Prólogo
Unos días después, siendo miércoles a las 11:45 a.m. estaban los chicos y Chun Li en el aeropuerto de Hong Kong, ella vestía un qipao carmesí decorado con rosas doradas, dos grandes aberturas a cada lado de los dobladillos, abotonado de lado derecho por botones dorados, sin mangas y de cuello redondo el cual, no impidió ninguna mirada de los hombres que pasaban pues, sus piernas eran uno de sus atractivos y más aún semi descubiertas por las aberturas del vestido, pero su buen gusto no pasaba desapercibido por las mujeres ya que, un traje así lucía aún más con los zapatos negros de piso que llevaba; Fei por su parte también lucía ropa tradicional del país, siendo ésta un traje Zhongshan en negro, que consta de una chaqueta de cuello cerrado abrochada con una línea vertical de cinco botones grandes y tres botones pequeños en cada manga, cuatro bolsillos y dos solapas de bolsillo invertidas en forma de bolígrafo, complementando con un pantalón de vestir del mismo color y zapatos a juego.
Ken al igual que Ryu iban de pants gris y playera de manga corta, sin embargo la del estadounidense era roja y la del japonés blanca, en cuanto a Vega, él usaba un pantalón holgado negro con una playera de resaque beige, aunque los tres portaban tenis, asimismo también llamaban mucho la atención, por su físico musculoso en general y Vega en adición por su fino rostro; a Ken de vez en cuando se le escapaba una sonrisita hacia una que otra chica, pero a su mejor amigo le daba pena siquiera voltear a ver a alguna mujer, razón por la cual les desviaba la mirada; Vega en cambio, al igual que Chun Li, ignoraban a todos y a todas, él iba con una gran sonrisa, enamorado y completo al lado de su novia, como siempre; juntos daban esa impresión de la pareja perfecta, de un amor infinito y bello que llena todo lugar al que van.
Hasta el momento las cosas iban bien, ya tenían listos sus pasaportes, los boletos, habían realizado el check in, las maletas habían sido entregadas y tenían sus pases de abordar, cuando de repente, una voz se escuchó anunciando que todos los pasajeros del vuelo 22352128230 con destino a Tokio debían ir a la puerta 7 para abordar. Ken y Ryu emocionados abrazaron a Chun Li y le dieron un beso en cada mejilla, logrando molestar al matador, y casi de inmediato pasaron a abrazar a Fei cambiándole el beso por un apretón de manos, pero a ninguno le dijeron adiós, sino hasta luego, porque eso no era una despedida, era algo así como un intermedio en sus vidas, un momento que pasaría en un abrir y cerrar de ojos para, luego de unos meses, volverse a ver y convivir juntos como ya estaban acostumbrados. Así pues, se retiraron corriendo como niños chiquitos tras un camión de helados, hecho el cual a Vega le cambió el enojo por vergüenza, aunque a su mujer y a su nuevo hermano les sacó la risa.
—¿En serio? ¿Debo viajar con esos críos? ¿O se trata de que los cuide en realidad? —cuestionó aún avergonzado de ese comportamiento infantil.
—Tranquilo, el vuelo dura poco más de 4 horas, después se separaran y, quién sabe, quizás hasta te guste ir con ellos de viaje que querrás hacerlo más seguido —dijo Chun Li con una sonrisa y un abrazo con un beso en los labios, tan cálido como su amor hacia él—, diviértete corazón, y de cualquier forma, estaremos en contacto.
—Hermosa, eso es lo único que me anima... —admite devolviéndole un abrazo y apretándola fuerte para darle el último beso, por ahora, apasionado y lleno de su amor—, Fei, hermano mío —añade mirándolo fijamente—; te encargo a mi bella señorita. Sabes que la amo, lo importante que es para mí y cuánto la necesito en mi vida. Cuídala mucho, por favor.
—No te preocupes hermano, puedes irte tranquilo —Sonriendo le dió un abrazo bien correspondido por el español.
Ya en el avión, había asientos vacíos, pero era porque faltaban pasajeros, los cuales poco a poco iban llegando y acomodándose, incluído Vega quien eligió los asientos y, de hecho, él mismo los pagó al momento de seleccionarlos en la página de internet y del check in en línea, esto con el fin de seguir quedando bien ante su bella china y su nuevo hermano, además de que quería ir en la fila de la derecha y haciéndose cargo de la compra se aseguraba su deseo, pero al subir al avión el matador, como fue después de sus nuevos compañeros de viaje que ya estaban instalados, vió a Ryu del lado de la ventana y Ken del pasillo, quiso obligarlos a que se sentaran juntos dejándolo a él ya sea del lado de la ventana o del pasillo, sin embargo los chicos no aceptaron, iban como sus amigos no como sus esclavos, y como el español no es de pedirles favores, no le quedó de otra que ir protegido por ellos en el asiento de a medias.
—Vayamos nuevo amigo —menciona Ken abrazando por un hombro a Vega—, a nuestro destino, los tres juntos a nuestra primer aventura en avión...
—Nuestro primer viaje como amigos, qué emoción —agrega Ryu abrazando al matador por el otro hombro—, será un primer viaje inolvidable.
—Ay por Dios —Soltó Vega un suspiro, no creía lo que vivía—; este será el viaje más largo de mi vida...
Poco después el avión estaba un poco más lleno y justo acababa de subir una niña de 10 años acompañada de una mujer de no más de 30, una mujer relativamente jóven y guapa, alta, de cabello largo y negro en una coleta que resaltaba sus finos rasgos y sus bellos ojos de miel, aparte de su ajustada vestimenta rosada que constaba de un pantalón y blusa con escote en V que la hacía llamar la atención de más de un pasajero; los asientos de ambas eran en la fila de en medio, justo al lado de los chicos, aunque algo no le gustó a la mujer por lo que se dió la vuelta para mirar al trío.
—Disculpa, el de a medias, de pantalón negro, playera beige y trenza —habló refiriéndose a Vega.
—¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó el español que justo acababa de cerrar los ojos, como si fuera a tomar una siesta.
—¿Tendrías la gentileza de mirarme cuando te hablo? —devolvió la mujer un tanto molesta.
—¿Qué necesitas? —cuestiona con un tono serio mirándola.
Con tal respuesta ella se sintió indignada, se le notaba que estaba acostumbrada a que los hombres fueran más atentos con ella, no secos como Vega la acababa de tratar; mientras tanto Ryu y Ken observaban la escena intrigados por el comportamiento de la fémina.
—Pues en primera, que endulces tu tono de voz conmigo, no soy cualquier mujer...
—No me importa quién seas —interrumpe Vega—, yo me refiero a ti en el tono que desee, no en el que tú me ordenes, porque para órdenes, sólo las de mi mujer y hasta ahora no me ha dado ninguna, ella sí es una dama —Con una sonrisa concluyó ufano.
—¿Ellos son tus amigos? —Enojada lanzó la pregunta sin más.
—Sí.
—Bueno, necesito el asiento de la ventana para mi hija y el tuyo para mí. Porque toda madre debe ir al lado de su hija en un viaje.
Ryu y Ken a la par hicieron gestos de disgusto, algo disimulados, especialmente Ryu que, pensando rápidamente, se dijo así mismo que si la actitud hubiera sido otra, posiblemente aceptaba sin problema, pero con esos modos ni el hombre más amable y atento del universo se tomaría la molestia de complacerla.
—Y, por curiosidad, ¿qué te hace creer que te cederemos los asientos que elegimos y pagamos con anticipación?; ya que nosotros sí sabemos hacer nuestros planes con tiempo.
La respuesta del matador fue como una granada en el rostro de ella, jamás le habían negado algo y ella jamás le había negado algo a su hija, quien, ya estaba haciendo un berrinche al patalear y gritar que quería ese asiento.
—Existen imprevistos, por si no sabías —Soberbia respondió y continuó—, y cuando hay imprevistos una no puede preparar todo como desearía o haría cuando tiene tiempo.
—Sabes, tus imprevistos no son nuestros problemas —Vega contestó con un tono aún más soberbio que ella—; si tienes imprevistos deberías de saber que no todo mundo andará complaciendote para ayudarte y consentir los berrinches de tu hija, porque te informo, ya que obviamente no lo sabes, el sí no es la única respuesta a un “favor”, existe el no y es necesario para que gente cómo tú no sea una aprovechada y oportunista, ya que tus imprevistos no nos constan en realidad...
—Mira —Suspira ella profundamente y prosigue—, sólo cambiaremos el lugar, no es que los vaya a dejar sin su vuelo, sólo es un intercambio.
—¿De qué sirve ser bonita si la cabeza está hueca? —cuestionó el español enojado llamando la atención de todos los pasajeros.
—¿Qué estupidez me dijiste? —Furiosa e ignorando el capricho de su hija, ya estaba a punto de explotarle la cabeza del coraje.
—La que dice estupideces eres tú, la belleza exterior no sirve de nada si la belleza de tener raciocinio es nulo —Orgulloso sonrió y continuó—. Hazle como quieras, pero a nosotros no nos vas a quitar los asientos por tus imprevistos y tu falta de sentido común creyendo que ellos y tu belleza te garantiza un sí.
Justo la mujer estaba por soltar un gritó cuando una azafata llegó para intervenir, le pidió a la mujer que de favor tomaran los asientos que compró y que no exigiera un cambio a otros pasajeros por un problema suyo, pero la señora seguía aferrada y gritó preguntando si había dos caballeros dispuestos a cambiar sus asientos; ahora Ken y Ryu miraban asombrados el cinismo de la mujer, no obstante, nadie dijo nada, y la bonita madre acabó retirándose del vuelo con su pequeña amenzando y quejándose de la aerolínea, sin embargo ella no podía hacerles nada, no llevaba la razón ni hubo motivo alguno como para que su supuesta denuncia que haría tuviera valor o peso alguno; razón por la cual el ambiente recuperó la armonía, inclusive tanta fue la alegría de los muchachos que festejaron que se largaran chocando las manos, incluído Vega, sorprendiendo a Ken y a Ryu.
—Yo sabía que estaba prohibido cambiar de asiento —menciona Ken confundido.
—Se supone que sí, pero avisando a la azafata y con autorización quizás se puede —añade Vega.
—Esté o no, te lo agradezco, amigo —dijo Ryu sonriendo.
—No tienes que agradecer, me molesta que la gente no pueda usar el cerebro y encima crean que merecen todo por ser un recipiente bonito, aunque lleno de basura.
—Por un momento pensé que cederías, digo... ella se ve de tu edad y es linda. Creí que la belleza física es todo para ti —Avergonzado confesó Ken—. Disculpa.
—No importa, pero que bueno que ya me conozcas un poco más... —contesta Vega mirando al estadounidense—; y sabes, yo ni siquiera vería a otra mujer ni le haría favores o cosa parecida sólo por su físico, tengo a Chun Li, ella es perfecta y la amo, sería incapaz de traicionarla de alguna manera —prosigue con voz amable—. Además, la belleza se presenta de tantas formas, siendo la única completa el amor, mientras el físico y la mente se complementan. ¿Crees que habiendo encontrado la belleza completa con Chun Li la desperdiciaría como un tarado?
—Para nada. Y concuerdo contigo en esa visión de la belleza, amigo —Ken abrazando a Vega le sacó una sonrisa al español.
«Bueno, no será tan malo el viaje después de todo» ,pensaba Vega aliviado.
Así fue como el trío de extranjeros partió rumbo a Japón, en búsqueda de sus maestros y de entrenamientos para mejorar y dominar el misterioso como poderoso qì.
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