Final.
— ¡Ustedes dos!
Hoseok y Hyosun interrumpieron su romántico beso sobre la loma de pitcheo, siendo interrumpidos por el grito de quien seguramente era el guardia de seguridad, además, estaban siendo alumbrados por una linterna. Apenados se separaron y se giraron al señor.
Mierda...
Pensaron ambos al ver que no era simplemente el guardia de seguridad. El director y su asistente también estaban presentes.
— Bueno, era obvio que tenía que irme de aquí con una buena travesura.— Dijo Hoseok cuando ya estaba cerca del director. Por travesura se refería el allanar el campo de béisbol en horario prohibido. El director lo recibió un un buen zape en la cabeza.— ¡Oiga!
— Cállate y vamos a mi oficina.— Sentenció, viéndolos a los dos.— Ambos.
— ¿En serio nos levantará un reporte hoy?— Hoseok casi se rió.
— ¡Hoseok!— Hyosun tiró de él para que se callara de una buena vez.
Ya en la oficina del director Jihoon, Hoseok y Hyosun estaban sentados frente a él, sus asistente parada a su lado, sin soltar la tableta por un segundo. Hoseok y Hyosun tomaban sus manos por debajo del escritorio. El director seguía serio, Hyosun un poco apenada aún y Hoseok con su sonrisa ladina.
— Si los hubiera encontrado así la semana pasada estuvieran en graves problemas, ¿lo sabían?— Hyosun asintió frenéticamente.— Pero se han salvado el pellejo. Les tengo buenas noticias.
— ¿Qué?— Ambos hicieron una mueca de confusión, entonces el director sonrió.
— Les habría hecho llegar esto antes, pero la información me fue dada ayer. Chicos, ustedes llenan los requisitos para buenas universidades en los Estados Unidos y como son los mejores jugadores de la generación, se ganan becas. ¿Recuerdan los caza talentos? No todos eran coreanos.
— Un segundo...
— Jung Hyosun, las siguientes escuelas que la buscan como alumna y atleta son:— La asistente le pasó la tableta, el director se aclaró la garganta.— Standford University, University of Massachusetts Boston, University of Arizona y Northwestern University.
Hyosun estaba sin palabras. Una gran sonrisa que no podía expresar todo lo que sentía en esos momentos. Sería una gran oportunidad, le abriría muchas puertas.
— Jung Hoseok, las escuelas que lo quieren a usted son: Texas A&M University, Hunter College, UCLA y...— El director mostró una gran sonrisa pero no logró más que ponerlos más ansiosos.— Northwestern University.
¿Habían escuchado bien? ¿La misma universidad los querían? Hoseok y Hyosun se vieron el uno al otro, incapaces de decir algo. Pero entonces, gritaron y echaron a volar las sillas para abrazarse. El director Jung no hizo más que reír de alegría.
— Esto es imposible— Hyosun seguía en trance. Hoseok la abrazaba.
— Incluso antes de que me enterara que eran pareja, lo cual fue hoy, tenía planeado sugerirles ir a la misma universidad si es que se los ofrecían. Pueden ayudarse y apoyarse mutuamente con el transcurso del tiempo. Ahora, al saber que es Northwestern no puedo estar más feliz.
— He escuchado que es muy buena universidad.— Comentó Hyosun.
— Y yo escuché que tienen muy buenos equipos.— Aportó Hoseok.
— Ambos están en lo correcto.— El director sonrió.— Pero en ustedes está la decisión.
*
El ambiente era nostálgico. Tanto el equipo varonil como el equipo femenil estaban en el aeropuerto de Incheon para despedir a sus capitanes. Así es, ambos habían decidido ir a Northwestern University. De hecho, todos en los equipos habían logrado entrar a buenas universidades, pero los únicos que irían a los Estados Unidos serían Hoseok y Hyosun.
— ¡It's been a long day without my friendddd!— Jimin cantó a todo pulmón, todos lo fulminaron con la mirada para que se callara.— Okay pues, pero me tienen que traer algo de allá cuando vuelvan.
Hoseok y Hyosun asintieron. Tenían que entrar a la sala de abordaje, la despedida oficial estaba llegando. Tuvieron que hacer una fila y cada uno pasar para despedirse de los capitanes. Todos diciendo bonitas palabras y alentadores mensajes.
— Tienen que dejar el nombre de Corea en alto, ¿oyeron?— Namjoon era el último chico.— ¡Mucha suerte!
Después de que él les diera un abrazo, Sunmi se acercó y ella venía llorando.
— ¿Es en serio esto? ¿No estoy soñando?— Hyosun dramatizó.— ¿Estoy viendo al mismísimo satanás llorar?
— ¡Cállate idiota! No me hagas arrepentirme de denegar el plan de pinchar las llantas del avión para que no se vayan.— Sunmi los abrazó a ambos.— Los voy a extrañar. Extrañaré a mis capitanes.
Después de las despedidas, Hoseok y Hyosun tomaron sus bolsos de mano y entrelazaron las que quedaron libres y se despidieron de los chicos que una vez fueron su equipo, pero que siempre serían su familia.
Entraron por las puerta de abordaje, aún sin captar que estaban empezando su camino para lograr sus sueños.
De algo estaban agradecidos y fueron todos esos años de rivalidad que de poco en poco se transformó en fortaleza. Ambos habían ganado la batalla al terminar como aliados, ahora sin duda serían capaces de enfrentar la guerra que les brindaría la vida. Sin embargo, llevaban las mejores armas consigo: una pelota, un guante y un bate.
Hoseok apretó la mano de Hyosun y se miraron una vez más. Él sonreía, entonces ella sonrió también.
— Hora de patear culos, cariño.
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