VII
A pesar de todo, había mantenido la esperanza de que Jungkook volviese. A pesar del quebranto, mentiría si dijera que no lo había hecho.
Yacía sentado, en la misma posición exacta que la primera vez que subió aquí y admiró la luna en esa noche gélida.
Recuerda muy bien su rifle.
Y no pudo evitar pensar que alguna cosas eran simplemente irónicas a su modo retorcido. Quiso provocar su deceso y a cambio obtuvo una vida eterna. Si esto fue crudo karma o un regalo Taehyung no estaba del todo seguro.
Hay decisiones que pesarán sobre tus hombros por siempre. Hagas lo que hagas.
No había comido, ni movido músculo alguno. Probablemente estaba con hambre, debilitado y las extremidades cansadas; mas no podía sentirlo, él solo estaba desolado. Al menos había mantenido los ojos secos.
Pero ya habían pasado demasiados días, y Jungkook nunca regresó.
Taehyung descendió la vista hasta la flor amarilla que acunaba en sus palmas.
Antes del amanecer tendría que partir, su límite de estadía segura en la capital estaba a punto de expirar.
Cerró los ojos y olió la flor con cortesía. Ya no emanaba aroma alguno, la mayoría de sus infinitos pétalos estaban mustios y deslucidos por el marrón ennegrecido; aún así mantenía su belleza.
Los crisantemos amarillos son su flor predilecta. Nunca había visto otra igual, hasta que Jungkook ordenó plantar un jardín repleto de ellos por su cumpleaños, solo para él.
La sorpresa fue colosal cuando abrió las ventanas de su balcón de par en par y las grandes burbujas de escamas suaves le dieron los buenos días.
¿Qué será de ese jardín ahora?
¿Su tío lo conservará y regará las plantas? ¿Sus primos jugarán en la tierra y maltratarán las flores?
No tenía idea pero no tenía caso preocuparse tampoco.
Echó la cabeza hacia atrás mientras inconscientemente continuó deslizando los dedos entre los pétalos como si de una negra cabellera se tratase.
"Olvídate de mí como has estado haciendo muy bien hasta ahora"
Entre las oraciones que constantemente acribillan su cabeza se repite esta.
Si tan solo pudiera saber a qué se refería. Porque Taehyung no puede recordar un solo momento en el que haya hecho tal cosa; en el pasado y ahora, incluso durante los días más convulsos, todo su espíritu, cuerpo y nervio funcional en su ser le añoraban. Nunca dejó su mente.
Estar enamorado era una mierda.
Ahora entendía el despecho febril de todos esos poetas rechazados que se veía obligado a leer en sus tutorías.
Él era otro rechazado más, si bien, aún tenía juicio para sostener que no había hecho nada malo.
No iba a pedir perdón por hacer lo que tenía que hacer por subsistir.
Los humanos lo hacían todo el rato, mataban animales por alimento y aveces diversión.
Solo ocupó el lugar que le corresponde en la cadena alimenticia.
A la cima de todos.
Sin embargo eso para Jungkook significa ser un monstruo, le recalcó su conciencia.
Tal vez... pudo ahorrarse parte del sadismo. Pero eso no hubiera hecho nada por su mal temperamento en ese momento.
No le remordía la conciencia, de todas formas no eran buenas personas en absoluto y en su viaje al infierno nadie los extrañaría.
Por lo menos había dado sepultura a sus cuerpos en la parte trasera del granero -y de paso, limpiado todo el sitio- que era mucho más de lo que tres borrachos apostadores merecían.
Jungkook solo presenció algo indebido en el momento inoportuno.
El relincho de un caballo...
Sus divagaciones esta vez no le embotaron los sentidos.
Podía oír cascos acercándose al granero.
Su espina dorsal se puso rígida, cuando su añejo corazón latía de esta forma era casi doloroso.
Solo había una persona capaz de provocar tal efecto en él.
Pronto escuchó pasos lentos subir la escalera.
Aunque desesperadamente rogó por esto, no se atrevió a mirarlo cuando entró.
No sabría que decir de todos modos.
Jungkook se sentó a varios pasos de él con las piernas estiradas, y recostó la espalda en la misma pared de madera.
El silencio fluyó entre ellos creando un clima espeso, ninguno dijo nada y así fue por largos minutos.
Hasta que se escuchó un suspiro cansado.
"Mis padres quieren que me case"
Taehyung tragó con dificultad ante el inesperado anuncio. Teniendo el conocimiento que tenía en cuanto a los señores Jeon, posiblemente ya tengan la hora de la boda planeada.
"Es de esperar" murmuró en un tono plano. "Tu hermano menor te está haciendo ver como un solterón descualificado"
Incluso su intento de burla murió antes de concretarse. Ninguno de los dos rió.
"No quiero eso"
"Lo sé"
Siempre ha sabido lo mucho que Jungkook aborrecía el matrimonio. A pesar de sus gestos serios, en el fondo era un romántico; un matrimonio arreglado le haría doler la cabeza.
Esto era la normalidad en la sociedad, Jungkook siempre pareció detestarla. Donde Taehyung disfrutaba la fortuna y el algodón egipcio, su amigo eligió la espontaneidad de lo necesario y la divinidad de los sutiles detalles.
El mayor, que había estado escudriñando su perfil, bajó los ojos a su regazo. A pesar de que estaban en su mayoría cubiertos por sombras, los débiles ases de luz blanca que se colaban por las decenas de grietas -y ventana- era suficiente para distinguir el bulto circular entre sus dedos.
"Así que fuiste tú..." dijo pausadamente. Sus sospechas fueron ciertas, no estaba en lo absoluto sorprendido.
El castaño solo asintió, mientras apresaba su labio inferior con los dientes.
"No pude sofocar el deseo de tomar una flor de tu jardín"
Siempre te he dado todo cuanto he tenido, de cualquier forma.
La línea de palabras cruzó la mente del mayor, mas las retuvo en su garganta.
"Es mi favorita" explicó como si Jungkook lo hubiese olvidado.
Como si hubiese olvidado todo en cuanto a ellos respecta desde aquella noche. No lo hizo, por mucho que quiso.
"Lo sé"
Desde que me abrazaste tan fuerte y casi me besas delante de tus padres por el obsequio, supe que serían tus favoritas.
"Por ahí había escuchado que solo extrañas al sol cuando comienza a nevar. Yo lo extraño ahora que ya no puedo sentirlo" confesó en voz baja, todavía con la cabeza gacha. "Estos crisantemos me recuerda a él. Es una razón más para adorarlo"
La primera fuiste tú.
Taehyung apretó los párpados con fuerza que lo llevaron a presionar sus labios en una línea fina. Sabiendo que ignorar los pedazos rotos entre ambos no tenía sentido.
"No quería que me vieses de esa forma. Entiendo que hayas tenido miedo y no supieras manejar lo que estuvo frente a tus ojos" le dejó saber. "Pero esto es lo que soy ahora, debí haberte dicho eso mucho antes"
"No te tuve miedo" informó derrotado. "Sino rencor y furia"
Sí, había quedado trastocado y sí, le había costado apartar las pesadillas de aquella escena roja repitiéndose como un bucle. Pero había logrado llegar a término con ello, no era la primera vez que vio a un hombre sangrar, de todos modos.
Taehyung levantó la frente y por primera vez en la noche, enfocó sus ojos confundidos en el par oscuro contrario.
"¿Rencor?"
"¿Realmente pensaste que no me lastimaría? Te sostuve fuerte y te aseguré que te protegería, que nunca te dejaría" emitió sereno, sin embargo no contuvo los pequeños tonos de recriminación que escaparon. "Actuaste como si todo lo que he dicho no hubiera sido apreciado nunca. Como si yo no significara nada en tu vida"
"Eso no es cierto, Jungkook" el menor no pudo evitar romper la posición en la que permaneció sentado.
"¿Entonces por qué hiciste algo así?" soltó lo que tanto le atormentó durante este tiempo. "¿Por qué me trataste como si yo no fuese una razón para que te quedaras?"
Taehyung apartó la vista culpable, sus dedos picaron por tomar los contrarios pero considerando las circunstancias sería descarado de su parte, en compensación se rodeó los hombros. Acción que hacía cuando le ganaban los nervios.
"Porque creí que no podía ser una carga para ti por siempre. Cuando te cases y tengas tu familia, todo lo que hay entre nosotros debe esfumarse" delató sus miedos desde lo más hondo del pecho. Dijo poco, pero eso bastaba para que Jungkook comprendiese. "Yo no podría vivir sin ti, pero tú sí puedes vivir sin mí"
El pelinegro no dijo nada por un momento, solo permanecía observándole con el rostro pétreo sin ningún gesto en específico. Aun así Taehyung podía sentir el aura de Jungkook condensarse y caldearse.
Estaba molesto.
"Ven aquí" ordenó con voz dura.
El vampiro obedeció sin mucha reticencias. Se puso de pie y acortó la distancia entre ellos. Debido al gesto con su barbilla, Taehyung entendió que quería que se sentara sobre sus piernas.
Ubicó las suyas a cada lado e hizo lo pedido.
"¿Cómo puedes ser tan ciego a lo que está frente a tus ojos?" indagó con suavidad, acercándolo hacia su propio torso. "Te he amado desde que era un niño. No veo eso cambiando a largo plazo"
Taehyung abrió sus ojos al doble de su tamaño, por un segundo se quedó sin habla. Ni en sus sueños más salvajes imaginó estas palabras saliendo de la boca de su amigo.
"Yo... pensé que tú solo..." no tartamudear estaba siendo un desafío. "Ya sabes, que no era algo más allá del sexo"
Jungkook le regaló una sonrisa simple y melancólica, mientras apartaba algunos mechones castaños de su frente. Taehyung se dio cuenta de que lucía algunos círculos grises bajo sus ojos, que evocaban una mirada extenuada. Probablemente no había descansado bien en estos últimos días.
"¿Nunca te lo preguntaste?" dijo el menor de repente.
"¿El qué?"
"Por qué actuamos como pareja y seguimos llamándonos amigos" contestó. "Yo sí. A menudo"
El pelinegro suspiró, dejando un suave apretón en su cintura. Con tanta naturalidad que parecía un movimiento reflejo.
"Supongo que esa era la única etiqueta disponible para nosotros. Lo que hacemos... se castiga con la muerte" nunca fue una opción para ellos demostrar su afecto en público. La única persona a la que quería colocar un anillo en su mano izquierda resultó ser otro hombre y su mejor amigo. Tae no era el único que sufrió por ello. "Llamarte amigo me hacía recordar poner los pies sobre la tierra, que era todo lo que podríamos llegar a ser"
"Suerte que soy inmortal" bromeó. A pesar de ello, tenía una opresión en la garganta.
Jungkook no era inmortal.
Jungkook estaba destinado a respirar, envejecer y marchitarse.
"Dije algunas cosas de las que no estoy orgulloso" expuso observando la versión más humanizada suya. Pero bien podrían volver los colmillos y los brillantes ojos, él no se inmutaría. Ese nunca fue el problema realmente, y necesitaba que Taehyung lo supiera. "No eres un monstruo, Tae. E incluso si lo fueras, yo te adoraría eternamente y te seguiría a cualquier parte. Siempre que tú me quieras"
Este sintió sus ojos arder, la ya tan conocida humedad haciéndose presente. Colocó la frente en el hombro de Jungkook, tratando de ahogar los imperceptibles sollozos.
Lo quería.
Demonios que lo quería, más que a todo. Pero no podía ser egoísta con aquel que amaba, antes del alba se marcharía y no podría condenar a Jungkook a vivir una vida de peregrino junto a él.
Taehyung estaba odiando esta sensación de Deja Vú; era la segunda vez que tenía que separarse de él con una camuflada despedida.
Pero esta ocasión sería diferente, esta vez haría que cada maldita unidad de tiempo cuente.
"Quiero que me hagas el amor" pidió surcando leves trazos con la nariz en su cuello, su olor lo estaba volviendo loco. "Quiero sentirte y que tú me sientas a mí a cambio. Por favor"
Taehyung no tenía que rogar.
Jungkook lo tomó por la nuca y juntó sus bocas. Sus lenguas, apasionadas por el reencuentro, no tardaron en entrelazarse.
El pelinegro apartó el sonido del desgarro en su voz ante la última frase, y esa sensación incómoda bajo su piel que le indicaba que algo andaba mal. Cumplir el deseo de Taehyung era su deseo también. Ahora que por fin lo tenía de vuelta era todo en cuanto podía pensar.
El menor se removió encima de él, tratando a pesar del beso coordinar sus dedos para desatar las prendas de Jungkook. Era un sitio incómodo y un momento apremiante, pero quería sentir el calor de su piel en todo su esplendor.
"Debo prepararte o te lastimarás" exhaló el mayor con la respiración agitada.
Taehyung ya estaba alineándose para encajar de manera perfecta.
"Está bien. No importa"
Quería ahorrar el mayor tiempo posible. Su resistencia al dolor era alta, su regeneración también.
Un poco de dolor para llegar al placer sonaba como el cielo.
El vampiro descendió sin prisa y con gracia, asegurándose de sentir cada centímetro llenarlo mientras lo expandía, la dulzura del dolor y el ardor mezcladas.
Mecía sus caderas en círculos rítmicos que los hacía desfallecer a ambos.
Quiso cerrar los ojos y perderse en la sensación, sin embargo mantuvo sus retinas conectadas a las de Jungkook en todo momento.
"Tus ojos han vuelto a ser rojos" gruñó este, seguido de un jadeo.
El menor le regaló una sonrisa perezosa.
"Estoy ardiendo por dentro"
Sus facciones se oscurecieron en lujuria. Jungkook devoró sus labios sin piedad, su boca como una ola gigante que ahogó el gemido de Taehyung cuando decidió mover sus manos hacia sus glúteos y prensarlos a su antojo.
Y más pronto que tarde, se hizo cargo de la situación; tomándole de la cintura para adaptarlo a su ritmo, mientras impactaba con su cadera. Era arcilla maleable en las manos ajenas.
Siempre lo fue, y Taehyung no podría estar más complacido.
En todos sus momentos vulnerables, Jungkook lo había acogido como una manta cálida que albergaba la ardentía de cien troncos crepitando en la hoguera.
No era solo el sexo, no.
Aunque su amor de la infancia se volvía indomable cuando de enlazar sus cuerpos se trataba, siempre había una gentileza subyacente alimentada por el cariño que Jungkook le profesaba.
Estaba escrito en cada articulación, gesto y mirada.
Se dio cuenta demasiado tarde, a su pesar. Él nunca fue bueno para leer a las personas.
Las embestidas acrecentadas e incoherentes auguraron que ambos estaban cerca de liberarse.
Taehyung sintió sus caninos alargarse, mordía tan fuerte su labio que un hilo de sangre le rodó por la barbilla hasta caer sobre el pecho del pelinegro.
"Bebe mi sangre"
Las palabras de Jungkook lo hicieron detenerse, quedó inmóvil preguntándose si habría escuchado correctamente.
"Aliméntate de mí" alentó retomando las caricias. "Quiero que lo hagas"
"No. No he comido en días" negó reacio a la idea. "No estoy seguro de que pueda controlarme, menos si se trata de ti"
"No me harás daño"
"¿Cómo estás tan seguro?" refutó con el ceño fruncido.
El mayor le dio un golpesito en la frente acompañado de una curva jocosa en sus labios.
"Precisamente porque se trata de mi es que lo estoy"
Taehyung odiaba lo emocional que podía llegar a ser, pero la confianza ciega que Jungkook estaba depositando en él, en su mesura para no herirlo, causaba una opresión de la buena en su pecho.
Pero por supuesto, el momento emotivo se vio diluido de vuelta a la lujuria cuando su amante empezó a masturbarlo sinuosamente.
"Solo bebe de mí, Tae"
Se dejó ir y obedeció.
Enterró los dientes en la piel nívea, pudo escuchar el sonido de la carne abrirse y el tenue siseo de Jungkook.
A los segundos, uno primero y otro después, llegaron al éxtasis que marcaba el borde del límite.
Cada individuo poseía un sabor distinto del otro, la sangre en las venas se diferenciaban entre sí como los platillos gourmet lo harían unos de otros. Entonces la sangre de Jungkook era manjar para dioses, sabía a la peculiaridad de las flores abiertas en invierno junto a la delicia de saciarse tras un largo ayuno, especiado con un nuevo nivel de intimidad.
Un nuevo silbido entre dientes hizo que se apartara rápidamente, no sin cuidado para evitar desgarrar la piel.
"¿Estás bien?¿Estás mareado?" preguntó el menor acunando su rostro, preocupado en busca de alguna señal.
"Te dije que tus temores eran infundados"
El alivio le inundó al instante. Se recostó abrazado al cuerpo de la única persona que no soportaría causar ni el más ínfimo mal de este mundo.
Por lo que dure, iba a mantener este recuerdo por siempre atado a él.
Jungkook pasó su palma por la espalda desnuda. Lo había tomado varias veces, en todas las poses ya experimentadas así como otras nuevas, hasta que el cansancio hizo mella en él, incluso Taehyung necesitó una tregua.
Ahora estaban acostados, con sus ropas como mantas que amortiguaban el áspero piso de ellos.
El menor echó un vistazo hacia la ventana que Jungkook no pasó por alto. Toda la madrugada había repetido el movimiento como si estuviese vigilante y temeroso de que la noche huyera.
Y cada vez que lo hacía el mal presentimiento que se instalaba en su pellejo aparecía.
"Debo irme antes de que el alba llegue" reveló el menor con el rostro oculto en su pecho. "No quiero dejarte. Pero no puedo estar aquí cuando el clero llegue" soltó un lamento, afianzando sus manos al torso contrario. "Maldición, no quiero dejarte"
El Clero... Por supuesto, Jungkook había oído a su padre mencionar durante el desayuno la visita de la corte del Papa y Su Santidad. Pero había pasado por alto las consecuencias que eso tendría en Taehyung ahora que era un ser a los que fanáticos como ellos llamaban demonio.
Jungkook se encontraba impasible, la respuesta ante sus ojos era clara.
"Si tienes que irte llévame contigo"
El menor se separó de inmediato, mirándolo como si hubiese perdido la cordura.
"No haré eso. Tú tienes un legado que tomar, una familia que te espera en casa" quiso hacerle entender. "No puedo actuar tan egoísta"
"No es egoísmo si te lo estoy pidiendo" devolvió con actitud decidida.
Taehyung se puso de pie y comenzó a vestirse, ignorando al pelinegro y su llamado.
"Taehyung, mírame" demandó.
Cuando el menor no reaccionó, se paró y a través del agarre en su muñeca lo atrajo hacia él.
"Mis padres necesitan un sucesor, no un hijo. Y Hyunjin puede ocupar ese lugar por mi" con el dedo índice tomó su barbilla obligándolo a enfrentarlo. "Allá afuera solo me espera un futuro que no deseo, con una mujer a la que no amo. Eso me hará infeliz ¿Quieres eso?"
"Por supuesto que no" su mirada se encendió al recordar la extravagante extrajera que se había arrojado a Jungkook. Pronto soltó un suspiro, miró al mayor derrotado. "No quiero que te arrepientas de esto"
"No recuerdo un solo momento en el que me haya arrepentido de algo relacionado a ti" expresó con desbordante sinceridad. "Si te tengo a ti, no necesito nada más. Eres el todo para mí"
El joven ser sobrenatural se dejó derretir por sus palabras. Rendido, buscó la cercanía y juntó ambas frentes en una noble señal de redención.
Si esta era una decisión acertada o no en el futuro, lo dejaría correr.
Su madre decía que no hay espacio para el corazón y la cabeza en un mismo razonamiento. Él elegía seguir su corazón, de todos modos siempre fue más de Jungkook que suyo.
Jungkook le había hecho cientos de promesas y por esta vez, en silencio, bajo la luna menguante y la luz cinérea que los bañaba, sería él quien prometiera hacer cumplir todas y cada una de ellas.
Hasta el fin de los tiempos...
Lamento, en serio lamento haber tardado.
Hoy ha sido un día agetreado, apenas terminé de escribir y hacer las correcciones pertinentes pero me disculpo si encuentran algún error.
También pido perdón por el smut canchanfleto que me salió, no estoy satisfecha pero bueno, podría haber estado peor xd
Me consolaré con eso y con que me digan si les gustó este cap.
Recuerden que el próximo es el final (^^)
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