Nuevo día, misma clase.

Realmente no había nada de interesante en la vida de Lisa, pero llegar a su asiento con las manos vacías jamás estaría en sus planes, así que llegó con una malteada de fresa como solía hacer siempre.

Bueno, esta vez traía dos.

Se sentó junto a cierta pelinegra, la cual a pesar de ya tener tiempo sentándose juntas, no solían hablar más allá para cosas de la clase.

Dejó una de las malteadas en la mesa a su lado, mientras ella se paraba nuevamente para tirar el vaso vacío donde anteriormente se encontraba su bebida.

Claro que recordaba que Kim odiaba la bebida, pero también sabía que esta deseaba probarla la última vez.

—Oye, mueve eso que se podría caer. —advirtió Kim refiriéndose a la malteada que le fue dada, pero claro, la tailandesa no lo sabía.

Lisa asintió decepcionada, pero cuando acercó su mano para tomar el vaso, este se tambaleó.

Tarde fue cuando reaccionó, pero para su suerte su compañera logró pararla antes de causar algún desastre.

—La próxima vez ten más cuidado. —dijo indiferente, aunque Lisa no notó el mal tono en sus palabras.

Lalisa Manoban era demasiado alegre como para ser opacada por Kim Jisoo.