del castaño se encendieron y luego de asentir efusivamente ambos se besaron.

—Te amo pequeño— Yuki no creía como sobrevivió tantos años siendo su amigo cuando estaba destinado a amarlo con locura.

—Yo también te amo tonto—.

Aquel recuerdo era tan doloroso. Quería borrarlo como fuera, pero no lo conseguía.

—No te interesa. Sigue con tu trabajo— habían pasado 10 años desde la muerte de Mafuyu pero aún así lo seguía amando como el primer día. Patético.

—Ya entendí, nada de preguntas— por eso siempre dicen: nunca conozcas a tus ídolos o acabaras decepcionándote de ellos.

—Termina con esto y vete de una buena vez— sin mas el rubio caminó rumbo a su cabaña y desapareció por las escaleras. Aquella imagen fue tan triste de ver. Era increíble como el amor te convertía en la persona más feliz del mundo o en la más miserable.

No lo dejaría así, no cuando estaba hundido totalmente en la miseria. Debía hacer algo por la persona que mas lo conectó con su papá.

Fue así como Uenoyama terminó quedándose dos días más, con excusa tras excusa. Su hermana lo regañaría cuando volviera, al igual que sus compañeros de banda, pero todavía no debía soltar la bomba o todo lo que había trabajado se arruinaría.

— Iré al pueblo por unas cosas. Volveré en una hora— al menos esta vez no tendría que ir él. Podría quedarse ideando un plan y cuando Yuki volviera le contaría el verdadero motivo del porque estaba allí.

—Bien, yo estaré por aquí— ¿Por qué no se iba de una buena vez? Pensaba el rubio.

Cuando el mayor se fue, Uenoyama aprovechó para recorrer cada rincón de esa casa y le pareció muy doloroso que cada una de esas habitaciones este llena de fotos de Yuki Yoshida con su esposo. En cada una de ellas mostraba un recuerdo distinto: desde que eran niños, cuando se graduaron de la escuela, cuando Yuki ganó el concurso de música, su etapa como novios, la boda y los cumpleaños que pasaron juntos.

¿Cómo se superaba a alguien con quien viviste tantas cosas?

Al final terminó distrayéndose en lugar de pensar una estrategia para su plan y cuando se sentó a planificar vio una hoja arrugada en el suelo. Al desenvolverla observó que esta era una canción, escrita hace ya bastante tiempo, pero por lo que decía la letra no la había escrito Yoshida, sino su esposo.

No tenía una melodía escrita así que, tomando su guitarra, Ritsuka comenzó a improvisar, de verdad era una muy hermosa letra, pero toda su creatividad fue interrumpida por el rubio quien muy enojado se acerco amenazadoramente al chico.

— ¡¿Qué mierda crees que haces?!— Yuki era consciente de que el contrario no tenía la culpa de su dolor, pero era una persona con la que podría descargar toda su furia y frustración.

—Yo...yo...— no se dejaría acobardar, no lo haría, su padre no crío a un fracasado.

— ¡Vete ahora mismo! ¡Y no regreses!— tomando valor se le acercó un poco y con voz serena hablo.

— Vine porque quiero que toques en un show. La gente te esta esperando, aún tienes fans y mi banda podría tocar en un lugar importante si te presentas ¡Por favor! solo será una canción, se que sigues amando la música— aquello solo logró enfurecer más a Yoshida, quien esta vez agarró a Uenoyama del cuello de su chaqueta.

— ¡Jamás volveré a tocar! ¿Me oyes? ¡Jamás! Sin Mafuyu no podré. ¡Él era mi mundo y ahora no está! Nunca volveré a escuchar o tocar mis canciones—.

—Sé lo que estas sintiendo...te entiendo...— pero antes de poder seguir hablando Yuki lo interrumpió.

— ¡No sabes una mierda! ¡No lo sabes! solo eres un niñito mediocre que cree que se podrá beneficiar si yo toco en su estupido show ¡Olvídalo!— aquello mas que enojar a Uenoyama lo decepcionó.

—Si lo sé. Mi padre murió cuando yo era pequeño ¿Sabes? él era un fanático tuyo. Aprendí de música porque me mostraba tus canciones y soñaba con que algún día yo tocara contigo. Se decepcionaría de ver que así tratas a la gente que solo quiere apoyarte— dando un largo suspiro prosiguió— Perder a la persona que amas duele y mucho pero ¿Crees que Mafuyu querría verte así? Por lo que vi él amaba verte tocar. Le dolería saber que ya no lo haces. Buenas tardes— sin querer intentarlo más el azabache se fue de aquella cabaña. Lamentaba no haber cumplido con su palabra y perder todo aquel tiempo, pero ya no dependía de si mismo.

Mientras tanto Yuki buscó entre sus cosas un video que se rehúso a ver. Todo este tiempo no quiso aceptar que su esposo ya no estaba a su lado, pero sabiendo lo terco que era Mafuyu si lo viese así lo regañaría.

Tomando la cinta que guardó durante años la colocó en la vídeo casetera y observó en primera plana al amor de su vida en aquella horrorosa camilla de hospital.

— ¿Está grabando? Supongo que si. Bueno...Yuki...sabes que pronto me iré, el doctor ya nos dijo que no había retorno, no importa cuanto intentes buscar una solución.

No soy bueno con las palabras, sabes que el que mejor se expresa de los dos eres tú, pero no quería irme sin antes componerte una canción.

Te amo cariño, jamás abandones la música, ni siquiera cuando yo no esté o lo sabré y me enojaré mucho contigo.

Bueno...ahí va...no me gusta cantar solo...me gusta cuando tú tocas la guitarra pero sino no seria sorpresa—.

Las lágrimas descendían por el rostro de Yuki mientras sonreía nostálgicamente. A pesar de haber pasado 10 años, Mafuyu seguía teniendo un poder increíble en él.

Mientras tanto Uenoyama decidió sacar su guitarra y tocar la canción que encontró momentos atrás. Aquel bosque era inspirador y quizás la frustración que sentía se iría si tocaba el instrumento que su padre le regaló.

—Oye...la melodía no es así ¿Me la prestas?— no podía creerlo ¿Acaso estaba soñando?

—Si...—tenía a su lado a su mayor ídolo, volviendo a tocar música después de muchos años.

—Si tengo errores lo lamento, no he tocado en 10 años— ¿Eso significaba que lo ayudaría?

— Entonces... ¿Vas a tocar en el show?— ¿De verdad lo había logrado?

— Solo porque mi esposo se enojaría si se entera que traté a un fan de mala manera— luego de reírse ambos se quedaron allí, escuchando la canción que Mafuyu Sato había compuesto y que sin saberlo fue la salvación de dos personas.

Al día siguiente ambos emprendieron camino al lugar en donde se realizaría el concierto. La moto de Yuki iba rápido mientras Uenoyama pensaba en lo genial que era por haber logrado su objetivo.

Cuando llegaron, Akihiko y Haru no lo creían , allí estaba la mayor leyenda del rock, Yuki Yoshida, sosteniendo su vieja guitarra mientras Ritsuka los miraba con aire triunfal.

— Bueno, no hay tiempo que perder, debemos ensayar, Yuki sería un honor para nosotros acompañarte en una canción— Haru lo miraba emocionado mientras el rubio suspiraba. Ya se encontraba allí, debía tocar y volver a escuchar sus canciones, tal como le había prometido a Mafuyu el día anterior.

—De acuerdo. Gracias por incluirme en su show, su amigo es una molestia pero le estoy agradecido—después de que ensayaran la canción que presentarían la noche cayó dándoles la señal de que el show que estaba a punto de comenzar.

La gente aplaudía eufórica cada número musical, pero de verdad esperaban con ansias el cierre del espectáculo ya que todos anhelaban escuchar el regreso del gran guitarrista y cantante Yuki.

De vuelta al presente...

Debía apoyarlo, sabía que era difícil para él volver al escenario, por lo que reuniendo todo el coraje Uenoyama inició con un solo de guitarra y posteriormente Akihiko y Haru lo siguieron. La banda estaba dando todo de si pero esperaban que el rubio apareciera en escena.

—No puedo...no puedo...— sin embargo este estaba al borde de un ataque de pánico. Salir allí sería enfrentar la realidad, enfrentar que al mirar al publico Mafuyu no estaría, no sentiría el alivio que lo hacía sentir tranquilo cada vez que subía a un escenario. Su esposo se había ido.

—Yuki... estoy contigo...— de repente una suave brisa lo rodeó, como si una presencia lo estuviera rodeando con sus brazos. Era su pequeño, diciéndole que todo estaría bien, que seguía a su lado.

Así que, tomando su guitarra, salió a escena. Las personas gritaban y lloraban mientras la canción sonaba. Era una presentación perfecta a pesar de haber ensayado tan solo unas horas antes.

Cuando la misma terminó Uenoyama miraba con orgullo al cantante que años atrás disfrutaba de escuchar con su papá. Había vuelto.

— Gracias a todos por venir. The seasons son el futuro del rock, estoy seguro que llenaran cada lugar al que vayan. — pero allí no terminaría todo, aún tenía un asunto pendiente— quiero pedirles que me acompañen en mi ultima canción si no les molesta. — Obviamente los tres integrantes asintieron eufóricos y el Publico esperaba con ansiedad la canción que el rubio iba a elegir— Lo que voy a tocar a continuación fue escrito por mi esposo Mafuyu Sato, antes de irse de aquí. Él tenia un talento increíble, nunca se lo dije porque no era consciente de que lo perdería, pero quiero que todos ustedes la escuchen. El guitarrista aquí presente le hizo unos pequeños arreglos y estoy seguro de que les fascinara— Haru y Akihiko se miraron porque no tenían idea de a que se refería Yuki pero Uenoyama estaba muy ansioso de aportar su pequeño granito de arena en tan bella obra. Su padre desde donde este se sentiría muy feliz de aquello. Había cumplido su último sueño.

Las luces del escenario se volvieron tenues, la guitarra hizo su aparición y pronto la voz de Yuki Yoshida comenzó a invadir todo el escenario.

No tengo miedo, de nada en este mundo,

no hay nada que puedas ofrecerme,

que no haya escuchado ya.

Solo estoy tratando de encontrar,

una melodía decente,

una canción que pueda cantar,

en mi propia compañía.

Nunca pensé que fueras un tonto.

pero cariño, mírate,

tienes que pararte derecho,

y llevar tu propio peso,

estas lagrimas no van a ninguna parte, cielo.

Podía imaginarse claramente a Mafuyu escribiendo cada verso mientras el dormitaba a su lado en el hospital.No sé arrepentía de haberlo conocido, porque el castaño fue la mejor parte de su vida.

Tienes que recomponerte,

te has quedado atascado en un momento,

y no puedes salir de el.

Oh amor, mirate ahora,

te has quedado atascado en un momento

y no puedes salir de el.

Cuando Akihiko y Haru captaron la esencia y el ritmo de la canción, se unieron para darle más vida. Las personas se mantenían quietas, escuchando cada palabra que Mafuyu escribió.

No abandonaré los colores que traes,

las noches que llenaste de fuegos artificiales, te dejaron sin nada,

todavía estoy encantado,

por la luz que me trajiste.

Escucho a través de tus oídos,

a través de tus ojos puedo ver,

que tú eres un tonto,

por preocuparte como lo haces.

Recordaba las veces que Mafuyu se puso a llorar por sentirse una carga, un estorbo, una molestia, pero él prefería mil veces tenerlo que perderlo.

Se que es difícil,

nunca puedes tener suficiente,

de lo que realmente necesitas ahora.

Oh mi amor,

tienes que recomponerte,

te has quedado atascado en un momento,

y no puedes salir de el.

Oh amor, mírate ahora,

te has quedado atascado en un momento

y no puedes salir de el.

Y a medida que cantaba aquella canción fue siendo consciente de que su esposo la compuso para él sabiendo lo que pasaría, para darle fuerzas en sus oscuros momentos, cuando lo necesitara, cuando lo extrañara. Hasta en eso pensó antes de irse. Realmente era una persona increíble.

Estaba inconsciente, medio dormido,

el agua es cálida hasta que descubres su profundidad.

No estaba saltando, para mi fue una caída

Es un largo camino hacia abajo, a nada en absoluto.

Con aquel párrafo sabía que se estaba disculpando aunque la enfermedad no fuese su culpa. Recordó por última vez ese día en donde Mafuyu supo que ya era momento, por lo que le pidió que se quedara con él hasta dormirse. Por lo tanto, se quedó al lado de su esposo mientras este le acariciaba la cabeza hasta que ya no pudo. Las lágrimas inevitablemente amenazaron con salir.

Tienes que recomponerte,

te has quedado atascado en un momento,

y no puedes salir de el.

Oh amor, mírate ahora,

te has quedado atascado en un momento,

y no puedes salir de el.

Cuando la canción acabó Yuki sonrío, porque en el medio del publico pudo ver a su esposo orgullosamente aplaudiendo y luego se esfumó como la brisa.

Lo mismo le pasó a Uenoyama, quien sintió como una calida mano se apoyaba en su hombro y luego se iba. Sabía que era su padre estando con él en uno de los momentos más importantes de su vida.

Ambos podrían seguir adelante, tanto Yuki como Ritsuka, porque ahora estaban seguros de que sus personas especiales siempre estarían en sus corazones, presentes, ayudándolos a seguir adelante.

Les dejo la canción que compuso mafuyu xD es que me pareció excelente. Los amo <3

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