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02. starling city


・:*:・゚☆∥ 02. starling city

❝ but I'm closer than I was yesterday.❞ *

NUEVE MESES DESPUÉS

DISPARO TRAS DISPARO IMPACTABA TODO, menos el blanco. Morgan tomó el arma con más determinación, introduciendo un nuevo cartucho en él. Estiró sus brazos para volver a poner su objetivo en la mira y disparó nuevamente, pero lo único que logró fue dar cerca de ese tentativo círculo rojo. Ladeó la cabeza con una mueca, sólo para encontrarse a un hombre de mediana edad observándola atentamente. Esto solo hizo que su sangre hirviera más. ¿Qué demonios miraba?

            Con un suspiro derrotado, enfundó su arma y salió del pentágono desviando la mirada de cualquier persona que pudiera cruzarse en su camino. Entregó sus gafas junto con sus orejeras de protección y agradeció a la amable mujer que la había atendido. Irónico que ella frecuentara ese lugar para relajarse y ahora se marchaba con un terrible mal humor. 

            Después de lo que pareció una eternidad recorriendo todo el estacionamiento, finalmente pudo dar con su coche, refugiándose en él. El fuerte dolor que había pulsado en su cabeza desde el momento en el que había abierto los ojos esa mañana no hacía más que crecer y crecer. Morgan sobaba sus sienes fuertemente con los dedos, como si eso fuera a ayudarla. Hacía imposible ponerle atención a cualquier cosa. No paraba de tener todo tipo de malestares durante el día, era ridículo. Migrañas, náuseas, desmayos, reacciones alérgicas en la piel, de todo. Ella culpaba al accidente, aunque sus doctores le aseguraban que todo estaba perfectamente bien con ella.

            A tientas estiró su mano para buscar dentro de su bolso el bote de aspirinas que había llevado consigo en la mañana. Echó una a su mano y se la pasó con un gran trago de su botella de agua. Cuando estaba a punto de encender el coche, visualizó al mismo sujeto que la miraba dentro del pentágono. Estaba parado unos coches más lejos, completamente vestido de negro y mantenía esa bizarra apariencia que la incomodaba. ¿Por qué la seguía tanto? ¿Cuál era su problema?

            Odio a los hombres, pensó para sí misma más motivada que antes de salir de ahí. Podría estar viviendo en una ciudad distinta, pero la testosterona parecia funcionar igual.

            La explosión del acelerador de partículas lo había cambiado todo. Morgan había despertado tres meses después en un hospital de Starling City sin una jodida idea de lo que había sucedido. En adición, el suceso no solo había devastado a Morgan, sino que a Central City por completo también. En medio del caos, su madre había arreglado su transferencia a Starling City, donde su tía podría cuidar de ella para no "dejar a su hija desolada". ¿Por qué no cuidarla ella misma? Pues porque Angelique todavía tenía que encargarse de negocios importantes en Francia, por lo que pareció la mejor opción ante la posibilidad de perderla. 

            Que despertara por sí era un milagro. Su historia clínica en esas doce semanas había sido algo que ningún doctor podía explicar. Peor aún, las consecuencias siguientes a su despertar tampoco parecían recibir respuesta. ¡Oh! Y ahora tenía una nueva cicatriz que le atravesaba la palma de la mano izquierda, cortesía del celular que estaba sosteniendo esa noche. Éste había explotado en su mano, dejándole una fea, hinchada y rosada cicatriz que por más cremas que se pusiera, ésta no parecía minimizarse. La detestaba. 

            Respecto a Miles Gold, el sucio perro infiel había pagado por el dermatólogo que trató su mano y le compró el desayuno por semanas hasta que Morgan se animó a dirigirle la palabra. Por largos nueve meses trabajó en ganar su confianza nuevamente, formando una extraña amistad que parecía funcionarles. 

            Por otro lado, vivir con su tía Celine no era tan malo. . . O mínimo no lo era a propósito. Apreciaba mucho todo lo que había hecho por ella. Aun así, se sentía demasiado mayor como para seguir bajo su cuidado. Sí, estuvo en coma tres meses. Sí, se destrozó gran parte de su mano. Sí, tenía un montón de síntomas raros e inexplicables. Sí a todo eso, igual no restaba que pudiera cuidarse sola.

            Ajustarse a Starling City no fue tan difícil como Morgan pensaba, sin embargo no terminaba de sentirse correcto. Se seguía sintiendo ligada a Central City. Cuando despertó de su coma, el mundo siguió avanzando con su paso usual, pareciendo querer dejar en el olvido la noche del incidente. Morgan no podía regresar a lo que ella solía considerar normal, porque ella se sentía diferente en maneras que no podía llegar a explicar. Era un sentimiento lo suficientemente pequeño como para pasar desapercibido, pero lo suficientemente significativo como para cambiarlo todo. Por meses, Morgan siguió de cerca los sucesos de su antiguo hogar, dándose cuenta que no solo ella había cambiado; Central City tampoco parecía ser la misma. El incremento de sucesos inexplicables había aumentado considerablemente. Aparecían como un susurro en un principio hasta que la suma de estos eventos generaba un ruido que no se podía ignorar.

            Y necesitaba visitar a Henry, porque si no el fantasma de su padre la perseguiría por siempre en reproche. Además de que llegaba a extrañar profundamente sus visitas. 

            También quedaba el misterio de quién era "E". La pequeña nota todavía seguía grabada en su mente. Agradécemelo después. Nadie supo darle ninguna información sobre quién lo había dejado y tampoco parecía importarles. En lo que a todos concernía, ésta podría haber sido una broma o alguna equivocación.

            Soltó un gruñido nuevamente con el dolor haciéndose más insoportable. Supo que no podía seguir manejando, cuando las esquinas de su vista panorámica comenzaban a difuminarse dándole visión en túnel. Se desvió del camino dando un volantazo descuidado y se estacionó para poder apretar su cabeza con ambas manos.

Can't read my,
Can't read my
No he can't read my Poker Face
She's got me like nobody

            La música sonaba lejos, encapsulada. Morgan tomó aire, tallando sus ojos y su cara para intentar que su cabeza pudiera regresar a ella. Se sentía lejos. Puso ambas manos en el volante y solo así fue que poco a poco pudo recobrar conciencia de sí.

Can't read my,
Can't read my
No he can't read my Poker Face
She's got me like nobody

            Su tía le estaba llamando y Lady Gaga se lo notificaba en su tono de llamada.

            ―¿Sí?

            ―Hola, nena. Llegaré tarde hoy, parece ser que mi equipo es completamente incompetente. ―Su tía trabajaba como publicista en una marca de galletas y juraba que la empresa no sobreviviría un día sin ella―. Ordena lo que quieras para cenar.

            ―Sí, ¿qué te pido? ―Su voz sonaba algo rasposa por los rastros de su migraña, pero Celine no pareció notarlo.

            ―Nada, nada. Cenaré aquí. Por cierto, ¿tu madre ya te llamó para decirte lo del evento?

            Whitmore's Industries tendría un evento social, resultado de la creciente desconfianza que se había creado entre la empresa y los inversionistas en Central City. Angelique parecía no poder dar fin a su estadía en Francia, priorizando el cierre de negocios internacionales de mayor importancia, así que la responsabilidad y relevancia de hacer acto de presencia recaía en Morgan. Es decir que el miedo tendría que dejar de formar parte de la ecuación de una buena vez y Morgan vería qué se había convertido la ciudad con sus propios ojos.

            ―Sí, ya.

            ―Excelente, entonces nos vemos más tarde. Adiós.

            ―Adiós.

            Terminó la llamada y la castaña comenzó a sobar su pecho para tranquilizarse. Parecía ser que la aspirina había tomado un poco más de tiempo para funcionar, pero el dolor se había ido. Nuevamente, se dispuso a encender el coche, pero este no respondió. Lo intentó una, dos, tres veces y el motor solo le daba sonidos secos y cortantes.

            ―¡Oh, vamos! ―le gritó al aire.

            Se le había acabado la batería otra vez. Era la segunda vez de esa semana. No prendía el radio, no prendía el aire y no prendía el coche. Con otro gruñido de exasperación, volvió a tomar su celular para llamar a un taxi.

            Sin batería.

            Morgan gritó y golpeó el volante como si de un niño pequeño haciendo rabieta se tratara. Juraba que tenía mínimo el 40 por ciento y ahora estaba muerto. La mala suerte no parecía darle un descanso.


*"Pero estoy más cerca de lo que estaba ayer."


n/a: muy cortito el capítulo, pero necesitaba una pequeña transición, explicar unas cuantas cosas, etc. <3! ojalá lo estén disfrutando.

omggg, ¿quién será E?
¿qué le está pasando a Morgan?
¿qué pasará en Central City y cuándo se encontrará con Barry?

Todo esto y más en los siguientes capítulos, lol.

¡no olviden votarrrrr y todas esas cosas! (; agradezco mucho su apoyo, me alegra la semana literal.

les ama y les manda un besazo,
NIAM ROCA

[ editado 30 de agosto, 2021. ]

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