CAPÍTULO 2: HUÉRFANOS
PARTE 1.
Sus ojos se abrieron de repente, los niños pegaron un saltico y se hicieron detrás del mayor.
- ¿Dónde estoy? -trató de levantarse, pero sus brazos eran retenidos por unas sabanas, a modo de cuerda.
- Estás a salvo, pero no sabemos si lo estamos contigo -dice una mujer detrás de los chicos.
- Tiene la fuerza de un humano, o habría inestabilizado el hechizo en las sabanas de Perry -dice el chico más grande.
- Un humano no habría podido sobrevivir en ese lugar -dijo una chica, tal vez uno o dos años mayor que el chico más grande- pero no logro sentir magia proveniente de él.
Y no se equivocaba, nadie en ese lugar, ni siquiera esas dos mujeres podían sentir una pizca de magia de Damián, sin embargo, todos, incluso los niños estaban de acuerdo en algo, un aura imponente e intimidadora si tenía, un alma poderosa sin duda, un alma que escondía muchos más secretos de los que cree conocer.
- Soy un mago -dijo aquel chico de ojos verdes.
Lo último que recordaba era los gritos incesantes del chico que estaba al lado de su habitación, aquel chico que había sido humillado y torturado por aquella vampyr. "Métete en tus asuntos" le había dicho él, y ahora estaba metido en su mente, y al parecer la escena de los gritos no podía dejarlo en paz.
- Sédenlo -dijo la señora, su pelo marrón enrollado en una moña, y su vestido azul, trajeron de vuelta a Damián, o tal vez su orden.
John había entrenado a Damián, incluso cuando ambos no querían entrenar, no era difícil para su padre saber, que en algún momento ese entrenamiento tendría que darle frutos, su hijo más que una maquina de matar, parecía un gatito travieso y tierno, pero no podía permitirse eso, no cuando sabe que los padres Leones, no siempre van a estar con ellos. El chico de ojos verdes notó lo alterado que estaba, y recordó su entrenamiento, su frecuencia cardiaca, y su frecuencia respiratoria se normalizaron, al punto que aquella mujer de cientos de años, notó la increíble habilidad que tenía el chico, y de hecho se impresionó de observar a alguien controlar su cuerpo de tal forma.
Damián, sabía sin duda que esas personas no eran malas, lo notó desde que observó a aquellos chicos y reconoció primero: que eran de diferentes razas, y segundo que más que asustados estaban curiosos. Sin embargo, su vida trae un peso muy grande, y es atraer la muerte por donde camina, así que debía escapar de este lugar. Además, como una vez escuchó a Patch (padre de Ethan), el hombre es corrompible, y más si hay avaricia de por medio.
En un rápido movimiento golpeó al mayor, un licántropo, lo golpeó con toda su fuerza haciendo que sus dientes chocaran entre sí, eso ni de cerca lo mataría, pero era su mayor amenaza. Luxó su hombro y mano, y lanzando una patada más, en escasos segundos se había soltado de aquellas sabanas, tal vez no lo habían notado, pero consumió la magia del hechizo. Ventajas de quedarse sin magia, es que al menos era medianamente inmune a ella. Estuvo a punto de moverse un poco más, pero uno de los chicos pequeños usando magia retuvo sus pies.
- Te voy a matar -dijo el mayor y sus ojos de tornaron amarillos, sus colmillos crecieron.
- Cuida esa boca jovencito -dijo la mujer, Damián lo había notado, esa anciana había seguido sus movimientos con sus ojos a la perfección, sin duda no era alguien débil.
- Lo lamento señora Penny Raguja -dice para fulminarme con la mirada.
- Así que puedes absorber la magia -dijo con tono serio pero gentil- estoy segura que pasaste por un momento difícil, pero ya estás a salvo.
La mujer decía la verdad, Dam lo sabía, pero no era eso lo que le preocupaba, y la mujer lo notó. Aquel chico era similar a ellas, estaba segura que absorber magia no era más que un vestigio de lo que realmente ocultaba.
- Y el único peligro para nosotros eres tú, no las personas que te persiguen -dijo la mujer viéndolo a los ojos.
El chico se sintió avergonzado, su padre lo habría regañado por ser tan fácil de leer, pero como decía muchas veces su madre, "es sólo un chico".
- Este sitio está escondido de los ojos del público, somos nadie, y nadie nos encontrará -dijo con suficiencia aquella señora, segura de cada una de sus palabras- somos el orfanato Astero.
- Lamento el golpe, y agradezco su hospitalidad, pero no quiero causar problemas
Parpadeó y volvió a escuchar los gritos de aquel chico, su cuello de repente ardió, no sintió como su primera rodilla cayó hasta que la siguiente lo hizo. ¿algún maleficio? No, ese es el poder de un suceso traumático, poner de rodillas incluso a alguien como él, y eso lo sabía.
- ¿se encuentra bien? -dijo una de las chicas pequeñas, la mayor la observó y abrazó.
Sintió como las gotas de sudor iban por cada uno de sus poros, y como su corazón comenzó a acelerarse, ahora, cayeron sus manos y chocaron contra el suelo. Los gritos de aquel chico se mezclaban con los de su padre, y también se mezclaron con la mano de su madre tocando su mejilla.
- Colócale 5mg de Midazolam -dijo la señora y el licántropo usando sus poderes, de un rápido movimiento insertó la aguja en mi hombro.
flashback
Yo, yo puedo salvarte, dijo aquel chico cuando veía como la sangre escapaba del cuerpo de su madre, su padre trató de quitarlo, pero el chico no se rindió, lo intentó, lo intentó, pero la magia no fluía, no salía, aquellos hechizos de los que estaba tan orgulloso simplemente no salían, lo intentó una vez más, pero no funcionó. Cayó al suelo, y respiró de forma agitada, mientras los ojos inertes de su madre parecían verlo. Su padre en un rápido movimiento lo cubrió con una manta, y cargándolo lo llevó a un auto que acababa de llegar.
- Llévatelo -dijo su padre, para volver por el cuerpo de su amada, el chico trató de abrir la puerta, pero no pudo, comenzó a gritar y golpear, pero los puestos de adelante y atrás estaban separados, apenas lo había notado, iba con Patch en un auto de policía.
flashback
- Hola -dijo de repente la señora con su rostro cerca de él- al parecer ya volviste a la realidad chico, el medicamento te hizo efecto.
- Y-yo -el chico sólo lloró y abrazó a la mujer. No notó que no estaba en la misma habitación, no notó que estaba en una camilla, olvidó todo su entrenamiento, y quién no lo haría luego de lo sucedido-yo la maté -dijo para seguir llorando una vez más y abrazando con fuerza a la mujer de vestido azul.
La mujer reconoció el dolor de aquel chico, puesto que estaba con muchos chicos iguales a él, chicos sin familia. No importa que tan fuerte seas físicamente, tu mente es tu peor enemigo, y no era infravalorar al chico, lo que había vivido no era normal.
Múltiples cadáveres estaban a su alrededor. La onda de fuego había inestabilizado a la nave y Penny Raguja y Patty Adolore decidieron bajar. El distrito del placer había sido destruido en una porción. No había muchos muertos y es que el fuego se había elevado como si de la luz de una linterna se tratase, pero la onda mágica había noqueado a muchas personas. La mujer reconoció de inmediato que la mayoría ya estaban muertos antes de la onda de calor, y no era difícil pensarlo viendo todos esos cuerpos despezados, vampyr, las bestias podían vestirse con oro, que seguían siendo bestias. Tal vez tres muertes podían atribuirse al fuego, una de un chico, y dos mujeres vampyr. En el centro observó a un chico inconsciente, su cabeza observaba el cielo, pero su mente estaba definitivamente en otro lugar. Patty Adolore lo tomó en sus brazos y cargó a aquel joven en el centro de la "explosión".
- Ya está un poco mejor -dijo aquella mujer para sentarse en su cómodo sofá, sin duda no era una situación para nada usual.
Su compañera Patty Adolore la observó para luego tomar un poco de café.
- ¿Estás segura que no es un peligro? -dijo el chico una vez más.
- Si ellas dicen que no lo son, ¿por qué deberíamos dudar? -dijo la chica con unos años más que él.
- La casa no lo rechazó así que no estamos en posición de echarlo, saben como son las reglas después de todo -dijo Penny con una voz tajante, así como ella.
- El chico está muy afectado por lo que le sucedió, ¿podrían ser simplemente amables con él? -dijo Patty con su dulce voz
- Mientras no trate de golpearnos -refunfuñó Jeremy.
- Oh vamos, ¡supéralo! -dijo Candace mientras alegaba con su compañero.
- Lo dices porque no te golpeó a ti -dijo él.
Ambas mujeres rieron, estaban contentas que sus niños se llevasen tan bien, todos habían sido salvados por la gran casa Astero creado por la dama blanca.
- Los vampyr tomarán venganza -dijo el chico de ojos verdes, Jeremy y Candace dieron un saltico sorprendidos, pero Patty y Penny ya habían visto cada uno de sus movimientos.
- Creo haberte explicado que es imposible que nos detecten, no son un peligro para nosotros.
- Ustedes dos son bastantes hábiles, pero no son brujas, así que es posible que no lo sepan, pero cuando un vampyr muerde a alguien, esa persona queda marcada, técnicamente tengo el olor de la mujer que murió en la explosión de fuego. Un milagro me salvó, pero la marca está hecha, ni siquiera esta casa puede evitar que los vampyr me detecten.
- Tiene razón -dijo Candace- los cazadores me enseñaron que los vampyr marcan a sus presas para poder jugar con ellas, o incluso jugar con sus familias.
- Sin embargo, por más que sepan donde estemos, nunca podrán saber la ubicación exacta -dijo Penny esta vez seria, su voz se tensó, y su ceño mostró lo preocupada que estaba.
- Los vampyr se mueven en grandes grupos, el fuego de la explosión tal vez mató a 12 vampyr, pero los grupos en promedio son de 50.
- Son como una especie de strigoi defectuoso, pero aún así son extremadamente fuertes -dijo Jeremy.
- Si nos encuentran moriremos, ni siquiera casa Astero podría protegernos de un ataque de tantos enemigos -la voz de Candace ahora mostraba preocupación.
- Lo mejor es que me vaya ahora mismo -dijo Damián.
- Si te vas sería un suicidio -dijo ahora la chica de pelo Rojo.
Damián la observó, sabía que se llamaba Candace, porque lo vio en una de las fotos que se encontraban en el pasillo que acababa de recorrer. Su pelo rojo lo traía intrigado, nunca había salido de su pequeña ciudad a nada más que vacaciones, pero los libros lo habían transportado a miles de aventuras, y reconocía la importancia de un cazador con ese tono en sus rizos. Su padre es cazador, y como hijo de cazador y friki de la magia conoce el increíble don que tienen.
- Dijiste que eras un brujo, pero si lo eres no puedes usar magia, o nos habrías atacado con ella, y no hubiese intentado luchar físicamente contra un licántropo, no creo que seas tan estúpido, sólo lo suficiente para pensar que golpearlo sería una buena idea.
- Tu habilidad para neutralizar la magia tampoco la hiciste intencionalmente -espetó el chico de cabello blanco- no me agradas, pero si la casa te aceptó es porque no eres una mala persona, o al menos eres aceptable, supongo -dijo casi entre dientes, como si no quisiese decirlo
- Además, no te encontramos de casualidad, aunque la explosión desestabilizó a la casa mientras viajábamos, estábamos en esta dirección porque queríamos detener la próxima subasta, la mayoría de compradores esperados son los strigoi -Dijo Patty Adolore.
- Acabarlos nos haría más fácil el día de la subasta -Dijo Penny, su voz definitivamente es penetrante.
- Creí que este era un orfanato, no una base de operaciones contra el trafico de los hombres tigre -dijo Damián algo divertido, le parecía absurdo, que dos mujeres de tal vez unos 45 años, un licántropo de dudosa procedencia, una cazadora que ni siquiera pudo seguir sus movimientos, y un trío de niños pudiesen hacer algo. Su voz soberbia disgustó a todos los de la habitación
- Creo que no es momento de alardear chico -dijo esta vez enojada Patty, sin duda, era una mujer fuerte. Pero lo que pensaba Damián tenía sentido, incluso tan fuerte, hacerle frente a los Tigres es casi un suicidio, sobre todo si cuentan "las cargas", que eran los chicos que estaban juntos a ellas- después de todo tu magia no funciona, y un mago sin magia, es uno muerto.
- Idiota -dijo el chico de pelo blanco (Jeremy), mientras pasaba por su lado, golpeándolo con su hombro.
- ¿cuánto tiempo tenemos para que los vampyr nos encuentren? -le preguntó Patty a Candace.
- Tal vez una semana, o tal vez...
- Tenemos como máximo 5 días, los vampyr son rencorosos -la pelirroja maldijo suavemente al brujo por interrumpirla, y sobre todo por corregirla.
- Entonces tendremos que hacer que tu magia vuelva chico.
- Ya lo intenté todo, es imposible -espetó, y la mujer con gran cabellera rubia río.
- Tengo los suficientes siglos como para poder traer parcialmente la magia de alguien -dijo confiada. Damián reconoció que no era una mujer que le gustara adularse, y también reconoció el beneficio de vivir tanto tiempo- como dices, no puedo traer tu magia de forma permanente, pero si podemos traerla por algunos minutos o tal vez unas cuantas horas.
- ¿cómo piensas hacerlo? -dijo.
Damián dedujo múltiples razones por las que su magia falló. Lo más probable es que haya sido porque no estaba preparado, o así lo haya decidido el mismo ser que lo creo, así que decidió que la mejor forma de ocultarlo era bloquear su poder, y otra porque el mismo no quería volver a realizar magia, no después de no poder salvar a su madre. Intentó todo por sus medios, limpiezas en aguas "sagradas", liberaciones, pero nada de esto sirvió. Sólo había un método que él en su conocimiento no había podido acceder, pero conocía.
- "Agua de los Sauces" -dijo frenando en seco, la señora sonrío, definitivamente alguien que conociese algo como el agua de sauces, no era alguien quien menospreciar. Candace lo observó fastidiada, no había conocido a alguien tan engreído y sobre todo, en su concepto, tan malagradecido.
- Entonces sabes que te voy a dar, y si lo sabes es porque no la has usado.
- Los últimos experimentos con ese elixir si liberaban la magia en los seres, pero lo hacían a tal punto que las personas explotaban -sentenció Damián tenso.
- También debes saber que ya no se consigue, puesto que ya no existen los hombres Sauce, sin embargo, tener tantos siglos encima tiene sus ventajas niño, Penny y yo logramos completar el número de diluciones correctas, para que no explotes. Lo creamos para una amiga nuestra, lastimosamente aún no la hemos encontrado.
- Así que no lo han probado -dijo Damián- ¿o acaso tienen a estos chicos para probarlos en...? -Candace movió su mano para cerrarle la boca de un golpe a Damián por lo que estaba a punto de decir, pero el la detuvo antes que si quiera le tocara su rostro.
- Haces bien en desconfiar tanto chico -dijo Patty pensando que, si tal vez se hubiesen encargado aquella vez, de aquel hombre rayado, menos chicos pensaría así. Se sintió culpable, tal vez ese tipo de pensamientos, eran en parte, culpa de ella y su debilidad- sin embargo tus padres te enseñaron a leer bien las situaciones, hónralos a ellos y a tu entrenamiento.
- Estoy en lo correcto que no lo han probado -dijo él, soltando la mano de la chica.
- No, lo probamos con alguien, alguien que hubiese muerto de todas formas, bueno, alguien que hubiésemos matado de todas formas. No falleció, y su núcleo de magia aumentó.
- Así que me están diciendo que tienen un inductor de magitocondria, funcional -por un momento ambas mujeres notaron el destello de lo que era antes ese chico, un chico apasionado por la magia, pero sólo duró unos instantes.
- Así es, tenemos un inductor químico, un fármaco, con un efecto reversible, con un efecto adverso no mortal.
- Eso me interesa -dijo él.
- La primera dosis es la más dura, el efecto depende de cada persona, pero es en promedio de 15 min a 2 horas. Esperemos que seas una de las personas que dura 2 horas con el poder.
- Ya veo que no lo probaron en una sola persona.
- Los efectos adversos son perder tu movilidad, y un profundo cansancio y dolor corporal varias horas después. Sin embargo, es un efeto pasajero, que no produce grandes daños en el cuerpo, al menos a las dosis que colocamos.
- Así que sólo puedo inyectarme el "agua de sauce" una vez al día.
- No inyectar, es un parche
Ambas mujeres caminaron y Damián las seguía. Candace se limitó a estar callada, no estaba contenta con el comportamiento de ese chico, y también estaba preocupada que volviera a retomar su poder. Si él había sido el causante de la explosión de fuego, sería un peligro más grande que tal vez esos vampyr.
- Quítate la camisa -dijo Patty Adolore, y Damián obedeció.
Sacó un parche, lo sostuvo con unas pinzas y lo sumergió un poco en una pileta. Luego lo colocó en el brazo del brujo, y sus ojos verdes volvieron a brillar con la misma intensidad.
ESPERO DISFRUTEN ESTE NUEVO CAPÍTULO.
¿QUÉ TAL LES PARECIÓ?
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