Jungkook despertó cuando sonó su alarma para bajar a la pastelería. Se apresuró a detenerla para no despertar a Yoongi y dejó un suave beso en la mejilla del pálido al verlo dormir.

Tomó un papel y una pluma de la mesa de noche de su madre y le escribió que bajaría a trabajar.
Le dejó anotado que podía pedirle a Seokjin que le preparara el desayuno si estaban despiertos, pero que estaría abajo con ganas de verlo.

Dejó la nota sobre el móvil del menor y salió con cuidado del cuarto. Se dirigió a su habitación, encontrando a Jimin durmiendo estirado en su cama.

Tomó algo de ropa y salió para tomar una ducha rápida antes de comenzar el día, aguantando una risa al ver que Seokjin se había acabado quedando dormido en el suelo de la sala.

—Buen día– Dijo Yoongi entrando a la cocina de la panadería, viendo a Jungkook cocinando con concentración.

—Buen día, mi sol– Respondió besando su cien cuando este se acercó. —¿Café?–

—Por favor– Respondió para verlo hacer un gesto con la cabeza al señalarle la cafetera llena.

El menor se sirvió una taza de café y se sentó del otro lado de la isla para ver a Jungkook trabajado en silencio, como si fuese lo más interesante que había visto en su vida.

—¿Te encuentras bien?– Preguntó Jeon sin verlo. —No me gustaría que te sientas obligado a estar aquí luego de lo de anoche–

—Estoy bien– Respondió apoyando su barbilla en su puño. — Tomé la decisión correcta y fui sincero con la persona adecuada –

Jungkook sonrió suavemente ante sus palabras, intentando no sonrojarse ante estas.

—¿Quieres ayudarme?– Preguntó ladeando la cabeza.

—¡Claro!–

—Yoon– Llamó Jungkook al cerrar el honro.

—¿Si?– Preguntó curioso el mencionado.

—Voy a teñirme el cabello– Soltó firme.

—¿No te lo retocaste el otro día?– Preguntó  Yoongi confundido.

—Me lo pintaré de castaño– Confesó serio.

Yoongi guardó silencio unos minutos acabando de entender aquellas palabras, parpadeando incrédulo y abriendo los ojos de par en par al comprender.

—¡¿Qué?!– Preguntó sorprendido. —¡Pero te lo tiñes de rojo desde hace años! ¡Por las fresas!–

—Yoon, hay una diferencia en cambiar para gustarle a alguien y en cambiar para ayudarle– Dijo limpiando sus manos en su delantal. —¿El pelo de tu ex y el marcador rojo?– Preguntó tomando su mano. —Literalmente hiciste énfasis en eso–

—No quiero que cambies por mi– Susurró viéndolo a los ojos.

—No quiero que me veas y recuerdes eso– Soltó serio. —No digo que te deshagas del rojo, pero intentemos agregarle colores a tu vida, sol, por favor– Suplicó con voz pesada. —No te hará bien esto–

—Gracias por preocuparte así por mí – Murmuró, ganando que el mayor deje un beso en su frente.

—Te quiero, Yoon–

—Y yo a ti, Kook–

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