010.
Dahye saltó desde el techo del dugout al terreno de juego, haciendo que Jimin se llevara un gran susto.
— Ups, lo siento Jiminie.
— ¡Maldición Dahye!— Su mano – mejor dicho su guante – presionaba su corazón.— ¡Apareciste de la nada!
— ¿Fue genial, no?— Preguntó mientras entraba a la cueva y tomaba asiento donde ella solía estar en temporada de juego.— Si no les molesta, me quedaré aquí.
— Sí molesta, largo.
— Yo sé que me amas, Agust D.— Dijo codeándolo.
— ¡Deja de llamarme así!
Daehye lo miró inocente y levantó los brazos.
— Tus palabras, no las mías. Suga a.k.a Agust D.— Dijo aquello último con burla.
— Basta.— Pidió el catcher.— ¿Por qué te quedarás aquí?— Dahye miró a Jin.
— Me siento extraña allá arriba en las butacas.— Se encogió de hombros.— No pueden echarme, J-Hope estuvo metido en el dugout en nuestros juegos, es justo.
— La verdad es que,— Hoseok entró a la cueva.— lo correcto sería que Hyuson estuviera aquí, no tú.
Dahye dejó de prestar atención a Jimin quien hacía lanzamientos con Namjoon y se giró a ver al capitán de los varones con demasiada emoción y ojos brillantes.
— Dime que no dijiste eso.— La sonrisota de Dahye daba miedo.
— ¿Uh?— Entonces J-Hope se dio cuenta de lo que dijo y aunque no fue algo obvio o comprometedor, para los oídos de Dahye fue un: "quiero de Hyosun esté aquí" y en negritas.
Pero no podía negarlo. Él realmente quería que estuviera ahí.
— ¡Oh por Dios!
— ¡Dahye, no!
— ¡Sí!— Saltó de donde estaba y corrió escaleras arriba.— ¡Haewon! ¡¿Dónde está Hyosun?!
Haewon despegó la vista de la pantalla de su celular y desde su butaca miró a Dahye.
— No lo sé, dijo que vendría, pero no se ha aparecido.
Hoseok ya se encontraba fuera de la cueva, al lado de Dahye y con gran alivio porque la capitana no estaba allí. Aunque, un poco desilusionado.
¿Y si no viene?
Sintió palmaditas en su hombro, miró a Dahye quien sonreía con una cálida sonrisa. Muy diferente a cómo lo hacía antes.
— Ella vendrá.
Dijo como si haya leído la mente de J-Hope. Y esas dos palabras fueron las esperanzas de él.
Él la había visto jugar ya. Ahora ella tenía que verlo a él. Eso quería Hoseok.
— ¡Hoseok!— Llamaron en la audiencia. Buscó con la mirada y se encontró con Minhyuk, capitán del equipo de Lacrosse, estaba acompañado del equipo femenino de su mismo deporte. Todos allí le hicieron señas para que se acercara. J-Hope fue no sin antes regalarle una sonrisa de agradecimiento a Dahye.— ¡Apúrate!
Empezó a trotar, su rostro que anteriormente era sereno, ahora tenía mala cara. Los de Lacrosse se encontraban a unos metros del dugout del equipo contrario. Hoseok odiaba a ese equipo, realmente lo hacía. Sobretodo a Jung Daekwon; de tan sólo pensar que tenían el mismo apellido ya sentía asco. No era un mal jugador, pero tampoco era la gran mierda como él aparentaba. Tuvo varios enfrentamientos con él. Además, es tercera base y en alguna que otra ocasión cruzaron palabras – insultos – cuando J-Hope corría por tercera.
— Que sea rápido, está a segundos por arrancar.
Sintió la mirada de todas las chicas allí y no pudo evitar sonreír arrogante. Minhyuk empezó a hablar, pero Hoseok no lo estaba escuchando. Todo se volvió silencioso desde aquel instante que vio a Hyosun bajar las escaleras a la sección que estaba al lado del dugout rival y nada tuvo sentido, cuando entró al campo de juego y saltó a los brazos de precisamente, Jung Daekwon.
— ¡Hoseok!— Gritaron a lo lejos. Era Jin quien ya estaba en el diamante.— ¡Ya es hora, amigo!
Sin apartar la vista de Hyosun, fue con paso lento y todo desconcertado a su posición. No podía dejar de verla, ella lucía tan feliz, su sonrisa lo decía todo. Maldición, todos menos ese estúpido. Ignoró por completo que Hyosun se mirara hermosa con aquellos shorts de mezclilla y la jersey del equipo de la escuela, además de la gorra puesta hacía atrás y unos casuales converse. Lucía sensacional y bastante casual.
J-Hope sintió un sabor amargo en su garganta. La mano que no tenía guante estaba inconscientemente apretada en un puño y toda su sangre estaba hirviendo del enojo. No sabía por qué. Bueno, eso intentaba hacerse creer porque sabía exactamente lo que le pasaba y eso era imposible.
— ¡Playball!
Hyosun, el idiota de Daekwon y más mierda estresante lo abandonó por completo al escuchar el canto del umpire. Ni siquiera Hyosun o cualquier otra chica, podía desconcentrarlo del juego. Estaba 200% dedicado al terreno y siempre sería así. Sus problemas se iban cuando la primera alta arrancaba.
Pero seguía enojado y no pudo ser más satisfactorio para él que el batazo del primer bateador mandara la bola a sus terrenos. Fue un rebote muy inestable, pero él lo tenía controlado. Tomó impulso y brincó, todo estuvo asegurado cuando la bola golpeó el cuero, giró sobre su espalda y lanzó a Jungkook quien ya estaba en posición para sacar al corredor lo cual logró. La satisfacción hizo sonreír a Hoseok.
Uno fuera. Ven a mí Daekwon.
— ¡Strike!— Gritó el umpire, Taehyung había ponchado al segundo bateador.
Hoseok relajó sus músculos mientras esperaba al siguiente. Sus ojos buscaron a Hyosun, allí estaba ella sentada en una butaca pegada a la reja que dividía los asientos del dugout, Daekwon estaba del otro lado, charlando. Aunque Hyosun no lo estaba escuchando, su atención estaba completamente en el campo. Entonces, sus miradas se encontraron. El mensaje que daban los ojos de Hysoun era neutro, con un toque de emoción, a comparación de los de él, Hoseok la miró con desprecio.
Traidora.
Pensó cuando se giró para contestarle a Daekwon. Sí, estaba furioso. No podía ver lo que hacía Hyosun más que como una traición, ella estaba del lado del equipo rival, ¡estaba del lado de Daekwon! Hoseok escupió el amargo sabor al verla con la casaca representativa. No merecía portarla.
Sí, J-Hope estaba exagerando. Pero no podía evitarlo. Era como se sentía justo ahora, traicionado, decepcionado y triste. Además de preocupado; no podía permitir que eso le afectara. Mucho menos si estaba en el campo.
— ¡Fighting!— Escuchó el apoyo de Hyosun cuando los visitantes salían al terreno.
El partido pasó más rápido de lo esperado. Todos festejaban la victoria del primer partido de play-offs, menos el capitán. Salió rápido del campo y arrojó el guante y gorra lo más lejos que pudo del dugout. Tiró de sus cabellos impotente al ser incapaz de disfrutar la victoria recién obtenida. Sin llamar la atención, huyó a las duchas.
Tenía la cabeza recargada sobre el mármol y dejaba que la agua superficial cayera sobre él. El último grifo – aparte del suyo – se cerró y minutos después escuchó a la última persona irse. Giró la llave y el agua dejó de caer. Había estado todo ese tiempo ahí. No quería ver ni hablar con nadie. Salió de las duchas y fue directo al dugout. El cabello goteaba sobre su camiseta de tirantes, lo sacudió para quitar un poco el exceso de agua. Se maldijo así mismo por haber tirado su equipo de esa manera hace rato.
Las luces estaban apagadas, no había ningún alma en el estadio. O eso pensó. Alguien caminaba arriba de la loma, su melena brillaba bajo la luz de la luna. Había luna llena. Se quedó estático, viéndola allí caminando vacilante. De repente, Hyosun se giró y lo miró. Por un momento, el enojo que sentía Hoseok se esfumó al ver la sonrisa de la chica. Ahora con pasos seguros, Hyosun se acercó a él.
— ¿Qué haces aquí?— Murmuró mientras entraba a la cueva.
Hyosun se desconcertó un poco, pero lo ignoró. Ellos nunca se habían llevado bien, era normal. Se tomó del barandal del dugout y lo miró detenidamente como guardaba sus cosas en la mochila. Infló sus mejillas nerviosa, pero terminó hablando.
— Hoy... uhm, hoy estuviste genial.— Su voz era nerviosa, pero sincera. Hoseok se puso rígido al escucharla.— Ya veo por qué tienes el guante de oro, fildeas increíble y ese home run cayó como anillo al dedo.— Sonrió tímida, en ese momento Hoseok se giró a verla. Su estómago se agitó al verla.— Eh sí, yo sólo quería, eh... quería decirte que jugaste muy bien hoy, fue un gusto verte.
Ni la misma Hyosun creía lo que había dicho. Pero si no se lo decía se sentiría incómoda con ella misma. Hoseok jugó estupendo y tenía que saberlo. Lo estuvo viendo las nueve entradas completas. Aún así, Hoseok seguía molesto. Sí, se sintió bien al escuchar eso, pero fue imposible no tener imágenes de ella al lado de Daekwon. Era una persona demasiado orgullosa. Lo aceptaba y no le gustaba del todo.
— ¿Eso es todo?— Sonó más duro de lo que planeó. Se arrepintió al instante cuando vio la ligera sorpresa y decepción de Hyosun.
— Sí.
— Bien, gracias.
Y sin más, la dejó sola en el estadio.
••••
¡Cabrón! La neta lamslsa, pasando a temas más importantes¿ KANSAS VS. NEW YORK BABES OH YEAH LA FINAL DE LA MLB ESTÁ AQUÍ. El partido de ayer fue un partidazo¿ ahq ¡Tienen que ganar los Royals, dios mío!
El próximo capítulo, no habrá partido, pero agarrénce que después de eso se vienen los partidos chingones¿ ahr
GRAY – Just Do It
MI GORDDDDDDDO 💖
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