Capítulo 6:
Narradora:
Al dia siguiente tenía que admitir se sentía en una dimensión alterna. Ya que era extraño que el azabache respetará su espacio personal y que se comportará de forma amable; tanto que comenzaba a asustarle, ya que ese tipo de acciones no eran normales en aquel chico tan terco. Aunque quizás se debia un poco a la platica que este había tenido con Trevor, tenía que admitir que por eso amaba a su hermano mayor, negó repetidas veces mientras se daba algunos golpecitos en la mejilla. No habia hablado con el ya que se sentía un tanto incómoda y quizás por ello ahora que ambos se encontraban en la biblioteca buscando información sobre parábolas filosóficas que necesitaba la chica para interpretar a Shinji Ikari, habia procurado que las cosas no se tornaran incomodas. Pero simplemenre las palabras se quedaban atascadas en su garganta, como si se estuviese ahogando con un hueso de pollo, dejando escapar un pesado suspiro mientras cerraba el libro que se refería al dilema del erizo, mientras jugaba nerviosamente con sus manos antes de mirar al chico tratando un poco de saliva ya que digamos que ahora tenía un poco de miedo ante sus radicales cambios de actitud. Pero al saber como defenderse no sería del todo difícil propinarle un buen golpe si se descontrolaba o pasaba sus límites nuevamente; pero sentia que algo había cambiado con respecto a su forma de ver al chico, ya que no se sentía capaz de golpearlo como la primera vez en la que se conocieron. Obviamente ella no era la típica rayita de los fanfics y tampoco quería serlo, pero aquel chico le hacía contradecir sus ideales y era Tris Prior. Este chico sería su fin y lo sabía desde el momento en el que lo conoció.
—Haru...—murmuro llamando la atención de su contrario mientras recargaba su menton sobre su mano—... eres tan amable que das miedo...—el alzó una ceja sin comprender—... ¿Que es lo que pretendes?
Ladeando la cabeza de aquella forma tan jodidamente tierna el joven de brillantes cabellos a zabaches, pareció meditar un par de breves segundos aquella pregunta como si se tratase de una de esas preguntas que ni la ciencia puede responder. Lastimosamente al final solamente esbozó una sonrisa mientras se acomodaba bien en el asiento... antes de recostar su cabeza sobre la mesa.
—Respetar tu espacio...—respondio casi en un susurro—... creo que para eso están los amigos y me costó un poco comprenderlo.
Su actitud era tan alegre y dulce que simplemente presentía que las cosas no terminarían bien. Pero simplemente dejo escapar una carcajada ante aquella respuesta antes de cubrir su boca ante la mirada llena de enojo de la bibliotecaria. Que podía infundir miedo hasta en el más valiente de la escuela.
—¿Trevor te lavo el cerebro?—pregunto _______ mientras intentaba no reírse nuevamente.
Este negó repetidas veces mientras se tensaba un poco, al parecer la charla que tuvo con su hermano lo había aterrorizado un poco. _______ no lo culpaba ya que era un don que tenían los Giambrone sobre las personas, era como algo de familia saber cuando ser persuasivos o generar respeto. Lo cual le hizo pensar que sería una buena idea vestirse como Nagisa Shiota y Karma Akabane. Aunque el problema sería que su hermano no tenía la estatura de Karma ya que este media 1.66 y ella por su parte cumplía con la estatura de Nagisa 1.60 [Pero de adulto] intento no reírse y noto que el chico pensaba en sus palabras, siendo sincera no entendía como de estar pensando que el chico de había golpeado la cabeza. Paso a pensar en el tomate parlanchin y en el chico de género dudoso.
—Sólo me hizo notar que... tengo que darte tu espacio o...—se quedó en silencio por un momento—... terminaré por dormir con Nemo y Sebastián.
Tenía que admitir que Haru era un poco tierno, porque noto la entonacion del chico entre cada palabra, su hermano había logrado imponer algo de terror en el apesar de que Haru era más alto que su hermano. Incluso más alto que ella, negó con la cabeza mientras se levantaba tomando los libros que se encontraba leyendo minutos antes de caminar hacia uno de los estantes cercanos colocandolos ahi sin respetar el orden. Había tomado una decisión, pero tenía mantenerse firme para hablar después con el y plantear sus limites. Cuando regreso a la mesa tomó sus cosas resiviendo una mirada llena de confusión de parte del chico.
—Vamos por esas monjas que tanto querías...—murmuro—... solo espero que no me lleves a una iglesia a secuestrar monjas.
—¡¿Enserio?!— exclamó en voz alta olvidando por completo el lugar donde se encontraban—...y claro que no secuestraremos monjas... ¿Por quien me tomas?
—You're Stubborn boy...—respondio la joven en su idioma natal.
La más baja le regaló una sonrisa, que se borró al ver que la bibliotecaria se acercaba a grandes sancadas con un aura asesina. Recibieron un gran regaño de parte de esta antes de ser echados a patadas del santuario de loa sofistas.
⚫ ⚫ ⚫
—¡Monja!, ¡Monja!...—exclamaba el chico de forma alegre mientras avanzaban por la poco transitada calle—...debes de tener hambre para haber aceptado ir por monjas. Aunque tambien posiblemente me perdonaste.
La azabache de orbes marrones no tardó en reír a carcajadas, sujetando su estómago al imaginarse a un montón de monjas lanzándose de un techo... lo cual le hizo recordar la animación de Broken Unit en la que el personaje principal pensó que una chica lo invito a su iglesia a llorar; aunque esta realmente lo había invitado a orar, pero ese no era el caso. Pero si una situación parecida ya que sus ojos lagrimearon un poco y las costillas le dolieron un mientras se detenía ocultando su rostro en el brazo del mas alto. Viéndolo bien ambos tenían la altura de Karma Akabane y Nagisa Shiota. Lo cual hizo que dejará de reír mientras hacia una mueca separándose de su contrario al sentirse un maldito pigmeo. Aclaró su garganta cuando se relajó antes de hablar.
—Lo siento... imaginé a monjas voladoras...—admitió avergonzada mientras intentaba no seguir riendo—... y siendo sincera; terminaré por engordar si sigo aceptando tus invitaciones a comer después de pocas aventuras.
Por un momento fugaz, noto un brillo en la mirada del más alto. Provocando que un escalofrío se extendiera por cada célula de su cuerpo al sentir que algo saldría mal ante aquella mirada y sin duda alguna no se confundía. Ya que en un breve instante se vio nuevamente levantada por el cuello de la camisa, mientras sentía la respiración del contrario chocar con la suya, pero no pudo reaccionar ya que los calidos labios del chico se posaron sobre los suyos, queria morir al haber tenido grandes expectativas de como seria su primer beso. Ya que los besos suelen ser románticos en la mayoría de los libros juveniles; pero en su caso al no saber como corresponder sólo se quedó estática. Hasta que el se separó dejando un cosquilleo en sus labios, podía sentir incluso el sabor del enbriagante perfume de su contrario, podía asegurar que tenía saliva ante los labios húmedos de su contrario que parecía no tener la misma reacción que ella.
—¿Porque mi corazón no se acelera?—pregunto este mientras actuaba como si nada hubiese pasado.
Provocando que la más baja de molestase golpeandolo nuevamente en la entrepierna. Ganándose un grito de dolor de parte de este, un aura un tanto oscura se formó al rededor dé _______ asustando a Haru al recordar al hermano mayor de esta. Ambos hermanos eran parecidos y tenían los mismos gestos al molestarse, esta vez fue el turno de la chica para tomar al contrario por el cuello de la camisa. De forma algo cómica.
—Si valoras tu vida... no vuelvas a besarme sin mi concentimiento—advirtió relajandose un poco ante la preocupación de este—... por lo menos invitame a una cita de verdad si quieres un beso.
Lo soltó golpeando levemente las mejillas de su contrario, provocando que nuevamente los colores subieran al rostro del joven. Mientras que la joven se apartaba sintiendo alivio al saber que el chico no había sentido nada con aquel beso que le robo. Pero una parte de ella no sentia eso y sólo limpio sus labios mientras continuaba avanzando sin mirar al chico. Sólo quería terminar con todo aquello para poder regresar a casa y pasar tiempo con el amor de su vida; la sexy cama que siempre lograba hacer su trabajo de redacción más ameno al poder sentarse sin ningún problema a a trabajar durante largas horas.
—Camina Haru... tengo tarea que hacer o mi madre me mata...—murmuro mientras temblaba fingiendo un poco—...me amenazó con no dejarme salir de casa si no hago los tareas y las entregó.
Algo temeroso el chico siguió el paso mientras evitaba acercarse mucho. Había aprendido algo valioso.
《Los Giambrone tienen caracter》
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El embriagante aroma que se extendía a través de cada rincón del restaurante había terminado por cortar su apetito. Mientras movia de vez en cuando la comida en su plato que se conservaba intacta desde que llegó su pedido, por primera vez desde que salía de paseo con el chico de hebras incontrolables. Un largo suspiro se atrevió a escapar de sus labios rompiendo el silencio que se había generado entre los dos desde que llegaron al establecimiento. Era extraño pero; en cierta parte ella tenía miedo de decir algo y lastimarlo, puesto que aquel beso le había afectado al no cumplir con sus expectativas de lo que sería un buen beso. Pero era de esperarse ya que estaba en el mundo real y las cosas no siempre resultan como lo queremos, era algo que tenía presente pero eso no evitaba que sintiera asco por las emociones y pensamientos un tanto locos que pasaban por su joven e inexperta mente de adolescente. Analizó con calma la palabra que definía la época en la que se encontraba y por alguna razón pensó en el estofado de pollo que su padre solía comprar cuando venía de sus viajes de negocios. Pensó en varias cosas hasta que dejo escapar un suspiro resignandose a comer aquella comida, para no parecer mal educada. Al parecer no fueron a buscar monjas a una iglesia ya que el platillo que habían comprado se llamaba Monjayaki, algo parecido al okonomiyaki. Las comidas japonesas tenían nombres extraños pero algunas sabían realmente bien y agradecía no haber sido un poco exagerada y animarse a probar aquel platillo. Por un momento olvido la razón por la que se sentía incómoda mientras comía en silencio mirando de reojo al chico que al parecer había terminado su plató mientras observaba a la chica.
—Parece que si tenías hambre...—comentó el joven al notar que comenzó a engullir su plato—...sabes esta es la mejor comida que he probado... aunque todo sabe mejor cuando estoy a tu lado.
Trago el bocado de comida mientras intentaba no toser, observando de reojo la parrilla que se encontraba sobre la mesa. Nuevamente se sintió incómoda ya que realmente lo quería pero ya lo sabía que pensar o sentir. Se negaba a enamorarse de el porque el le traería problemas, era obstinado y peor que un niño pequeño, su mente no podría soportar más sin llegar al colapso al no entender sus emociones. Nunca las lograría entender del todo al no recibir cariño de pequeña, digamos que la única que la abrazaba era su abuela, la cual ya no se encontraba con vida. Si figura materna se había ido y con ello sus ganas de intentar ser normal, aunque ella sabía que nunca lo sería al no querés seguir al sistema y ser como las chicas de esos libros que acostumbraba leer, lo único que nunca pensó era encontrarse con un chico que terminaria por arruinar su sedentaria vida repleta de varios problemas existenciales meramente basados en los complejos a los que se negaba creer que tenía. Continuaba comiendo sin decir nada hasta que dejo el plato vacío tomando un trago de aquel refresco de limón que se encontraba en la mesa.
—Es que... no desayuné...—admitió en voz baja—...gracias por la comida Haru y perdón por el golpe de hace rato; realmente me tomaste por sorpresa y espero que eso no se vuelva a repetir porque es bastante incómodo besar a tu mejor amigo.
Así es... lo había dejado en la Frienzone por el momento ya que tenía que conocerlo más, aunque una parte de ella comenzaba a sentirse atraída por aquel chico y sabia que no podría negar sus sentimientos un día de estos, no después de que se encontrase pasando más tiempo con el. Esperaba una respuesta de parte del chico pero sólo se ganó una sonrisa de parte de este mientas acariciaba su cabeza, mirándola de aquella forma tan enternecedora que conquistaria el corazón de cualquier chica [eso no se puede negar]
—No tienes porque disculparte... al contrario; olvidé lo del espacio personal—al parecer el intentaba animarla—... no se volverá a repetir... no hasta que conquiste tu corazon.
—y... nunca cambias Haru...—murmuro mientras hacia una flor con la servilleta—... espero que nunca lo hagas y si lo haces que sea por ti mismo. Porque se que no haces cosas malas a propósito.
El sonrió mientras miraba como la chica doblaba con destreza la servilleta y cuando tuvo una flor lista la coloco en el cabello del chico.
—¿Puedes ayudarme con la tarea?—digo la joven—...las matemáticas no son mi fuerte y con trabajos logró sobrevivir por milagro.
El asintió mientras llamaba al mesero para pagar la cuenta... después de todo la chica pese a sus pensamientos algo negativos comenzaba a sentir que podía pasar más tiempo con el chico siendo tolerante.
Quería aclarar eso de una vez.
La ardilla actualizó.
Es un milagro... pero lo hizo después de un largo tiempo de tareas y flojera.
¿Que tal el capítulo?
¿Algún arreglo?
Firma: Ardilla.
6/10/2018
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