— ¿Y te gusta?

— Hosun, basta.

— Es guapo.

— Déjame comer.

— Es que en serio...

— ¡Yah, Jung Hosun!

Hosun no pudo evitar reír mientras comía su helado. Le encantaba eso, amaba sacar de quicio a su hermanita. Tenía bastante tiempo sin verla y sin duda, la molestaría mucho. La extrañaba demasiado. Hyosun dejó de comer su sopa y lo miró mal.

— Casi olvidaba lo tan molesto que eras.— Dijo irritada, lo que causó la gracia de su hermano.— Joder, eres un niño.

Sí, siempre fue como un niño y cuando estaba en sus días malos, era un adolescente hormonal que ella siempre tuvo que aguantar. Sin embargo, extrañaba todas aquellas molestias y berrinches de su hermano mayor. Lo extrañaba tanto a él y a su padre, que había olvido el por qué estaban ahí.

— Niño o no, sé que me extrañas como un infierno.— Dijo arrogante, ella rió, aceptándolo.— Yo te extraño más, Hyo. He hablado con papá muchas veces, sabes...

— No me iré a Boston con ustedes, Hosun, hemos discutido mucho eso y sabes lo que pienso.— Dijo seria.

— Lo sé, lo sé... Pero, vamos, sabes inglés perfectamente y todo sería más fácil. Para los tres.

— Entiendo, pero tengo una vida aquí y realmente me gusta. Soy feliz aquí en Corea. Tengo estudios, amigos, el baseball, mi equipo...

Hosun sonrió pícaro.— A Hoseok...

— En definitiva. Eres un niño.

Siguieron hablando, pero esta vez el tema de conversación era Hosun, a pesar de que Hyosun se enteraba de toda la MLB por ESPN o Fox Sports, era emocionante escucharlo de su hermano, por lo visto, los entrenamientos iban a empezar en un par de meses y él estaba más que emocionado y preparado. Le contó anécdotas graciosas con los demás jugadores y aficionados, para ella era un gusto escuchar todo aquello. Después de eso, su padre llegó y le informó que la cirugía ya estaba programada. Sería a las 12:00 a.m.

Su padre se quedó un rato y después se retiraron los dos para dejarla descansar. Sería un larga noche. Se quedó una hora entera pensando en qué sería de ella después de la media noche, muchas cosas la atormentaron, por lo que prefirió dormir a seguir torturándose mentalmente. Sus horas de dormir fueron tan sólo un par; Sunmi y Dahye entraron sigilosas a la habitación.

Pero entonces Sunmi se tropezó con un banquito y Dahye tuvo que estirarse para sostenerla.

— ¡Se suponía que teníamos que ser cuidadosas!— Gritó en susurro Dahye, Sunmi se encogió de hombros.

— No grites, la vas a despertar.

La voz de Hyosun espantó a ambas.— Ya me despertaron, genias.

— Ups.— Dijeron ambas.

Pero mejor para ellas, como los días anteriores, saltaron a la cama con cuidado de no lastimar a Hyosun. La capitana recostada, Dahye recargada en la base de la cama y Sunmi recostada sobre las piernas de Dahye, hecha bolita.

— ¿Estás lista?

Preguntó Dahye, Sunmi esperaba la respuesta de Hyosun.

— Lo estaba, cuando papá y Hosun estaban aquí, pero cuando se fueron, me aterré. ¿Y si algo sale mal?

— Ni lo pienses.— Sunmi se reincorporó.— Hay que tener pensamientos positivos y así todo saldrá bien.

— Y si no piensas positivo, te pateamos el culo.— Amenazó Dahye.

Las tres rieron por aquello, Hyosun se había tranquilizado un poco. Sus dos amigas trataron de distraerla, hablaron de muchas, muchas cosas. Eran ya las diez de la noche, el tiempo había pasado volando, ellas salían y entraban a la habitación, y cuando volvieron por última vez, se trajeron a los demás, el equipo femenil, varonil y los entrenadores, cada uno de ellos le deseó la mejor de las suertes y sus bendiciones, incluso se quedaron hablando un largo rato. Ya faltaba poco para las once de la noche, por lo que todos tuvieron que retirarse, dándole su últimas palabras de aliento a la capitana.

Hyosun se quedó viendo por la ventana de la habitación, impaciente, los nervios se incrementaban cada segundo que pasaban. Entonces entró la persona que no había visto en todo el día y que de alguna manera, le hacía falta.

— Hola.— Saludó Hoseok con una sonrisa en su rostro.

— Pensé que no vendrías.

— Esperé a que todos se fueran.

— ¿Por qué?

Hoseok se acercó a ella y se inclinó para darle un beso en los labios.— Por eso.

— ¿Aprovechas y lo haces porque sabes que no puedo pegarte, cierto?— Preguntó divertida. Hoseok sonrió.

— No. Lo hago porque sé que te encanta.

Ella no pudo contener esos gestos tímidos que le salían cuando estaba con él. Los odiaba, pero Hoseok los amaba. Él se sentó en el borde de la cama y tomó una de sus manos, jugando con ella y acariciándola.

— Jodete.— Dijo ella después.

— Jodeme.— Dijo él en contraataque.

— ¡Hoseok!— Gritó ella y él sólo pudo reír.

— Ya hablando en serio... ¿Cómo te sientes?— La miró preocupado. Hyosun sonrió con los labios sellados.

— No lo sé. Sunmi y Dahye me hicieron pensar positivo, sin embargo, tengo miedo aún. Nunca he tenido una cirugía y esta definirá mi futuro... Estoy muy, muy nerviosa.

Hoseok asintió, comprendiéndola.

— ¿Te hicieron pensar positivo, no?— Hyo asintió.— Mas no te hicieron desearlo.

Hyosun lo miró confundida. ¿Cómo no iba a desear que la cirugía saliera bien?

— ¿Uh?

— Te lo plantearé de esta forma:— Hoseok la miró a los ojos.— Vamos a suponer que este es el partido más importante de toda tu vida. A un strike de ganar, tres bolas, corredor en tercera, novena entrada.— Hyosun no pudo evitar sonreír.— Es el juego más importante de tu vida, Hyo, y dime, ¿qué es lo que más quieres?

— Salir victoriosa.

— Exacto. Entonces, olvida todo y concéntrate en hacer un strike.

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HOLAAAAAA GENTEEEE IM BACKKKK 🤘🏼

te mereces este cap mija orangexing te amo💖