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welcome to thanksgiving

Faith dejó al pequeño Enzo al fin dormido en la cuna y salió de la habitación para poder seguir terminando la cena de acción de gracias, pero se topó con un hedor a quemado. A pavo quemado para ser exactos, por lo que corrió a la cocina y se encontró con su primo Griffin intentando alejar el humo y sacando el pavo echado a perder del horno.

—¡Tenías solo un trabajo, Griffin!—le gritó Faith apenas notó que su primo ya había dejado el pavo en la encimera.— ¡Te dejé cuidando de Enzo mientras yo terminaba con el pavo y dejaste que el pobrecito niño se pellizcara los dedos con la puerta! ¡Luego no supiste calmarlo y me tocó a mí ir a solucionar tus problemas!—se quejó aún en gritos. Llamaron a la puerta, pero Faith lo ignoró. Y si ella no se encargaba, nadie iba a hacerlo, pues los abuelos, las tías y los primos que estaban ya presentes, se encontraban en el patio trasero con música a todo volumen, los tíos aún no habían llegado de su visita al supermercado por cervezas, y varios familiares aún faltaban por llegar.— ¡Te pedí que estuvieras al pendiente del pavo! Griffin... Te dije que en siete minutos apagaras el horno... ¡Ya va media hora! ¡Me tardé todo ese tiempo durmiendo a Enzo y tú, que solo tenías que apagar el maldito horno, no pudiste hacerlo! ¡Ya no hay pavo por tu culpa!

—¡Lo siento!—se disculpó, y en el fondo aún se escuchaba el timbre sonar.— ¡Es que me distraje!

—¿Estuviste distraído por media hora? ¿No sentías el olor al pavo quemado?—cuestionó. El timbre seguía sonando, haciendo a Faith estresarse más.— ¡Que alguien vaya a abrir esa maldita puerta!

—Yo iré. —dijo Griffin intentando irse, pero su prima lo tomó por el brazo.

—¡Tú no vas a ningún lado, Griffin! ¡No hemos terminado esta conversación!—lo detuvo, para luego apaciguar el tono de su voz al ver a su sobrina Chloë pasar cerca a la cocina.— Princesa, ¿podrías atender la puerta?

La niña asintió con una sonrisa y obedeció, mientras que Faith seguía gritando a Griffin.

—¿Y qué vamos a comer, ah? ¡Es acción de gracias y no hay pavo, idiota!

—Puedes... Hacer otro pavo... —propuso.

—¡Qué descarado eres, Griffin! ¡Voy a matarte!—vociferó acercándose a él. Su primo salió corriendo y ella lo perseguía por toda la sala de la casa.— ¡Arruinaste acción de gracias! ¡Tardé tres días preparando el pavo y tú tardaste media hora...! ¡Media hora echándolo a perder!

—¡Te dije que lo siento, Faith! ¡Dime qué hacer! ¡Prometo que voy a compensarlo!—se disculpó por milésima vez, tomando aire mientras veía a su prima mirar alrededor.— ¿Ya estás calmada?

Una muy alterada Faith O'Connor se topó con una de las pistolas Nerf de sus sobrinos y le apuntó a Griffin, disparándole en el lugar donde ningún hombre quiere recibir un golpe. A los segundos, soltó un alarido y se tumbó al piso para retorcerse de dolor.

—¡Arruinaste mi pavo!—le gritó de nuevo, dejando a la pistola de juguete caer al suelo y corriendo otra vez hacia su primo, a punto de saltarle encima y golpearlo de nuevo.

—¡Va a matarlo!—chilló Freya preocupada junto a su novio. Había logrado presenciar toda la escena, pero le había parecido divertida e inofensiva hasta que vio cómo una bala de goma espuma impactaba en la entrepierna de Griffin.— ¡Haz algo!

—¡Faith, tengo toda una vida por delante!—exclamó Griffin, haciéndose bolita y cubriendo su cara con sus brazos.

Faith, quien estaba a muy poco de caer encima de su primo, fue atrapada por unos brazos que ella desconocía, pero eso no le evitó forcejear. En vano, cabe aclarar.

—¿Qué vamos a cenar ahora?—le cuestionó ella a su primo, aún forcejeando e ignorando a quien la tenía atrapada.— ¡Porque no voy a hacer otro pavo, Griffin!

—Nos comemos ese, ¿sí? Le quitamos lo quemado y... —dijo, para poco a poco reincorporarse, pero siendo interrumpido por la sorpresa.— Y...

—¿Cómo que "Y"? Te diré qué "Y"... ¡Y te voy a hacer tragarte todo lo quemado del pavo, idiota!

—Y... El Capitán América.

—¿De qué diablos hablas, Griffin? ¡Ni siquiera el Capitán América va a evitar que te dé la paliza de tu vida por quemar mi pavo!

—Yo creo que sí lo voy a evitar. —por primera vez habló, dejando a Faith atónita, palideciendo de la vergüenza. Sabía que era él, pues esa voz la reconocería donde fuera.

Ella miró a Griffin, quien observaba al actor con sorpresa. Una sorpresa de la misma magnitud que la vergüenza que sentía su prima Faith en ese momento.

En eso, sintió los llantos del pequeño Enzo de dos años, y se fue a la habitación en donde estaba para evadir la embarazosa situación y calmar al niño.

Lo sacó de la cuna y lo cargó en brazos, arrullándolo para que dejara de llorar, y que al cabo de un par de minutos funcionara. El bebé apoyó su cabecita en el pecho de Faith a modo de abrazo y se quedó quieto, dándole pase para salir del lugar.

—¡Qué lindo está mi pequeño!—exclamó Freya con emoción al ver al niño.— Hola, mi amor...

La chica quiso cargar al pequeño, pero él en respuesta se aferró a su madre.

—Está de mal humor... En un ratito se le pasa y será todo tuyo. —le dijo Faith con una sonrisa, dejando un suave beso en la cabeza de su hijo.

—¡Lo había olvidado! Chris, esta es Faith, mi prima, de la que te hablé... Y Faith, este es Chris... —presentó.— Pero obviamente ya sabes quién es... ¡Es mi novio!

Él le ofreció la mano a Faith, que la aceptó aún con sorpresa. —Es un gusto conocerte.

—El gusto es mío. —habló él, sentándose junto a ella para mirar al bebé que cargaba en brazos.— Este debe ser Enzo...

—Así es. —confirmó ella con una sonrisa, viendo a Chris, que picaba los costados del niño, haciéndolo reír.— Le caes bien a este odioso chiquitín...

—Ay, ¿por qué le dices así?—preguntó él riendo.

—Es que a Enzo no le agrada casi nadie. Solo se lleva con quienes ve muy seguido. —explicó Freya.— Y nosotros dos tenemos como seis meses sin vernos, seguro me odia de nuevo.

—Hola, Enzo... Soy Chris.

—Cariño, dile hola a Chris.

—Hola. —dijo el bebé, haciendo a Chris reír.

—Vaya. —sonrió Faith al ver a su pequeño niño lanzarse al hombre a su lado soltando sonoras carcajadas.

—Debo hacer un video... Le caes bien a mi sobrinito, es toda la aceptación que necesitas en la familia O'Connor. —comentó Freya con una grande sonrisa y comenzando a grabar a su novio, que le hacía cosquillas a Enzo.

Segundos más tarde, cinco niños pequeños se pusieron frente a Faith, Freya, Enzo y Chris. Kevin y Andy de doce, Via de diez, y Nick y Matt de ocho.

—¡Wow!—exclamó Matt.— ¡Sí es!

Todos los niños gritaban de emoción y se acercaban a Chris, en su momento de grandes fans del Capitán América.

—Creo que tendrás que darme a Enzo, porque estos niños no te van a dejar en paz. —comentó Faith, haciendo a Chris sonreír y recibiendo al pequeño ojiazul.— Enzo, ¿quieres chocolate?

—Sí, mami. —respondió.

Enzo hablaba muy bien para su edad. Demasiado, podría decirse. Mer, la madre de Faith, le decía que ella también habló a muy temprana edad cuando era una bebé, y en su familia siempre decían que eso lo explicaba todo.

El pequeño caminaba de la mano de su madre, que se agachaba para poder estar a la altura necesaria para que Enzo no estuviera incómodo.

—¿Quieres el azul o el verde?—le preguntó al niño mostrándole dos chocolatinas tras abrir el refrigerador.

—Azul. —contestó, señalándole la verde.

—Esta es la verde y esta la azul. —lo corrigió tras reír.— A ver, ¿cuál es esta?

—Azul. —señaló la correcta, para luego señalar la otra.— Verde.

—¡Muy bien!—felicitó con una sonrisa, aplaudiendo al pequeño.— Aplausos para ti, Enzo... Eres un niño muy inteligente.

El pequeño aplaudió riendo y recibiendo el chocolate que le dio su madre.

—Toma este y dáselo de regalo a Chris, cariño. —le pidió, entregándole la chocolatina azul.

El pequeño llegó a Chris, y le entregó la chocolatina azul, para luego irse sin más. Él sonrió abriéndola y dándole un mordizco.

—¡Está muy rica, Enzo! ¡Gracias!—habló, llamando la atención del niño que solo le sonrió para volver a su mamá.

—Vamos afuera, Enzo. —dijo Faith, cargándolo en brazos y saliendo al patio trasero con él para sentarse junto a su tía Sarah.— Tu hijo Griffin arruinó mi pavo, tía.

—¿Qué dices?—preguntó con sorpresa y preocupación al tiempo.— ¿Y ahora qué cenaremos?

—Me encargué de toda la cena de este año... Trabajé por días en ese pavo, así que no pienso solucionar nada. —respondió abriendo su chocolatina roja.— Espero que tu hijo arregle lo que arruinó, porque yo no tengo problema en acaparar todo el pollo Cordon Blue, el puré y la ensalada para Enzo y para mí. Y para Freya y su novio, porque cielos, cuando lo veas quedarás en el otro lado... Y no pienso hacer a Freya sufrir por arruinarle acción de gracias al tipo más perfecto del mundo.

—¿Su novio es Robert Pattinson? Lo amé en Crepúsculo.

—No, mucho mejor. ¿Cierto que sí, Enzo?

El niño sin prestar mucha atención a su madre solo la miró a ella y luego a su tía para asentir. —Sí.

—Ve a conocerlo, está siendo atacado por Kevin, Andy, Via, Matt y Nick. —dijo.— Y tía... Soluciona la cena o todos se quedan sin comida.

—Vale, hablaré con tu tío. —obedeció yéndose.

Faith abrazó al pequeño Enzo, que estaba acostado en su pecho mientras se terminaba su chocolate.

—¡Enzo!—gritó Collin, el padre de Faith.— ¡Mi pequeño niño, qué guapo estás!

—¿Estás borracho?—le preguntó su hija al verlo acercarse al niño y cargarlo en sus brazos.

—No aún. —contestó jugueteando con el bebé.— Luego de tu pavo... ¿Está lista la cena ya? Tenemos hambre.

Se señaló a sí mismo y a los otros tíos de Faith: Will, Charlie y George.

—Dile al tío Charlie que le pregunte a su esposa y a su hijo Griffin por la cena. Yo ya me exoneré de toda responsabilidad.

—¿Qué le pasó a mi pavo, Faith?

—Griffin le pasó. —respondió soltando un suspiro.— Lo dejé cuidando al bebé y luego el niño se pellizcó los dedos con la puerta y estaba inconsolable. Tuve que encargarme yo de él y le pedí a Griffin que sacara el pavo del horno en siete minutos. Dejó quemar mi pavo. Tres días de trabajo fueron arruinados en treinta minutos...

—¿Y por qué razón sigue vivo?

—El novio de Freya evitó que lo matara... Es muy convincente.

—Seguramente te tuvo que atrapar. —ella asintió.— ¿Sabes? Siento que lo he visto en algún lado... Se parece a alguien...

—¿A quién?—preguntó con diversión, esperando la respuesta.

—Al tipo de la película de la niña que tu madre y tú ven todo el tiempo.

—¿Hablas de Frank Adler de Gifted?

—Supongo. —se encogió de hombros y le dio un gran beso a Enzo.

—Pues es él. El actor es el novio de Freya.

—¿No eras tú la que estaba obsesionada con él?—preguntó despreocupado mientras le daba vueltas a Enzo.— Incluso elegiste al tipo que se parecía a él, que no tenía antecedentes y era el mejor de su clase. Y también tocaba el piano.

—Sí, bueno, tú debes prometerme que no le dirás eso a él.

—Tal vez Freya ya se lo dijo. Y si no, lo hará Meredith en cualquier momento. —mencionó.— Recuerda que tu madre es la bocazas, no yo.

—Más vale prevenir que lamentar... Tal vez se te salga y prefiero que no pase. Evitar esa humillación sería bueno, porque su primera impresión de mí solo le dio a entender que soy una desquiciada.

—Pues es nuestro pavo. No puede culparte.

—Yo estoy agradecida por la hermosa familia que he construído. —habló la abuela, haciendo a todos sonreír.— Robbie, tu turno.

—Yo estoy agradecido por mi salud y la de mi familia... También porque Jane y yo hemos tenido la fortuna de vivir un año más junto a nuestros hijos y nietos. —agradeció Robert, el abuelo.— Freya, te toca a ti.

—Yo estoy agradecida por mi trabajo, mi familia, y porque tuve la oportunidad de presentarles a Chris. —siguió ella.— Chris, tu turno.

—Yo estoy agradecido por mi familia, mi trabajo, por Freya, y por ustedes, que me han acogido muy bien el día de hoy. Y por Faith y su deliciosa cena. —continuó él para luego mirar alrededor de la mesa y hacerle un gesto a una sonriente Faith.— Faith... Tu turno.

Ella sonrió. —Yo estoy agradecida por mi pequeño Enzo y porque va a seguir creciendo en una familia tan hermosa como esta. —le dio un beso al niño sentado en su regazo.— Enzo, ahora tú vas a decir de qué estas agradecido.

El niño miró a todos y se escondió en su madre, haciendo a todos reír. —Por mami.

Todos lo miraron enternecidos y Faith le dio un beso en su cabeza.

—Cariño, ¿quién quieres que siga?

—Nana. —contestó, refiriéndose a su abuela Meredith.

—Yo estoy agradecida por mi negocio, por mi nieto Enzo, por mi hija Faith, y por mi esposo Collin. Y porque hemos tenido un año maravilloso sin problemas y lleno de salud para todos. —continuó.— Te toca a ti, Collin.

—Yo estoy agradecido por la cena de Faith. Will, tu turno. —dijo. Meredith lo miró mal y él suspiró con molestia.— Vale, también por Enzo.

—Vaya, Enzo... Todos aquí te aman mucho. —sonrió la abuela Jane, haciendo reír a todos.

Toda la familia dio las gracias por distintos aspectos de sus vidas durante el año que había pasado, para que luego todos se retiraran de la mesa a seguir con la celebración en el patio trasero, a excepción de Faith, que fue con Enzo a su habitación para dormirlo.

Al rato salió y se unió a su familia, que le contaba a Chris embarazosas historias de la infancia de Freya. Y que de un tiempo en adelante involucraban a la prima Faith, quien la ayudaba a escabullirse para salir a fiestas y le presentaba a sus amigos.

Cuando se hicieron las tres de la madrugada, cada quien comenzó a retirarse, hasta que solo quedaban los abuelos Robert y Jane, los padres de Faith: Meredith y Collin, Faith junto a un Enzo ya dormido, y Freya junto a Chris que se quedarían a dormir en esa casa.

Robert y Jane no querían vivir solos sus últimos años de vida, pero tampoco querían vivir con sus familiares, por lo que dejaron su casa a su hijo mayor: Collin, y fueron a vivir a un ancianato, pero salían en la época de fiestas, por lo que se quedaban en la enorme casa O'Connor. Y Faith había vuelto a vivir con sus padres, pues necesitaba ayuda con Enzo y su madre muy gustosa se ofreció a cuidarlo mientras ella trabajaba y de paso ellos iban a hacerles compañía.

Chris y Freya se instalaron en una habitación juntos para dormir mientras hablaban sobre aquel día, lo bien que la habían pasado, y lo felices que estaban por haber pasado la prueba de la familia O'Connor. Y sobre lo mucho que a Chris le había gustado conocer al pequeño Enzo.

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