9: Final
[1 año después]
—También te tengo una sorpresa —sonríe Jungkook del otro lado de la línea. Taehyung frunce el ceño.
— ¿Para mí?
Jungkook rueda los ojos.
—Sí, amor, para ti.
—Kook, no hace falta que me des nada a cambio todo el tiempo. Mi regalo es porque te amo y te lo mereces, pero eso no significa que me tengas que regalar algo también.
— ¿Discutiremos por esto de nuevo? —el menor suena cansado, Taehyung chasquea con lengua.
—Sabes que soy malo recibiendo regalos.
—Porque piensas que eres un interesado pero no es así. Todo por ti y para ti vale la pena, Tae.
El pelirrojo sonríe, sus mejillas tomando tontamente el mismo color que su cabello. Hyunsoo lo observa desde donde pone la comida de Yeontan. Su hijo está indudablemente enamorado de ese chico.
—Al menos dame una pista —suspira el mayor, sabiendo que llevarle la contraria a su novio no tiene caso—. Tampoco me dejes morir de la intriga.
Jungkook hace un sonido con la garganta, fingiendo pensar. Que Tae sea curioso es lindo, pero algo así no podía sólo decirlo. Quiere que sea especial.
—No es sólo para ti, es para ambos. Y ya, no diré más.
— ¡Kook!
Eso sólo hizo que su duda creciera, Jungkook ríe.
—Ahora tengo que colgar. Aprovecharé de pasar buscando las copias de mi título y te veo para el almuerzo, ¿te parece? Luego vemos lo de los regalos. Aunque te digo que quisiera recibir el mío primero.
—Está bien —Taehyung hace puchero contra el teléfono, haciendo a su novio reír nuevamente—. Te amo, no llegues tarde.
—Te amo más, no lo haré. Adiós.
El mayor sonríe luego, observando su fondo de pantalla con fotos tiradas por Jimin porque al parecer al mayor le hace tanta ilusión como a ellos el que estén juntos. Y siente a su madre sentarse junto a él en el sillón, acariciándole su cabello rojizo y poniéndolo tras su oreja.
— ¿Almorzarán juntos? —pregunta ella, Taehyung asiente.
—Así es, dice que también me tiene una sorpresa.
—Uh~~ —su madre abre los ojos—. Apuesto a que será un lindo regalo.
—Aunque no es necesario, ¿sabes? —suspira— Jungkook ha hecho mucho por mí, mamá. No tiene por qué darme detalles cada cuánto.
—Hijo, no seas tan duro contigo mismo —ella toma sus manos y las comisuras de Tae suben, tomando las contrarias también—. A Jungkook le nacen los detalles hacia a ti, no lo veas como un malgasto o una competencia por quién le da más a quién. Lo importante siempre será que se tengan el uno al otro, lo material nunca es la primera opción, muchas veces tampoco la última. Está bien recibir de vez en cuando, no debes cargar con un peso inexistente. Disfrútalo y agradece, créeme que también es válido.
Cuando su madre termina de hablar, sólo puede abrazarla para evitar llorar, Hyunsoo le regresa el fuerte abrazo y ambos creen que así pasan el resto de la mañana hasta que él debe irse para encontrarse con el menor.
Hyunsoo sabe que el regalo de Jungkook será tan lindo como el que su hijo le tiene a él.
Jungkook ha estado planeando su sorpresa por unos meses ahora, pero no podía moverse sin antes hablar con la madre de su novio y saber qué pensaba ésta. Hyunsoo accedió feliz, después de todo, ella no podría tener a su hijo con ella por siempre por más que quisiera.
Su pequeño hijo, ahora convertido en todo un hombre, ha hecho demasiado por ella éste tiempo. Como madre e hijo han podido recuperar algo de todo el tiempo que han perdido y cree que es hora de regresarle una parte de ello.
Kang Hyunsoo se cansó de tener miedo, ya ese hombre no está cerca ni lo estaría más para hacerle la vida miserable, así que con la decisión de Jungkook ella también aprovecharía. Utilizaría ese nuevo comienzo para recuperarse a sí misma también, como la gran madre y sobretodo como la gran mujer que alguna vez fue.
*
Jeon Junghyun observa a su hermano menor moverse inquietamente en su asiento mientras atiende a otro par de clientes. Apoya los codos de la barra frente a él, Jungkook lo mira.
— ¿Qué?
—Jungkook, no vas a pedirle matrimonio o alguna mierda así, ¿puedes calmarte?
Jungkook balbucea.
— ¡Sí es alguna mierda así, hyung!
— ¡¿Entonces a qué le tienes miedo?! Lo amas, te ama, suelen verse seguido como cualquier pareja común y corriente. Que ahora tengan la posibilidad de vivir juntos es algo a lo que estoy seguro que Taehyung aceptará, Kook. Respira. Llegará en cualquier momento.
El rubio chasquea con la lengua, odiando por un segundo que su hermano tenga razón. Pero eso no le quita los nervios.
—Sólo es diferente, hyung...
Desde que Namjoon le comentó a Jungkook el que pensaba en pedirle a Jimin que viviera con él, el menor no tardó en pensar lo mismo en cuanto a Taehyung.
Si Jimin se iba con Namjoon entonces el apartamento que compartían quedaría sólo para él, y por más fácil que se viera el sólo pedirle al mayor que se mude con él, ciertamente no era así.
Por lo que recurrió a Hyunsoo.
Desde que los padres de los Jeon se enteraron de que su hijo menor tiene una relación con otro hombre, las cosas se tornaron incómodas; ellos aún procesan la idea luego de casi medio año de habérselos dicho. Sin embargo, cuando conocieron a Taehyung, el mayor supo calmar un poco las aguas con su carisma y amabilidad. Jungkook e incluso Junghyun agradecieron que fuese así.
Sus padres nunca han sido malas personas, pero en Corea el pensamiento de los adultos es algo... renuente. Ellos eventualmente lo aceptarían porque Jungkook está seguro de que el amor que sus padres tienen por él sobre pasa cualquier cosa, pero les daría su tiempo. Taehyung no está asustado o apurado y eso en parte es lo que tranquiliza a Jungkook.
Luego de hablar con Hyunsoo, supo también que su suegra deseaba ese tiempo a solas, y que de Taehyung aceptar la propuesta, ella estaría feliz mientras ellos también lo estuviesen.
Junghyun abraza a su hermanito, sin importarle las miradas molestas de los clientes que esperan ser atendidos. Jungkook siempre sería más importante.
—Ustedes van a estar bien, independientemente de si él acepta o no. Pero ten un poco de fe —palmea su hombro, el rubio suspira—. Y ahí viene. No entres en pánico.
Y se va a hacer su trabajo. Jungkook no termina de procesar sus palabras cuando ya Taehyung está abrazándolo desde atrás. Una sonrisa inmediata se planta en el rostro del menor, girando en su asiento para encararlo y saludarlo con un beso.
—Eh, sus ojos aquí, por favor —escuchan decir a Junghyun hacia un grupo de personas que seguramente ven al par de mala forma—. ¿Alguna vez escucharon de la privacidad?
El par mira en dirección al grupo que avergonzados bajan la cabeza y se dispersan. La pareja suspira, las miradas también han sido algo a lo que han tenido que acostumbrarse, pero definitivamente son lo de menos.
—Jefe —sonríe Taehyung hacia el mayor, haciendo una leve reverencia. Junghyun sonríe.
—Taehyung-ssi, te dije que en tus días libres no soy más que tu cuñado. Trátame como tal.
—Lo sé, lo siento —el trio ríe y Jungkook se siente feliz de que las dos personas más importantes en su vida puedan llevarse bien—. ¿Está bien si comemos ya? Muero de hambre.
—Por supuesto —el menor besa su mejilla y otra empleada los atiende.
El almuerzo va bien hasta que deciden irse del restaurante en el que se han quedado por más tiempo del pensado entre conversaciones y risas. Jungkook está seguro de que podría pasar el resto de su vida viendo al mayor sonreír de esa manera, pero sabe que ambos no están listos para algo tal como el matrimonio. Sin embargo, cree que vivir juntos es un buen comienzo.
Sólo si Taehyung quiere que así sea.
No deja de palmear sus bolsillos creyendo que ha olvidado las llaves nada más para conseguirlas ahí, se dice que debe calmarse de una vez.
En lugar, se centra en la sonrisa de su novio quien lo guía hasta afuera del restaurante en donde le asegura; espera su regalo.
—Me harás tropezar —ríe cuando Taehyung le cubre los ojos—. Hyung~
—Silencio, estás conmigo, no te dejaré caer —finge una dramática voz. Jungkook bufa.
—Muy romántico.
Taehyung ríe y los detiene cuando están en el lugar.
— ¿Estás listo? —le pregunta. Jungkook golpea el suelo con el pie como conejito ansioso, asiente.
—Como nunca.
Luego de una cuenta regresiva hasta el 3, destapa sus ojos. Justo detrás del restaurante, yace una Macbor Rockster 125i, posada preciosa, con un lazo enorme y tal como Taehyung le escuchó decir a su novio que la quería: en detalles rojos.
Dijo que nunca se había dado el lujo de tenerla porque simplemente había cosas mucho más importantes en las que invertir, además de que no quería ser un imprudente con sus padres gastando tanto dinero en algo que no beneficiara a su familia.
Pero ahora Jungkook no depende de su familia, ahora está formando su propia vida con Taehyung y el vehículo frente a él solo lo confirma.
Los ojos de Jungkook se abren lentamente y su respiración se entrecorta, observando completamente anonadado la motocicleta de sus sueños.
—Felicidades por tu graduación, amor —murmura Taehyung en su oído, colocando disimuladamente la llave en su mano—. Ahora serás un abogado con pinta.
— ¡La puta madre, Taehyung! —el menor salta a los brazos de su novio, besándolo repetidas veces con furor, grita de felicidad y continúa saltando— ¡¿Estás loco?! ¡Sabes que valen una fortuna!
—Ya sé, ya sé, pero no gasté demasiado de mis ahorros y obtuve ayuda, es más bien un regalo de tus seres queridos, Junghyun incluido.
—Ese bastardo —ríe el rubio, aún sin creerlo del todo. Se acerca para abrazar al mayor de nuevo.
—Tú que siempre das, también mereces recibir, Kook —dice Kim, devolviendo el abrazo con fuerza.
—Definitivamente no te merezco —besa su frente, Taehyung ríe sonrojado, su boca formando el lindo cuadrado—. ¡Bueno, ¿y qué esperamos?! ¡Vayamos a algún lado!
— ¿A dónde? —pregunta el pelirrojo entre risas, tomando el casco que el menor le ofrece y subiendo luego de él.
— ¡A donde el sol o mi amor por ti nos lleve, no me importa! ¡Sujétate!
Y aún riendo Taehyung abraza la cintura de su novio, sintiendo la emoción de éste cuando el motor ruge.
Sabía que valdría la pena.
*
Taehyung abre los brazos, sintiendo la fresca brisa del atardecer. El océano inmenso se planta frente a ellos en el hermoso mirador, e incluso si han estado antes ahí, nunca deja de ser especial.
Ir a ese lugar fue idea de Jungkook, siguiendo el hecho de que a Taehyung le gustan los clichés románticos. Se dijeron "te amo" por primera vez ahí, era de noche pero el océano estaba de testigo, y Jungkook no pensó en un mejor sitio para proponerle vivir con él.
El rubio deja su puesto recostado de la moto para ir a abrazar a su mayor desde atrás. Taehyung acaricia sus brazos, sintiendo el característico cosquilleo en su pecho y estómago siempre que lo tiene cerca.
—No creo que mi regalo supere el tuyo, pero pienso que también te gustará —dice Jeon, posando su mentón en el hombro contrario. El pelirrojo besa el costado de su cabeza.
—Todo lo que venga de ti me gusta, Kook.
— ¿Entonces no te molestará vivir conmigo?
Silencio.
Los ojos expectantes de Taehyung se fijan en él y se da la vuelta. Jungkook intenta esconder su sonrisa y nerviosismo.
— ¿Vivir contigo?
—Te amo, Tae —dice sin parpadear, posando en su mano la llave del apartamento de igual forma que el mayor puso las de la moto en la suya. Taehyung jadea, sintiendo sus vellos erizarse—. Y quiero compartir mi día a día contigo. Saber que recibiré un abrazo tuyo al llegar a casa luego de un largo día de trabajo, e irme a dormir sabiendo que estarás a mi lado cada mañana.
La mirada del mayor se hace cristalina, llevando su frente a apoyarse de la contraria.
— ¿Mamá y Jimin?
—Hyunsoo está de acuerdo y Jimin se irá con Namjoon. Esperemos que muy lejos. Japón como mínimo.
El pelirrojo ríe, Jungkook seca las lágrimas que caen y besa su mejilla. Es un meloso de mierda pero a Taehyung le gusta ser consentido y él no es nadie para negárselo.
—En serio me estás dando toda una película hetero romántica —murmura, haciéndolos reír a ambos—. Nunca hemos hablado de matrimonio, pero creo que esto es un buen inicio. Por supuesto que acepto, Koo.
Jungkook abraza su cintura, acoplando su mejilla con la mano libre y dejando un firme beso sobre los labios del mayor que pronto esconde el rostro en su cuello y se abrazan con fuerza.
Jungkook piensa en lo feliz que es, mientras que Taehyung intenta controlar los latidos de su corazón pero falla, abraza a su compañero con más fuerza y besa repetidas veces su cuello, oyéndolo reír por lo bajo.
Y cerrando los ojos agradece a la vida por otra oportunidad.
FIN
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