13| Traidor
El cielo esta tranquilo, demasiado, pero aún así hay fuertes brisas, el invierno llegó; el mes del terror está aquí.
La mansión esta sumida en caos, hay más desconfianza que nunca, hay muchos murmullos; esto es horrible.
-Mikey -susurro.
-Aquí sigo.
Ella me abraza, yo correspondo, ¿por qué Ashley se esta tardando tanto? Necesitamos respuesta. ¡Ya!
-Descansa cariño -me pide.
-No puedo...
-Por favor Mikey, llevas días sin dormir bien.
-Debo acabar con esto.
-¡Esta mierda te esta consumiendo!
Nunca había escuchado a Auri gritar, mucho menos decir "malas palabras", pero ambas cosas acaban de escapar de sus labios. La morena suspira con frustración, toma mis manos con cuidado y me dedica una mirada seria.
-Hace una semana Massimo te encargó esto, has hecho todo lo posible por hacerlo, lo se, pero debes descansar, no duermes bien, no comes bien, estas dejando que esto te consuma.
-Si no hago algo ocurrirá una desgracia -susurró.
-No será así, Mikey.
-Pero.
-No será así -repite irritada.
Me acuesta con cuidado.
-No puedo dormir.
-Debes hacerlo, y lo harás -replica con una pequeña sonrisa.
Abro mi boca listo para reclamar, pero ella es más rápida; baja mi respirador y me da un corto beso, lo vuelve a subir sonriendo y se dedica a darme caricias.
-Auri.
-Duerme, querido -susurra.
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-Duerme, querido -ruge con burla.
Me levanto, con el cuerpo doliendo, exigiendo más descanso, pero eso es un lujo que no me puedo dar. Me estiró, mis huesos crujen en señal de reclamo, oh mierda, esto es horrible.
-Auri.
Silencio... ¿Estoy solo?
En la planta de abajo aún se oyen murmullos. Así que volví a este infierno.
Bajo a la sala, directo a la cocina, ganando me susurros de las sirvientas; piensan que todo es mi culpa, que yo soy el traidor, dicen que yo traje la desgracia, ¿pero acaso la desgracia no acompaña a la mafia?
Me preparo un sándwich, tomo un poco de jugo y me dispongo a comer.
-Yo digo que el traidor es Alexei.
-Shh, ¡podría oírte!
-Pero podría ser el señor Piero, todo por obtener el reinado de su padre.
-¿Qué no es obvio? El traidor es ese nuevo, Mikey, no ha traído más que problemas desde que llegó.
-¡Ya ustedes tres, nuestro trabajo es limpiar!
El cuarteto de sirvientas se adentra a la cocina, tres de ellas palidecen, la otra ahoga un gritó.
-Mi-Mikey, ¿como se encuentra? -pregunto con miedo una, la que hablaba mal de Piero.
Alzo mis hombros, termino mi comida.
-¿U-usted nos oyó? -pregunta otra.
La ignoro, dejo el platos en el lavavajillas y salgo de la cocina con pasos lentos.
-Estamos jodidas -susurra una de ellas.
Jodidas, solo porque yo oí su conversación, vaya equivocación... No es mi problema de quien hablen mal, no me interesa en lo más mínimo, ese tipo de "chisme de pasillo" no me ayudarán, necesito encontrar la verdad, no dejarme llevar por rumores patéticos.
-El patético eres tú.
Niego, no es el momento.
-Dale una lección a esas estúpidas.
-No -susurro.
-¡Se ganaron una paliza por estúpidas, dales lo que se merecen. Si alguien se busca un problema debe afrontar las consecuencias! ¡Como tu madre!
Golpeo la pared con todas mis fuerzas, oigo el crujir de mis huesos contra la misma, mierda... Duele.
No esta fracturada, no es grave. Solo duele bastante, como lo que ocurrió esa vez... Mamá.
El teléfono suena, atiendo sin ver.
-"Gran Estadio Revolucionario ", esta en los barrios bajos, ahí será la reunion -suelta Ashley con rapidez.
-¿Qué reunión? -respondo aturdido.
-Entre el traidor de Los Camorra y "Cerbero", tienes media hora.
Cuelga sin darme tiempo a decir algo, pero no es necesario.
Salgo de la mansión con pasos rápidos, voy al garaje, Massimo dijo que tomara lo que necesitara cuando lo necesitará, así que tomo una moto y emprendo mi viaje hasta los barrios bajos, directo al "Gran Estadio Revolucionario".
Le daré las gracias a Piero luego, por su moto, y por enseñarme a usarla hace unos meses.
[-------]
Detengo la moto en el aparcamiento, bajo con rapidez y corro al estadio, ¿como es posible que un estadio este vacío?
¿Como es que este sitio fue abandonado?
Sigo corriendo sin rumbo, hasta que llego a las gradas, apoyo mis manos contra la baranda y a la lejanía los veo. El traidor y "Cerbero".
Bajo con rapidez las escaleras, casi saltando escalones, hasta llegar a la parte baja de las gradas.
El aire se escapa como si no tuviera mi máscara puesta, la asfixia me toma. Aprieto con fuerza la baranda, no lo puedo creer, es imposible, mis ojos me están engañando...
Es imposible que Auri este hablando con los de "Cerbero"... Es imposible que ella sea la traidora.
Su boca se mueve, la de ellos también, pero sus palabras no llegan, estoy demasiado lejos, maldición... ¡Maldición!
Los de "Cerbero" se van, Auri se queda viendo al cielo, su cabeza se va moviendo poco a poco hasta las gradas, y nuestros ojos se encontraron.
Da un pequeño saltó, yo me mantengo estoico. Con pasos lentos me adentro a los largos pasillos del estadio... Estoy perdido, no se a donde me llevarán estos pasillos, pero cualquier lugar es mejor que este.
Quiero huir de esta pesadilla.
-¡Mikey!
Su voz hace eco por el pasillo. Me detengo abruptamente... Es cierto.
-¿Lo-lo viste todo?
Su figura aparece delante de mí, al final del largo pasillo.
-Si.
-Mikey yo...
-Eres la traidora -suelto ajeno de mi mismo.
-Puedo explicarlo, so-solo debes oírme -pide.
-Massimo me ordeno deshacerme del traidor, estaba listo para hacerlo...
El silencio nos invade, dejo mis ojos fijos sobre los de ella; veo como el miedo y la preocupación la dominan.
¿Ella me cree capaz?
-Po-por eso lo hice -me señala.
-¿Por miedo?
-Por miedo de lo que te estan haciendo.
-¿Y qué me estan haciendo?
-Te están volviendo como ellos... Un demonio.
Me están volviendo un demonio... Pero, siempre lo he sido, ¿no?
-Esta ciudad esta corrupta, hay caos por todos lados, ¡dios! Puedes encontrar a niños vendiendo drogas para sobrevivir, y todo es culpa de Massimo.
Guardo silenció. Estas son las calles del pecado, es normal que la corrupción reine, siempre ha sido así... ¿Pero todo es culpa de Massimo?
¿Acaso esta ciudad no ha estado corrupta desde siempre?
-Massimo le da trabajo a los niños, los hace vender su mercancía de forma discreta. ¡Los convierte en delicuentes! -me grita.
-Él...
-¡Es un monstruo, es un demonio y con cada trabajo que te da te vuelves más como él!
-No... Yo siempre he sido así.
-¡Tu no eres así! -grita una vez más.
-¿Y como lo sabes? -el comentario sale antes de que pueda detenerlo.
Sus ojos reflejan dolor, abro la boca para retractarme de mis palabras.
-Salimos muchas veces, ¿recuerdas? Fuimos a almorzar en mis descansos, me acompañaste a comprar ropa, me llevaste a la montaña para ver el cielo, me dejaste estar a tu lado por mucho tiempo. Se que no eres como ellos... Solo haces esto para poder sobrevivir.
Aprieto mis puños... Lo hago para sobrevivir, es cierto, yo me deje arrastrar a esto para poder vivir.
-No tuviste otra opción... Eres como esos niños, Massimo se aprovechó de ti y te está convirtiendo en el monstruo que necesita.
-Lo se -susurro.
-Yo no quiero que esto siga... ¡No quiero que te conviertas en él!
-¿Y por eso lo hiciste? Quieres... Salvarme.
-Si Mikey, quiero salvarte y no me importa que trató deba hacer, o a quien me deba enfrentar, haré todo lo que pueda para salvarte.
Ella se acerca con rapidez, sin previo aviso toma mis manos y deja su vista sobre mis ojos.
Yo creí que debía protegerla de todo esto, creí que debía salvarla... Pero parece que los papeles se invirtieron.
Ella está dando todo de sí para salvarme.
Y yo... ¿Qué estoy haciendo?
-Mikey, si mi plan sigue como va, si nada falla, Massimo caerá y podremos huir lejos, muy lejos.
-Eso se oye bien -susurro.
Aprieto su mano.
-Entonces...
-Saldremos de esta, juntos... Lograremos escapar de Los Camorra.
Ella sonríe, yo sonrió debajo de mi máscara... Esto es una locura, pero si su plan cualquiera que sea funciona, podremos huir.
Podremos vivir en paz lejos de todo este caos.
Mi vida volverá a la normalidad...
Solo debo confiar en ella... En mi ángel.
Continuará...
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Estrellita y compartir ayuda mucho, espero que les haya gustado el capítulo, que lo hayan disfrutado, y sin más, hasta otra amigos.
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